Sad memories |Evan C.|

Recuerdo del primer mensaje :

Hoy es uno de los días mas complicados del año para mi. Incluso he venido desde la mañana a clases porque no podía solo quedarme en casa. La soledad es mi mayor enemiga en este día. He aprendido a vivir sin Khaled, pero cuando en el calendario aparece la fecha de su muerte es imposible ignorarlo.
Una de mis compañeras de clase me da un codazo al notar que ando distraído y no me he reído del chiste que acaba de hacer. Solo me disculpa con ella, pero no cambio mi estado un poco perdido. Constantemente checo mi celular, mamá escribe este día mucho mas que lo suele hacer durante un mes completo, y Aaren, el tampoco me deja solo. Sabe que hoy es un día complicado para mi. Con el tiempo que llevamos juntos ya le he contado sobre Khaled, y sobre su muerte. El respeta mi pasado y los sentimientos que conservo ante la memoria de mi primer amor, es el mismo respeto que yo demuestro ante los sentimiento que él tenía por ese amigo suyo, al punto de que acepto que sigan siendo amigos.

La clase esta por comenzar, pero en cuanto mis amigos se sienta, yo puedo sentir un escalofrío recorrer mi cuerpo, y en mi memoria se incrustan los ojos sin vida de Khaled. Solo me levanto y voy corriendo a los sanitarios. Escupo varias veces y mojo mi cara un par más, espero a que el agua gotee hasta que ya no esta tan mojada.
Tomo mi celular, pero Aaren no ha escrito más. Por suerte estamos en la misma facultad, así que camino hasta el salón en el que debe estar.

-tan nerd- digo al localizarlo en la primera fila del salón. Tomo de nuevo mi celular, es el mismo modelo que el que pedí, así que mis dedos se mueven de manera automática sobre la pantalla "iré al cementerio a dejar flores" le escribo a mi novio. Se que parece una locura porque Khaled no esta enterrado en Tokyo, pero al menos me gusta hacer ese ritual de llevar flores de manera simbólica, a una tumba cualquiera, la que se vea la mas olvidada, aveces las limpio un poco, porque espero que alguien esté haciendo lo mismo en la tumba de Khaled.
Regreso a mi salón y tomo mi chamarra, soy tan descuidado que no he traído cosas para hacer apuntes. Pero al igual que todos los años que llevo estudiando, solo necesito el mínimo esfuerzo para mantener una nota aceptable. Claro desde que estoy con Aaren he mejorado un poco en eso, pero si un día no pongo tanta dedicación no me afecta, soy una persona con una memoria bastante buena, ¿le llaman memoria eidética? si creo que así era, la verdad no se si tengo esa clase de memoria, pero al menos un poco por encima del promedio si que la tengo, aunque cuando en mi memoria aparece el recuerdo de Khal y su muerte, desearía solo tener mala memoria y no recordar todo tan a detalle.

Lo normal sería salir de la facultad con una sonrisa en el rostro pero no la tengo, solo camino viajando entre los recuerdos y cuidando no pisar en algún lugar equivocado. Creo que solo me muevo siendo lo mas parecido a un zombie.

Suelto una ligera risa, ya me esperaba una respuesta así, él y yo diferimos en nuestra manera de pensar, pero descubrí que contrariarlo empieza a gustarme, aunque es algo que pasa de manera inconsciente.
-Es la clase de persona que soy -no sé si ahora Mei ha pasado de querer estar conmigo a no soportarme, pero no puedo hacer nada respecto a mi perspectiva, no puedo mentirme y seguir la corriente, eso sería grosero para él y me dejaría inconforme.

Siento que la distancia entre nosotros crece, estaba feliz por tener la oportunidad de verlo pero tampoco es como si esta salida fuera la mejor. Sí, debe ser porque es un día fatal para él, pero ¿cambiaría si fuera cualquier otro?. Tal vez no, tal vez desde hace un rato me hubiera ido.

-Lo sé, lo sé -respondo con un poco de fastidio. Soy la clase de hombre que odia que le recalquen sus defectos, y de Mei no solo me molesta, también me duele- ¿qué hay de malo en querer una vida tranquila?, no es que odie las emociones fuertes pero prefiero mantener un control, me hago viejo y si me descontrolo un poco me vendrán encima con la idea de “sentar cabeza” y tener hijos. No quiero eso para mi, busco otra forma de satisfacer la curiosidad de la gente sin ir contra mis deseos, tampoco podría hacer la voluntad de alguien más.

Si yo estuviera en su lugar seguramente no me casaría con una extraña, haría exactamente lo de ahora, solo que mis padres saldrían a buscarme, y yo huiría de ellos hasta encontrar un sitio donde me dejaran en paz. No tengo ambiciones tan grandes, no quiero ser dueño de una gran empresa, ser reconocido o heredar el dinero de ellos. Quiero escoger mi trabajo, si me fastidio, cambiarlo. Quiero elegir mi pareja, y si las cosas no funcionan, dejarlo. Ser solo yo quien decida, que nadie venga y me imponga sus ideas. Soy egoísta, hago movimientos estúpidos pero siempre a un límite donde pueda reparar el daño. Mei tal vez es la única cosa en mi vida que se salió de mi control, y creo que por eso estoy tan prendado de él, porque va contra todo lo que pienso y quiero.

-Sí -no tengo ganas de discutir, no ahora, y viéndolo tan apagado se van las ganas de expresarme.
Caminamos al auto en silencio, él ni siquiera se sienta junto a mi, sólo se acuesta atrás a descansar. Yo me pongo el cinturón como si no importara, aunque preferiría verlo a mi lado no quiero presionarlo en esta situación.
-¿Dónde te llevo? -no quiero dejarlo solo, pero no tengo derecho de acompañarlo. Pero quiero estar otro rato con él, aunque esté tan frío- puedo acompañarte otro rato -sin esperar su respuesta enciendo el auto y tomo el camino más largo, no sé dónde va, ni siquiera conozco su dirección. En realidad sé muy pocas cosas de él.

-Incluso la respuesta que me das lo es- digo con desgana. No es que intente desquitarme con él, pero hoy solo no sé nada. No quiero quedarme solo, pero no quiero estar con él, pero no quiero que me deje... mis deseos y caprichos infantiles son tan difíciles de manejar, sobre todo el día de hoy, así que como quien dice, hoy es el día perfecto para volverme loco, solo necesito un pequeño empujón más.

Notar los cambios en su voz, sería algo fácil de notar para mi, pero me no se si solo decido ignora la manera en que ha contestado o solo no lo noto realmente al momento.
-no hay nada de malo- contesto como si le diera la razón. Yo solo espero poder ser amigo de mi esposa, tal vez podamos viajar mucho, divertirnos, eso sería divertido, casarme con una buena amiga, ese es el mejor camino para un gay que pretende ser heterosexual ante los ojos del mundo. Suelto un suspiro por la idea, pues esto es lo mas cercano al camino que Evan prefiere tomar, lo seguro. Aunque sigo la voluntad de mi madre y su esposo, creo que es mejor a un camino que yo pueda elegir, no sabría como tomar un rumbo tranquilo si no me hará feliz.

Me acomodo como puedo en el asiento, y escondo mi rostro de alguna manera. Finjo que solo me voy a dormir, pero solo quiero soltar algunas lágrimas. ¿Como puedo sentirme mal por no estar con Evan? soy la peor persona del mundo, no debería ni siquiera pensar esa clase de cosas en este día. Hoy me recuerda el peor día de mi vida, y yo he pensado en el pasado con Evan, he pensado en el futuro que no tuvimos, he pensado en sus ojos y sus labios. Soy el peor, porque incluso una ligera esperanza asomó en mi corazón cuando dijo que no es feliz, ¿que clase de persona soy?

Me siento tan culpable por estar enojado contra Evan, por dejar que el me siga robando pensamientos, mientras debería estar pensando en Khaled, mi Khaled, la persona que entregó su vida por mi, ¿por que en cambio pienso en alguien que no pudo arriesgar la tranquilidad de su vida por mi?
Mis ojos sueltan las lágrimas de la culpa, y como para torturarme un poco mas, en mi cabeza revivo aquel fatal día.
-la universidad- contesto ahogando un poco mi voz entre mi brazo, con suerte de esa manera pensará que solo me estoy quedando dormido y no que estoy llorando. Pero no le digo nada más, como ignorando las ultimas palabras que me dice. No quiero estar con él, porque eso hace que el recuerdo de Khaled se difumine un poco, tengo miedo de que si estoy mas tiempo a su lado, yo solo dejaré de recordar a Khaled, no quiero, no lo merece, esté día debe ser por completo para él.

Nunca estamos de acuerdo en nada, ni siquiera entiendo cómo es que nos hicimos tan cercanos. Recuerdo cómo se me colgaba con la excusa tonta de ser mi rival, y luego… ¿qué era?. Nuestra manera de ver las cosas es diferente, nuestras personalidades, metas. Me cuesta encontrar algo que tengamos en común, tal vez solo que ambos somos muy orgullosos pero incluso la manera de llevar nuestro orgullo es distinta.

Sigo conduciendo con la cabeza llena de pensamientos sobre él, desde que lo volví a ver es así. En el día, las noches. Quisiera a veces solo encontrarlo y que él no me desprecie, sé que lo merezco y que no hay palabra alguna que pueda arreglar eso, y si tomo una decisión también sé que no servirá de nada, porque ya es demasiado tarde.

Esa frase hace que sienta una presión desagradable en mi pecho, el nudo en la garganta por la frustración de no haber actuado a tiempo. Pero si regresara el tiempo actuaría igual, porque soy inseguro en mis decisiones, no tengo el valor de afrontar lo que parece imposible. No tengo ganas de lidiar con problemas que puedo simplemente evitar. En cambio preferí lidiar con el sentimiento de un amor fracasado, que ni siquiera sé qué tan real es o si solo es mi capricho por no haberle tenido. Incluso me repetí muchas veces que no me gustaban los hombres, que Asb era esa excepción por hacerme caer con su personalidad y el tiempo que compartimos. Pero la sensación cálida de haberlo amado ya ni siquiera la recuerdo. La paciencia que tuve, lo bien que pude ocultar mis sentimientos y respetarles a él y a Emi, ¿por qué ahora no pude?. Yo era más joven e inexperto, y aún así me comporté mejor de lo que ahora hice. ¿Fue porque Mei me permitió tener un poco de él?, ¿porque se metió tan dentro de mi por la fuerza?. No sé, pero sacarlo de mi vida está siendo complicado, a veces pienso que es algo imposible.

Escucho mi celular sonar, y volteo ligeramente hacia atrás.
-Diablos… -no puedo alcanzarlo, y seguramente es Asb que me espera. No sé si Mei está realmente dormido pues apenas si pude ver el asiento cuando giré mi cabeza.
Al llegar al alto aprovecho para girarme y tocar su hombro.
-Mei -hago un par de movimientos con mi mano intentando llamarle- necesito mi celular -no quiero despertarlo. Me quedo sentado esperando avanzar, llegaré en media hora, así que no veo gran problema.
Hoy tengo que hablar con él, aclarar todo entre nosotros y contarle lo que no pude hace tiempo. Esta situación nos desgasta en vano, creo que no somos la clase de personas que lo van a manejar mal, porque a pesar de todo lo quiero mucho y lo aprecio, y no merece que yo siga a su lado de una manera en que ya no puedo corresponder. También él, de una forma en que nunca pudo quererme.

Piso el acelerador confiado en la luz verde sin fijarme del auto que venía frente a mi.
-Mierda -he girado el volante y pisado el freno por inercia, pero el auto que venía por el costado ha pegado en el lado de copiloto y hecho que mi vehículo gire hacia la izquierda. El movimiento es rápido y tosco, afortunadamente ha pegado al lado contrario a nosotros.
-¡Mei¡ -mi corazón está acelerado y le busco asustado. Todo pasa tan rápido, tuve tanto miedo que mis reacciones lentas ignoran el segundo impacto desde mi izquierda.

La bolsa de Aire pega contra mi cara y por el movimiento siento un tirón en el cuello. Me duele la pierna, pero estoy tan atónito que ni siquiera me quejo. El ruido estruendoso hace que mis oídos zumben, no escucho nada, ni siquiera a él.
-¿Mei? -mi voz es un suspiro y el dolor en mi cuello me hace imposible el girarme. No lo veo, diablos, no lo escucho tampoco. Alguien ayudenos por favor.

Me desconecto por completo del mundo, del lugar, incluso el movimiento del automóvil me es indiferente. Solo me torturo a mi mismo con recuerdos, lo hago porque ahora estoy muy enojado conmigo. El sentir que siquiera supero un poco todo esto, todo mi pasado, eso me hace sentir muy culpable. Seguir con mi vida no ha sido fácil, pero de alguna manera, durante estos; aunque me he permitido seguir con mida y querer a otras personas, realmente nunca me he liberado de mi pasado, no quiero soltar esos momentos tan dolorosos, es mi castigo autoimpuesto. Tal vez por eso no tuve miedo en confesar a Evan lo que sentía, porque yo sabía que el no me aceptaría, ¿si me hubiera aceptado? no, no tiene caso pensar en eso. No pasó, y no vivo en ese mundo.
-y a mi que me importa- digo cuando dice algo de su celular. Ni siquiera entiendo porque me lo dice, ¿lo tengo yo? ¿esta en el asiento? la verdad no comprendo a que vienen sus palabras.

Cuando el frena yo tengo que estirar mi mano para apoyarme en la parte trasera de su asiento, y así no caer del asiento. Me levanto mal humorado para comenzar a quejarme con él, simplemente para desquitarme. Pero apenas abro mi boca un sonido acompañado de un brusco movimiento me interrumpe. Estoy sentado de ese lado, así que el golpe es muy fuerte, mi hombro y cabeza se estrellan contra la puerta, la ventana esta resquebrajada. Siento dolor, mucho dolor, tanto que quiero gritar, pero no puedo, porque el golpe ni siquiera se ha detenido, y otro impacto nuevo del otro lado, todo se siente tan lento, tan borroso y tan frío. Estiro mi mano queriendo buscar a Evan. No se si me he golpeado de nuevo, porque solo me pierdo en la oscuridad  y lejanamente escucho que dicen mi nombre.
-odio que me digas Mei- suelto en un quejido, pero la verdad no se si lo he dicho o solo sonó en mi cabeza.