Confused[Privado]

Recuerdo del primer mensaje :

Estaba acomodando mis cosas para salir del trabajo cuando mi teléfono sonó. Me sorprendí porque pensé que se trataba de algún mensaje de Mei, o incluso mis padres. Pero fue Asb quien me escribió y aún más extraño me resultó que me pidiera vernos.  Desde que regresó con su novio tomó un poco de distancia conmigo, supongo que al ser tan celoso quiere evitarse problemas. Y yo no presioné demasiado para que volviéramos a vernos. Intentamos volver a esa relación de hace muchos años, pero es muy difícil después de todo el tiempo que estuvimos juntos. A pesar de eso de vez en cuando le escribo para preguntarle cómo está, ponernos al día o simplemente mantener el contacto. Mentiría si dijera que no lo extraño, me acostumbré mucho a su presencia tanto en el tiempo en que fuimos amigos como en el que fuimos pareja. Volver al estado en que estuvimos ha sido difícil, pero estoy tratando, él es una persona muy importante en mi vida, a quien más confianza le tengo y que me conoce mejor que nadie. No puedo dejarlo por completo, y no es necesario si él todavía quiere conservar nuestra amistad.

Solté un suspiro y le respondí casi de inmediato. De nuevo ha discutido con ese niño, y me deja un mal sabor de boca el saber que aun con todo lo que sucedió, siga comportándose de ese modo. Tal vez estoy exagerando, pero no le tengo mucha fe al supuesto cambio que tuvo, creo que la idea de ellos juntos sigue sin agradarme. No es que sienta celos, simplemente Asb es una persona importante para mí y deseo que tenga a su lado alguien que lo aprecie. Seguramente Mei no vendrá a casa hoy, así que podré platicar con él de lo que quiere hablar, y también convivir un poco más cómodos por el tiempo en que hemos estado ausentes, después de todo estaba pensando en invitarlo a comer un día de estos.
Lo cité cerca de mi casa y tomé mis cosas para encaminarme al auto. Mi pierna se recuperó por completo, aunque a veces tengo pequeñas punzadas pero nada que requiera una visita al hospital.

Conduje un poco emocionado, realmente se siente bien ver viejos amigos, hay muchas cosas que también he querido contarle pero que por teléfono no siento sea prudente.
Cuando llegué al mini super cercano a mi departamento me bajé del auto con una sonrisa, y cuando llegué le di un abrazo.
-¡Ha sido un tiempo! -apenas duró unos segundos y me separé de él para poder saludarlo apropiadamente, el abrazo solo era por lo mucho que extraño pasar tiempo juntos- compremos algo para tomar, ¿te parece? -entramos al local y tomé algunas latas de cerveza y una botana, y las puse en la canasta- ¿vienes de verlo o de tu trabajo? -no quiero entrar mucho en detalle ahora- tenía un buen rato sin verte -le sonreí y luego pasamos a la caja para pagar las cosas.

A pesar de no haber solucionado nada, su respuesta me ha dado un alivio tremendo, y siento cómo ese peso en mi pecho disminuye de un golpe. Porque aunque todavía tenemos cosas que aclarar, la parte que más temía no pasará.
-Está bien -no lo está.Creo que no puede seguir huyendo para siempre. Tal vez no tengo derecho a decirlo, yo no entiendo lo que él está sintiendo porque mi vida no ha sido tan complicada como la suya. Solo conozco pequeños fragmentos que me cont´en el pasado y algunos pocos recientes, y con eso puedo decir que él no es así por capricho. Tuve una vida muy tranquila y aún así fui un cobarde, por eso no sé si deba pedirle que afronte pequeñas cosas por mí.
Cerré mis ojos cuando sentí su mano en mi rostro y sonreí ligeramente. Un gesto que parece débil a mí me dio mucha fortaleza.
-Entonces después. Tal vez no mañana o pronto, cuando te sientas listo y quieras saber algo más sobre mí, entonces iremos con calma -no pensé en eso, yo simplemente quería explicarle todo de un golpe. Pero viéndolo bien, en esta situación lo mejor es esperar. Tal vez un día nos sentemos a contarnos cosas del pasado, lo que Asb significó para mí y lo que es ahora, el cómo Mei cambió mi forma de ver el amor. Tengo la esperanza que él pueda recordar y perdonarme, y entonces sentarnos a charlar sobre todo eso entre pequeños reproches en broma y besos.

Le abracé por la cintura con cierta posesividad. Mi corazón dio un vuelco y acaricié su espalda con cierto alivio. Mordí mi labio, la situación amerita una disculpa de su parte, no fue más que una escena exagerada de celos. Pero la culpa viene de nuevo, mi cabeza comienza a recordar muchas cosas que este tiempo preferí ignorar. Quería que continuáramos en nuestra burbuja, resolviendo sus pequeños episodios con besos, mimos y alguna otra distracción. Pero tarde o temprano las cosas se salen de control. Abrí mis ojos sorprendido. Siento como si esa frase me la dijera él, no este chico que piensa solo cosas buenas de mí y que no le importa conocerme, sino aquel que con sarcasmo me reprochaba, que coqueteaba, me seguía. Ese niño insolente del que me enamoré.
-Yo tampoco dejaré que lo hagas -comprendo ahora sus miedos de antes, y el cómo a mi beneficio huí también de esos nuevos sentimientos- te amo, y haré lo necesario para que puedas confiar en mí -no sé cómo lo haré, pero al menos intentaré de mil formas que él pueda confiar y perdonarme. Tal vez soy muy ingenuo por creer que nuestro amor será suficiente para superar nuestros problemas del pasado y su pasado que lo atormente, pero quiero aferrarme a la pequeña esperanza. Nuestro progreso seguramente será lento y complicado, pero no pienso rendirme a mitad del camino, no ahora que estamos más cerca.

Él se separó de mí y comienza a agarrar su cabeza con insistencia. Aunque han sido ya algunas veces, todavía no puedo mantener la calma por completo cuando esto pasa. Tengo su medicamento a la mano, porque le pedí dejara aquí un frasco de pastillas y me indicara qué hacer. Pero aún así mis  manos comienzan a temblar un poco.
-¿Mei? -le miré confundido, quisiera saber qué pasa por su cabeza. El cayó en la cama y me moví hasta su lado para ayudarlo- oye, Mei -intente ayudarle a levantarse para darle el medicamento para el dolor, pero estoy demasiado nervioso- por favor, mírame -me duele verlo así, el pensar que lo de hace un rato que creí algo insignificante o que ni siquiera noté, ocasionara un estado de dolor para él, o el no saber la razón ni cómo acabar con su dolor. Me levanté a sacar el frasco de pastillas del buro junto a mi cama, mi corazón late muy rápido y un montón de ideas horribles comienzan a pasar por mi cabeza. Intenté hacer que se sentara y dejé el frasco junto a mi sobre la cama- escúchame, por favor -como pude logré hacer que se sentara y lo abracé con fuerza- te ayudaré, ¿sí? Así que por favor, escúchame. No te volveré a dejar solo, no voy a permitir que nada te haga daño de nuevo -las palabras comienzan a salir mientras intento alcanzar el frasco con una de mis manos.

Debe ser tonto, he explotado por los celos, pero ahora que el quiere explicarme todo, yo solo digo que no quiero. Afrontar ese tipo de cosas me asusta. Aunque creo que afrontar cualquier cosa me asusta ahora. Yo mismo puedo notar mis cambios desde que desperté, soy consciente de que ya no soy un adolescente, que hay un hueco en mi vida de varios años, pero siento que he cambiado. Todo lo que parece complicado prefiero evitarlo, me alejo de lo que pueda hacerme recordar, por eso ahora soy muy distante con mi familia. Me dan miedo las cosas que he olvidado. Aunque mi relación con Evan no tiene nada que ver con eso, yo aun así he reaccionado de manera similar.
Al menos el acepta no decirme nada más, yo no quiero escucharlo decir que quiere a alguien más, aun si solo es como amigos. Ellos estuvieron juntos, se besaron y … no sé que tanto han compartido, pero me da celos y no quiero saberlo, no quiero escuchar esas cosas de la misma voz de Evan.

Cuando me abraza siento un poco de alivio, mi mente se libera de todas esas ideas y solo puedo pensar en lo cerca que estamos. Yo puedo olvidar todos mis problemas solo estando en sus brazos. Su cercanía tiene un gran efecto en mi, me vuelvo consciente solo de su presencia y nada más me importa. Todo parece insignificante a comparación del latido alocado por estar abrazados.
Pero la calma no dura demasiado, por primera vez los brazos de Evan no parecen suficiente refugio y todo ese ruido en mi cabeza no me deja en paz.

El dolor como siente es insoportable, me siento mareado, tengo asco, y todo ese ruido no se va, son tantas palabras, tantas voces, imágenes. Nada tiene sentido, todo está desordenado.
Evan me abraza y me dice todas esas cosas que me haría conmover de emoción, pero ahora no me siento así, hay enojo, siento como si lo amara y lo odiara al mismo tiempo.
Quiero decirle que no deseo nada de él, que ya es tarde para eso. ¿Pero por que iba a decir esas cosas?
Mi mano da un manotazo haciendo que el bote de las pastillas caiga de sus manos y ruede por el suelo. La otra mano sigue tomando mi cabeza, creo que mis ojos se han humedecido con lagrimas de dolor, y miro a Evan con todo ese enojo que siento.
Con la misma mano con la que he tirado las pastillas, lo tomo por el costado del cuello de su camisa y lo halo con fuerza. Siento como si diente golpea con mi labio, creo que me ha cortado, pero mi cabeza me duele tanto que eso parece insignificante.
No comprendo como es que si me siento tan molesto con él lo estoy besando. Pero ese enojo lo demuestro con una pasión que no puedo contener… realmente creo que estoy enloqueciendo.
No se cuanto tiempo lo beso, creo que mi labio arde un poco, pero no me importa, no me detengo. De mis ojos siguen saliendo lagrimas pero ya no se si es por dolor o por algo más.
-Eres realmente despreciable- le digo entre besos y no, no es esa otra persona que siempre creo sentir, yo soy esa persona, yo soy el que siente todo eso. Tengo sentimientos tan fuertes por él, tanto negativos como positivos. Siempre soy yo, y algo dentro de mi grita y me hace enojar. ¿Que es lo que he olvidado? No encontraré la respuesta en su lengua, pero aun así no me detengo. Como un hombre sediento yo necesito sus labios.
Hay algo que olvidé, que no quiero recordar, pero… hay algo que Evan evoca en mi.
Ese estruendo suena de nuevo en mi cabeza, pero sigo despierto, no me he desmayado esta vez. Mi beso a los labios de Evan se vuelve mas calmo a medida que mi cabeza duele un poco menos. Mi mano que estrujaba el cuello de su camisa caer sin fuerza aunque la otra sigue tomando mi cabeza.
-algo…- ¿debería decirle? No, de alguna manera siento que debo solo guardar silencio. Creo que Evan me recuerda a alguien de mi pasado -escuché un estruendo, un golpe aquí- termino diciendo dando unos toquecitos con mi dedo indice en mi sien -creo que siempre está en mis pesadillas- estoy confundido y bastante desorientado. Mi cabeza aun duele pero es algo que puedo soportar.

Me muevo ligeramente hacia atrás cuando él se separa y me hace tirar las pastillas que estaba por ofrecerle. Me he quedado helado. No suele ser violento, tal vez grite, se desespere o incluso creo que se hace daño a sí mismo, pero no suele golpearme ni atacarme, después de dejarlo descansar él pide perdón y las cosas vuelven a su rumbo, pero ahora es diferente y eso me asusta demasiado.
-¿Qué…? -me quedé mirándolo y percibí cierta ira en sus gestos, mi corazón acelera sus latidos y viene esa pesada sensación a mi pecho. La angustia y el miedo crecen de una forma similar a cuando pasó el accidente, las razones son distintas y los sentimientos también, aunque al final todo se resume a miedo a su rechazo, a la pérdida. Abrí mis ojos por completo cuando me jaló hacia él con brusquedad, mi labio golpeó con su boca y ha causado un poco de dolor, pero mi mente se concentra en lo que siento en el pecho antes que cualquier daño externo. Eventualmente cerré los ojos y dejé que mi lengua jugara en su boca. Es una sensación amarga, porque no pude contenerme al besarlo como si desesperadamente lo buscara, como si hace mucho él y yo nos besáramos. El beso es distinto a nuestras tiernas muestras de afecto en este tiempo que llevamos juntos, es una sensación agradable y pesada en mi estómago. Y no quiero soltarlo, por eso continuó besándole sin mucho cuidado con la idea de que él será quien nos detenga. No lo hago por intentar distraerlo, simplemente me entrego a él con egoísmo y lujuria.
Mi mente comenzaba a ponerse en blanco hasta que le escuché hablar de nuevo, y entonces me sentí una persona completamente vacía. Mi lengua y mi boca aun se mueven para complacernos, pero dentro de mí solo esta esa culpa que constantemente intento ignorar. Lo sé, fui una persona cruel, fui inmaduro y cobarde. No me gusta autocompadecerme, pero ahora me siento como alguien que no merece nada, ni siquiera ese desprecio con el que salieron sus palabras. Me prometí luchar por él a pesar del rechazo que pudiera darme, aprovechar esta segunda oportunidad y el vuelco que dio nuestra vida por ese incidente. Pero mi seguridad se desmorona en este instante, quiero sacar fuerza de sus besos o de su presencia. Está aquí, podría haberlo perdido para siempre pero en cambio tengo la oportunidad de tocarlo y hablar con él. Sin embargo sus palabras han sido un golpe muy crudo y directo a nuestra realidad.

Al separarnos note que unas lágrimas se escurrieron por mi cara, pero fue hace un rato y ahora solo queda esa seca sensación. Lo escuche en silencio, mirando cada uno de sus movimientos. Está vivo, aquí, hablándome.
-¿Qué fue lo que escuchaste? -mi voz suena apagada- ¿te duele aún? -llevé mis manos a su cabeza para hacer un ligero masaje- ¿qué debo hacer para que te sientas mejor? -puse mis pulgares sobre su sienes y comencé a moverlos, me acerqué y dejé un beso en sus labios. Me siento desganado, pero tengo que sacar fuerza para apoyarlo. No soy yo quien sufre ahora.
Me acerqué y lo abracé de nuevo, siento que si no lo hago, se escapará de mí. Me mantuve un rato así y luego de separarme lo miré con una sonrisa triste, para luego agacharme y recoger las pastillas del suelo, afortunadamente no todas salieron del frasco.
-¿Crees que es necesario tomarlas esta vez? -estoy muy herido, racionalmente quiero no tomarlo como una ofensa, pero creo que en el fondo sabe lo mucho que me desprecia. Ese día me lo dejó muy en claro.

-Es un ruido, como un golpe, pero muy fuerte, siento como si lastimara mis oídos- es obvio que no puede lastimarme si es algo que sale de mi cabeza, pero aun así lo siento.
-Un poquito, ya no tanto- intento sonreírle para que sepa que estoy mejor pero al hacerlo siento una punzada en mi labio y termino haciendo una mueca de dolor.
Cerre mis ojos por ese masaje que el está dando en mi cabeza y correspondí sin dudar a su beso.

Abro mis ojos cuando el hace esa pregunta, veo el frasco de las pastillas en sus manos. La verdad no me gusta tomar medicinas, no se porque, pero solo me resisto a hacerlo, como las que son para dormir y estas para la cabeza. Pero siento que él prefiere que las tome, creo que se ve bastante preocupado.
-La tomaré- en mi voz aun se nota que no estoy bien, y para mayor comodidad cierro mis ojos.

Con los ojos cerrados estiro mi mano para tomar la pastilla y llevarla a mi boca, solo los abro un poco para buscar el vaso con agua.
Me vuelvo a acomodar en la cama.
-quiero que me abraces- le pido a Evan para que me de ese refugio en sus brazos que tanto me gusta.
Puedo aspirar su aroma y sentirlo tan cerca de mi. Nada puede ser mejor para mi en este momento.
La verdad es que no recuerdo exactamente que paso, que cosas he dicho y que cosas se quedaron en mis pensamientos.
-Sabes que te amo ¿verdad?- le pregunto rodeando su cuello con mis brazos, pero luego una de mis manos baja para tomar su mano y llevarla a mi pecho -nunca sentí nada tan fuerte por nadie, estoy seguro que nunca he amado a nadie como te amo, aun sin mi memoria, sería imposible amar a alguien como te amo a ti- escondo mi rostro en su pecho - nunca recuerdo mis pesadillas pero siento ese dolor en mis odios, hay veces que tengo pensamientos que solo llegan a mi, mis ojos miran en direcciones especificas y no se porque, hay veces que quiero gritar con desesperación y dolor cuanto te amo, y me siento enojado por querer hacerlo. Hay veces que odio todo. Lo único que tiene una respuesta clara en todo eso, es que te amo, aun si me siento enojado, no puedo negar cuanto te amo. Por favor nunca me dejes- explicar lo que pasa por mi cabeza es vergonzoso, solo decirlo creo que sueno como un loco, pero no quiero perderlo, no quiero saber lo que es una vida sin su amor.

Es como en otras ocasiones, la descripción de su dolor físico no varía mucho. Pero no era exactamente lo que esperaba escuchar, aunque también tengo miedo por lo que ronda en su cabeza. Esto es más complicado de lo que pensé, pero no puedo rendirme con él. Por mucho que duela el verlo en estas crisis o las palabras que pueda decirme, no será suficiente para alejarme y desistir.
Le di la pastilla y un poco de agua.
-Procura relajarte, ¿de acuerdo? -poco a poco siento la calma venir a mí de nuevo. Esa frase no podré sacarla fácilmente de mi cabeza, pero ver que se ha recuperado me da fuerza para cuidarlo. Dejé el vaso a un lado en el suelo y me acomode en la cama a su lado. Sonreí e hice caso a su petición. Es increíble que hace unos minutos parecía detestarme, y ahora vuelve a ser ese niño mimado. Pero él siempre fue un poco inestable, de alguna forma sentí nostalgia con lo que acaba de suceder. Estoy muy confundido, no sé realmente lo que debo hacer a partir de ahora. Lo único claro es que pase lo que pase, me quedaré a su lado.
-Me haces cosquillas cuando haces eso -sonreí y me pegué un poco más a él. Estoy tranquilo, con mil dudas pero tenerlo entre mis brazos me deja una sensación cálida. Me quema el pecho, y es que es increíble la manera tan extraña con la que él ama. Sé que ahora sus cambios son radicales debido al accidente, pero desde antes su personalidad fue bastante energética.
Lo miré a los ojos mientras me hablaba, y mi mano que bajó a su pecho percibe los latidos de su corazón. La sensación hace que mi propio corazón se acelere también, sus palabras también me hacen sentir un cosquilleo en el estómago. ¿Es verdad? ¿Realmente me ama más de lo que amó a ese chico? Sus memorias están dispersas, y quiero creer que realmente soy la persona que más intensamente ha querido pero… él tuvo ese chico en su vida, y también a Aaren. Tengo celos de ellos, y me enojo conmigo por haber esperado tanto tiempo para actuar.
-¿Has sentido que me odias? -la pregunta no debería tener sentido, pero a veces pienso que soy, aunque sea un poco, el centro de sus problemas. Y más que sentirme honrado, me siento realmente culpable. No sé si sea un pensamiento egolatra, porque no obtengo ninguna satisfacción de la idea de provocarle tanto dolor. Pero que pese a su enojo él aún diga que me ama, ¿no quiere decir que es cierto? Yo quiero que me crea, pero a veces también dudo si en verdad él me ama o solo soy el alivio más conveniente. Es injusto pensar que no confía en mí cuando yo tampoco tengo plena confianza en sus sentimientos- yo también, te amo de una forma que ni siquiera sabía que se podía -me reí, y permanecí acostado acariciando su cabello con una de mis manos- me haces dudar a veces, y tengo un miedo constante de perderte. Soy un hombre muy seguro de mí mismo, pero contigo todo eso tambalea. Sin embargo has hecho que mi perspectiva cambie totalmente. Siempre me ha gustado llevar una vida con calma, y tú eres todo lo contrario a eso. Pero cuando estoy contigo, por todas esas fuertes emociones es que me siento más vivo -no quiero que piense que está siendo un problema para mí o que quiero deshacerme de él, pero tenía ganas de mostrar sinceridad en mis sentimientos- probablemente no te dejaré en paz ni aunque me lo pidas -de nuevo solté una risita, porque es exactamente lo que hice luego de dejar de verlo por dos años- de verdad te amo, no quiero que dudes sobre lo que siento por ti -pensaba que él era solo un recuerdo del pasado, pero bastó verlo una vez para de nuevo avivar esas raras y nuevas sensaciones en mí. No quería afrontar que tal vez él me había superado, pero aún así insistí en inmiscuirme en su vida. Ahora que por fin estamos juntos después de tantas dudas e intervenciones, no dejaré que un pequeño malentendido nos separe.

No se como debería contestar a su pregunta, no quiero hacerlo sentir mal.
-No lo sé, solo me siento muy enojado a veces- ¿debería contarle sobre esas veces que imagino cosas sobre nosotros? En mi cabeza a veces siento que el es un poco cruel -hoy creo que si lo he hecho un poco- parece que al final no puedo ocultar todo, creo que no podría ocultar nada si el me preguntara de manera directa -lo siento, ¿me puedes creer si te digo que aun así estoy seguro de que no te dejo de amar en ningún momento?- solo suena a tonterías, pero estoy siendo sincero.

Cada vez que me dice que me ama, yo me siento muy feliz, y si, también hay un dejo de otro sentimiento, pero prefiero ignorarlo, porque me siento feliz.
Me siento un poco mal cuando dice que conmigo todo es demasiado fuerte. Yo lo amo, y me siento culpable por pasar por estas cosas y arrastrarlo a todo esto.
Me siento como mi pecho se siente liberado cuando dice que nunca me dejaría ni aunque se lo pidiera. Pero dudo que yo pudiera pedirle algo así.
No puedo negar que me siento culpable cada vez que pienso en Khaled y no tengo respuestas, pero si el no m esa buscado, si es obvio que ya no estamos en contacto. No puedo atarme a una persona que parece me ha dejado fuera de su vida. Aunque lo de Evan comenzó demasiado rápido, no recuerdo haberme sentido de esta manera cuando estaba con Khal. El era un chico amable y dulce, saco lo mejor de mi, pero ahora todo lo que vivimos no parece mas que unas lindas memorias.
-no dudo, pero me asusta que tus sentimientos cambien. La gente cambia… -yo juraba que mi amor por Khaled siempre sería mi sentimiento mas fuerte, quería pasar mi vida con él, pero ahora ya no es así. Yo cambie el amor que sentía y comencé a amar a otra persona -me siento más como una carga que te va a casar poco a poco- admito un poco herido ante la posibilidad. Pero si yo estuviera en el lugar de Evan, no se si podría soportar a alguien como yo.
-te amo tanto tanto tanto… - no quiero que mis malos sentimientos sigan arruinando las cosas entre nosotros - te prometo que intentaré aprender a controlar estas cosas- no se como, pero lograré que todo lo que siento no vuelva un torbellino en mi cabeza, tengo que poder.
Estiro un poco mi cuello para besarlo un poco. Mis labios le tocan poco, casi con miedo.
-perdoname por favor- le pido con voz muy baja y suplicante.

Creo que soy un adulto muy negligente cuando se trata de él. No debería evadir el problema que cada vez es más frecuente, y en su lugar presionarlo un poco para que continúe con la terapia y busque un modo de recuperar sus recuerdos. Pero es mi egoísmo el que le mantiene a mi lado aun cuando las cosas no cambian para él, que prefiere ser “la distracción” y no la respuesta. Y todo esto poco a poco se irá acumulando. Tengo tanto miedo que un día repentinamente venga y me diga que me odia, y añadiendo a mis errores del pasado, me eche en cara lo conveniente que resultó para mí el mantenerlo alejado de la realidad a la que debe confrontar. Pero es muy complicado esto, no quiero llevarle la contra, tal vez porque antes lo hice hasta llevarnos al límite y terminar tan mal que ahora prefiero complacerlo.

-Te creo -pero a pesar de todo, esa atracción entre nosotros sigue siendo muy fuerte- y no debes dudar de lo que siento por ti. Además, ¿no podrías tú también dejar de amarme? Todas esas dudas que tienes sobre mí, yo también las tengo. Ese miedo de perderte o que encuentres alguien que te haga más feliz que yo. Vivo constantemente preocupado por si realmente eres feliz estando conmigo -aunque ahora lo que más me preocupa son sus recuerdos, esas pequeñas cosas también me afectan. La  última vez que hablamos fue muy frío conmigo. Sé que tenía mucho rencor contra mí, quisiera que recuerde la manera en que nos conocimos y cómo solíamos llevarnos, pero tenemos varios recuerdos desagradables juntos también y eso me hace temer por lo que viene- no pienses eso, por favor -suspiré- si hago esto es porque quiero estar contigo. Además no es como si fueras una persona problemática todo el tiempo, la mayoría de las veces la pasamos bien, al menos yo me siento así contigo -me acurruque con él y cerré mis ojos. Por ahora estoy bien, sé que el amor no cura cualquier cosa, no soy tan iluso, pero al menos tenemos esto que nos une. Tendré que aprender cómo lidiar con esto, y en su momento enfrentaré lo que sea que venga. Todas mis dudas se dispersan cuando él me dice que me ama y lo siento cerca, con sus besos o una sonrisa suya- está bien, está todo bien ahora -quisiera congelar el tiempo en este momento, de este modo él no tendría más miedos ni malos recuerdos- y yo te amo a ti. ¿Soy raro? pienso que a veces te lo digo demasiado -abrí mis ojos para poder darle otro beso. Esta calma luego de haber discutido es algo a lo que me estoy haciendo adicto. Las emociones fuertes y luego el quedarnos acostados junto al otro, no creo que hubiera aprendido a apreciar este sentimiento sino fuera con él.

Quiero decirle que no, que yo nunca cambiaría mis sentimientos por él, pero ya una vez dije esas palabras a Khaled y ahora han cambiado. Solo termino guardando silencio.
-Me gusta que me lo digas- a veces creo que necesito escuchar que me diga que me ama, para que así no lo vaya a olvidar. Se que no es que mis memorias se vayan a ir solo porque si, pero todo lo que me ha pasado me tiene demasiado trastornado -y eres un poco raro,
pero me gusta- bromeo un poco.

Nos quedamos acostados. Es algo que disfruto mucho estando a su lado. No soy un deportista ni nada así, pero me gusta estar moviéndome de un lado a otro, necesito hacer cosas para distraerme, pero con Evan solo puedo relajarme y ya.
No me quedo dormido, solo estoy entre sus brazos, pero el sonido de mi celular llama mi atención. Me levanto sin ganas para buscarlo, entre todo lo que ha pasado no me di cuenta ni lo que hice con él. Es el tono de llamada, así que con ayuda del sonido logro encontrarlo.
Veo el nombre en la pantalla, es mi madre. No tengo ganas de contestarle, pero no puedo no hacerlo. Tomo la llamada, y como esperaba, me pide que vaya a casa, porque hoy habrá una cena.
-mi madre me necesita en casa- es obvio que no deseo ir, pero es mi responsabilidad aparecer en ese tipo de cosas aunque no lo desee, es lo que mamá quiere de mi, para que todos piensen que todo está bien conmigo.
Paso mis manos por mi ropa para desaparecer un poco de las arrugas que se ha hecho por estar acostado. Peino mi cabello con mis dedos.
Camino a la puerta en compañía de Evan y antes de abrir me cuelgo de su cuello para darle un profundo beso de despedida.
-Te amo- son mis palabras despedida y salgo de su departamento. He notado que su amigo se fue, no se en que momento lo hizo, pero aun así estoy sonriendo por eso.
Bajo a tomar un taxi para ir a casa, pero creo que pasaré la mayo parte de la cena enviando mensajes a Evan.