Primera cita -Aaren O'Brien

Recuerdo del primer mensaje :

Hoy tendré mi primera cita. No es con la persona que esperaba sería, pero sigue siendo mi primera cita, y eso me hace sentir nerviosa. No encuentro nada en mi guardarropa que parezca lo indicado para este día. Todo parece demasiado ostentoso o demasiado simple, y yo quiero que sea perfecto, quiero que cuando Abren me vea piense “si que tengo una prometida hermosa”.
Suspiro un poco resignada a que no se que usar hoy, elijo un lindo vestido blanco a juego con unos zapatos.  
Él es un chico atractivo, y siempre lo he aceptado, pero creo que para sus ojos yo no sobresalgo ni un poco, es realmente un sujeto raro, pero supongo que me gustas los tipos raros.

Me maquillo un poco pero con un toque natural, nada exagerado.  Hemos quedado de vernos ya en un punto en especifico, aunque mamá se ha molestado y dicho que como mi prometido puede ser tan descartes y no venir por mi. A mim me parece bien, aunque habría sido un lindo detalle ya no estamos en los años en los que vivio mamá.
No se si debería salir ya, la verdad aun es temprano para la hora que hemos acordado, pero he pasado toda la mañana pensando en ese momento, siento todos mis nervios en el estomago, no quiero ni pensar lo que se siente salir en una cita con una persona que se quiera.

Salgo de casa cuando parece la hora prudente, todo el trayecto siento esas mariposas en mi estomago, y la sensación es mas intensa cuando llego al lugar. Camino un poco tratando de encontrar a mi prometido.
Se que hemos estado juntos antes, pero yo la verdad no ponía mucho de mi parte, tenia la esperanza de poder vivir un amor verdadero y no algo acordado por mis padres, pero creo que es momento de aceptar lo que me ha tocado. Y Aaren siempre me pareció la mejor opción entre nuestro circulo. Solo pensar en que podría comprometerme con alguien con el hijo de los Kozlov, no podría ni siquiera soportarlo. Al menos Aaren tiene un aire misterioso que atrae.  
No lo veo por el lugar, aunque tampoco es que me esfuerce tanto en buscarlo, mejor tomo mi celular y le escribo un mensaje, “Yo ya llegué, ¿y tú?” no quiero tener que quedarme esperándolo, eso sería demasiado molesto para una cita.

Kajsa:

-No lo sé- siempre he tenido ganas de hacer todas esas cosas que las demás chicas hacen, pero creo que sería vergonzoso exponer mi poco talento.
No se si cuando dice que el tampoco lo hace bien, es para hacerme sentir mejor o solo es sincero, pero cualquiera de las dos hace que sonría.
-¿En serio te gustaría?- una sonrisa se posa en mis labios por sus palabras, él es tan diferente a como recuerdo -entonces me gustaría  ir contigo- digo un poco apenada -pues nunca he ido a algún festival, amm lugares nocturnos,
de hecho no se bailar o esas cosas- ahora que lo digo, creo que realmente mi madre me ha tenido como una princesa encerrada en la torre mas alta, desconozco realmente muchas cosas de la vida cotidiana de una persona normal -soy un poco aburrida, creo- comento un poco desanimada.

Respondo con un movimiento de mi cabeza.
-El es Takabe- respondo sobre si lo conozco, no puedo negarlo y creo que no sabría como -esta trabajando, tiene que actuar amable- hago una mueca por recordar las veces que se que le he hecho sentir incomodo.
Las palabras de Aaren me hacen sonreír, realmente sabe como hacerme sentir mejor.
-Yo tampoco me esforzaba mucho al comienzo, lo siento. Pero me gusta mucho este cambio.

Cuando voy saliendo del baño noto como mi celular suena. Como es mi costumbre lo checo de inmediato, y me quedo un poco confundida.
"No te preocupes, ¿Estás bien?"
Escribo el texto y dudo sobre mandarlo de esa manera. Mientras camino para salir voy borrando y reescriendo.
"No pasa nada, debes estar cansado, procura descansar"
De nuevo no me siento segura sobre si mandarlo de esa manera. Pensaba borrarlo, pero su voz me hace levantar la cabeza y termino enviándolo por error.
-ho hola- respondo sintiéndome nerviosa de inmediato -¿Co como estás?- cierro mis ojos por lo tonta que de nuevo me estoy comportando, lo he estado haciendo bien con Aaren pero solo se trata de Takabe y vuelvo a este penoso comportamiento.

Ella respondió nerviosa, puedo decir que como siempre. Soy una persona que puede notar las intenciones de los demás sobre mí si son bastante obvios, no me importa parecer un vanidoso, aunque no es precisamente por eso, pienso que es más desagradable fingir que no lo noto.
-Bien, gracias, ¿y tú? -me quedé en silencio, segundos antes sonó mi teléfono y luego de contestarle lo desbloquee para toparme con su respuesta. Sonreí inevitablemente por lo absurdo de la situación, y por educación volví mi vista a ella- era tu mensaje -dije excusándome, y la sonrisa en mi rostro se borró por darme cuenta de lo obvia que era mi reacción.

En serio, ¿qué pretendo con esto? Si lo pienso objetivamente, es injusto para ella, y soy el tipo de persona que se molesta por situaciones como esta donde alguno toma ventaja, y lo peor es que esta vez soy yo quien lo hace.
-Hace mucho que no te veo. Antes frecuentabas mucho la cafetería -mi voz suena como siempre, ojalá no se note mucho que estoy un poco desesperado por hacer plática con ella. Estoy en horario de trabajo, ella viene con su novio y aún así me quedé parado- es el chico de tu cuaderno, ¿verdad? -ladee mi cabeza buscando su mirada, hace un rato se portó tan calmada que pensé su efecto por mí había pasado. Vaya tonterías me vienen a la cabeza, estoy molesto conmigo por ser tan idiota- tienes mucho talento, el parecido es increíble -mi elogio no va con intención de hacerla dudar, realmente pienso que ella es buena en lo que hace, y todos esos rostros que pinta tienen una técnica asombrosa. Ahora empiezo a pensar en qué cosas son las que hicieron que ella comenzara a gustarme.

-Yo, bien- al menos esta vez no he tartamudeado al hablar.
Su teléfono suena y creo que podría ser mi indicación para irme, pero no tarda en mirarme de nuevo, ni siquiera he podido decir que me iba a la mesa. Y claro ahora me siento algo tonta, pues ha sido mi mensaje lo que ha hecho sonar su teléfono.
-ah, si, lo acabo de mandar- ¡ay Kajsa eres una genio! me reprendo mentalmente por mi siempre tonto comportamiento.

Sonrío débilmente cuando menciona que ya no he venido.
-Se que puedo resultar un poco molesta para ti, por eso ya no vengo, no quiero incomodarte- solo recordar como pasaron las cosas en la zapatería, se que para él termina siendo cansado que alguien an torpe como yo aparezca en su trabajo, sobre todo luego de que me rechazo.

No esperaba que el fuera a recordar mi dibujo de Aaren
-¿Eh? ah, si, es él- mis dedos comienzan a jugar nerviosa con un mechón de mi cabello. No debería comportarme así, mi novio esta esperando en la mesa por mi -gracias- no puedo evitar sonrojarme por recordar el ultimo dibujo que hice de él, peor aun porque lo vio. Siento que quedé como una pervertida.
-Siento que llegáramos así, Aaren quería comer aquí. Hemos decidido conocernos y...- ¿Por que le doy explicaciones? a él ni siquiera le interesa nada de eso -Ya no te voy a molestar- trato de sonreír de manera amable.
Seria genial hacer una salida digna y triunfal pero solo doy un paso y tropiezo, me estiro para apoyarme y recuperar el equilibrio. Al levantar la mirada mi mano esta apoyada en el pecho de Takabe y los colores suben de inmediato a mi rostro.
-yo me tropecé, fue accidente, no quería- creo que intento disculparme pero no le he soltado y cuando me doy cuenta le suelto rápidamente -lo siento- me disculpo completamente colorada y salgo casi disparada de regreso a la mesa.
-casi me caigo- le cuento a Aaren completamente avergonzada cuando llego a la mesa. Claro que a mi me puede un poco más el plus de que Takabe estaba presente.

Quería reírme de su reacción, es un poco linda. Pero me mantuve calmado para evitar que esto se pusiera incómodo. Sin embargo eso fue inevitable, y yo debí haberlo imaginado. Kajsa es una chica honesta, muchas veces me ha expresado el como se siente conmigo o ella cuando estamos juntos,y ahora parece no ser la excepción.
-Ah, no… -no me incomoda verla. Bueno, sí, ahora es incómodo, pero es porque en lugar de estar acompañada de sus amigas, viene con su prometido- no es así -soy el chico que le gustab, o gustaba al parecer, y de poco en poco comenzó ella a llamar mi intención, al grado de tenerme aquí parado intentando generar una charla entre nosotros.

Sentí incomodidad en el pecho por verla hablar tan feliz sobre él, no sé, pero debí imaginar que una vez llegara alguien más interesante ante ella se olvidaría de esos sentimientos por mí, y tampoco es como si estuviera enamorada, ella solo dijo que le gusto.
-No debes disculparte, sé que no estas aquí por mí -espero que no se note que me ha dado un poco en el orgullo. Pero también un poco más allá, porque sé cómo soy y esa clase de cosas no me pueden por algo tan superficial.
No pude evitar mirarla, creo que siempre fui muy rudo con ella. No solía importarme porque siempre he considerado que la amabilidad puede mal interpretarse, pero ahora que me he dado cuenta que me gusta un poco, me arrepiento de haber sido tan frio.
Me quedé de pie esperando que se fuera, creo que es lo mejor para ella y para mí. Detenerme antes que se compliquen las cosas, porque de nuevo, él es su prometido, no solo su novio o alguien que le gusta.
Mis manos terminan sosteniendo sus hombros en un reflejo por evitar que cayera. Su cara colorada y la poca distancia han hecho que sienta algo que hace mucho no pasaba. Estoy consciente que los repentinos y acelerados latidos son por ella, por poder estar tan cerca de nuevo.
-No, Kajsa… -cuando pude reaccionar ella ya se había ido, y me quedé depie analizando lo que acababa de pasar y el cómo actué. Fue imprudente, estoy en mi trabajo- debería olvidarlo -tengo cosas más importantes en las qué pensar, pero si la veo es inevitable el no querer estar cerca de ella. Platicar de algunas cosas que le gustan o de lo que yo suelo hacer, el ver sus reacciones torpes, su sonrisa y esa manera tan tierna de justificarse.

Me encaminé al frente de la cafetería y al poco rato llegó una mesa. Al menos ahora estoy ocupado y no he volteado hacia su mesa.

Asentí con la cabeza y sonreí también. He perdido tanto tiempo, ella no era tan complicada como pensé, me siento avergonzado porque no fui yo quien decidió cambiar las cosas, sino ella. Yo solo seguía sumergido en mi autocompasión y por eso no veía el resto de las posibilidades. Pensé que mi vida emocional había terminado ese día, porque creí que no podría querer a alguien tanto como a él y que a pesar de tenernos que separar un día, yo quería continuar hasta el límite.
-Entonces allí iremos la próxima vez -me siento contento por tener futuros planes con ella. Me entusiasma la idea de poder enamorarme, siempre fue algo que he anhelado pero que por diversas razones terminaba descartando. No quiero pensar demasiado lo que sentí por Mei, pero estoy seguro que fue un sentimiento muy fuerte, y aunque a veces me hace arrepentirme por cómo terminó todo, las experiencias juntos son algo que sigue siendo preciado para mí- entonces no solo el karaoke. Podemos ir a centros nocturnos, al museo, ¿qué opinas de acampar o la playa? Ir a algún festival de verano o algún evento de moda fuera de la ciudad -también debería ver un poco sobre lo que a ella le gusta, puede que como ahora, me dé cuenta que su mundo no es tan malo como creía.

Me quedé esperando en la mesa y pensando en cómo podría planear algo especial para ella. Fue bueno meterme de lleno en eso de las citas hace años, con Mei no fue muy necesario, éramos espontáneos. Pero con Kajsa todo será diferente, ella es más inocente, así que las cosas sexuales quedan descartadas entre nosotros, y mi padre me advirtió sobre no cometer una estupidez antes de casarnos. Tal vez un día de campo o podríamos ir a un crucero. Bueno, eso es algo exagerado, probablemente para una luna de miel está bien pero falta para eso. Realmente tenemos muchas opciones para hacer que esto funcione no solo de manera formal.

El tiempo se pasó un poco rápido y cuando llegó comencé a comer, pues no quería ser maleducado y no esperarla.
-¿Estás bien? -pregunté, ¿se habrá torcido el pie?- si te sucede algo, por favor házmelo saber, no quiero que te presiones -ahora luce como una chica muy sencilla, un poco como esos estereotipos de chica frágil de esos artículos consejeros.
Llevé un bocado de comida, y entre plática he consumido bastante de mi plato.
-Hay un postre que me gustaría que probaras,pero quisiera saber qué tipo de sabores te gustan -yo soy un amante de lo dulce, y la mayoría tiene el pensamiento que las chicas también pero, puede que ella sea diferente.

Sonrío cuando dice todas esas cosas que podemos hacer, suena bien.
-si, hagamos todo eso- me comienzo a sentir ilusionada por todo esto, creo que realmente necesitaba mirar a otro lado que no fuera solo Takabe. Al menos he tenido suerte de que mi prometido sea alguien como él.

Takabe es tan buena persona que incluso aunque se que le resulto una persona molesta el dice que no es así.
No se porque me resulta incomodas sus palabras. Antes yo hacia a mis compañeras venir casi todo el tiempo. Comencé a observarlo y a preocuparme cuando se veía cansado, y por eso a dejar esas bebidas para él. Realmente hice tantas cosas por él, pero ya no. El dejar de hacer todo eso fueron los primeros pasos a comenzar a abandonar todo lo que él es para mi. Pero verlo no es fácil, sigo fascinada por la persona que es, su sonrisa me causa felicidad, y quiero verlo más, quiero conocer todas sus sonrisas. Pero no puedo, no tiene caso una ilusión que nunca será correspondida. Yo no soy una tonta niña ilusa, no puedo serlo.
-cierto- le doy con pesadez la razón sobre que no estoy aquí por él, así que no he hecho nada malo como para tener que disculparme.

-Si, solo fue un poco vergonzoso- sonrío con suavidad para él, es agradable sentir que alguien se preocupa así por mi. Ahora no estoy segura de si mi corazón late emocionado por lo que acaba de pasar con Takabe o por las palabras de Aaren. Quiero creer que es lo segundo, que puedo enamorarme de él, que puedo sentir este tipo de cosas por alguien más.
-gracias, lo haré- digo bajando la vista un poco avergonzada.
Como un poco de mi ensalada pero me distraigo mirando mas a Aaren. Creo que así es como una persona puede enamorarse. Ya no quiero martirizarme por Takabe, realmente voy a esforzarme en esto.
-me gustan todos, menos las fresas. ¿Como sabe la fresa? yo solo la comí una vez y era muy pequeña, no me acuerdo de su sabor- no siento que la extrañe, pero me da un poco de curiosidad -Cuando era pequeña, mi madre me dijo que comiera, yo no quería, me daba cosa ver esas bolitas que tiene, pero mi madre me dijo que tenia que probarla, apenas pararon unos minutos y mi rostro se lleno de ronchas y mi garganta comenzó a cerrarse, eso es lo que recuerdo cuando pienso en fresas- es una historia bastante vergonzosa, pero aun así se la cuento sin problemas. Las demás personas que me conocen, solo saben que o me gustan y ya, nunca he dicho que soy alérgica, así que Aaren es la primera persona fuera de mi familia que lo sabe.

Le preguntaré a Karin por algunos lugares, ella sale mucho y sabe también lo que le gustan a las chicas. El detalle fue idea mía y al parecer le agradó, pero solo fue cuestión de suerte, supongo.

Es bueno que ella no se lastimara, pero generalmente no cuentas ese tipo de cosas, al menos yo no lo diría, sería un poco vergonzoso. No pienso que ella sea tonta por eso, en realidad creo que es bastante honesta.
-De todos modos ten cuidado, no me gustaría que te lastimaras -creo que con ella seré más protectora. No sé cómo debería actuar un esposo. No tuve el tiempo de observar a mis padres, y cuando papá se casó de nuevo yo vivía en los dormitorios del colegio, y luego por separado. Tal vez me acostumbré a estar lejos de casa. Sería bueno poder platicar con la madre de Mei sobre las cosas que debería hacer para mantenerla feliz, aunque me da un poco de vergüenza.

Me quedé escuchando atento su historia. Es la segunda vez que comparte algo sobre ella conmigo el día de hoy, y eso me hizo sonreír.
-Es un sabor dulce, aunque ácido también… eso no suena atractivo, ¿verdad? pero cuando se trata de postres es totalmente dulce -de nuevo sonreí y comencé a divagar sobre algunos sabores dulces, pero al final decidí recomendarle ese postre de durazno. Después de que trajeron el postre continuamos hablando sobre otras cosas relativamente sin importancia, pero creo que ese tipo de charlas son las que necesitábamos para acercarnos. Ella es linda, agradable, y creo que la madre de Mei hizo una buena elección, porque seguro mi padre se hubiera inclinado por alguna chica igual de estricta que yo y dudo que hubiera sido tan divertido como el estar con Kajsa.

Al terminar dejé que pagara tal como lo había prometido, me sentí un poco incómodo, pero se lo compensaré la próxima vez. Además, en esta época que una chica pague no debería ser problema, aunque creo que me incomoda por el hecho de no ser yo y no porque sea una mujer.
Salimos de la cafetería y caminamos un rato más por la plaza mientras platicabamos algunas otras cosas sobre nosotros, pero tenía algunos pendientes de la universidad y al final la llevé a casa antes de lo que me hubiera gustado.