Cena familiar [privado]

Hoy es un día especial, y no he dormido suficiente por los nervios, esto es un paso importante. Quiero que mi familia se integre. Que Jiro noté la seriedad con la que tomo lo nuestro, que Mia deje de tener miedo de mi y me de su confianza y que Souta aprenda lo que es tener una familia.
Seguro que nadie piensa que un hombre de la Yakuza pensaría cosas tan cursis sobre la familia, pero yo soy esta clase de persona. Quiero que los que me rodean sean felices.

Yo estoy por darme un baño, temprano he salido a arreglar unos negocios y ahora tengo que arreglarme para la cena, quiero verme bien para Jiro. Me gusta cuando en su mirada se nota que le agrada como luzco.
Por otra parte he comenzado a reprimir mas y mas mi amor por Mia, se que eso la incomoda, y al menos la presencia de Souta hace que pueda distraerme un poco mas allá de solo verla a ella. Aunque sigue siendo una tortura cuando se pasea en casa con esas ropas tan pequeñas que aveces usa, o tal vez solo es mi pervertida mente que con solo ver un poco de su hermosa piel, yo ya estoy perdiendo la cabeza.

Me doy un baño sintiendo como mis ásperas pasan por mi cuerpo mientras lo enjabono. Tengo un buen cuerpo, eso nadie lo puede negar, pero solo es así si lo ven con ropa. Sin ella creo que pocas personas disfrutarían de manera visual de mi.
Y como siempre, me repito el asco que Mia sentiría de solo ver todo lo que escondo debajo de la ropa.
Termino de lavar mi cabello y salgo a vestirme.

Shinya:

Luego de terminar con mi parche me pongo un poco de loción, salgo y toco a la puerta de Mia y luego a la de Souta.
-chicos no tarden, Jiro ya viene en camino- comento un poco nervioso y bajo con paso apresurado las escaleras para mirar como esta quedando la cena, obviamente regalando un beso en la sien a la señora Tanaka.
-huele delicioso- le digo emocionado y ella solo me da unas palmadas en la espalda y me manda a salir de la cocina para que no me vaya a ensuciar.
Miro el reloj a cada rato esperando a que los niños baje o a que Jiro llegue.

Hace unos días el señor Ueda trajo a alguien más a la casa. Cuando lo vi inmediatamente me sentí mal, no debería ser tan grosera pero no quería un hombre más cerca de mi. Sin embargo gracias a él yo no debo estar en cada cena con el Señor Ueda, y me mantengo encerrada estudiando o salgo a casa de Emi. No sé de dónde viene ese chico, pocas veces me lo he topado pero lo evado, tan solo le digo un saludo formal y regreso a mi habitual rutina.
Sin embargo el Señor Ueda quiere que tengamos una cena familiar, a pesar de que yo no me siento como tal creo que no es tan malo, aunque no quita lo incómoda que me pone el estar en una mesa con tres hombres, pues su novio también estará aquí.

-¿Qué debería ponerme? -es la primera vez que me preocupo por eso, sé lo mucho que él y la señora Tanaka se esforzaron por el día de hoy, y le dije a ella que si quería podía ayudarle pero esta vez decidió encargarse sola, tal vez percibió que yo estaba muy nerviosa y me dejó toda la mañana para tomar un largo baño y ocuparme de lucir presentable para la cena.

Vestido:

Suelto un suspiro y tomo el elegante vestido blanco que él me regaló, nunca lo he usado, tiene un escote que no me gusta. Pero podré usar encima esa cosa que va a juego, ¿es acaso muy elegante?, pero debería usarlo al menos una vez antes de irme, y ya que no saldría a la calle así al menos en casa podría, además no será un tiempo tan prolongado, en cuanto acabe de cenar y convivir un poco con ellos me retiraré.

Sequé mi cabello y lo peiné como usualmente, no soy alguien que se arregle mucho, luego me puse el vestido, la verdad es muy bonito, me hace sentir linda y un poco segura gracias a las medias.
Escuché el toque a la puerta y sentí ese cosquilleo en el estómago por los nervios, ¿de qué voy a hablar?, o puedo dejar que ellos lo hagan pero eso sería maleducado.
Tome aire y antes de salir cerré mis ojos, tratando de parecer calmada abrí la puerta y bajé al comedor, todo huele tan rico, y sonrío al ver a la señora Tanaka tan apurada y entusiasmada.
-Señor Ueda -hago una ligera reverencia y me siento en el sofá continuo a donde está a esperar que baje el otro chico y que llegue su pareja.

Todo ha pasado tan rápido que apenas he tenido tiempo de asimilar las cosas, de pronto pase de ser un chico inútil sin ninguna ambición en la vida al hijo del líder de un clan yakuza, aunque no sé mucho al respecto. Mis heridas han sanado bastante bien y el tiempo que antes pasaba peleando o buscando problemas ahora lo dedicó en estudiar para poder ingresar a la universidad, vaya sorpresa que se llevara Iván cuando se entere, pero es que no le he querido contar por una sencilla razón ni yo he logrado asimilar lo que está pasando, y él parece estar bastante relajado ahora y no quiero perturbarlo con mis problemas, no hasta que pueda explicarle mi situación.

Sobre mi verdadera familia no he sabido nada, al parecer mi abuela comprendió que no era gente con la que debiera meterse, pero me pareció haber escuchado que sigue buscando la oportunidad de sacar dinero, mi padre en cambio, sigue desaparecido y no sé si es como siempre que tarda meses en volver o la vieja le dijo que no lo hiciera; como sea, no quiero saber más de ellos, ahora tengo una nueva familia y un padre que por más que me he esforzado en verlo como eso... me he enamorado de él.

El día de hoy estoy nervioso y celoso al mismo tiempo, ahora resulta que conoceremos al “novio” de papá, al oírlo hablar de ese sujeto me siento feliz por él pero no puedo evitar sentir celos al pensar que podría ser yo en lugar de ese sujeto. Por otro lado se supone que también estará mi “hermana” en la cena, apenas la he visto unas cuantas veces y siempre me evita, yo le prometí a Shinya ser amable con ella pero es la verdad que si ella se sigue comportando de esa manera no voy a responder por mis actos, por eso es que detesto a las mujeres, debes tratarlas como objetos delicados aunque no lo sean, si te tratan mal estás bien pero si es al revés eres el malo.

Sobre mi ropa, sólo uso un pantalón de vestir negro y una camisa roja sin corbata, no entiendo porque tanta formalidad, si sólo nos van a presentar a nuestra “futura mamá”, en fin, hay que darle gusto a papá. Cuando nos llama salgo con algo de flojera, cada vez me convenzo más sobre la idea de que no quiero estar en la cena. Sin más remedio bajo y me dirijo a dónde está mi nueva familia, a la primera que veo es a Mia, a quien sólo miró unos segundos y luego a Shinya
-¿Ya llego mamá?- le pregunto con un leve tono de burla, el molestarlo es algo que haré hasta que logre captar su atención –hola Mia- saludo como si se me hubiera olvidado.

Salí del baño y tomé el traje color negro que la señora de la limpieza me hizo el favor de planchar, yo soy muy malo para esas cosas y hoy no tengo la calma que a veces me acompaña. En realidad soy alguien que se pone nervioso con facilidad.
Tomé la camisa color beige y me puse el pantalón, ¿debería ponerme el saco?, creo que es demasiado formal, ¿y si mejor me llevo una gabardina?. Me tiré de un sentón a la cama y lleve las manos a mi cara, no quiero ir a esa cena. Pero Shinya estaba muy contento al respecto, y al verle con esa linda expresión no me puedo negar a nada de lo que me pide, creo que no es la primera vez y definitiva no será la última. Me levanté de nuevo y guardé el saco, me quité la camisa y escogí otra a cuadros de manga larga, y también mi gabardina que llevaré en la mano, no hace tanto frío el día de hoy.

-Llaves… llaves… -¿dónde dejé mis malditas llaves?, dios, es tardisimo, miro el reloj y veo que apenas tengo cinco minutos para la hora acordada, tendré que tomar un taxi. Después de poco encontré mis llaves, me guardé el celular y la cartera y salí a tomar un taxi donde le indiqué la dirección de inmediato.

Su casa no queda tan lejos, a unos quince minutos en auto. Bajé nervioso y respiré hondo para llevar un poco de calma, sí que es un complejo grande, al menos para mi pequeño departamento. Toqué el timbre esperando respuesta y en cuanto se abrió la puerta, con muchos nervios entré. Sonreí para él como siempre, le di un pequeño beso y dejé que caminara delante de mi, tengo mucho miedo, nunca he visto a esos niños.
-Buenas noches -saludé alegre para ambos, ella es muy bonita y el chico también es atractivo, en realidad él ya no parece para nada un niño. No pensaré mucho, solo debo ser amable con ambos y ya. Estiré mi mano hacia él que me quedaba más cerca, y luego lo hice con ella, sin embargo me ha dejado con la mano colgando, ¿tan rápido le desagrado?.
-Buenas noches Señora Tanaka -caminé hasta la cocina para saludar a la casera, es una persona amable, la he visto un par de veces y siempre procuro ser educado, Shinya me dijo que es como su madre. Hice una reverencia ante ella y de igual forma le di el usual saludo de mano- lamento el retraso -era imposible que llegara antes que ellos pero realmente se me ha hecho tarde, me siento avergonzado.

Platicó un poco con esa mujer a la que le tengo tanto cariño, pero mi atención va directo a Mia cuando escucho que me habla.
Apenas la miro un par de segundos y desvío la mirada para no incomodarla. Pero su imagen se ha guardado en mi memoria. Se ve tan hermosa con ese vestido, lo que daría porque me dejara acercarme un poco a ella, sólo un abrazo, una carica a sus hombros, un beso en si cabeza.
-Mia, te ves muy bonita- comento con una sonrisa amable, pero evitando que todo el amor que siento por ella se desborde por mis ojos.

Souta no tarda en bajar y sonrió, pece a sus pésimos modales y comportamiento cuestionable, es realmente un joven apuesto, más ahora que todos esos golpes han sanado.
Suelto una risa por sus palabras, es sin duda un chico imprudente, pero no suelo dar demasiada importancia a muchas cosas de las que dice. Tiene un peculiar sentido del humor y no quiero limitarlo.
- aún no, pero ya debe venir en camino-- contesto con una sonrisa.

Pienso que tal vez debi invitar a Takumi y Emi, pero esa chiquilla, aunque muy tierna, es mucho más imprudente que mi nuevo hijo y Takumi, bueno el seguro buscará alguna manera de incomodar a Jiro, así que tal vez otro día. También podría invitar a Touji y si madre, pero se que no aceptarían, aveces me gustaría que me viera un poco más comonsi igual.

Escucho el sonido de la puerta, así que me levanto, pasó a un lado de Souta y alboroto su cabello en un gesto cariñoso.
- pórtate bien- le digo de paso y sigo hasta la puerta.
En cuanto lo veo le doy un suave y fugaz beso.
- luces encantador- le digo mientras lo guio hasta el comedor.
-Bien chicos, les presento a Jiro, sean amables con él - hago una presentación muy rápida porque creo que nadie en el lugar se muestra relajado, ni siquiera yo.
Veo como Mía no corresponde al saludo de Jiro, supongo que se siente incomoda con la idea de tocarlo.
Me acerco a ella mientras el va a saludar a la señora Tanaka.
- el es una buena persona, nunca te lastimara- le digo esperando que se sienta mejor pero lo dudo, ni siquiera tiene confianza en mí. Suelto un suspiro y camino hasta mi novio, me acerco por su espalda y mis manos rodean su cintura y doy un beso en su mejilla - he sido tan descuidado, debi haber ido por ti, lo siento- me disculpo por mi pésimo desempeño como su novio para este día.

Desvío la mirada cuando él me halaga, aun me hace sentir incómoda pero mis mejillas empiezan a sentirse calientes. Tal vez porque siempre me lo decían de una manera tan sucia es que empezó a desagradarme, pero la manera en que el Señor Ueda lo ha dicho no suena así. Tal vez él de verdad me ve como una hija, yo recuerdo que papá siempre elogiaba mis coletitas o los vestidos que mamá hacía para mí, sonaba casi igual que él, y sonrío apenas por el bonito recuerdo.
-Gracias -respondí muy bajo y sin mirarle. Me puse a jugar con mis manos mientras llegaba el novio de él y bajaba Souta, el otro chico. A diferencia de mí él tiene largas pláticas con el Señor Ueda, parece que de verdad le agrada. Hubiera preferido una hermana, pero al menos me hace pensar que tal vez él de verdad quiere una familia.
-Buenas noches -respondí viendo al chico, y rápido giré mi vista. Mis mejillas se pusieron más rojas que hace un momento, es que pienso que de verdad se le ve bien esa ropa, y ya no da tanto miedo como el día que llegó todo golpeado.

Sonó el timbre y esperamos a que el Señor Ueda abriera la puerta, y veo como le deja esa caricia a Souta y él parece contento con eso. ¿Por qué yo no puedo ser así de honesta?, o más bien el llevar una relación buena con él, después de todo me salvó de aquel lugar y me da una buena vida, además de prometerme el volver a casa.
-Buenas noches -saludé a su novio y le observé un rato, pensé que el saludo inicial era suficiente pero estiró su mano hacia mí y me quedé congelada, para cuando la estaba levantando él ya había ido a ver a Souta, y lleve ambas manos a mi pecho, seguro pensó que soy una mal educada.
-Mmm… sí… -me sumergí un poco en el sofá cuando el Señor Ueda vino a regañarme, no fue así, en realidad sonó muy amable pero me sentí mal porque no tenía la intención de rechazar a su pareja, solo me agarró por sorpresa.

Nos acercamos a la mesa y me senté junto a Souta, no sé por qué, simplemente mi cuerpo se movió y esperé a que la señora Tanaka se acercara.
-¿Quiere que le ayude? -dije bajito a su oído, pero ella negó con la cabeza.

Constantemente busco la atención de Shinya, es por ello que hago o digo de todo por molestarlo, para bien o para mal quiero que se fije en mí. En este tiempo, aunque corto, que llevo viviendo en esta casa entre todas mis obligaciones y clases adicionales he tenido que aprender sobre modales, aunque no siempre hago gala de ellos, será difícil perder las viejas costumbres.
-¿No te habrá dejado plantado?- no voy a rendirme, creí que le molestaría que llamara mamá a su novio, es que simplemente no entiendo el por qué llegue demasiado tarde a su vida. Además no creo que esa persona sea tan especial para poder estar con Shinya.

No esperaba que Mia me recibirá con emoción, esa chica me desespera tanto como me da curiosidad y esa forma de responder tan seca me hace enfadar, sólo resisto mis ganas de molestarla porque no quiero enfadar a “papá”. Esperaba molestarla un poco pero su reacción me desconcertó un poco tanto que incluso he olvidado mis intenciones originales –que bueno que hayas aceptado acompañarnos- digo bajito aunque con mi característico tono hostil y también mirando hacia otro lado, no puedo aún sentirme cómodo con una chica tan cerca.

De pronto el timbre suena, seguro esa persona ha llegado y yo no puedo evitar fruncir el ceño un poco, quiero verme más agresivo de lo normal y asustar un poco a esa persona.
-Me portaré bien- respondo, aunque no es una promesa que piense cumplir completamente.

Cuando al fin entra ese sujeto y lo veo besar a Shinya no puedo evitar hacer una mueca de desagrado, después de todo no es tan impresionante, es un tipo común y nada interesante
-Buenas noches- correspondo al estrechar su mano, resistiendo las ganas de apretarla un poco, hay que medir primero el terreno antes de atacar –Es un gusto conocerlo Jiro-san- le sonrió intentando parecer amable, aunque me desagrade sin conocerlo.

Me desespera un poco que Mia sea tan delicada, y que Shinya siempre tenga que estar dando explicaciones absurdas, así que mejor me voy a la mesa, tengo hambre y prefiero comer antes de que se me termine por revolver el estomago. Mientras trataba de recordar cómo se usan los cubiertos, ya que seguro no me darán palillos, no me doy cuenta que la chica se sienta a mi lado si no un tanto después. No la había visto bien hasta ahora que la tengo de cerca, es muy bonita, me pregunto si así habrá sido mi madre, jamás he visto una foto de ella y hasta dónde sé ella era muy joven cuando yo nací. Sin darme cuenta me le he quedado viendo y cuando reaccionó volteó hacia otro lado con las mejillas sonrojadas, es una chica, debería darme vergüenza lo que he hecho, no me gustan las mujeres, todas son malas.

A pesar de que me siento nervioso debo aparentar no estarlo, al menos el chico me saludó normal, y la señora Tanaka también está aquí, debería ser suficiente. Pero realmente me ha hecho sentir mal que rechazara mi saludo, supongo que las chicas son más delicadas, o ¿es su edad?, probablemente no pueda procesar que se trata de un hombre quien sale con su padre y no una chica. Tal vez es eso.
-Oh, no te preocupes -tomé las manos de Shinya cuando me abrazó por detrás y acepté gustoso su beso, pero nos despegamos rápido para sentarnos en la mesa.

Me da un poco de vergüenza darme muestras de cariño frente a ellos, pero seguro Shinya ya habló de eso, yo solo debo portarme amable y al margen, entiendo que nunca seré más importante que sus hijos, pero él siempre me demuestra que igual soy alguien que quiere en su vida, una prueba es esta cena que me parece muy seria.

Me senté entre Shinya y el chico, creo que no es buena idea sentarme junto a ella ahora.
-Huele delicioso -estoy tan nervioso que lo primero que suelto es sobre la comida. Alguien en mi lugar trataría de socializar con los niños, preguntas como ¿qué tal la escuela? o ¿te diviertes con tus amigos?, también un “tu padre me ha hablado mucho de ti” y esperar que ellos sigan la plática hasta tener una afectiva convivencia. Pero ¿qué tal si no lo hacen?, ¿y si me cortan la conversación?. Me siento más nervioso que de costumbre, yo sé que puede tardar un tiempo en que sea cercano con ellos, pero me da miedo el no serlo.
En realidad, pensar sobre la seriedad de nuestra relación ya me provoca demasiado miedo, sobre todo ahora que Leigh ha regresado a mi vida.
Basta, deja de pensar en él, como si no hubiera suficientes cosas de las qué preocuparse hoy.
-Te ves muy bonita, Mia, tú también eres un chico atractivo, y obviamente tú lo eres más -Sonreí para Shinya en un coqueteo, realmente odiaba el estar en silencio, espero que el halago no empeore las cosas, además no estoy mintiendo.

Cuando ha bajado Souta he observado como se tratan, apresuró al chico pero no quiero obligar a Mia a que le acepte, pero... ¡¡¿Pero qué diablos ha sido eso?!! un sonrojo, ¿por qué? Jalo un poco de aire y alejo mis ojos de ella, solo he tenido que verla por un segundo y notarlo, yo vivo siendo demasiado consciente de todo lo que ella hace, dice o cualquier reacción, sin falta de que mis ojos estén encima de ella a todo momento.

-espero que no o sería muy vergonzoso- no puedo evitar una expresión un poco desanimada por esa posibilidad. Sé que estoy abusando de Jiro al hacerlo ir tan en serio con lo nuestro, él es la clase de persona de quien se puede sacar provecho con facilidad y yo por eso he pensado que tal ve él pueda aceptarme con todo y lo que conlleva ser quien soy.
No me gusta para nada el tono con que Souta habla a Mia, ¿qué no piensa que la puede asustar?
Mis dos pequeños no tienen los mejores modales, ella vive demasiado asustada e incómoda y él siempre a la defensiva.

Nos sentamos a la mesa pero no me pasas desapercibido nada de lo que hace Mia y noto la insistente mirada deSouta sobre ella ¿Es eso otro sonrojo ahora de parte de Souta?
Mis ojos se clavan en la comida, Souta dijo que no le interesaban las mujeres y Mia, se supone siente lo mismo por los hombres. Pero parece ser que en esta casa él único que le da miedo y asco soy yo. Claro que es así, un ángel como ella no podría sentir nada bueno por alguien como yo. Aprieto mi mano con fuerza per me detengo en cuanto siento la mano de Jiro sobre la mía.
-Si, Mia es hermosa- la miro solo un segundo y luego a Souta -y Souta realmente atractivo- comentó con una sonrisa para mí ahora hijo -supongo que seré yo el que tiene que hablar o ustedes no lo harán -una sonrisa afable adorna mi rostro y acaricio la mano de Jiro -Mia es la menor, estamos juntos desde hace poco más de un año pero pronto irá a estudiar al extranjero- oculto mi herida sonrisa detrás del vaso del que tomo agua -Souta ya es mayor, está estudiando para entrar a la universidad, sé que casi nadie adopta a una persona que es casi un adulto, pero todos necesitamos una familia sin importar nuestra edad- sonrió para el chico -aunque para ser casi un adulto es muy travieso- comentó soltando una risa por el impetuoso comportamiento del chico.

Es raro hablar con un hombre que no sea el señor Ueda, en la escuela evito a mis profesores, afortunadamente no soy la clase de alumna que les interese más de lo necesario, y mientras me porte bien y participe un poco en clase para ellos es suficiente.
-Sí -no sé qué responderle a Souta, sobre todo porque parece que lo dijo por educación, pues no usa el mismo tono de voz conmigo que con él. Creo que el Señor Ueda le gusta demasiado, y yo, bueno, no me llevo bien con él, aunque tampoco diría que mal.

Al sentarme en el comedor me di cuenta que Souta no estaba muy cómodo conmigo, escuché del Señor Ueda algo relacionado a su rechazo con las mujeres, y me siento identificada con él porque soy lo opuesto. Sin embargo me le quedé viendo analizando eso y poquito después me percaté que él también, y sí, de nuevo me siento avergonzada por sentir su mirada en mi. No me gusta que haga que mi corazón palpite tan rápido.

Intenté acercarme al novio del señor Ueda, bueno, en mi cabeza lo intenté pero la verdad no me moví para nada, sin embargo él me elogió y agaché la cabeza como siempre. No sentí igual que hace un rato cuando el Señor Ueda lo dijo, pero tampoco me incomodó.
-Gracias -respondo rápido, como si quisiera arreglar el saludo que he rechazado. Y de nuevo mi ahora padre dice que soy muy bonita, no contesté nada porque sentí vergüenza, además que también elogió al chico, es normal ya que ahora ambos somos sus hijos, sí. Además ha tocado ese tema, no es que me vaya a ir para regresar pero supongo que no ha dicho a nadie lo que está haciendo, porque ¿no sería raro?, incluso en la escuela hicieron lo posible por montarnos una historia diferente. Me siento un poco decaída, si realmente me voy a ir no tiene caso que tenga esta cálida cena con ellos, porque me doy cuenta que esta familia extraña no es tan m

Extrañamente me siento en la pista principal de una especie de circo, tal vez se deba a que todo ha sucedido demasiado rápido, Shinya no dudo en darme una familia, incluso me dio su apellido casi enseguida, además está esa niña tan extraña y con la que él parece tener cierta obsesión y ahora ese novio, mi cabeza va a estallar. Estoy cansado de tener que pretender ser un niño educado, de estudiar, de pelear sólo durante el entrenamiento, a veces quisiera huir y volver a mi vieja vida, pero quiero confiar en Shinya, todo será mejor ahora que estoy con él.
Miro mal a la chica, realmente es molesta, me fastidia que a penas y abra la boca para decir dos palabras, si no quiere estar con nosotros simplemente hubiera rechazado la invitación, a mí tampoco me agradan las mujeres y sin embargo aquí estoy tratando de ser amable con ella –Ahora somos hermanos, deberíamos intentar llevarnos bien por Shinya- le digo bajito. Prometí esforzarme y voy a hacerlo.

Ahora que estamos juntos en la mesa, es ella quien más ha llamado mi atención, trato de convencerme que se debe a todas las reglas que la rodean, a mi no me gustan las mujeres, debería parecerme detestable como todas y aún así ha logrado despertar mi curiosidad. Cuando Shinya y su novio mencionan que ella es hermosa arqueo una ceja, sé que es verdad pero no puedo simplemente admitirlo –Gracias por el halago papá- le digo a Shinya cuando menciona que soy atractivo –Tu también tienes una cara bastante lindo Jiro-san- le digo al otro con un tono travieso, aun no contengo mi deseo de molestarlo. Sin embargo cuando menciona que ella se irá la miro un momento, buscando en su expresión saber si ella está a gusto con ello –No deberías ser esas cosas o Jiro-san no querrá ser mi mamá- le reclamo a mi nuevo padre, supuestamente ofendido –Agradezco a Shinya el haberme traído con él- tocó mi recién recuperado costado, no puedo evitar pensar que ese hombre que me engendro sería capaz de matarme -¿Por qué no nos cuentas un poco de ti Jiro-san?- lo tiento, ya que el tipo parece demasiado serio y nervioso y ese ambiente me pone más tenso de lo normal.

Suelto una risa nerviosa, porque en verdad mis temas de conversación son demasiado estúpidos y a menos que ellos digan algo, yo no podré sobrevivir. Para mi suerte Shinya decide iniciar con lo usual, su hija parece muy callada y el chico algo áspero, porque puedo ser un estúpido pero gracias a Leigh siento la vibra negativa de la gente- soy bastante común, la verdad -Ah, de nuevo he terminado pensando en él, y siento ese cosquilleo en mi pecho por el recuerdo.

-¿Es así?, oh, espero que lo disfrutes, yo nunca he tenido oportunidad de ir al extranjero, pero debe ser fantástico -sonrío para ella a ver si de esa forma toma un poco de confianza, pero no parece, o no sé, es demasiado inexpresiva, ¿o es que siempre parece triste?- pero ¿de qué hablas? parece buen niño -seguramente no lo es, tiene la mirada pesada pero ¿no dicen los demás esas cosas?, además decir que tiene cara de travieso puede malinterpretarse y dirán que estoy coqueteando con el hijo de mi novio lo cuál es imposible… dios, necesito calmarme un poco, estoy sobre pensando cada pequeña cosa.


-Ah jajaja -de verdad solté una pequeña risa nerviosa y me mantuve sonriendo, ese apodo se siente extraño y no sé si me agrada, pero no parece ir en serio, es más como si quisiera molestarme. Creo que me he vuelto paranoico en ese aspecto- bueno, no hay mucho en realidad. Soy psicólogo, trabajo en una universidad dando clases y además, tengo el consultorio abierto para el alumnado, aunque claro, la mayoría solo evita visitarme pensando que afectará su vida en el campus… también, mm, me gustan mucho los animales y los lugares con entorno natural -hago una pausa y tomo un trago al vaso de agua que ha colocado la señora para mi- y ¿ustedes ya saben que estudiarán a futuro? -creo que mi presentación se asemeja a la de un niño de secundaria.

Mis hijos… no se que diablos es lo que pasa con ellos, no puedo creer las reacciones que Mia esta teniendo, me hace sentir tan herido que ella no pueda tener ninguna de esas reacciones conmigo, ningún interés en tener sus ojos sobre mi, mucho menos algún sonrojo… Mia, eres demasiado cruel conmigo.

Decido que la comida es lo más interesante para mirar ahora, porque ya no quiero ver a Mia ni a Souta, me duele tanto mirarla de esa manera. Me hace sentir que ella me rechaza por el simple hecho de ser yo. Llevo un año cuidandola, respetandola y dandole todo lo que esta en mis manos para tratar de hacer feliz y que se sienta segura. Pero sigo sin siquiera ganarme una sonrisa suya o un gracias que no suene forzado y asustado. Comienzo a sentirme tan cansado de no avanzar ni un poco con ella.
Seguro hasta parece raro que diga que la mando al extranjero a estudiar, ¿pero no sería raro solo que un día ella ya no esté? Hay que crear una coartada...

Solo como un par de bocados hasta que escucho a Souta pedir a mi pareja que cuente un poco sobre él. Así que decido poner mi atención en él. Sonrio conmovido por lo nervioso que parece Jiro.
Mia tal vez sea una tonta trabajadora en una granja con su familia… y Souta no se si conseguirá seguir vivo mucho tiempo con esa boca que no sabe cuando callarse. Esa es mi respuesta mental a la pregunta de Jiro, pero solo guardo silencio esperando que al menos el pequeño conteste algo y Mia al menos emita algún sonido o solo niege con la cabeza, ¿que se yo? Realmente comienzo a sentirme enojado. Takumi tiene razón soy demasiado amable, si Mia siempre me mirará con esa cara de perro asustado, ¿por que no solo tomar de ella lo que quiero y ya? Porque no solo deseo su cuerpo, sino que quiero que me ame como yo a ella.
-oye solo relajate- le digo a Jiro mientras acaricio su pierna en señal de apoyo -solo es una cena, no un examen- comento esperando que se relaje, al menos espero que el saber que Mia ya no estará lo haga sentir más tranquilo, tal vez cuando ella se vaya yo eliminaré esta costumbre de cenar siempre juntos…
-¡Señora Tanaka la comida esta deliciosa!- le digo emocionado a la mujer que sigue dando vueltas en la cocina seguro preparando las cosas que llevará a la casa de junto -Mia, gracias por tu esfuerzo el día de hoy- digo para mi adorada y amada hija. Apesar de mi frustración causada por ella, yo no puedo tratarla mal -puedes retirarte de la mesa cuando termines de comer, tu también Souta, se que seguro esto te esta aburriendo- simplemente deseo dejar de mirarlos, me he cansado de jugar a la familia con ellos. Ellos solo no se comportan como tal, en el clan hay tantas personas que darían lo que fuera par estar en el lugar de ellos y he elegido a una niña que me teme y a un arrogante niño con demasiada malicia.

¿Hermanos?, si fuera tan sencillo para mí el aceptar una nueva familia ya lo habría hecho, y le llamaría papá al Señor Ueda como lo hace Emi con ese padre suyo, pero no les veo así. Aunque ahora no siento desagrado por él, al principio me daba miedo y asco, pues pensé que terminaría haciendo lo mismo conmigo que todos esos hombres en aquel lugar.
-... ¿te gusta mucho el Señor Ueda? -no sé por qué pregunté eso, es un poco obvio, pues siempre le sonríe. Tal vez yo también debería intentarlo, pero me vería muy falsa y es por demás difícil.

No pensé en lo complicado que sería para el Señor Ueda el regresarme mi hogar, y me doy cuenta que hay más gente de la que conozco que sabe de mi existencia.
-Muchas gracias -contesto bajito, aunque me siento un poco extraña el mentirle, y no es porque sea una persona que no lo hace, ya no sé si lo correcto es que yo vuelva. Él parece una buena persona, la verdad el Señor Ueda tiene la suerte de tener mucha gente amable a su alrededor, todos parecen quererlo mucho, lo respetan, y también obedecen. No parece algo tan turbio como lo que realmente es cuando ellos se acercan tan cariñosos y cálidos a él.

Metí más comida a mi boca cuando el Señor Ueda me indicó el regresar, siempre es muy paciente conmigo pero esta vez creo que no quiere quedar mal con su pareja.
-La comida está deliciosa -quisera decirle que no es que me moleste tanto la compañía de ellos, me siento nerviosa pero es menos pesado de lo que imaginé, y ahora que su novio me ha hecho un poco de plática e incluso Souta o que él ha sido amable, pues quería pasar un rato más largo. Pero tiene razón, solo debería volver a mi recamara. De todos modos pronto dejaré de ser alguien en sus vidas- me gustaría ser maestra -hablé con la voz temblorosa mientras observaba mi plato casi vacío, la comida es tan deliciosa que ni siquiera me di cuenta lo mucho que estaba comiendo. Extrañaré a la Señora Tanaka- cuando era niña siempre quise ser maestra, así que espero algún día lograrlo. Aunque me falta mucho por estudiar pero la escuela me gusta -era mejor si le decía al Señor Ueda que la escuela, a pesar de estar llena de niñas crueles, me ha enseñado una infinidad de cosas que en el campo tal vez nunca hubiera aprendido, y que agradezco que siempre esté al pendiente de mis estudios- una profesora me dijo que podría ir a una buena universidad si seguía con esas calificaciones -esta vez le he mirado esperando que deje esa expresión que siempre me dedica, entre tristeza y miedo, y a veces algo más que prefiero ignorar.

Aun no logro acostumbrarme a la idea de tener una nueva familia, pero en el fondo me hace muy feliz el hecho de tener está oportunidad, por más rara que resulte me agrada tener un lugar al cuál llamar hogar y personas a las cuales poder llamar familia, bueno al menos papá y hermana, aunque esta última aún no me termina de convencer.
-Shhh- le digo bajito y cubriendo mis labios con el dedo índice –si me gusta pero no lo digas tan fuerte- por un momento me pareció que hablaba con uno de mis amigos y se me salió decir aquello. Después de todo no creo tener oportunidad con él y debería de olvidarlo, no tengo derecho a aprovecharme de la oportunidad que me ha dado.

No sé si lo diga sincero pero el hecho de que Jiro me haya defendido diciéndome que soy un “buen niño me ha hecho realmente feliz –gracias ma… Jiro-san- estuve a punto de llamarle “mamá” y aunque sería demasiado gracioso me contengo por el bien de todo.  
La comida está realmente deliciosa, aunque eso de los cubiertos aún no me termina de agradar, es tan complicado comer con ellos, así que estoy haciendo un verdadero desastre en mi plato mientras ellos hablan.
-La verdad es que no estaba seguro de que quería hacer, pero Shinya-san me sugirió estudiar derecho y aunque conozco a una persona desagradable que es abogado, creo que será divertido si es que puedo ayudar a papá- por más hipócrita que pueda sonar, debo hacer lo posible por agradecer a ese hombre lo que ha hecho por mí, además de que así tendré una razón para seguir con él en el futuro.

Todo estaba bien, hasta que Shinya nos echó de la mesa, tal vez un hecho sin importancia pero que sin saber porque razón me ha terminado por doler.
-Sí querías pasar la velada a solas con tu novio no era necesario que te montaras esta farsa de la familia feliz- le digo molesto, es obvia la incomodidad de todos y mi ahora padre no ha hecho más que hacerla evidente –Desde que llegue me dijiste que era una costumbre familiar cenar juntos y desde entonces sólo lo hacemos tu y yo porque Mia se niega a acompañarnos, a mí tampoco me agrada tenerla cerca, pero hago el esfuerzo por conocerla- la miró a ella de manera incriminatoria, definitivamente todas las mujeres son detestables –No sé porque tantas reglas ni lo que ella haya pasado, pero si sigues tratándola como una frágil muñeca de cristal jamás lograras acercarte a ella, alguna vez te has atrevido a preguntarle ¿qué es lo que siente? o ¿qué es lo que quiere?- ahora cuestiono a Shinya –y tu Jiro-san, dices que eres psicólogo y te quejas de que tus alumnos no van a visitarte, pero has pensado en que si muestras más confianza en ti mismo, ellos confiaran en ti. Nadie confiará en un psicólogo tan titubeante y que ni siquiera es capaz de enfrentar a los hijos de su novio- me dirijo ahora a la pareja de mi padre –Me engañaste Shinya, esto no es una familia, es un teatro mal montado. Iré a dormir a casa de Ivan- le digo por último mientras me levanto de la mesa, al borde de las lágrimas, me siento traicionado o estúpido por hacerme la idea equivocada de lo que era una familia.