Una chica demasiado pura [Salem]

Recuerdo del primer mensaje :

El día debería ser solo perfecto, por fin como actividad de una de las materias, teníamos algo divertido para hacer. En uno de los hoteles mas lujosos de la ciudad se llevaría a cabo una importante pasarela, y nosotros podríamos asistir para ver como son las pasarelas de tal nivel. Claro que para mi no es la primera vez que asisto a una, con mamá suelo acudir a ellas constantemente, las mejores obviamente en Milan, Londre, Madrid, Los Angeles y claro la semana de moda en Tokyo no puede faltar, pero bueno, esto es un evento importante aunque no llega a tal nivel como las anteriores, pero es de una muy respetable diseñadora, justo la madre de mi prometido... seguro ella no tiene mucho ánimo cuando su otro hijo ahora esta en el hospital.

La pasarela comienza y yo miro emocionada los diseños de mi futura suegra, y claro, hay algunos diseños de jóvenes promesas a quienes ella ha elegido para que trabajen con ella. En un futuro probablemente me volveré socia y diseñadora principal de la marca, aunque no me gusta mucho la idea de trabajar en una marca que no sea la mía pero.
La escandalosa pelirroja de mi clase, esa chica de la cual siempre finjo olvidar su nombre porque solo no la soporto, no deja de hacer criticas a los diseños, y obviamente su gusto es pésimo, solo se queja porque es una tonta, como si por quejarse de algo la hiciera mejor que lo que esta criticando.
Giro los ojos molesta y solo me levanto para ir al baño, y bueno, tal vez buscar a la mamá de Aaren para saludarla. Ese chico es tan raro, no se como será nuestro matrimonio, de solo pensarlo me siento estremecer, seguro apenas y hablaremos, será tan aburrido ese matrimonio. Mi rostro entristece un poco, pues mi historia de cuento de hadas se aquella noche horrible.
-eres un idiota Takabe- digo deteniendo mi paso pues he llegado a la zona donde las modelos corren de un lado a otro para cambiarse de ropa y retocan sus maquillajes. No veo a la mujer por ningún lado pero escucho a un hombre exigir algo a alguien. Siempre me ha desagrado cuando alguien habla en ese tono, pero como no es a mi, decido pasar de largo, pero mientras camino mas escucho a esa persona y la curiosidad termina ganando.
Me acerco más, creo que es uno de los encargados de vigilar que todo se haga con tiempo. Veo a esa chica, dios pero que alta es... aun así es muy bonita y parece que no quiere modelar un traje de baño diciendo algo del contrato. Me siento un poco conmovida pues parece ser una chica muy pura y que por eso no desea usar algo tan revelador.
-¿sabes que si alteras su contrato podrá levantar una demanda?- comento cruzándome de brazos molesta por la prepotencia del hombre y le miro con cara de "si no sabes quien soy serás despedido".

Me inclino hacia ella para ver la fotografía, es muy linda, pero prefiero las chicas de cabello largo.
-Es tan lindaa -digo aun viendo la foto, y los detalles del vestuario que le ha hecho ponerse. En cuanto veo su expresión sonrío, parece que ellas se llevan realmente bien, y he recordado la relación que tengo con Ziba. Él es tan bueno conmigo, me gustaría también presumirlo pero ¿puedo hacerlo?. Bueno, mi hermano no es un modelo, pero es muy atractivo, aunque su estilo es muy extraño y si ella dice algo malo de él me voy a enfadar. Creo que lo dejaré para después- es una lástima, el cabello largo se ve tan lindo en las chicas -yo quisiera tenerlo tan largo como ella, pero en cambio debo ponerme extensiones, aunque ya lo estoy dejando crecer.

Al ver su reflejo sonrío, pero ella no parece muy cómoda con el vestido.
-¿De qué hablas? se te ve precioso -oh, de verdad es un poco… ¿timida?, muy inocente, no sé cómo describirlo. Pero aunque no lleve ese vestido creo que cualquiera le viene bien, y si no se siente cómoda no tiene caso insistir, aunque es un desperdicio- claro -de nuevo deslizo el cierre de su vestido, y noto algo en su cuello, pero el collar que trae puesto y parte de su cabello me hace difícil ver más, además ahora su espalda blanca es lo que más me distrae.

Doy un paso hacia atrás al ver que ella empieza a desvestirse. He visto a la mayoría de las modelos casi sin ropa, incluso sin toda la parte de arriba porque la mayoría está acostumbrada a exponer su cuerpo. Pero a ella la siento diferente, si supiera que soy un chico ni de broma me hubiera dado tanta confianza, y estoy en el dilema entre ver un poco más o ser una buena persona y salirme.
-¿Eh?, oh no no, no me incomoda -más que incómodo estoy…- pero debo ir a cambiarme yo también, si no te haré perder tiempo. Te llamaré si necesito ayuda, ¿de acuerdo? -le dejo una sonrisa y abro discretamente la cortina del probador para salir directo al mío- dios… -una vez adentro doy un suspiro y no puedo evitar reirme, tiene un cuerpo muy bonito, pero debo comportarme.

Obviamente no le pediré ayuda como ella, no quiero que note más diferencia entre nosotros de lo que ya y se empiece a dar ideas. Sé que muchas de las chicas de la industria saben que soy un hombre, pero al no poder comprobarlo no hacen más, además de mantenerme apartado de ellas para no terminar siendo amenazado.
-Creo que usaré este -después de ver por unos minutos los vestidos que ella me dio, decido tomar el color café.

Vestido

Sacudo el vestido y doy una vuelta frente al espejo, quedando satisfecho con lo que veo.
-Zapatos -digo viendo mis pies porque los de ahora no van con esto.

Salgo del vestidor esperando que ella ya esté lista para ver si aprueba cómo luzco.

-lo es- confirmo con emoción de que otra persona y mas alguien como Aine pueda apreciar la belleza de mi hermana -deberías conocerla, aunque es como un torbellino andando, siempre de aquí para allá, haciendo y deshaciendo- comento riendo un poco -tal vez para la próxima la obligaré a usar una peluca o mejor no- pensándolo bien, no sería tan prudente, ya me he enterado que mas de uno se ha interesado por ella desde que sale en mis proyectos, no quiero que tenga mas pervertidos detrás de ella... aunque ella sabe manejarlos mejor que yo.

-pero es demasiado entallado, a mi madre no le gustará que use algo así- comento un poco desanimada, aveces hay cosas que yo desearía hacer, pero se que a mamá no le gustaran, así que desisto mucho antes de siquiera intentarlo.
Asiento cuando dice que ella debe cambiarse también. En cuanto sale me termino de cambiar, realmente este vestido de ahora es algo mas accesible para las personas que me verán en la noche. No es ajustado, pero tiene un toque sensual sin perder elegancia.

Salgo de probador para encontrarme con ella, y así que me de su opinión del como luzco.
-te ves bonita- comento sin poder evitar mirarla a detalle, en fotos y videos no se puede apreciar con tanto cuidado su cuerpo. Es alta, eso nadie lo puede ignorar, su espalda ancha, y tiene muy poco busto, aun así sigue luciendo atractiva. Ay algo que solo me parece extraño en ella, pero no se que es y no me voy a partir la cabeza en encontrar una respuesta, ante mis ojos existe en ella un atractivo que simplemente me gusta mucho.
-necesitaré unos lindos tacones - comento, obviamente he elegido el vestido que llevaré, pero aun así no puedo evitar medirme varios mas, y comprar algunas otras prendas mas casuales.

No se cuanto tiempo estuvimos en esa tienda, pero es agradable venir con alguien que no se queja de cuanto tardo porque ella esta igual que yo.
Mientras caminamos por la plaza, miro justo unos tacones que me parecen perfectos. Tomando la mano de Aine la llevo conmigo para que los vea.
-tienen que ser esos- digo emocionada esperando que ella comprenda a lo que me refiero, porque son los zapatos perfectos para mi vestido, la llevo conmigo de nuevo y voy directo a sentarme esperando que alguien se acerqué para atendernos.

Entonces no es por ella, si no su madre es el problema. Quisiera decirle que no la tome en cuenta y haga lo que quiera, pero comprendo cómo se siente, el no poder vestir de la manera que quieres, o comportarte según sus expectativas.
-Entiendo, entonces usa el que te haga sentir cómoda, aunque sigo pensando que se te vería precioso -guiño el ojo para ella y me doy la vuelta, no me gusta recordar a mis padre. A veces me siento culpable por dejarlos, pero si hubiera seguido en esa casa mi vida sería un infierno, y también la de Ziba.

Despejo las ideas negativas de mi cabeza tan rápido cuando ella aprueba mi vestuario, sí, es algo que eligió pero aun así el que me elogie me gusta mucho.
-Gracias -mi sonrisa se ve muy tonta ahora, pero me estoy diviertiendo, no me preocupan mucho esas cosas.
Tardamos otro rato en la tienda probandonos un par de vestidos más y otra ropa para diferente ocasión, ella se ve tan linda con casi todo, seguramente las prendas sexys también se le verían bien, aunque su imagen de chica tierna creo que le va mejor.

Salimos de la tienda con bolsas en mano, al menos ahora no debo preocuparme por el tiempo, aún queda rato para que la fiesta empiece, suficiente para ir a arreglarnos a algún salón.
-¡Son preciosos! -digo pegandome al cristal al lado de ella- y mira aquellos -señalo otros zapatos en la parte de arriba- me gustaron mucho, aunque no para la ocasión -hago un puchero y luego volteo a verla, creo que hoy gastaré más de lo usual pero ¿a quién le importa?.
Entramos a la tienda y mientras ella se sienta yo miro uno de los estantes que ha llamado mi atención, hay zapatos tan hermosos, aunque no sé si me vendrían bien ya que la mayoría son muy altos, y estaré al lado de ella, no puedo elegir algo tan alto.

-Oh, disculpe -levanto la mano para llamar al joven más cercano, pero qué cara se carga- ¿cuál es la talla más grande que maneja en este modelo? -sí, tengo un problema eligiendo zapatos por culpa de mi talla, aunque no es tan grande como la de otros hombres, lo es comparado a la de las mujeres- oh, Kajsa, ¿qué número vas a querer? -me acerco emocionado a ella y me siento junto, parece que nadie la había atendido aún, qué descortés.

Se supone hoy sería mi día libre, pero un compañero de la universidad me pidió le cubriera en su trabajo y no tuve más elección que aceptar. Tenía un compromiso muy importante y su jefe, a quien ya conozco por un par de ocasiones en que le he hecho un favor, le dijo que solo podía ir si conseguía quien cubriera su turno, pues la tienda en estos días suele estar un poco llena.
Es el único lugar al que no puedo llegar en bicicleta, tuve que tomar el metro y arreglarme lo suficiente. La verdad no me gusta mucho ese sitio, solo el par de veces que he ido para ayudarles pero de ser por mi, no me pararía ni cerca, está lleno de la gente que menos tolero.

Llegué a la tienda y me puse el traje que mi compañero me proporcionó, incluso debo vestir formal para vender zapatos, es demasiado desde mi punto de vista pero tampoco es como si lo hiciera diario. Afortunadamente para mí el día estuvo muy tranquilo, no es muy tarde pero la mayor parte de tiempo la gente que entró no dio mucho problema, e incluso se portaron amable.
-Qué tranquilo -me quedé parado en una esquina de la tienda, solamente hay dos chicos más el día de hoy, y hace unos cinco minutos que se fueron detrás de la tienda, será mejor si me pongo en un punto donde pueda ver mejor. Escuché un par de murmullos y supe que había clientes dentro de la tienda, y poco después me giré antes de llegar al mostrador para ver a una chica que me pedía ayuda. ¿Es una chica?.

-Buena tarde. Manejamos hasta el número seis en ese modelo, ¿quería alguno en particular? -es un hombre¿cierto?, bueno, no es como si me incomodara, solo que nunca había visto alguien así de tan cerca. Espero que ella se decida y, al ver que llama a alguien más doy un par de pasos tras de ella para ver si su acompañante también quiere algo, pero me detengo al ver esa cara conocida y discretamente desvío la vista.
Ah, no había visto a la chica desde aquella noche, dejó de venir a la tienda pero esos regalitos no se detuvieron. No soy engreído, la marca de café es la misma que ella me dio aquel día, aunque puede ser alguien más ahora que lo pienso.

Y ahora me siento incómodo, pero soy bueno disimulando, me quedé esperando a que ellas me indicaran si necesitaban algo más.

Los halagos de Aine tienen un efecto raro en mi, no sé, porque me hacen sentir un poquito mas especial que los halagos de otras chicas. Una sonrisa aparece por causa de sus palabras.
-gracias- incluso creo que me hace sentir un poco tímida, no sé porque, soy una persona acostumbrada a los halagos de otras personas, pero esta vez es diferente, tal vez porque es una persona que admiro.

Miro los que ella menciona y solo le doy la razón, son preciosos.
-llevar solo un par seria aburrido- comento con voz un poco chillona por la emoción. Amo salir de compras, pero creo que nunca lo había disfrutado tanto como en esta ocasión.
Yo solo me acomodo, pues estoy bastante acostumbrada a que las personas me sirvan sin tener que pedirlo, aunque están tardando en esta ocasión.
-yo del cuatro- le digo a Aine mirando mi celular para escribir emocionada a mi hermana "adivina quien ha hecho una amiga", seguro parece infantil, pero no había pasado por algo como esto antes, se que soy una persona dificil de tratar porque me gusta ser así, pero esta vez no tengo ganas de ser desagradable o prepotente, Aine es muy linda como para tratarla de tal forma.

Alejo la vista de mi celular luego de un mensaje de mi hermana donde me dice que se siente muy feliz por mi. El aparato se resbala de mis manos y cae en mis piernas. No lo puedo creer, solo es imposible. Muerdo mi labio y desvío la mirada de ese chico. Aunque no me hace falta verlo mas que por unos segundos para tenerlo grabado en su memoria, su rostro tan apático, pero aun así no deja de ser tan guapo, mucho mas con ese traje. Mi yo interno no deja de dar saltos de emoción por mirarlo vestir de esta manera.
-Aine, creo que no me gustan tanto los zapatos- comento como si cambiara de opinión -no son tan bonitos como pensaba- explico pero no tiene sentido porque no he visto los zapatos de cerca, solo estoy buscando algun pretexto. Mis ojos se han clavado en el suelo, no puedo mirarlo, y no quiero mirar a Aine, pero se que mi rostro esta mas rojo que un tomate, me arde por completo de solo recordar lo mi estupida actuación frente a él aquella vez.
Levanto la mirada un poco para mirarlo de reojo ¡dios el es tan bello! Me pongo de pie como para intentar buscar otro par, pero de nuevo los nervios son mas fuertes que y mis piernas se han enredado un poco y que vuelto a caer sentada, ¿por que soy tan patosa cuando el esta cerca? Aun así me vuelvo a levantar con tanta dignidad como me es posible, aunque mi cara no deja de estar roja, y camino -me mediré esos en cuatro por favor- toda la seguridad con la que suelo hablar se ha esfumado, y sigo sin mirarlo.
Se bien que podría solo decir a Aine que nos vayamos de este lugar, pero quiero mirarlo solo un poco más.

Realmente me divierto comprando con ella, y yo no suelo llevarme bien con las chicas de ese medio, creo que al sospechar que soy un chico sienten cierta desconfianza, o ¿tal vez les doy asco?, no sé, no me interesa, la gente es muy hipócrita así que he aprendido a sobrellevar esas miradas.
-Por supuesto -le respondo viendo qué otros podrían llamar mi atención, porque para mi mala suerte el chico me dice que aquellos que me gustaron no llegan a mi número- mmm, entonces voy a ver algún otro, gracias -he sonreído al tipo a ver si así cambia su expresión pero parece que no tiene efecto. Afortunadamente los de Kajsa si están disponibles, me acerqué a ella porque parece sumergida en su teléfono, y me senté a su lado a esperar a que trajeran su modelo- pero… pensé que te habían encantado -me sorprendí al escuchar que ya no los quiere ¿le pasará algo?, ni siquiera ha visto los zapatos, y hasta hace un rato casi brincaba de alegría. Sin embargo aún así los pide y me quedo mirándola para descifrar qué fue lo que le puso de mal humor, y luego cae en un sentón sobre el sofá, pero no me causó gracia como comunmente.

-¿Pasa algo? -paso mi brazo por sus hombros y me acerco para susurrarle algo, se ve un poco nerviosa, no, creo que más que un poco- si no te agrada ese modelo podemos visitar otras tiendas, o ¿quieres ver más aquí? -yo tengo ganas de mirar otro poco, no me gusta entrar apenas unos minutos a una tienda, pero si ella quiere irse yo estaré dispuesto a acompañarla.

Retiro mi brazo de ella para no incomodarla y camino hasta un estante con otros zapatos que me han gustado.
-¿Qué opinas de estos? -señalo otro modelo, y me dirijo al mostrador no sin antes tomar su mano para que me acompañe- ¿este modelo lo tiene? -me detengo a medio camino porque el chico que nos atendió venía a nuestro encuentro, y suelto a Kajsa para que pueda tomar los zapatos.

No soy una persona que guste de reirse de los demás, no me importa tampoco si sienten mal por lo que les pasó o si alguien más lo hace, pero llegar a burlarme es algo que no me da beneficio y siempre lo he descartado. Sin embargo ahora tuve que morder mi labio inferior para no reírme de ella y esa forma de levantarse, es un poco obvia con sus reacciones. Incluso ese chico… o chica, ha notado que ella actúa extraño.
-De acuerdo -me acerquo para escuchar su pedido, sigue siendo muy soberbia pero no ha cruzada mirada conmigo, lo cuál me causa un poco de gracia. Tal vez es porque su físico resalta mucho que es difícil ignorarla, ahora, porque antes de su numerito aquella noche ni siquiera la distinguía de entre sus amigas.

Entré en la bodega tras de la tienda para buscar sus zapatos, para su estatura creo que tiene un pie pequeño. Tomo la caja de zapatos que son para ella, ya sabía que era una chica de dinero, pero no esperaba toparmela de nuevo y menos fuera de mi trabajo.
Regresé afuera para entregarle su encargo y puedo notar la manera en que me ve, y su expresión indiscreta. Gracias a las personas en la cafetería que suelen tener ese tipo de actitud es que me percato cuando alguien me está mirando. Me resulta incómodo, pero puedo hacer caso omiso tanto que les hago cansarse, pues no tengo interés en corresponder algún coqueteo. Aunque no sé si ella está coqueteando, la verdad actúa como una chica de secundaria. Creo que es hasta un poco tierna.
-Aquí tiene -digo llegando hasta ellas, pero la otra persona me hace un pedido, no recuerdo si este modelo lo tenemos en su talla- revisaré y enseguida le informo -he tomado el zapato de la chica más alta después de darle la caja. Tiene un nombre extraño.

Después de revisar en la computadora, volví con los zapatos en mano, no pude evitar mirar a los pies de la chica, se le ven bien.
Creo que estoy siendo muy consciente de ella, y eso me molesta. Y sin decir más me volví al mostrador. No debería estar observandola así, aunque a diferencia de ella yo no soy tan indiscreto.

Niego con mi cabeza con mas efusividad de la necesaria.
-todo está bien- le digo solo para reafirmar aquel movimiento de cabeza -¡no, no!- digo un poco exaltada y muerdo mi labio al mirar a Aine --veamos un poco más antes de irnos- creo que solo irnos sería lo mejor, pero solo por unos minutos más no puede ser tan malo quedarnos, solo para verlo un poco más.

Aine ve otro par que le gusta y yo solo le digo un simple:
-se te verían lindos- pero la verdad es que no he puesto mucha atención en lo que me muestra. Me hace ir con ella, aprieto un poco su mano cuando Takabe se acerca y no la soltaría sino fuera porque ella me soltó a mi.
Tomo los zapatos que me ha traído, y sigo sintiéndome tan avergonzada que ni siquiera puedo cruzar mis ojos con los de él. En cuanto puedo me vuelvo a aferrar a la mano de Aine, creo que me siento como una niña pequeña y asustada.
Cuando volvemos para sentarnos solo me pongo los zapatos, la verdad es que si son muy bonitos, estoy por ponerme de pie, pero él regresa y yo solo me aferro a mi lugar clavando de nuevo mis ojos en el suelo.
-¿me está mirando?- le pregunto en un susurro a Aine, realmente quiero que me diga que si, pero ya se la respuesta, el tal vez hasta se ha olvidado de mi.

Me estoy comportando como una idiota, ¿que importa cuando él me guste a mi? luego de la manera en la que me rechazó, ¿como puedo seguir siendo tan tonta? Solo recordar ese día me hace enojar y mi orgullo herido me hace sentir un poco enojada. Yo le dije que el no iba a dejar de gustarme solo porque me lo que me dijo, pero desde entonces lo evito, no voy mas a su trabajo, busco maneras de que alguien mas dejé alguna bebida cuando esta en la biblioteca. ¿Por que me sigo preocupando por él aun después de como fue conmigo? pero me llevó en su espalda...
-Takabe, ¿cambiaste de trabajo?- pregunto de repente solo porque quiero saber, ¿el cambio de trabajo por mi culpa? ¿lo molesté tanto esa vez?

Creo que Kajsa es demasiado honesta, y ahora ha tratado de mentirme y es tan obvia que aun sin conocerla pude darme cuenta de que lo hacía. Eso la hace muy linda, pero ¿qué le pasa?, en serio no entiendo este cambio tan repentino, pero si dice que está bien lo tomaré así, si me pongo a presionarla puede que la fastidie y la haga enojar.
-De acuerdo, nos quedaremos el tiempo que quieras -¿será su tienda favorita?, no, bueno, creo que su cambio fue después de entrar. Creo que le pienso demasiado, pero es que me siento incómodo por no entenderla.

Está muy distraída, y cuando siento su apretón antes de soltarme me percato de qué la tiene tan nerviosa. ¿Es en serio?, ¿el zapatero?. Dios, ya se que fue despectivo llamarle así pero él no parece que la conozca ni es la clase de chico que resalte, ¿acaso Kajsa es de las que se enamoran a primera vista?.
Le resto importancia y voy hasta el sofá para ver como lucen los zapatos en Kajsa, pero me siento más emocionado yo que ella.
-¿Mande? -pensé que me diría algo sobre los zapatos, y he mirado hacia el mostrador solo para ver al tipo sumergido en la computadora- no -creo que soné un poco rudo, pero me fastidia un poco- tal vez… -me acerco a su oído para susurrarle- ¿es esa la persona por la que me preguntaste cosas sobre si tenía novio? -me separo rápido y ladeo mi vista hacia adelante para ver su cara, ella es tan obvia.

Me enderezo de nuevo al ver que llega con los míos y me siento para probarlos, pero mis manos se detienen al escuchar que le llama por su nombre, o tal vez su apellido pero el punto es que se conocen, ¿por qué él la ignoraba?.
-Pesandolo bien... ¿me los puedes traer en color rosa?, creo que el azul es muy llamativo -me quité el zapato a prisa y lo metí en la caja para entregarselo de nuevo.

Me quedé de pie a esperar que la otra persona me indicara si quería ese u otro modelo, pero la chica de la cafetería terminó por llamarme.
-No -¿es eso algo que deba importarle?, tal vez porque le gusto pero es un poco extraña la pregunta. De repente ser tan familiar conmigo, primero fingiendo que no me conoce y evitandome de manera tan obvia para al final ella ser quien me hable. No es como si lo esperara, solo pienso que es demasiado espontánea- por supuesto -no tuvimos tiempo de decirnos más porque enseguida me han mandado a cambiar el color de los zapatos, y tampoco espero que charlemos más de lo necesario. La gente rica es muy caprichosa, y he sentido una mirada pesada por parte de la otra… chica.

-¿Dónde se fueron esos dos? -generalmente no me quejo en voz alta de la inutilidad de mis compañeros, aunque solo sea por hoy ellos deberían ser quien más al pendiente de la tienda, pero en cambio parece que se han salido a fumar. Suelto un suspiro cansado y regreso a donde ellas, no sé por qué me empiezo a sentir incómodo con esto. Si tan solo ella se hubiera guardado su confesión, si mi jefe no me hubiera pedido entrometerme en su discusión, si mi compañero no fuera tan inútil.

Me sigo inventando “hubieras” en mi cabeza mientras regreso a donde están y le entrego el modelo que pidió, pero me lo recibe con una mueca. ¿Qué le pasa a esta persona?.
-Aquí tiene -mi voz ya no sonó tan amable como al principio, tal vez porque ahora estoy un poco de mal humor por sentirme nervioso por la presencia de alguien más. Debe ser el cansancio por tanto trabajar.

No, claro que no me mira… Muerdo mi labio un poco triste pero ya sabía la respuesta, el no tiene ojos para mi de ninguna manera, le soy tan insignificante. Eso de enamorarse es algo muy cruel, en los cuentos siempre lo idealizan, pero estar enamorado no tiene nada de las cosas que hay en los cuentos.

Me giro para mirar a Aine, ¿como se dio cuenta? Creo que me pondría pálida sino fuera porque cerca de Takabe parece que solo puedo estar sonrojada.
-esque yo… no… - vuelvo a morder mi labio porque no sé como responder a su pregunta y solo termino contestando con un movimiento de mi cabeza. Me ha descubierto por completo, Aine es una mujer muy observadora. Esto es humillante porque obviamente Takabe no esta interesado en mi, así que obviamente sabrá que esto es unilateral, que pena.

El ha contestado con un simple no, y yo me siento más idiota por la manera en que el me trata, el ni siquiera sabe mi nombre. Mi cuerpo se siente tan débil ante la situación. No debí quedarme, quiero llorar, odio la facilidad con la que puedo llorar cuando se trata de él. Bajo la mirada mientras espero a que el solo se vaya luego de que Aine le pide algo más.
-Aine- digo su nombre con la voz medio quebrada -me quiero ir- digo muy bajito porque Takabe se acerca de nuevo. La manera en que habla Takabe, su tono ¿está enojado? Me pongo de pie de inmediato y hago una pequeña reverencia -lo siento, no quería molestarte- digo con mi voz quebrándose de nuevo y sin más solo salgo del lugar, olvido mis bolsas de compra, solo salgo huyendo hasta aquel pasillo que da a los baños y me meto en ellos. Quiero esconderme y desaparecer. No me gusta esto de estar enamorada de alguien que ya me rechazó y que parece molesto siempre que me ve. Limpio un poco de las lágrimas en mi rostro y me doy cuenta de que me he salido con los zapatos sin pagar. Echo mi cabeza hacia atrás y me doy un par de topes con la pared.
-ahora eres una ladrona Kajsa, ¡sería humillante regresar!- rasco mi cabeza con frustración.

Así que era eso. Realmente no es algo tan complicado, bueno, el tipo no parece tener interés o es de esos que se hacen el difícil creyendo que así se verá más genial. ¿Es que es idiota?, nunca en su vida va a tener tras de él alguien como Kajsa. No digo que ella sea perfecta pero… es preciosa, además de ser muy dulce. Nada más ver la manera en que reacciona ¿es que no le causa ternura?, y sin embargo le respondió tan frío con su estúpida cara que no sabes qué está pensando. Le di un par de palmaditas en su cabeza pero no parece que haga efecto, y es que hasta a mi me hubiera dolido esa indiferencia.

-De acuerdo -le respondí bajito y con un tono apagado, tan bien que la estábamos pasando y ahora ella se siente decaída por culpa de él. Sin embargo y lo que termina enfadándome es esa disculpa que ella hace a él, obviamente no estoy molesto con Kajsa, ella es una niña educada, sin embargo él solo se quedó mirando con cara de imbécil.
-Ya no quiero los zapatos -dije en un tono soberbio. No me gusta tratar como inferiores a las personas, creo que esa actitud de sentirte superior por la posición social es desagradable, pero él lo es aun más y por eso me salieron las palabras con un tono horrible.

Tomo las bolsas y dejo el par de zapatos sobre el sofá sin importarme lo desacomodados que están, pero el tipo me detiene del brazo diciéndome sobre el pago de los que se llevó puestos ella. Qué vergüenza.
-¿Estás insinuando algo? -coloque las bolsas en el suelo y saqué la tarjeta que entregué a él con brusquedad- apúrate que llevo prisa -me siento un mal por ella, espero que no se haya ido a algun lado. ¿Dónde fue?- gracias -recibí mi tarjeta y el recibo de mala gana, cogí de nuevo las bolsas y salí a prisa de la tienda. Saqué mi celular de mi bolsa para llamarle… diablos, ¡debí pedirle su número en el auto!- si estuviera muy avergonzada y ¿dónde me escondería? -miro las tiendas alrededor, dudo que se haya metido a alguna. Camino un poco y a prisa me dirijo al baño, seguramente entró ahí, si es que no me dejó atrás.
-¿Kajsa?, ¿estás aquí? -no suelo usar los baños de chicas porque hay gente que se siente incómoda conmigo, pero ahora es una emergencia.

Es inevitable el hacer un gesto de disgusto, ni siquiera entiendo por qué ella se disculpó de esa forma, me ha incomodado demasiado. Y a eso secundar la actitud de su amigo, amiga o lo que sea, que, como suele ser la prepotente gente de clase alta, ha hecho que mi día termine mal.
Sin embargo no puedo responder nada, no debería preocuparme ya que solo estoy cubriendo un día libre de alguien, pero aun así no me parece justo dejar en mal la tienda de una persona con la que no tengo mala relación solo por la mala educación de esta persona.
-De acuerdo -he notado que la chica salió tan a prisa que se llevó el producto puesto, obviamente no parece la clase de persona que robaría algo, no parece necesitarlo, tal vez estaba muy conmocionada y ni siquiera lo notó pero… siento que es demasiado, es decir ¿por qué yo?, no recuerdo haberle dado alguna señal extraña para que pensara que me gusta. Si la ayudé aquel día fue porque era alguien en apuros, y aunque detesto involucrarme con gente desconocida también era un cliente de mi trabajo, no podía dejarla tirada.

-Disculpe, la señorita se ha ido sin pagar. No quiero ser descortés pero… -apenas si pude terminar la frase cuando de inmediato salió a la defensiva. Qué fastidio, creo que ambas están haciendo una tormenta en un vaso de agua.

Tomo su tarjeta y la llevo a la caja para pasar su pago y entregarle el ticket que me es arrebatado junto a su tarjeta- aquí tiene, muchas gracias y que tenga buena tarde -hago una reverencia y espero a que se vaya para sacar el aire que contenía por el pesado momento.
-Estúpido travesti -tapé mi boca con mi mano y me giré a ver si mis compañeros no estaban, afortunadamente apenas iban entrando por la parte de atrás cuando yo ya estaba acomodando los zapatos que dejaron tirados.

Encuentro una manera de arreglar las cosas sin pasar mas vergüenza, tomo mi celular y llamo al mi chofer para que vaya a pagar a la tienda. Nuestros empleados ganan bastante bien, así que puede pagar por los zapatos y yo a cambio le pagaré un extra a cambio del favor y que no cuente nada a mamá.

Escucho la voz de Aine, he sido tan grosera con ella.
-aquí estoy- le digo aun con un poco de sollozos por mis lágrimas -siento haber salido así, pensarás que estoy loca- solo decir algunas lágrimas más salen de mis ojos. Takabe es tan cruel, no le pudo que me ame o que sienta algo por mi, ¿solo no puede dejar de ser tan malo? me hace sentir como si el hecho de que me gusta fuera algo muy molesto y malo.
-no podía seguir cerca de él -digo abrazándome a mi misma con fuerza,  pero una persona entra al baño y eso me hace sentir incomoda.
-vamos al auto- con una mano tomo a Aine, parece ya una costumbre caminar así con ella y con la otra tomo algunas de las bolsas que ella trae.
El chofer abre la puerta y dice que las cosas ya habían sido pagadas.
-¿tu pagaste? lo siento tanto, que verguenza, ya mismo te hago una transferencia- saco mi celular para hacer la operación, pero noto como una lágrima queda en la pantalla de mi celular, ¿sigo llorando? ¿por que no se detienen las lágrimas?
-sal- digo al chofer pues no quiero que me vea así, pero con Aine no me preocupo, ella es mi amiga así que esta bien ¿no?
-¿es tan malo que me guste? ¿por que tiene que ser tan malo?- pregunto a Aine dejandome caer a donde ella esta para que me abrace, necesito consuelo -abrazame- le pido mientras mis manos se acomodan a un lado de su cintura-¿que hay de mal en mi que no le gusto ni un poquito?- sigo preguntando con frustración apoyando mi frente en su hombro.

Me siento aliviado por haber dado con ella, al menos no me dejó aquí y se fue sola a llorar a su casa. No me agrada ese tipo, no lo conozco ni las circunstancias pero su frialdad me desespera demasiado, y por su culpa ella es un desastre.
-No te preocupes por mí -hago un movimiento con la cabeza y aprieto las bolsas con mis manos, no sé qué decirle, no soy precisamente exitoso en el amor, yo tal vez si me pasara eso con la persona que me gusta también terminaría desecho- está bien, Kajsa, creo que hiciste bien al salir de allí.

Nuestra conversación se ve interrumpida al llegar una chica al sanitario, y llevo la vista al suelo para evitar esa mirada sospechosa, sin embargo Kjsa me toma de la mano y caminamos a prisa hasta su auto. Afortunadamente el chofer estaba muy cerca de la puerta, creo que ella ya le había avisado.
Entramos y coloco las bolsas en el suelo al otro lado de donde está ella.
-Ah, sí, pero no te preocupes… -ni siquiera pude terminar de hablar, ella sigue llorando por ese chico y me siento inútil. ¿Debería abrazarla?. Es muy diferente a cuando solo quiero tocar a las chicas, verla tan destrozada me hace complicado solo abrazarla descaradamente, porque no quisiera incomodarla más de lo que ya lo hizo aquella situación.
-Claro que no -hago caso a  su orden y le paso en brazo por los hombros mientras el otro acaricia su cabello, no imaginé que le gustara tanto- oye, no eres tú quien está mal -me separo un poco de ella para hacer que me vea y limpiar sus lágrimas con mi pulgar- él debe ser un tonto al no ver lo hermosa que eres, además de ser muy educada y tierna -dejo una ligera sonrisa, es tan bonita, odio que tenga que llorar por un tipo tan creído- puedes llorar todo lo que quieras, eso te hará sentir mejor ¿de acuerdo? -cuando yo pasaba momentos difíciles me encerraba en mi cuarto a llorar, si lo hacía frente a mi padre no paraba de llamarme maricon. Me hubiera gustado decirle que en realidad no lo era, que me gustaban las mujeres como a él, pero era perder saliva en vano.


-Los zapatos son un obsequio, no quiero que me los pagues, ¿entendido? -es extraño encariñarte de inmediato con alguien, Ziba me lo ha dicho muchisimas veces. Pero ¿cómo no hacerlo?, ella es tan sincera conmigo, tan amable y transparente, tal vez desde que la vi sentí esa atracción.