Reencuentro [Evan]

Recuerdo del primer mensaje :

No sé cuanto me toma armarme de valor, siento como si llevara horas aquí. Pero es mejor que lo haga ya.
He subido hasta por las escaleras, creo que quiero retrasar esto tanto como sea posible, y camino tan lento hasta su puerta, pero por fin me animo a tocar. Mi corazón late fuerte ante la expectativa de volver a verlo.
La puerta suena y se mueve dejando ver a una persona, un desconocido.
-¿Amm? creo que me equivoqué- ¿caso se mudo?
-¿Buscas a Evan?- pregunta con una sonrisa en su rostro.
-Si, ¡no!- me corrijo rápido, Evan ha seguido con su vida ¿que esperaba yo? soy un tonto -Me tengo que ir- me giro para irme pero el me toma de la mano y me detiene.
-Adelante, ¿eres Mei? estará tan feliz de verte- me dice, él es extrañamente amable y su sonrisa es casi imposible de no corresponderle. De alguna manera me ha arrastrado a la sala y me siento en el sofá.
-¿Tú eres?- cuestiono muy nervioso, solo quiero irme, no quiero ver que ahora tiene a esta persona que parece tan amable, Asb también lo era. Todos son mejores opciones que yo y esta vez me detesto porque puedo aceptarlo.
-Mi nombre es Tohru- dice mientras camina a la cocina, se mueve como si este lugar fuera su casa.
-Evan y tu… ¿ustedes?- intento preguntar, él parece que se ha puesto agua para preparar té.
-Él y yo… - sonríe, esa sonrisa es traviesa… eso quiere decir que ellos.
-¡Basta! no quiero escucharlo. Yo me voy- le digo poniéndome de pie, no sé como permití que el me arrastrara a esto y solo escucho como se comienza a reir a carcajadas.
-Ya, ya, tranquilo, Evan y yo somos amigos, solo eso- me dice riendo mientras detiene su estómago y se vuelve a acercar. Toma mis manos y me hace sentar de nuevo. Me mira con mucha emoción en sus ojos -oye dime, ¿que se siente estar enamorado?- me pregunta de repente.
-¿eh?- este tipo es raro.

De nuevo me reí, pero esta vez lo miré. Esto parece un buen sueño, una situación ideal que yo anhelaría y pensaría para poder conciliar el sueño. No todos nuestros momentos fueron malos, pero esto es tan diferente a la época en la que él no me recordaba. No tengo que cargar con la culpa de estarle mintiendo, tampoco siento miedo por si él repentinamente cambiará de opinión, me siento extrañamente tranquilo. Aunque al verlo me abrumó saber que estaba aquí, lo poco que hemos hablado me hace sentir seguro.
-Pensé que te gustaba de esta forma -es bobo y vergonzoso expresarme así, pero también me agrada que ahora podamos hacer bromas sobre ello. Hay temas que nos llevará tiempo hablar, pero al menos ya hemos comenzado- lo hará -es evidente que su comentario me ha hecho feliz, pues además de yo haberle mencionado que quiero verlo, él también lo hace ahora.

Su vida en el hospital debe ser dura, está acostumbrado a tener ciertos estándares y además no está en una situación en la cuál puede disfrutar. Al principio, pensar en todos los contras me hizo sentir desesperanzado, no solo por él, sino por ambos.
-Ah, claro, puedes tomar lo que quieras -abrí el closet y señalé- camisas limpias y pantalones -será lindo verle usar mi ropa.
Nos recostamos y después de besarlo un poco, me separé de él y le sonreí. Hay muchas cosas de las que quiero hablar, una noche es demasiado poco para ponernos al día y entrar completamente en confianza.
-¿Qué se te antoja mirar? Esta noche te consentiré -miré la televisión, eso sonó un poco comprometedor- también debes decirme si te sientes cansado, ¿de acuerdo? -yo desearía hacer tanto, platicar toda la noche o acariciarlo, pero le daré prioridad a lo que él quiera. El llegar hasta mi casa debió costarle, no sé cómo estaba antes de eso o si tuvo que pasar por dificultades, aparentemente no, sin embargo no actuaré como si esta fuera la última vez que nos veremos, es más bien el comienzo.

Me río por su respuesta, y de hecho me ha puesto un poco nervioso.
-Si, supongo que algo hay de eso- digo aun riendo.
Asiento cuando me da la razón sobre lo del tiempo y las visitas. Espero realmente tener la fuerza para enfrentarlo en ese lugar. Sigue siendo algo que me avergüenza un poco, ya me lo han explicado y todo, pero aun a veces siento que estoy en el loquero y que una persona normal no estaría ahí. Trato de cambiar esos pensamientos, he recibido algunas herramientas por parte de las personas que me atienden, pero siempre el primer pensamiento suele ser el que llevo arrastrando desde hace años.

Evan me permite usar la ropa que quiera, así que me pongo a buscar, tomo una playera y un pantalón. Voy a nadar en las prendas, pero no estoy en un momento en que pueda sentirme bien con mostrar mi cuerpo.
-La verdad no sé, ¿hay alguna serie nueva que te guste? no tengo mucha libertad para ver cosas- la verdad es que yo tengo muy pocos privilegios en el hospital porque no lo consideraban benéfico para mi tratamiento.
-Ah mira, esa se ve bien- digo sobre una comedia que aparece mientras buscaba y la pongo -De acuerdo, yo te digo, por ahora estoy bien- miramos la comedia, está bastante boba, pero hace reír.
Me voy acurrucando en los brazos de Evan y respiro de su aroma. Me siento tan tranquilo en este momento que sin poder evitarlo termino dormido. Hace tanto que no me sentía tan bien como para solo caer rendido, pero ahora a su lado no hay nada mejor.

Me quedé pensando un momento, pero no es como si yo viera mucha televisión o películas, ni siquiera voy al cine.
-Mmm… no… -lo miré apenado y comenzamos a buscar alguna que pudiera llamar nuestra atención, hay varias series pero no tengo interés en ninguna. Tal vez porque no importa lo que sea, quiero solo recostarme con él y disfrutar de la noche. Una noche bastante normal, pero el que sea común la hace especial a su vez, porque es algo que nosotros hace mucho no teníamos- ¿una comedia? Okey -no esperaba esa elección, pero creo que es bueno, no querría ver algo que pudiera hacer el ambiente pesado- entiendo -no parece cansado por ahora, así que nos dedicamos a mirar la película. Me río en algunas partes, no veo mucho este género y tal vez por ello soy demasiado simple.
Después de un rato de abrazarnos lo observo, se ha quedado dormido. Me quedé unos segundos mirando su cara, es tan bueno lo que está pasando, no quiero tener pensamientos pesimistas pero tampoco negaré que me entra de repente algo de miedo.
Con cuidado lo muevo para que se recueste bien. Me estaba por levantar para cambiarme, pero no quiero alejarme de él, además no pasará nada con un día dormir con esta ropa.
Apagué la televisión y la luz, y lo abracé con cuidado para no perturbar su sueño. El ruido de la tormenta hace que me sienta cansado, y sin mucho esfuerzo quedé dormido.

Por la mañana sentí el peso de su cuerpo sobre mi brazo y lo moví inconscientemente, abrí mis ojos y recordé que no estaba solo. Me senté una vez despejado un poco mi cabeza, pasé mi mano por su cabello y me levanté. Me quité la ropa del día anterior y me puse un pantalón deportivo y una playera, lavé mis manos y mi cara y me acerqué a darle un beso en su cabeza. Debe sentirse cansado, es mejor si lo dejo dormir un poco más mientras preparo el desayuno.
Salí hacia la cocina y comencé a sacar todo para preparar algo, nada de huevos, pan tostado ni fruta. Me reí al recordar su expresión al quejarse por la comida, creo que esta vez puedo preparar un desayuno más elaborado. Puse el arroz a cocer con un poco de verduras, la sopa a calentar y saqué lo último de salmón que quedaba. ¿Debería ir a comprar algo más? No es tan complejo como me gustaría, pero si despierta y no estoy… no, creo que con esto será suficiente.
Me metí de lleno a cocinar que ni siquiera me preocupé por mirar la hora, me siento muy positivo hoy, incluso he comenzado a tararear una canción mientras preparo nuestro desayuno.

-Si, algo que haga reir es bueno siempre- comento por mi elección, realmente no quiero algo más complicado de digerir o que requiera demasiada atención, solo quiero algo que haga que mi mente se pueda relajar un poco y es gracias a eso que solo caigo rendido.

La cama se siente tan bien, y su aroma me hace no querer despertar. No se siente el olor a desinfectante del hospital, este aroma es diferente y muy agradable, quisiera que mi cama oliera así siempre.
Poco a poco voy despertando pues otro aroma llega a mi. Algo que huele muy rico. Termino abriendo mis ojos, veo donde estoy, no son las paredes blancas que veo ahora cada mañana.
-Evan- sonrío bastante feliz y agarro una almohada que abrazo con fuerza par ahogar ese gritito de emoción que doy. Dejo caer la almohada a un lado, me estiro un poco en el colchón y me siento.
Paso a su baño, y mientras lavo mi cara veo esa expresión sonriente en mi rostro. Creo que no podré borrar esta sonrisa en un buen rato. Salgo del baño y voy a la cocina. Solo me he lavado la cara pero no me he peinado, así que solo me debo lucir como un completo desastres pero no quiero desperdiciar más tiempo sin verlo.
-Buenos días- me siento a la mesa y le sonrío pues imagino que así sería nuestra vida cuando podamos estar juntos al fin, y me parece tan perfecta.

El tiempo se me fue cocinando que no me molesté por revisar la hora hasta que escuché la voz de Mei, lo miré y le sonreí, está casi listo todo y él parece que descansó bien.
-Buenos días -me acerqué a él para darle un beso corto- ¿descansaste bien? -regresé frente a la estufa para comenzar a servir, imagino que tendrá hambre- espero que te guste, es algo sencillo, pero al menos no es pan y huevos -me reí y me moví para dejar la comida en la mesa y servirnos algo para tomar. Me parece que el clima mejoró, o tal vez porque me siento demasiado feliz que siento que todo está perfecto. Él tiene que volver hoy y eso me hace sentir triste, pero las cosas están mejor que antes, eso me ayudará a resistir- ¿después de esto quieres tomar un baño? -me senté a su lado- ¿llamarás a alguien? -el teléfono no ha sonado, no sé si tengo algún mensaje pero tal vez él debería avisar dónde está. También puede ser que su madre se moleste porque esté conmigo, y ayer estaba tan feliz que no me puse a pensar en todas las cosas que podrían pasar por él haberse escapado.

Terminamos el desayuno y recogí la mesa, de nuevo dejé los platos sucios, tengo todo el día para hacerlo, pero será cuando él se vaya. Fui a mi recámara por mi celular y noté algunos mensajes, solté un suspiro y me tardé algunos segundos para abrirlos. Como creí, era obvio que sería una de las personas que contactarían, aunque no tengo idea de si responder o simplemente esperar y llevarlo de vuelta.

-Si, hace mucho que no dormía tan bien- admito con una sonrisa en mi rostro, bueno que creo que todo el tiempo tengo esta sonrisa desde anoche, seguro hasta dormí sonriendo -¿Tú descansaste?- pregunto para seguir la conversación.
Desayunamos y la comida es simplemente perfecta, incluso de mi hubiera dado huevos, creo que los disfrutaría muchísimo más que en el hospital, solo por estar con él. Tal vez es un pensamiento extremadamente cursi, eso de decir que las cosas saben mejor solo por estar con la persona que amo, pero creo que hay algo de verdad en eso, y ahora parece tener sentido esas boberías cursis.
-Oh, un baño suena bien- digo pero no traigo ropa y lo que él me pueda prestar me quedará grande. Lo miró por la siguiente pregunta, no quiero hacerlo -La verdad me dan ganas de pedirte que me escondas para no tener que regresar- bromeo con eso, pero en el fondo es un deseo muy real -supongo que llamaré a mi madre- comento sin ganas de hacerlo. Pero al menos primero terminamos nuestro desayuno.
Camino un poco por su casa mientras el va a la recamara y se escucha como llaman a la puerta, de inmediato me he sobresaltado, tal vez voy a parecer paranoico, o lo parecería si no fuera porque al abrir la puerta está justamente mi madre con algunos hombres.
-Meier- dice mi nombre como si me reprendiera, es obvio que está molesta.
-Madre- me hago a un lado para que ella pase, en cuanto cierro la puerta y todos esos empleados no escuchan ella se desarma en reclamos que muestran su enojo y preocupación y termina abrazándome con fuerza. Bueno, que tampoco la he visto desde que me internaron.
-Madre, tranquila, estoy bien- le digo correspondiendo el abrazo, y miro a Evan que nos observa.
-No puedo creer que vinieras aquí, es que eres un inconsciente- comienza a regañarme de nuevo y se gira para ver a Evan, lo fulmina con la mirada.
-Madre, él no tiene la culpa de nada. Yo me escapé porque quise y vine a su casa porque yo quise, no me quieras restar culpa- le advierto a mi madre, y eso es nuevo ¿desde cuando yo hago algo como es? incluso se nota que ella está sorprendida, creo que si he cambiado mucho más de lo que pensaba. Entré a la recamara de Evan para cambiarme de ropa y salir con las ropas con las que llegué.
-Creo que me tengo que ir… recuerda visitarme ¿ok?- digo con algo de timidez, me estiré en puntitas para darle un beso -vámonos madre- digo con la cara muy roja porque mi madre me viera hacer eso.

Podría prestarle ropa, lavar la suya y esperar a que esté lista para llevarlo de vuelta, creo que la idea no suena tan descabellada. Entiendo que entre más pronto regrese será mejor, pero también quisiera que estuviese conmigo otro poco más.
-No sabes cuánto me gustaría… -mi voz suena triste, porque aunque realmente pensé hacerlo, eso hará que las cosas no avancen entre nosotros. Él necesita estar allí, y yo debo aprender a esperar y ocuparme de arreglar mi vida- de acuerdo -le sonreí y terminamos de comer, no debo transmitirle inseguridad, tenemos que seguir siendo firmes.

En los mensajes que Jiro envió me pregunta por Mei, también tengo llamadas perdidas y un mensaje de un número desconocido, asumo que es su madre. Suspiré y dejé el celular sobre la cama, es mejor no responder, dudo que alguno de los dos me crea de todos modos, ya lo explicaré cuando lleguemos al hospital. Pero parece que ella se adelantó, y en cuanto sonó el timbre salí de mi recámara para corroborarlo. He dejado que ellos hablen y permanecí de pie mirando, vaya seguridad que trae, casi siento que hicimos algo muy malo. Pero no puedo culparla, incluso me cuesta mirarla luego de todo lo que pasó.
-Hola -pensé que comenzaría a reclamar y estaba dispuesta a escucharla, pero Mei la interrumpió. Ella se ve preocupada, me siento un poco mal, pero no creo que sea peor que lo del pasado.

Mei nos deja un momento a solas mientras se va a cambiar, es incómodo pero al menos debo disculparme.
-Lo siento si… -ella me interrumpió para decirme que dejara eso, está muy enojada y creo que no puede olvidar fácilmente lo que ha pasado. Escuché ese pequeño reproche que al final no terminó, supongo que solo es una madre preocupada por su hijo- él está mejor de lo que cree, lamento que le haya preocupado -no pude agregar más, Mei salió de mi recámara y le sonreí- por supuesto, cuídate mucho -me sorprendió ese beso y no logré reaccionar cuando ellos se iban. Eso fue… imprudente, pero sonreí de todos modos porque el ambiente, aunque era tenso, ha cambiado muchísimo.
Después que ellos se marcharon me quedé limpiando, apenas se fue y lo extraño, pero el saber que podré ir a visitarlo pronto hace que mi expresión feliz no se vaya.