Reencuentro [Evan]

No sé cuanto me toma armarme de valor, siento como si llevara horas aquí. Pero es mejor que lo haga ya.
He subido hasta por las escaleras, creo que quiero retrasar esto tanto como sea posible, y camino tan lento hasta su puerta, pero por fin me animo a tocar. Mi corazón late fuerte ante la expectativa de volver a verlo.
La puerta suena y se mueve dejando ver a una persona, un desconocido.
-¿Amm? creo que me equivoqué- ¿caso se mudo?
-¿Buscas a Evan?- pregunta con una sonrisa en su rostro.
-Si, ¡no!- me corrijo rápido, Evan ha seguido con su vida ¿que esperaba yo? soy un tonto -Me tengo que ir- me giro para irme pero el me toma de la mano y me detiene.
-Adelante, ¿eres Mei? estará tan feliz de verte- me dice, él es extrañamente amable y su sonrisa es casi imposible de no corresponderle. De alguna manera me ha arrastrado a la sala y me siento en el sofá.
-¿Tú eres?- cuestiono muy nervioso, solo quiero irme, no quiero ver que ahora tiene a esta persona que parece tan amable, Asb también lo era. Todos son mejores opciones que yo y esta vez me detesto porque puedo aceptarlo.
-Mi nombre es Tohru- dice mientras camina a la cocina, se mueve como si este lugar fuera su casa.
-Evan y tu… ¿ustedes?- intento preguntar, él parece que se ha puesto agua para preparar té.
-Él y yo… - sonríe, esa sonrisa es traviesa… eso quiere decir que ellos.
-¡Basta! no quiero escucharlo. Yo me voy- le digo poniéndome de pie, no sé como permití que el me arrastrara a esto y solo escucho como se comienza a reir a carcajadas.
-Ya, ya, tranquilo, Evan y yo somos amigos, solo eso- me dice riendo mientras detiene su estómago y se vuelve a acercar. Toma mis manos y me hace sentar de nuevo. Me mira con mucha emoción en sus ojos -oye dime, ¿que se siente estar enamorado?- me pregunta de repente.
-¿eh?- este tipo es raro.

Le prometí a Tohru cenar juntos de nuevo, pero como ya es costumbre llego tarde. No pasa a mayores porque será en mi casa, además he comprado la cena y él o tiene hora para marcharse, algunas veces se queda, pero muy poco. Es bastante descuidado, cuando supe que se había herido casi comencé a regañarlo, pero la verdad me preocupa mucho el estilo de vida que tiene. Es… algo muy extraño, todavía no termino de asimilarlo pero al estar juntos lo olvido. Simplemente que en ocasiones así lo recuerdo y comienzo a pensar en si de verdad está bien.

He llegado a casa, el camino me sirvió para relajarme porque a pesar de todo, disfruto mucho pasar tiempo con él. No tengo mucho tiempo para compartir con mis amigos, he hablado nuevamente con Asb pero Tohru es ahora el más cercano a mí. Subí con las bolsas de comida y al llegar a mi puerta saqué mis llaves, él seguramente llegó, le he dado una copia de mi llave por si alguna vez necesita un lugar donde estar, así de paranoico me pongo en ocasiones. Pero también es por la frecuencia con que nos vemos, y para él sería molesto esperarme afuera, además se vería sospechoso y no deseo que mis vecinos molesten, de por sí ya sospechan que soy gay porque solo entran hombres a mi departamento.
-Tohru, compré pollo frito -supe que está aquí porque las luces están encendidas, me quité los zapatos y caminé a la mesa para dejar la comida- tiene mucho… ¿Mei? -al girarme no solo noté a Tohru, sino a Mei. Me quedé mudo pero caminé hasta el sofá y me agaché para abrazarlo. Ni siquiera lo pensé, solo lo hice. Sentí esa necesidad tan grande que las preguntas llegaron después- qué… no, ¿cómo llegaste aquí? -lo miré confundido, y me senté a su lado- ¿cuándo saliste? -no puedo quitarle la mirada de encima, siento que esto es un poco extraño porque definitivamente no lo esperaba. Después miré a Tohru- ¿hace cuánto llegaste? -de nuevo miré a Mei, ya ni siquiera sé a quién estoy preguntando.

Evan:

Casa Evan:

Él es muy raro de verdad, ha tomado confianza demasiado rápido y no deja de hacerme preguntas que no sé como responder. Pero siento que se detienen mi corazón cuando escucho la puerta y espero a verlo. ¡Ay no sé que hacer ahora!
-Evan…- apenas sale su nombre por mis labios, él ya me está abrazando y le correspondo, aunque al no estar solos me estoy aguantando las ganas de llorar.
-Eso no importa, creo que los dejaré solos- dice el chico que no parece molesto, de hecho sonríe mucho y solo se va como si nada.
-Yo me escapé- digo a Evan contestando al fin su pregunta -Quería verte por tu cumpleaños pero… lo siento- ahora soy yo quien busca abrazarlo -te he extrañado tanto, pero no quería que me vieras en ese lugar- ya no he podido y mis lágrimas se han comenzado a escurrir. Le abrazo con fuerza deseando que todo el pasado se borrara y solo quedara este momento.
Tenía miedo, cuando dije a Ren que Evan me iba a abrazar, no estaba seguro de ello, tenía miedo de que no pasara, de que estuviera enojado, de que solo me hiciera volver como dijo Ren.
-Perdón Evan- este tiempo en terapia, con la medicación, todo me ha ayudado, sé que aun tengo una camino largo que seguir, pero ahora por primera vez siento que tengo esperanza, que puedo hacerlo.

Tohru habla y asiento con una leve sonrisa, porque ha sido muy prudente de su parte y aunque no quería correrlo, aprecio mucho que nos dé algo de espacio. Necesito preguntarle muchas cosas a Mei y pienso que con Tohru aquí quizá hasta podría irse.
-Gracias -le sonreí antes de que saliera y de nuevo enfoqué mi atención en Mei. Hace un momento que lo abracé él no me apartó, pero ya que no me ha permitido verlo estoy muy confundido- ¿escapaste? -estoy más sorprendido aún, pero espero que termine de hablar para decir algo. Además estoy todavía conmocionado, lo que menos imaginé era verlo repentinamente en mi casa- ¿por mí? Oh, vaya -sonreí inmediatamente y es como si el panorama comenzara a mejorar. Es muy extraño ya que me acostumbré a estar alerta cuando se trata de él, le di tantos malos recuerdos que nuestras peleas eran más naturales que nuestros ratos de paz.

Lo abracé fuerte de nuevo, lo he extrañado tanto que ha sido difícil mantenerme cuerdo. Tal vez sea exagerado para otros, pero para mí estos meses han sido difíciles.
-Estoy… muy sorprendido -lo tomé de los hombros y después puse mis manos en sus mejillas- en serio eres tú -solté una risa y sin esperar más besé sus labios. ¿Tengo permitido hacerlo? No lo medité, el que esté aquí no quiere decir que me extrañe de esa manera, ¿o sí? Pero escapó solo por verme y ahora se disculpa. No sé exactamente de qué pide perdón, y yo, en lugar de pedir una explicación para aclarar mi cabeza, he comenzado a besarlo.
Mordí mi labio cuando me aparté y suspiré, he cogido sus manos y no paro de sonreír mientras lo veo. Me parece un poco irreal y al notar que puedo empezar a incomodarlo, vuelvo a reír y agacho la mirada.
-Lo siento, es que… estoy demasiado feliz de verte. Honestamente creí que no podría hacerlo de nuevo, así que encontrarte aquí ha sido… ha sido una sorpresa que me hace inmensamente feliz -siento ganas de llorar, pero trato de aguantarlo y lo miro- ¿cómo has estado? -no debe ser un lugar tan agradable, pero se siente diferente de antes- he… comencé a ver un terapeuta -cuando lo vi por última vez se lo prometí, no sabía si nosotros volveríamos a hablar, pero sabía que a pesar de eso yo lo necesitaba. Me alegra haber sido firme, aunque había días que creía que nosotros no nos cruzaríamos más, al final continué anhelando que no fuese el final.

Me río nervioso por eso de escapar.
-No solo, con ayuda, pero si…- vuelvo a reir nervioso por admitir que me escapé, suena a que me hubieran encerrado a la fuerza, que si, bueno así fue, pero luego de eso yo decidí quedarme, pese a poner resistencia a las terapias, no quería salir de ahí para no tener que enfrentar el mundo -Si, bueno, yo quería verte ahora que estoy un poco mejor- rasco con algo de nervio mi cuello, porque creo que debo parecer muy tonto con esto. Una persona que está mejor, no debería escaparse, debería esperar el momento a ser dado de alta para retomar de nuevo su vida.

Me siento feliz cuando me abraza, tenía mucho miedo de lo que podía pasar, de como iba a reaccionar, pero que me abrace me hace sentir tan feliz, que mis miedos se logran calmar un poco.
-jaja, si, soy yo…- tal vez hasta sueno raro, no tengo ese tono coqueto o juguetón, yo creo que me he vuelto un poco más amable y optimista, como ese Mei que perdió la memoria pero sin ser tan infantil, creo que he empezado a juntar esas dos versiones de mi, y creo que me gusta.
Él me besa y es como fuego que recorre mi cuerpo y se vuelve tan salvaje que apenas tengo un poco de aliento cuando se aparta.
-Oh, no, no, no lo sientas, está bien- eso demuestra que nuestros sentimientos no han cambiado y eso se siente tan liberador -bueno, ha sido complicado todos estos meses. Estaba muy avergonzado de que me vieran ahí…- río nervioso, porque aun no logro superar un poco lo mucho que me importa la imagen que otros pueden ver de mi.
-¿De verdad? ¿como… como te está yendo?- ¿él también? no voy a pensar algo como que yo era la única persona mal en nuestra relación, creo que si, es obvio que ambos éramos… o tal vez aun somos una mezcla algo peligrosa para el otro.

Tengo muchas preguntas para hacerle, me da curiosidad saber quién le ayudaría con algo tan peligroso. ¿Será un enfermero? Dudo que alguien quiera arriesgar su trabajo, además que dejarlo salir no solo es poco ético, sino peligroso.
-Oh… sí, te sientes diferente -me reí y rasqué mi cabeza. No sé cómo puedo explicar que su manera de hablar ha cambiado un poco, se le nota más tranquilo. Aunque no han pasado ni diez minutos, no es el Mei que vi la última vez.

Su reacción ha sido positiva, me acostumbré a algo diferente y siento que estoy demasiado alerta, pero él no está molesto. Además a la hora de besarnos me sentí muy correspondido, es increíble que pese al tiempo esa parte de nosotros sigue atada.
-No deberías sentir vergüenza -he hablado antes de pensar, pero supongo que nadie estaría cómodo de recibir visitas estando allí- la verdad… estaba asustado. No quisiste verme y pensé que realmente me odiabas, lo lamento… por no considerar cómo te sentías -yo no pensé en esa posibilidad. Claro que sé cuánto le importa su imagen, pero había tantas cosas en mi cabeza que lo último era una razón como esa, yo pensaba de manera más fatalista y me estaba resignándo a terminar esto. Pero me alegra no haberlo hecho, no fue por paciencia, no soy nada paciente cuando se trata de él. Me aferré de una manera insana y creí que el día que por fin pudiese sanar esa parte de mí, lo dejaría libre. Pero mirándolo aquí, ¿cómo podría? Él se está esforzando, debe haber pasado días muy difíciles allí, y aún así pudo pensar en mí, en nosotros.
-¿Hmm? Ah, estoy bien -no me siento listo para entrar en detalles, probablemente él tampoco- ¿cómo has estado tú? -pero aún así deseo preguntar, y escucharé solo lo que él desea contarme.

Me levanté y tomé su mano, me siento nervioso con tocarlo de nuevo, ha sido bastante tiempo.
-Seguramente no cenaste, ¿cierto? Ven, vamos a la cocina -cuando tomó mi mano entrelacé nuestros dedos. Necesito comportarme de manera natural, pero depués de lo que pasamos es complicado- así qué… ¿cómo llegaste aquí? ¿Tomaste un taxi desde el hospital? -él no tiene prblemas de dinero, pero estando hospitalizado es diferente, y dudo que su madre accediera a darle un poco de libertad a estas alturas.

Me río cuando me dice que me siento diferente, y no me lo tomo a mal, porque supongo que lo dice por lo mismo que yo digo que estoy diferente.
-Eso intento -he comenzado a esforzarme más en las ultimas semanas, porque si, al inicio era la persona que menos contribuía en las sesiones. He comenzado a hablar un poco más, aunque aun hay temas complicados de tocar, pero siento que algún día voy a lograrlo.

Suspiro un poco, porque sé que hice mal en negar las visitas a todas las personas, no estaba considerando nada de lo que ellos fueran a sentir, solo estaba demasiado avergonzado para pensar en eso, y supongo que tanto rechazo ha hecho que solo dejen de insistir porque era de esperar que todo siguiera igual.
-Lo siento, sentía que era muy vergonzoso- vuelvo a admitir, aunque ahora me siento apenado de haber hecho de esa manera.
-Pues más o menos, al inicio no pude mucho de mi parte- me río porque estoy seguro que él entiende a lo que me refiero, pero al menos ya estoy logrando dejar de ser tan necio, al menos un poquito... no es que ya sea perfecto, me falta mucho para trabajar, pero también siento bien con el avance que he tenido.

-No, no he cenado.. la verdad estaba un poco tenso al subirme al metro... nunca había usado eso, aquí entre nos... tenía un poco de miedo- es inevitable que tenga ciertos prejuicios, por la manera en que he sido educado.
Tomo su mano cuando se ha levantado para seguirlo a la cocina.

Está portándose muy comprensivo con el tema, y lo que es aún más raro es que no me pide dejar de preguntar. Tampoco quiero abusar y bombardearlo para resolver mis dudas, si fui paciente antes ahora debo esforzarme más. Las cosas están mejorando y eso es lo que importa, tendremos el tiempo de platicar detalles después.
-Entiendo. Entonces… ¿después podré hacerlo? -aunque no sé si después de hoy volverá, porque se nota decidido pero el que saliera sin aviso es un poco contradictorio.
Me río porque imagino que fue terco al principio, además que recordando el estado en el que estaba no debió ser fácil para él aceptar la situación. Para mí fue muy difícil y yo estaba menos afectado, por eso entiendo.
-Pero al final lo hiciste, es eso lo que importa.

En la cocina solté su mano para sacar unos platos y servir la comida, aunque me detengo a poner atención a lo que me cuenta. Es difícil imaginar a Mei tomando el transporte público.
-A esta hora no hay muchas personas, tuviste suerte -además por el día es que tampoco debió estar tan lleno- pero aunque no sea algo correcto el haber salido así… estoy feliz de que estés aquí -me acerqué a abrazarlo y después le hice sentarse a mi lado. He comenzado a servir, tengo una sonrisa en la cara porque el estar de esta forma me trae recuerdos- y, uhm… ¿has hecho algún amigo? -pudo hacer amistad con algún enfermero, un paciente o hasta doctor, Mei es alguien sociable, pero ya que la circunstancias son distintas no estoy muy seguro de ello.

Me levanté a tomar una cerveza del refrigerador, y para él tomé una lata de jugo.
-Pasarás la noche aquí, ¿cierto? -me siento entusiasmado y nervioso a la vez, porque dormir nuevamente con él para mí significa mucho. Además, nosotros la última vez terminamos, pero él ahora se comporta como si eso no hubiese pasado.

Debería poder aceptar, pero me siento un poco incomodo con eso aun, pero no es que algo vaya a cambiar, de hecho me gustaría poder verlo.
-Si, creo que si- creo que se nota mi inseguridad, pero quiero intentarlo, porque sufro más por extrañarlo que por la vergüenza de que me vea en ese lugar -Si, lo estoy intentando- me da un poco de pena, pero es que se siente bien saber que he logrado dar ese paso, aceptar que necesitaba ayuda, pese a que era obvio; no es sencillo. La salud mental es algo que se toma con descuido, que solo es para los que estamos muy mal, pero no es verdad, y entender eso me ha costado, pues yo cargaba con todos esos prejuicios, y aun los tengo un poco.

Me río cuando señala que hice algo incorrecto, pero se alegra de verme.
-A mi también me alegra- me río un poco nervioso, porque si, me siento muy feliz de verlo, y es un poco raro, porque ahora creo que soy más consciente de los cambios que he logrado. Con su amigo, en lugar de ponerme agresivo, decidí que era mejor irme, y ahora con él, todos esos enojos que acumulé parece que ya no tienen tanta importancia, y digo tanta porque sé que aun necesito trabajar mucho en eso… en todo.
-Si, un chico que se llama Ren, es como un niño… y me hace salir mucho al jardín- comento lo último como si no me gustara, pero es la verdad, no me gusta ensuciarme, pero ahora creo que hasta comienzo a agarrar gusto a eso.

-Sabes… ya soy mayor de edad- le comento bromeando un poco y me río tomando aquel jugo -Pero te acepto el jugo- como un poco, tengo mucha hambre y es genial comer algo más que no sea solo la comida del psiquiátrico.
-Amm, si, ese era el plan… - siento ese ardor en mi rostro.

¿En serio está bien si lo visito? Yo deseo verlo desde hace mucho, aunque una vez que estuviéramos de frente no tenía idea sobre qué decir. Pero es algo que ya no debo pensar demasiado, él está conmigo e hizo algo imprudente solo para verme, así que le creo. Incluso sin eso, Mei es alguien muy orgulloso como para mentir que desea verme si en realidad no lo siente, no luego de todo lo que pasamos.
-Iré, definitivamente iré a visitarte -esto es lindo, pero no quiero que las cosas sean una ocasión, quiero que lo nuestro continúe. Por supuesto que intentaré no ser tan imprudente, tal vez debería platicar esto con mi terapeuta y pedirle algún consejo.

Él habla sobre un chico que conoció allí, es lindo que haya hecho un amigo, me pregunto qué tan cercanos son.
-Lo cuentas como si fuese algo molesto -me reí y lo miré, porque a pesar de sus cambios hay cosas que siguen siendo iguales- ¿fue quien te ayudó a salir? Debería darle las gracias la próxima vez -eso sonó como si quisiera conocerlo, y es así, también quiero conocer esa parte de él. Es egoísta porque ha dicho que le avergüenza, no es nada malo pero debería comprender y esperar.

Abrí la cerveza y le di un trago, lo miro con cierto asombro y asiento. Lo conocí cuando era menor, la brecha de edad es bastante grande y es algo con lo que debo cargar desde entonces, porque prácticamente me aproveché de un chico herido. En ocasiones como esa siento que no debería estar a su lado, pero estoy en un punto de no retorno y pienso que no es tan malo. No me enorgullece, pero tampoco dejaré que mis inseguridades ganen.
-Pensé que no era bueno que llegaras mañana con aliento a alcohol. Incluso si solo es una, el haber salido sin permiso ya es suficientemente malo, ¿no crees? -es ridículo, él ya no es un niño y debería darle libertad para hacer sus propias elecciones- pero si tienes antojo… tengo varias en el refrigerador -aceptó el jugo a pesar de todo, y aún así le he dado pie a que elija porque… así debe ser.
Sonreí al notar su expresión cambiar. Es inevitable pensar en ciertas cosas luego de encontrarnos, ha pasado mucho tiempo sin que estemos tan cerca y creo que ambos deseamos algo más. ¿O seré solo yo? Me siento aún más como un tipo pervertido por pensar en esas cosas, puede ser que Mei solo quiera pasar la noche juntos sin ir más allá de dormir al lado del otro.
-Entonces que así sea, pero dormiremos juntos, ¿está bien? -si él se niega lo entenderé, pero igual será difícil no sentirme mal por su rechazo. Creo que el tiempo me ha hecho inseguro, aunque él haya cambiado yo también necesito hacerlo, y debo tenerle más confianza- ¿está bueno? Tohru fue quien me recomendó el sitio donde lo compré -he tomado un pedazo y se lo ofrecí, y después noté que hablé sobre Tohru. Pero… no está mal, nosotros somos amigos y es justo que Mei sepa lo importante que es para mí- por cierto, ¿qué fue lo que te dijo cuando llegaste? -solté un suspiro, a Tohru le gusta molestar a otros, pero también es una buena persona y muy considerado.

Él irá, u si siento emoción y al mismo tiempo me asusta que me vea en un mal día, porque no siempre me siento como ahora. Hay días malos, realmente malos, pero supongo que él ya ha visto muchas de mis peores facetas y no debería avergonzarme… creo.

-Pues porque lo es, me hace salir y el sol es molesto y luego quiere sentarse en el pasto… se pega a la ropa el pasto recién cortado… y- hago una pausa y veo que estoy quejándome tal vez mucho de cosas insignificantes, porque aunque me quejo, las soporto con tal de convivir un poco con Ren -Si, me gustaría que lo conocieras- comento con una sonrisa, pero me siento preocupado de pensar en lo que me dijo, de que no va a regresar. Tengo miedo de no volverlo a ver.

Me río y asiento aceptando que tiene razón.
-Si, es mejor que llegue limpio- comento y río, suena como si fuera uno de esos adictos en rehabilitación… -No, claro que no. No me gusta el sabor es muy amarga- comento feliz con mi jugo.
Dormir juntos, para mi eso era algo que esperaba, tengo muchas ganas de que me abrace y sentirme protegido por él. Extraño poder percibir su aroma antes de caer dormido. Extraño las cosas más simples que pueden existir, pero es que no era consiente de cuanto me gustaban hasta que me vi privado de todo aquello.
-Si, está bien- contesto un poco apenado.
Él menciona a su amigo y asiento sobre la comida.
-Él… am, pues me hizo pasar… la verdad es que es muy confianzudo- admito porque me tomó por sorpresa que me obligara casi a entrar -Yo pensé que era tu nuevo novio y… me dijo que no, que solo son amigos y que estarías feliz de verme- comento algo apenado de admitir lo que mi cabeza maquinó sobre ellos.

Lo miré sonriendo, conteniendome para no parecer maleducado. No me estoy burlando, solo río porque sigue siendo él después de todo, odiando esos detalles porque es un chico criado diferente. Y me gusta eso, me gusta ese chico caprichoso y exigente que no le gustan esas cosas.
-Está bien, no me molesta que me cuentes esas cosas -no importa lo que sea, quiero escuchar incluso esos detalles sobre su estadía- ¿de verdad? Vaya, debe ser muy cercano. En ese caso, me encantaría -solté un suspiro, al menos sé que dentro no se siente tan solo por no tener alguien que le entienda. Sé que no soy el mejor en eso, pero estando fuera no era la única persona en la que se apoyaba. En realidad había personas cercanas a él que le eran de más ayuda que yo. Por eso me siento feliz de saber que tiene un nuevo amigo.

He soltado una risa por cómo describe a Tohru, y asiento porque esa también fue una de mis primeras impresiones, me costó acostumbrarme a su invasiva forma de ser.
-Bastante, pero es un buen chico -él no habla de Tohru como alguien molesto, Mei no tiene mucha paciencia con algunas actitudes y suele ser algo obvio cuando una persona no le agrada, sutilmente y en ocasiones agresivamente. Pero ahora se ve apenado luego de pensar que Tohru y yo estábamos juntos. Definitivamente ha cambiado- no, nosotros solo somos amigos -sé que Tohru lo aclaró, pero quiero decirlo yo también- tiene razón, estoy muy feliz de verte -sonreí y estiré mi brazo para tomar su mano- sabes, le he hablado mucho de ti, tal vez ya lo tenía hasta cansado con el tema -me reí- y no sé si sea prudente decirlo, pero Tohru estuvo conmigo ese día, tengo mucho que agradecerle. Además es un chico muy peculiar, es muy inquieto y hace lo que quiere, me recordaba un poco a ti -aunque al conocerlo más me di cuenta de lo diferentes que eran, porque Tohru pareciera un niño, y Mei tiene una mente más compleja- me alegra que lo hayas conocido, espero que tengamos una ocasión para que se saluden apropiadamente -solté su mano para que continuara comiendo.
Sé que no debo hacer a Mei mi todo, lo he aprendido a la mala y ha sido muy complicado asimilarlo. Lo amo demasiado, pero sé que eso no justifica nada de lo que hice antes, y que también esa manera de demostrarlo y de restringirnos solo nos hacía daño.

Platicamos un poco, se siente bien todo esto. Un poco raro, no puedo negarlo, creo que se siente ese cambio en ambos y tal vez hasta estamos siendo un poco cuidadosos, al menos yo lo estoy siendo porque no quiero arruinar el momento. Lo he extrañado tanto que deseo que este momento sea perfecto porque, todas estas semanas lejos de él, han sido tan tormentosas, no solo por lo vivido, sino por imaginar como debí hacer la cosas, como debimos manejar todo.
-Bueno, tiene que serlo ya que es la única persona con quien me llevo. Al principió había un señor con el que jugaba ajedrez, pero salió y bueno conocí a Ren, es como un niño grande- comento riendo por recordar a mi peculiar amigo.

-¿A mi? bueno si sé que a veces me tomo demasiado confianza, aunque contigo lo hacía para molestarte. Siempre parecías enojado cuando en la escuela me acercaba demasiado-sé que seguramente el sabe que lo hacía para molestarlo -Aunque luego solo lo hacía porque me comenzó a gustar- admito lo obvio, pero nunca lo había dicho.
-Am, si tal vez cuando logre que me den de alta... aunque luego de hoy no sé cuanto vaya a tardar- es un poco triste pensar en planes a futuro, un futuro incierto.
Comemos un poco, bueno la verdad es que dejo mi plato casi limpio y lo miro un tanto apenado.
-La comida en ese lugar es muy insípida... hace mucho que no comía algo tan rico- comento porque me concentré tanto en comer que ni hemos platicado casi nada. Que pena...
-¿Podemos acostarnos y ver una película?- le pregunto y escucho el sonido de afuera, parece que una tormenta está por comenzar.

Saber que tiene alguien con quién contar es alentador, pienso que si antes hubiese tomado las cosas con más calma, no habríamos llegado a ese punto. Pero es inútil arrepentirme por cosas que no hice, lo mejor es centrarme en el presente. Y en mi presente, afortunadamente, aún está Mei. No creí que pudiese volver a charlar con él de esta forma tan amena, compartir lo que hacemos con otros sin alterarnos o mostrar nuestras inseguridades. Fui alguien que siempre trató de mantener los celos bajo control, y sin quererlo y fijarme no noté lo mucho que me dominaban.

Solté una risa y negué con la cabeza, pero ¿realmente puedo hacerlo? Es verdad que me molestaba al principio, pero después incluso yo buscaba su compañía.
-Es… un poco raro hablar de esto, me da un poco de vergüenza también -me reí y aparté la mirada, porque tiene su parte tierna, pero no puedo quitar el hecho de que era mi alumno y yo su profesor- pero la verdad… con el tiempo comencé a disfrutar que me prestaras atención. Tal vez más pronto de lo que te imaginas -me reí y llevé mi mano a mi cabello. Las cosas empezaron de forma extraña, también dañamos a terceros y a nosotros mismos, y pese a ello me alegro que estemos juntos- no importa cuánto tiempo sea, ¿no te parece que soy bueno esperando? -extendí mi mano para tomar la suya. Ante lo hacía porque era mi última esperanza, ahora al menos me siento más seguro, y quiero hacerlo. El que viniera ayudó a reforzar lo que he estado trabajando estos meses.

Terminamos de comer y me levanté para recoger los platos, los lavaré después, pues no pienso desperdiciar tiempo en tareas de la casa si él está aquí.
-Me alegra que lo disfrutaras, debería empezar a planear el desayuno -creo que seré quien lo vaya a dejar, todavía no le he preguntado cómo regresará- claro, además ha enfriado un poco, tu ropa es muy ligera.
No dudé en ir de la mano con él hasta la recámara. Dejé mi saco a un lado, aflojé mi corbata y le pasé el control de la TV para que buscara algo. Acomodé la cama para meternos dentro, y por increíble que parezca, eso bastó para poner mi corazón a un ritmo acelerado. Ha pasado mucho desde que compartimos cama, no solo desde que no nos vemos, mucho antes de eso él dejó de responder y por ello, pensar en dormir juntos, me pone muy nervioso.
-¿Mejor? -puse un par de almohadas en el respaldo de la cama y nos sentamos tapando solo nuestras piernas. Ni siquiera me cambié de ropa, cada minuto a su lado es muy valioso- ¿encontraste algo? -miré la TV, y luego me incliné hacia él para besarlo.

La verdad es que me siento un poquito nervioso, sobre como se pueden dar las cosas, yo, lo extrañaba tanto, y deseaba que esto fuera perfecto, y bueno, si, creo que es más que perfecto. Me ha costado mucho, no voy a negarlo, y sé que ahora mismo podría estar armando tremenda escena por eso de su amigo, por el simple hecho de saber que lo tenía aquí en su casa, como su fuera la de él. Pero quiero confiar en Evan, creo que su felicidad al verme fue genuina como la mía, así que debo controlar mis pensamientos algo negativos, porque no serían para nada de ayuda ahora.
-Oh profesor, usted es un pervertido- digo jugando un poco con eso del pasado, pero la verdad me hace feliz escucharlo. Yo también comencé a sentir cosas por él incluso antes de molestarlo con esas cosas, creo que desde la primera clase que tuve con él a mi me dejó flechado, no sé que era, pero creo que por algo me empecine en perseguir a Asb… creo que solo era una excusa y de forma inconsciente lo justifiqué, porque la verdad es que Asb no se parece en nada a… bueno, él.
-Bueno, supongo que con visitas el tiempo se podría pasar más rápido- Sonrío alegre porque diga eso de esperar, no es que desee tardar años ahí, pero la verdad no es tan fácil, hay momentos en los que pienso que ya estoy tan cerca de estar sano, pero de repente un día descubro que aun me falta mucho. Por lo general ya tengo muchos días buenos, pero cuando hay un día malo a veces se siente como caer hasta el fondo y tener que comenzar de nuevo.

-En el hospital me dan fruta, pan tostado y huevos - hago una mueca al estar cansado de aquello en cada desayuno. Bueno sigo siendo un chico que fue muy mimado desde siempre y mis desayunos siempre eran algo más elaborados gracias a las empleadas de la casa.

Caminamos a la recamara, estoy algo nervioso, la verdad es que con las pastillas y todo eso, no es que sea un hombre con demasiado deseo en estos momentos. Detalles que hasta ahora no parecían importar demasiado.
-¿Me prestas algo de ropa para dormir?- le pido un poco nervioso, pero no voy a dormir con la ropa que traigo, supongo que sigo siendo muy delicado con varias tonterías banales.
Me comienzo a quitar la ropa, la chamarra y la camisa, supongo que el notará que estoy mas delgado y algunos de esos moretones en mi piel, así que trato de vestirme rápidamente un poco avergonzado y me meto a la cama, él no se ha cambiado, y solo me acomodo a su lado.
Correspondo a sus labios, se siente tan bien besar a la persona amada. Es algo que uno no piensa mucho, pero se extraña cuando pasa tanto tiempo sabiendo que no podrás besar tal vez nunca más.