walk on by [Evan]

Dormir en la camilla es tedioso, es incomodo y mi cuerpo siente que ya ha dormido demasiado. Desde que desperté la verdad no tengo muchas ganas de volver a dormir. Tengo miedo de que pase lo mismo, de no despertar, de preocupar a todos.
Porque aunque no me digan nada sus miradas me bastan, no me reclaman, pero me siento como si fuera mi culpa el no recordarlos.

He dormido algunos minutos, pero ya pasa de la media noche y como de costumbre me he despertado ansioso, siento el corazón mi garganta, tan agitado que creo que escucho mi sangre con mis oidos. De nuevo estoy llorando y me quito frustrado el vendaje de mi ojo. Aun me duele el cuello pero ya no tengo que usar el collarin. Pero al menos mi cabello ha comenzado a crecer en la parte donde me raparon...
Mis lagrimas no dejan de salir, no se porque me siento tan triste, siempre me pasa al despertar, mis lágrimas no salen de manera salvaje pero solo no dejan de salir. Me levanto de la cama y solo quiero caminar un rato, cansarme hasta poder dormir, o hasta la madrugada que el doctor decina darme un tranquilizante.
-daré una vuelta- le digo a la enfermera que me mira al salir, ya esta acostumbra a mis paseos nocturnos, y claro, he ocultado mi ojos para que no vea que estoy llorando.
Limpio mi rostro de vez en vez porque las lágrimas me causan un poco de cosquillas.
Hoy no se por donde he caminado, llevo tanto en este hospital y aun sigo perdiendome.

Detengo mis pasos de repente al mirar que hay alguien en el pasillo en el que he terminado, no se porque, pero no puedo dejar de mirarlo, es raro, pero no puedo ni siquiera intentar esconder mis lágrimas... Siento como si fuera alguien irreal, fuera de este mundo, algo tal vez mágico.

Llevo días planeando visitar a Mei, pero llegada la noche siempre detengo mis torpes pasos. Deseo verlo tanto pero tengo mucho miedo de encarar la realidad, porque sé perfectamente que él no me va a reconocer, pero no será lo mismo cuando lo vea, puedo sentir ese nudo en mi garganta y ni siquiera lo tengo un poco cerca, además de que debo mantenerme calmado, no puedo confundirlo o llamar la atención, solo debo ver cómo está, tampoco sé si es buena idea que hablemos.
-Solo ve -la enfermera vino media hora antes a inyectar el medicamento, mi pierna está casi recuperada pero aún necesito muletas para caminar, pero al menos ya puedo levantarme al baño por mí mismo y estoy tomando terapia.
No me gusta darle tantos problemas a Asb, suficiente hizo por mi durante este tiempo, ya no quiero retenerlo, lo nuestro ya regresó a esa vieja amistad pero necesitamos estar un poco separados, no es como si los sentimientos de estos dos años hubieran desaparecido con la nada, y es injusto hacer que me ayude con esta situación. Él también tiene demasiadas cosas en qué pensar con ese chico.

Tomé las muletas y me levanté para salir de la habitación, el pasillo está muy tranquilo, hay días que todos andan de un lado a otro, pero afortunadamente hoy no existen emergencias, al menos no en este piso.
-¿Y qué excusa voy a usar?, es media noche -ni siquiera pensé en cómo llegaría, podría solo mirar un poco y volver, pero ¿tiene caso?. Tengo grabado el número de su habitación, solo debo pensar algo mientras llego hasta allá. Me paré frente al elevador y justo antes de apretar el botón di media vuelta- le llevaré algo de tomar -me regresé a la máquina que está a unos pasos de mi cuarto, pero ¿qué compro?, y ahora que me fijo no tengo un solo centavo conmigo, los nervios deben ponerme más idiota de lo normal. Sin mencionar que seguramente tiene una dieta estricta, ¿cómo se supone que le lleve un dulce?, aunque tampoco debe hacer gran daño- esto es un desastre -solté el aire y me quedé en medio del pasillo pensando, tomando valor de algún lado porque no estoy seguro todavía. Pero no debo huir más, no sé cuando él vaya a salir del hospital y para cuando suceda, será imposible encontrarlo- solo ve -hablé conmigo y di la vuelta para ir de nuevo hacia el camino que me llevaría hasta él, pero me detuve al ver alguien a lo lejos.

-Mm... buenas noches -me acerqué despacio y di apenas tres pasos antes de detenerme, y mi corazón hizo completamente lo contrario, esa usual reacción que tiene cada vez que lo veo. Me mordí el labio, estaba por gritar su nombre, y si pudiera correría a abrazarlo, es él. Pero no me moví por un minuto, tal vez menos, y tomé un poco de aire para aguantar esas ganas de hablar, de llorar y decir tantas cosas que ahora vienen en conjunto a mi cabeza- ¿testás bien? -lo primero que se me ocurrió fue eso, y a pasitos llegué hasta él, luce más delgado, pálido, y no puedo evitar ver su herida en la cabeza- deberíamos sentarnos -señalo con mi cabeza la banca más próxima, mi pierna no está en condición de andar mucho, menos ahora que mi fuerza se ha escapado de repente.

Su voz es agradable, mi corazón a dado un vuelvo en mi pecho. Quiero desviar la mirada pero no puedo, sus ojos. Sus ojos son tan agradables, yo no puedo dejar de mirarlo, parpadeo un par de veces para que las lágrimas caigan y pueda verlo un poco mas claro.
El vuelve a hablar pero yo sigo sin decir nada, no se que hacer, ¿esto es real? No puede ser un sueño, mis sueños suelen ser… no se como son, nunca los recuerdo, pero se que se sienten mal, tanto que lloro por horas.
Se acerca poco a poco a mi, esta lastimado y me siento preocupado por él ¿Que le ha pasado? tal vez le duele mucho y aun así parece preocupado por mi.
Vuelvo a no decir nada, aunque quiero hablar, pero no se que decir, ni hacer, no sé, aunque sea alguna señal de que he entendido, pero solo atino a encaminarme a aquella banca que me ha indicado. Quisiera ayudarlo, pero me siento un poco raro, ¿tímido? Si, eso es. ¿Y si lo toco y desaparece?

Tomo asiento y como he podido, no lo sé, pero al menos he dejado de mirarle con tanta fijeza. Suelto un suspiro y relamo mis labios, estoy tan embelesado por lo que esta pasando que ya ni siquiera me importan mis lágrimas.
-¿que te pasó?- pregunto preocupado mirando su pierna y evitando sus ojos. Son tan bonitos. Me siento un poco tonto ahora, he conocido gente hermosa, no es la primera vez… pero… él es… no se ni como describirlo. Si Khaled mi viera ahora seguro que se enojaría por como he mirado a este hombre.
Limpio mis lágrimas con cuidado, aunque no se para que si se que saldrán más, realmente dejar de llorar es algo que me cuesta hacer.
-Soy Meier- me presento estirando mi mano para estrecharla de manera educada con la suya pero me doy cuenta que esta mojada con mis lágrimas así que la retiro, la limpio en mi ropa de dormir y se la vuelvo a ofrecer -lo... lo siento- digo apenado por mis pesimos modales, me estoy comportando como un tonto -yo no quiero llorar pero las lágrimas no dejan de salir- explico porque me siento muy avergonzado.
Levanto la mirada otra vez quiero ver sus ojos de nuevo, hay algo en mi cabeza que duele casi al instante, ¿que és? no lo sé pero la una punzada me hace cerrar los ojos con fuerza y tomar con mis manos mi cabeza.
Perseguir lo que esta oculto en mi cabeza duele, lo he intentado pero siempre duele mucho.

Él no responde ninguna de mis preguntas y eso me pone más nervioso, emito un sonido pero nada, solo se me queda viendo como si… como si no me conociera. Y siento ese nudo en mi pecho, el estómago pesado y un poco de dolor de cabeza. Sé que es una reacción por la impresión de verlo tan extraño a mi, de mis emociones y mi cabeza revuelta, o tal vez consecuencia del accidente. No lo sé, pero me siento tan mal que evité su mirada para ir a sentarme hasta la banca, y con cuidado dejé las muletas al lado contrario de donde él se sento. El sentimiento de estar tan cerca siendo extraños me daña, pero aún así es mejor que simplemente no saber nada. Tenía muchas dudas, y él solo vino a mí, eso debería bastarme para tener algo de fuerza y seguir adelante. Comenzar de cero, eso necesito, aunque no sé qué pasará después  o si él recordará algún día, pero al menos tengo la oportunidad de verlo nuevamente.

-¿Mm? -llevo la vista hacia él y me quedo viendo su rostro, a pesar de todo él es tan atractivo- me fracturé la pierna, pero ya estoy mejorando -su voz preocupada me alivia un poco, efectivamente soy un extraño para él pero al menos no ha sido un rechazo. Y me siento confundido, porque a pesar de que extraño esa aversión que últimamente tenía hacia mí, también me gusta sentir que al menos por cortesía le preocupo. Pero dejo de pensar en esas cosas que parecían bonitas para concentrarme en sus mejillas, sus lágrimas pegadas se ven arrastradas por sus manos, y luego otras más recorren el mismo camino- Evan -estiré mi mano y quedó al aire, mi voz suena apagada, el presentarme nuevamente, duele- está bien, descuida -tengo tanto miedo de preguntar qué le sucede, miedo y ahora una emoción inexplicable al sentir ese tacto formal. Tal vez dejé que mi mano acariciara muy leve la suya con el saludo sencillo, y la bajé despacio. No puedo dejar de verlo, y entre más lágrimas salen de sus ojos, más duele mi pecho.

Solté un suspiro cuando cubrió su cabeza, ese golpe debe doler, me siento culpable.
-¿Qué es lo que te pasa? -trate de calmar el montón de ideas y llevé mi muñeca a su cara para limpiar más de esas lágrimas con mi bata- ¿qué te sucedió a ti? -señalo su cabeza con mi dedo, traté de meter una pregunta casual en esta situación, aunque lo normal sería llevarlo con una enfermera para que vuelva a su habitación, pero ya que tuve la oportunidad egoístamente quiero tomarla, estar un poquito más con él, escucharlo, verlo, tocarlo.

-Debio doler- digo haciendo un gesto de solo imaginar, aunque no se como debe doler la pierna, pero con todos los daños que yo estoy superando el dolor era algo desagradable, pero al menos parece que lo peor de mi situación la pasé cuando estaba dormido.
-Evan- digo su nombre muy bajito y no se porque suelto una sonrisa. Creo que el me pone muy nervioso.

Me concentro en mi respiración y solo dejo de pensar en lo que tal vez ni siquiera esta en mi cabeza y solo me concentro en el sonido de mi respiración y luego en su voz, en cada una de las silabas que el iba soltando.
-fue una punzada- explico alejando mis manos poco a poco cuando el dolor comienza a pasar -¿a mi?- claro tonto, si eso te acaba de preguntar… pero me he puesto nervioso por sentir como limpia mis lágrimas, creo que mi cara arde un poco -la verdad es que no lo sé, no me dicen mucho, creo que estuve en un choque, si, si, eso me dijeron- explico dejando que mi lengua se vaya un poco, estoy hablando mas de lo que debería y seguro mamá me regañaría, ella siempre me dice que nunca debo exponer mi vida a otros, menos a desconocidos, pero es como si no pudiera solo mentirle o guardar para mi solo lo que me pasa -estuve en coma por un tiempo, y luego desperté, dice que perdí la memoria- digo cerrando los ojos por otra pequeña punzada pero el dolor es soportable -me dan muchos dolores de cabeza y ahora tengo insomnio, supongo que porque dormí demasiado- digo bromeando un poco pero mis manos juegan nerviosas entre ellas -y si duermo, despierto llorando a menos que me den algo para dormir, algo muy fuerte- por favor Meier ya cierra la boca -siento si hablo mucho, no tengo muchas personas para hablar, las personas de mi familia, ellos creo que no tienen la cabeza para escuchar mis quejas- digo cabizbajo mirando con fijeza el suelo -me siento culpable por olvidar parte de mi vida, no es como si yo lo hubiera planeado... o no lo sé, no lo recuerdo- digo soltando una risa herida -pero cada vez que miro a sus ojos, siento como si esperaran que yo solo recordara, pero no se como hacerlo... sigo hablando demasiado- es la primera vez que hablo tanto con alguien desde que desperté... -supongo que deberia irme, ya debo haberte molestado mucho- pero ni siquiera intento ponerme de pie.

Me quedé callado, mirándolo, sabía ya la respuesta pero sería demasiado sospechoso y además grosero el no haber preguntado. No es como si supiera todo sobre él, aún desconozco demasiado de Meier pero este frente a mí es aún más ajeno a mis recuerdos, y debo pretender ser un desconocido que se topó en el pasillo, porque si no solo traería más dolor del que ya debe cargar.

-Lo lamento -me disculpé con honestidad, por haberle llevado a ese punto, por arrebatar todos sus recuerdos y también por todo lo que hice, dañar sus sentimientos, ser orgulloso y sobre todo un tonto. Pero mi disculpa más grande va a todo lo que no tuve el valor de hacer.
Escuchar cada frase, esa manera en que él habla y se hiere, me recuerda un poco al pasado cuando lo encontré ese día en el parque. Tal vez la situación es diferente pero siento nostalgia por vernos sentados charlando sobre nosotros de cosas que salen inevitablemente- no, está bien -mi respuesta fue apresurada cuando se disculpó por decir tanto, porque si es verdad que nadie más puede escucharlo, si al menos puedo ser ese extraño con el que se desahoga aun cuando no signifique nada para él, deseo ese sitio- por favor… -trago saliva, siento mi garganta cerrada. Es solo mi cabeza que intensifica la sensación de aguantar el llanto, ya lo sé- yo tampoco puedo dormir, así que está bien si te quedas conmigo y hablamos -fue una súplica que estoy seguro notó, o por el estado en que se encuentra puede que no, estoy demasiado consciente de todo.

Y rememorando las palabras que acaba de decir sentí ese quemar en mi pecho que me hizo soltar unas cuántas lágrimas. ¿Por qué estoy llorando?, o la pregunta precisa es por qué no soy más fuerte, debería, no tengo derecho a mostrar debilidad frente a él después de dañarlo. Pero cada cosa que dice y hace me afecta, hoy, antes, y seguramente durante mucho tiempo seguirá pasando.
-Lo siento, tengo un poco de dolor en mi pierna -porque sería demasiado extraño que una persona desconocida se conmoviera hasta las lágrimas por lo que él dijo, es normal sentir empatía o incluso lástima, pero sufrir por eso no, así que no me queda nada más que ser ese extraño agradable.
Limpié mi cara y me giré para sonreírle, me gustan tanto sus ojos, sus labios, Tengo ganas de muchas cosas, por ejemplo reírme con él o besarlo, o abrazarlo y decirle que puedo acariciar su cabeza a ver si eso le ayuda a dormir. Son meras ilusiones que me provocan sus ojos.

El se disculpa y no se porque lo hace, se siente raro escuchar eso de él, debe ser porque no nos conocemos, pero creo que es una persona amable, no ha sido grosero conmigo pese  a que solo soy un niño perdido en el hospital… no, no lo soy, ya estoy cerca de ser un adulto pero lo olvido…
Incluso acepta que me desahogue con él, supongo que solo le estoy dando lastima, cualquier otro día, algo como eso me haría solo irme de inmediato, mi orgullo me impediría solo permanecer con alguien que me tiene lastima… un Konoe como yo no toleraría algo como eso… espera, no, ya no tengo ese apellido. Me siento tan perdido, esta nueva vida todo en ella no lo comprendo.
-eres una persona muy amable- no me quiero ir, aun si se trata solo de lástima, no quiero estar solo, no quiero tener que hablar a la enfermera y estoy un poco cansado de las agujas con medicina para poder dormir.

Miro preocupado cuando dice que tiene dolor, me levanto nervioso.
-iré por una enfermera- le digo preocupado -¿quieres que te lleve a tu habitación? ¿esta lejos? ¿pido una silla de ruedas?- me siento nervioso y creo que estoy entrando en pánico. Mis lágrimas comienzan a salir con mas fuerza, ¿por que no se calman.
Al final solo me he inclinado hacia el y le he abrazado, no se porque, mi cuerpo solo se ha movido, el ver sus lágrimas me ha hecho reaccionar de esta manera, pero el llora por dolor, un abrazo no le servirá de nada -lo siento no se que hacer- digo llorando ocultando mi rostro en su cuello, le abrazo con la fuerza que mi condición me permite, aspiro su aroma, huele un poco a hospital pero hay otro olor ese es el de él, es agradable, mucho muy agradable. Me siento tranquilo, muy a gusto.
¿Pero que estoy haciendo? Me olvidé de su pierna… le dolía y yo estoy abrazándolo y consolándome a mi mismo.
iré por la enfermera- digo separándome lentamente de él y me doy cuenta de algo, ya no estoy llorando -eres como mágico- digo tocando debajo de mis ojos que ya no sueltan lágrimas-

Sonreí y asentí cuando habló de mi amabilidad. Si se tratara de un extraño claro que le ayudaría, y eso podría definirme como esa clase de persona, pero dudo que me preocuparía más de lo necesario, sería mejor solo pasarle la responsabilidad a una enfermera, porque tampoco soy la clase de persona que escucharía a alguien que la pasa mal solo porque sí, mucho menos rogaría porque se quedara. Pero con él fue diferente desde el inicio, tal vez porque era la clase de persona que no me había topado antes, alegre, a veces falso. Me molestaba su presencia y sin darme cuenta me fue atrapando, y hubo un momento en que yo ya no podía dejarlo solo.

-No, la enfermera no -eso sería un problema grande, creo que la mayoría en este piso sabe que no debo acercarme a él, o tal vez no pero de cualquier forma van a separarnos, y no quiero acortar nuestro encuentro antes de tiempo- estoy bien, acaban de inyectarme así que solo debo esperar a que haga efecto -es muy absurda mi respuesta, pero no me queda de otra, estoy desesperado porque se quede y también por justificar mis lágrimas.
Tuve un pequeño ataque de pánico por la idea de perderle de vista y arruinar la oportunidad, tal vez se notó en mi cara porque él simplemente me abrazó. Y me sentía calmado y ansioso, quería abrazarlo fuerte pero mi shock fue tan grande que solo seguí llorando y mis brazos se quedaron quietos al principio. Su calor, sus latidos, su aliento, todo lo que refiere a él me hace perder la cabeza, es tan injusto que haya hecho esto pero entiendo que sus intenciones son buenas, aún así me lastima que me abrace cuando me ha olvidado- no tienes que hacer nada -mis brazos por fin se movieron y apreté un poco su cuerpo entre ellos. Si me lo pienso bien esto es extraño, pero no puedo evitar aprovecharme de la oportunidad. Quisiera saber qué piensa de mí ahora, de que yo también lo abrazo y de que su gesto me parezca algo normal.

Nos separamos y agaché la cabeza avergonzado, si lo tengo tan cerca me es más complicado controlarme.
-Está bien, se me pasará pronto, más importante… -levanté la vista para encontrarme con sus ojos y esa frasesita inocente, y estiré mi brazo para alcanzar su mejilla y hacer una caricia- ¿te sientes mejor? -estoy completamente perdido, debo actuar como adulto responsable, tengo que comportarme como el extraño que se supone que soy, pero me lo pone tan complicado. Él definitivamente es lindo por naturaleza, se ve distinto a como lo recuerdo pero sigue siendo encantador, ya sea resongando o siendo honestamente amable, a mi siempre me parecerá lindo- mi habitación es aquella -bajé mi brazo al darme cuenta de mi imprudencia, y tomé una de las muletas para ayudarme a levantar, luego la otra para apoyarme completamente- ¿me acompañas? creo que será más cómodo platicar allá -no quiero que alguien nos vea, y ya sé que me traerá más problemas si nos ven en la habitación, pero ya me da igual.

Me siento tan pequeño cuando el me envuelve en sus brazos, es tan raro, pero mi vida no deja de ser rara desde que desperté ese día. Tengo un padre, un hermano, otro apellido, años en blanco, ¿es mas raro estar abrazado a un extraño y sentir esta paz? pues creo que no es mas raro que todo lo demás que me ha estado pasando.
Me gustaría quedarme así, sentir esta paz que este hombre me esta brindando. no quiero que esto se acabe. Por primera vez desde que desperté me siento a gusto, incluso hasta creo que estoy relajado.

El vuelve a decir que no a lo de la enfermera y yo solo no digo más.
-si me siento mejor- admito un poco apenado por su mano en mi rostro.
Esta persona es muy agradable, hace que mi corazón brinque en mi pecho emocionado. Me siento un poco atontado de solo mirarlo, y esto no esta bien, Khaled... pero dicen que nosotros terminamos, el no ha venido a verme. Eso me duele, yo lo extraño tanto, no recuero porque terminamos,  pero debe ser verdad si no se ha aparecido ni una sola vez, entonces no debe ser tan malo si yo me emociono al conocer a esta persona.

Muevo mi cabeza en una afirmación aunque con inseguridad, pero aun así le sigo a su habitación. A cada paso me siento mas nervioso, no puedo dejar de pensar en Khaled y en que debo seguir con mi vida, ¿pero como puedo seguir si ni siquiera se donde me quede? un escalofrío hace estremecer mi cuerpo de solo pensar esas cosas. 
-¿tu tampoco puedes dormir?- no suelo ser tan mal educado con las personas mayores, pero con él solo no lo estoy haciendo y apenas lo estoy notando -tal vez me volví una persona grosera- comento para mi mismo porque lo he hecho de manera tan natural que no se siente raro, o no se sentía raro hasta que lo he notado.

Una vez en la habitación me he quedado sin palabras, solo me siento muy nervioso, mi mirada se vuelve esquiva.
-ya no se que decir- comento con los ojos clavados en mis manos que juegan nerviosas entre ellas -¿llevas mucho tiempo en el hospital?- pregunto solo para no estar en silencio, creo que el silencio me pone mas nervioso. No siquiera se si sentarme o quedarme de pie, mejor me espero a que el me diga.

No pensé que sería raro invitarlo a mi habitación hasta después que él acepta, cualquiera diría que no y que si tengo intenciones ocultas, pero Mei se porta tan obediente ahora, es tan extraño, siempre buscaba la forma de llevarme la contraria sin importar su humor, no me acostumbro a este chico tan tranquilo y obediente.
-Me alegro por eso -no puedo seguir preguntando por qué lloraba, además de saber la frustración que de alguna forma comprendo, lo mejor es evadir el tema, por el bien de ambos.

Caminé despacio con él siguiéndome, me siento como fugitivo, con un cosquilleo en el pecho por la emoción. Porque a pesar de que no significo nada para él, para mí sigue siendo una persona muy importante, y sobre todo no puedo controlar el amor que le siento, me ha hecho actuar imprudente y seguro no detendré esos pequeños impulsos.
-No, hace días que duermo mucho, aproximadamente después de las dos o tres de la mañana es que empieza a vencerme el cansancio -no necesito de medicamento para dormir, me gusta fingir que lo estoy cuando la enfermera da sus rondas porque quiero evitar una consulta por ese hecho, porque ya conozco la razón, me la paso pensando en él y en cómo serán las cosas a partir de hoy. Algunos días imagino que me recordará y todo es un mal sueño, otras más pienso que tal vez se vuelve a enamorar de mi y somos dos estúpidos felices, las peores veces se convierte en una pesadilla similar a la realidad- no te preocupes, me alegra mucho haberte encontrado… -aclaré mi garganta y abrí la puerta de mi habitación, tengo que controlar mi lengua.

Me senté en la cama y dejé las muletas donde siempre, él parece nervioso y me río por su honesta reacción.
-Está bien, ¿por qué no te sientas primero?, además es tarde, no podemos alzar mucho la voz -es solo una excusa para que esté cerca de mi, y aunque ya estoy tranquilo aun me emociona el verlo tan tierno, y me duele a ratos recordar que somos desconocidos- hace… ¿dos semanas?, no, ya tengo más de tres… -somos tantos pacientes que dudo haga conclusiones sobre el tiempo, porque vamos, él no está pendiente de cada palabra que digo- ¿y tú?.

Ni siquiera se que decir, pero muevo un poquito la cabeza y sonrío levemente cuando dice que se alegra porque me siento mejor. Pero aunque esto es raro, me sigo negando a solo querer aceptar que lo es. Porque es de lo que mejor me ha hecho sentir últimamente.
Cuando mamá me visita ella parece tan triste, mas cuando le preguntaba por Khaled, por eso he dejado de mencionarlo frente a las personas. Siento que algo me ocultan, pero no entiendo la tristeza en los ojos de ella. Por otro lado Aaren... mi hermano, esta tan raro estar con él, siento un peso en mi pecho, algo que me hace un poco complicado hablar con él, aveces cuando miro sus ojos me siento culpable de algo y no se que es, ¿habremos peleado antes de todo esto? tengo miedo de preguntarle...

Asiento como si me identificara con lo que dice, yo se lo que es estar despierto hasta que el cansancio vence, pero incluso esas veces las pesadillas aparecen, aunque no entiendo como es que al abrir mis ojos no puedo recordar nada de lo que he soñado, se que es horrible, me hace sentir tan mal, muy triste y desesperado, aveces quiero gritar por la desesperación, pero no se que clase de pesadillas me atormentan, y no importa que tan cansado esté, ellas siempre aparecen, por eso necesito medicamentos... al menos así me pierdo casi por completo.
-se lo que es eso, por eso tengo que salir a caminar todas las noches, hasta que me siento muy cansado o hasta que la enfermera decide que necesito ayuda para descansar- comento tratando de sonreír por lo que digo pero creo que se me nota lo nervioso que esto y no me sale una sonrisa sincera. Desearía ser mejor para mentir, pero el peso de todo esto me sobrepasa -a mi también- contesto bajito por lo apenado que me siento de decir esas palabras.

Miro el lugar buscando donde sentarme y lo hago junto a la cama.
-no hablaré fuerte- digo hablando como si fuera un secreto, pero aun así un poco fuerte para que el pueda escucharme, pero creo que sería complicado, así que jalo la silla para acercarme mas a su cama -je je, así será mas fácil- digo apenado por lo tonto que seguro me he visto antes por no haber jalado la silla y haber hecho ese "susurro" demasiado elevado.
Lleva ya bastante tiempo aquí, debió ser grave lo de su pierna, mis ojos van hasta ella y hago un gesto de dolor.
-¿yo? ammm, ammm creo que mas o menos lo mismo, pero podría decir que para mi han sido como una semana y media, tal vez dos... no sé el tiempo lo siento tan raro- explico y no puedo ocultar lo incomodo que me siento con lo que acabo de decir.

Creo que de las cosas que más siento cuando estoy con él ahora es culpa, aunque de cualquier forma no estaba bien, y siempre que intento meterme en su vida y arreglar algo, lo empeoro. Sé que no fui yo el de la imprudencia, pero el hecho de haber estado conmigo hace que me sienta responsable por el accidente, y no imagino cómo se sentirá una vez recuerde todo, incluso puede que me odie por hacerle tantas cosas malas y no haberme rendido, es como si buscara dañarlo todo el tiempo, mi necesidad de él no nos hace bien a ninguno de los dos.

-Debe ser agotador, querer dormir  y no poder hacerlo, y el medicamento a veces nos hace dependientes, tampoco es bueno -yo no tengo que recurrir a eso, porque no es como si no pudiera dormir, es solo que lo hago a destiempo por el estrés. Trato de pensar en algunas otras cosas que deberé arreglar una vez salga del hospital, como mi trabajo, por ejemplo, que tengo bastante acumulado y he tenido que pedir me traigan. O incluso mi destrozado auto, ni siquiera me molesté en llamar a la agencia para estar al tanto, fue gracias a mis padres que se pudo hacer un arreglo.
Al final él no se sentó conmigo, pero me basta con poder platicar. Quiero saber un poco más de esta persona frente a mi, su personalidad es tan distinta, ¿cuántos años perdió?. Sé que son más de dos pero no con exactitud.
-Bueno -respondo sonriendo, me causa tanta ternura su forma de hacer las cosas- mmm… debe ser pesado para ti, ¿cómo te sientes físicamente? -mi mirada se muestra preocupada, hay tantas preguntas y tan poco tiempo. Entiendo que debería preguntar otras cosas como ¿cuántos años tienes? o ¿tus padres están contigo?, pero ya sé la respuesta y hay otras cosas que me interesan, y seguramente él ya piensa que soy muy raro.

Suelto un suspiro muy largo, debo cambiar el tema, de cualquier forma él no va a recordarme y si no soy cuidadoso puedo causarle una crisis ¿no?, o hacer que le de miedo y pasaré de ser un extraño amable a un acosador.
-Bien, parece que no sabes mucho sobre ti… ¿qué tal contarme cosas sencillas?, como por ejemplo tu color favorito, esas cosas no cambian con el tiempo… -me quedé callado, en mi intento por ser un buena gente dije cosas tan típicas de un terapeuta- o puedes platicarme de lo que quieras. Lo siento, es que no me gustaría hacerte sentir mal o verte llorar por algo que dije, así que… lo siento -estoy demasiado nervioso, ni siquiera sé por dónde empezar. Me conformo con estar aquí con él pero para Mei no debe ser lo mismo.

-en realidad creo que no se si prefiero estar dormido o estar despierto- confieso desanimado, aunque creo que no he estado animado en ningún momento desde que he salido del coma -intento no depender de la medicina, pero sino lo hago cuesta mucho dormir. Ni siquiera yo mismo se que es lo que quiero o no - suelto el aire de mis pulmones por mi boca en un suspiro cansado y pesado.
-pues depende, ya no necesito medicina para el dolor, aunque aun duele mi hombro y un poco mis costillas, pero creo que por ahora me pesa mas todo lo emocional. Parece que estoy deprimido, el médico le dijo a mi mamá que tengo que ir a terapia- de nuevo suelto mas detalles de lo necesario

Le miro un poco confundido, me siento como si ahora cualquier persona descubriera que he perdido la memoria, pero creo que solo estoy exagerando, yo he dado una respuesta tan ambigua que seguro parece que solo estoy muy disperso.
-el verde- los ojos de Khaled se aparecen en mi mente. Recuerdo sus ojos con tanto detalle pero no puedo recordar otras cosas- mi color favorito es el verde ¿el tuyo cual es?.
 Que persona tan buena es este hombre, parece preocupado por mi de manera genuina. Recuerdo que antes, cuando apenas dejaba de ser un niño, no era mas que un tipo prepotente que gustaba de humillar a otros, de demostrar mi superioridad. Fue hasta que Khaled se metió en mi corazón que cambié, el era noble y bondadoso, tanto que aceptó ser amigo del tipo que intentaba que lo expulsaran. No creía que nadie mas pudiera tener un corazón tan dulce y noble, pero creo que Evan también tiene un corazón hermoso.
-no me haces sentir mal, yo solo me siento tan confundido todo el tiempo- le digo para que no se preocupe de más, no es su culpa la manera en que yo me estoy comportando -también me gusta jugar ajedrez e ir a pescar- digo con una sonrisa debil y pienso ¿cuando será el día que papá aparecerá para verme? ¿no vendrá? no he preguntado a mamá sobre él, el día que pensaba preguntarle ella llegó del brazo de mi nuevo padre así que me pareció imprudente preguntar, seguro ella se enojaría. Seguro que también me va a regañar temprano al ver como me que quitado lo que cubre mi ojo, ahora ni siquiera lo estoy intentado ocultar, este hombre no ha dicho nada, ni siquiera me ha mirado raro, así que solo por una vez me siento tan mal coo para poder ignorar la condición de mis ojos.

Estrujo la bata en mi mano a la altura de mi pecho, y aprieto los dientes para evitar salir más disculpas. Porque es raro ¿no es así? el querer disculparme, dar explicaciones o confortar una situación que parece entiendo muy bien. Espero en verdad que esa inocencia que de repente emana le impida ver mis intenciones, y ojalá ignore esa mirada de tonto que pongo cuando lo veo a los ojos.
-Deberías tomar en cuenta esa ayuda, creo que muchas veces necesitamos de alguien más para superar algunas cosas -aunque no tengo idea de cómo lidiar con una depresión, y ahora yo he evitado a toda costa el consultar a alguien. La enfermera lo recomendó, tal vez no puede olvidar mi reacción al enterarme o mi constante acoso preguntando por él y si puedo, aunque sea un poco, asomarme a ver cómo se encontraba. Pero a pesar de sentirme tan triste y frustrado, mi estado emocional no es fatal, intento conseguir fuerza de eso y poder seguir adelante, hacer las cosas bien y por supuesto, busco respuestas que sé ningún adulto me va a dar porque lo que estoy haciendo está mal en muchos sentidos.


Ni siquiera pensé que funcionaría mi pregunta simplona, pero sonreí por ver que él no parece importarle mi plática sin chiste, se quedó aquí conmigo.
-El azul -soy un hombre muy sencillo, y nunca pensé en qué color me gusta o mi comida favorita, no tengo preferencias tan marcadas. Me siento relajado por sus palabras calmadas, es extraño que él siendo un torbellino la mayoría del tiempo ahora se encuentre tan sereno en una situación tan desagradable- ¿eres bueno en eso? -pregunto curioso, como si descubriera pequeñas cosas, me emociona- si te sientes aburrido algún día, podemos jugar, aunque desde la universidad que no lo hago, y tampoco era mi fuerte -suelto una risita y termino viendo sus ojos de nuevo. La luz de la habitación es muy tenue, apenas puede esa lámpara de la esquina iluminar el amplio cuarto, es adecuada para las personas que no pueden dormir con total oscuridad, y ahora siento que nos da un poco de privacidad. Y me quedé un rato perdido en ese brillo distinto uno del otro, soy un caso perdido- ¿qué más te gusta hacer? -agaché la vista avergonzado y comencé a mover mi pierna sana, estoy nervioso, feliz, triste. Cuando estamos juntos tengo un sin fin de emociones.

Soy una persona que ama la calma por sobre muchas cosas, que prefiere una vida tranquila y monótona a algo que no sabe cómo controlar. Y Mei siempre me dio todo lo contrario, no podríamos tener una plática tranquila, él no se estaba quieto y las pocas veces que pasó, mi corazón seguía palpitando como loco, como si se hubiera acostumbrado a su inquietud y por consecuencia se emocionara al sentirlo cerca. Y ahora que estamos con un poco de paz, aún así me siento ansioso, y tal vez si nosotros estuviéramos bien y esas cosas malas no hubieran pasado, creo que yo estaría de la misma forma.

Llevo a mi cuello la mano de mi brazo que esta mas sano. Me doy un pequeño masaje porque me duele un poco, creo que tal vez mañana tendré que usar el collarín por un rato.
-eso dicen- no me gusta hablar de mis problemas con nadie, aunque ahora lo hago con un extraño -mi madre me enseñó a guardar mis problemas para mi mismo, así que creo que me costaría ir con un psicólogo- confieso un poco incomodo por la sola idea -seguro que no me creerás eso porque ahora hablo mucho contigo. De hecho eso es raro, yo solo me siento bien hablando contigo y apenas se tu nombre... por eso creo que eres mágico- siento mis mejillas arder un poco por la vergüenza de mis recientes palabras.

Creo que a la mayoría de los hombres les gusta el azul, me parece que es como un estándar de ser hombre. No piensan realmente en los colores, solo creen que les gusta el azul y ya.
-¿y si es el azul o solo lo dices por decir? tengo un amigo que decía que su color favorito era el azul, pero siempre que compraba algo, era verde... así que un día le dije, tu color favorito es el verde y fue como una gran revelación para él- suelto una risita por la anécdota, pero realmente creo que eso le pasa a la mayoría de los hombres.

-lo soy- en mi voz asoma algo de orgullo porque se que nadie espera que yo sea bueno en algo como el ajedrez, pero realmente me gusta, siempre aprender jugadas nuevas, adelantarme a los movimientos de mi oponente -mi nivel es de campeonato, aunque nunca quise ir a uno...- corto mis palabras porque ahora tengo una duda ¿y si alguna vez fui a uno? perder tanto tiempo hace que todo parezca tan posible -sería divertido ganarte un poco- declaro mejorando mi ánimo con la sola idea.
Me detengo a pensar que mas me gusta, en realidad no soy una persona demasiado simple -pues me gusta escuchar música, salir con mis amigos, y cosas así, creo... bajo la mirada porque me siento apenado de no poder decir algo como "me gusta leer" no quiero que piense que soy un niño tonto con gustos superficiales -pero soy muy inteligente, realmente lo soy- suelto con un poco de desesperación intentando mejorar la imagen que pueda tener sobre mi. Pero ahora que lo pienso ¿que persona inteligente necesita decir que lo es?

Suelto un bostezo, y siento un poco pesados mis ojos, es raro que yo tenga sueño a esta hora. Es como si de repente todo el cansancio de todos estos días me golpeara, también me hago un poco mas consciente  de mi cansado cuerpo.
-me duele un poco el cuello, ¿puedo recostarme en tu cama por un momento?- la verdad es que me duele bastante.