Back to you [Ivan]

Recuerdo del primer mensaje :

Pese a estar conciente de lo riesgoso e inútil que son los intentos de Kajsa por hacer cambiar de parecer a nuestros padres, he decidido continuar con su plan sobre permanecer al lado de Karin, al menos hasta que lleguemos al límite.
Hoy hemos quedado en vernos en esa fiesta que organiza el comité universitario. Es una fiesta exclusiva, porque aunque es bastante gente la que seguro asistirá, comparado con todas las personas que conforman cada campus, es apenas una pequeña parte.
Convencí a Hannu y Saki de acompañarme, últimamente lo hemos involucrado más en nuestras salidas, y es agradable porque nunca ha intentado desplazarme o se molesta por que yo decida salir a solas con Hannu.
Escogí un disfraz en una tienda que me recomendaron otros compañeros de la universidad, me cambié rápido  y tomé un taxi  al salón del evento. Convencí a mi padre gracias a que Mei también estaría ahí, pero ni siquiera salimos juntos de casa.
-Hey -saludé a Hannu y Saki al llegar, y luego de convivir un rato, ellos dos se desaparecieron por turnos. No me molestó ya que en primer lugar estaré con Karin, aunque llega tarde. Platiqué un rato con algunos conocidos y al recibir su mensaje, me aparté para buscarla. Ella luce un disfraz bastante apegado a su personalidad, y sonreí al verla- te ves linda -le dije, y después busqué sus labios. Después de nuestras primeras salidas luego de la fiesta, estaba inseguro por el contacto entre nosotros, pero ahora ya no es así.
Estuvimos un rato platicando y tomando, aunque esta vez solo me limite a dos cervezas, la última vez que decidí excederme las cosas se complicaron. Bailamos también, desde que salgo con ella he mejorado mi ritmo.
Hannu se fue temprano, no me molesté porque yo estaba por mi lado divirtiéndome, y ellos necesitan su espacio, creo que las cosas le funcionan y me alegro por él.
-Iré al baño -me separé de Karin y caminé en dirección al baño. Ella dijo que iría a buscar a su hermana, pues se ha hecho tarde y acompañaré a Kajsa a su casa por si sus padres llegaron hoy de su viaje, Karin seguro se queda en mi departamento hoy.
Cuando salí del sanitario tomé otro camino para llegar cerca de la salida, y me topé con una conmoción entre la gente que comenzaba a hacerse más vistosa. Me acerqué poco a poco por curiosidad, y me llevó unos segundos darme cuenta que entre las personas involucradas, había uno de mis conocidos. Pedí permiso a las personas para pasar, y me quedé de pie a un lado. Si lo llamo seguro que no me escuchara, y todavía recuerdo cómo dolió aquel día. Pero son dos personas, y aunque sé que eso no es nada para él, me metí para que se detuviera- Ivan -lo llamé alto para que escuchara, la música está muy duro. El otro cayó al suelo y lo sostuve del brazo- ¿qué estás haciendo? -miré al suelo, creo que ese chico no se va a levantar. Pero un par de adultos llamaron a lo lejos y lo jalé hacia la gente. Él recién entrará a la universidad, esto no será bueno si toman su nombre. Caminé hasta llegar afuera del sanitario, y solté su mano cuando me giré hacia él- hola -le saludé. No creí verlo hoy, últimamente no lo he visto con Hannu, incluso le dije que podía invitarlo pero siempre me dice que se encuentra ocupado. Noté que de su boca escurría bastante sangre, y me asusté un poco, no lo noté antes- tienes mucha sangre. Eres adicto a los problemas -tomé de nuevo su mano y caminé al baño. Debería enjuagarse para ver si tiene una herida profunda- si los profesores toman tu nombre puede perjudicar en tu ingreso -agarré algunas toallas desechables y puse un poco de agua para limpiar las partes menos dañadas de su cara. Y luego me acerqué para mirar su labio e hice una mueca. Él ha enjuagado su barbilla- Ivan, debes ir al médico -dije asustado. Puse una toalla desechable en su mano y la dirigí a su barbilla para que presionara- te acompañaré.

Aaren:

Lo miré expectante a lo que quisiera hacer. Agaché la mirada, me siento frustrado. Debería ser capaz de decir algo, pero solamente estoy aquí de pie. No soy de ayuda, aunque en situaciones de este tipo no hay algo que pueda dar consuelo. Tampoco sé si lo molestará si lo abrazo, de repente tengo mucho miedo y todas esas cosas que me dijo no me dan nada de seguridad.
Cuando me soltó de la mano, alcé la vista desconcertado. No dije nada y caminé tras de él hasta la entrada, quedándome de pie hasta que se iba alejando.
-Ivan… -le grité pero no me escuchó- ah -comencé a caminar de nuevo para seguirle el paso. Es mentira, no quiere estar solo, nadie quiere atravesar en soledad los momentos más difíciles, todo es más pesado si no tienes alguien que te consuele, te abrace, lo que sea es mejor que no tener a nadie. Y entonces recuerdo, si yo hubiera ido tras de él no hubiera olvidado. Si no lo hubiera dejado a solas con su dolor, las cosas no habrían terminado de ese modo. No puedo permitir que suceda de nuevo, incluso si me odia o si se molesta conmigo, no quiero dejarlo solo. No puedo seguir viendo cómo las personas que me importan se alejan. Tengo mucho miedo de no volverlo a ver, por eso caminé no sé por dónde ni a qué lugar, solo mantenía una distancia de él. Porque todavía no quiero hacerlo enojar, pero es mejor que no saber nada de él y esperar. Soy muy malo esperando.

Miré el sitio a donde habíamos llegado y me  quedé parado, él no detuvo su paso, y tuve que caminar más a prisa para saber a dónde se dirigía. Sentí un escalofrío por mi cuerpo, no me gustan estos sitios. No soy supersticioso, los odio por otros motivos.
Me detuve al ver que él estaba de pie frente a un par de urnas. De nuevo me quedé inmóvil. Pero él empieza a llorar y siento una punzada en el pecho. Miré en todas direcciones como si buscara una respuesta, incluso una salida. Porque no sé si sea capaz de lidiar con estas cosas, tal vez de verdad necesita su tiempo a solas.Pero si me voy, de nuevo seré un cobarde, y él, bueno, obviamente no me necesita, pero aún así quiero estar ahí.
Caminé despacio hasta llegar junto a él. Mi respiración está acelerada, es por haber caminado más rápido, y porque estoy demasiado nervioso. Abrí mis brazos y fui hasta él, y cerré los ojos con fuerza. No quiero que esté solo. Desde que lo conocí siento como si él entendiera cómo me siento, y siempre es amable y cariñoso conmigo. Así que al menos un poco, quiero que sepa que yo también puedo cuidarlo.
-Lo siento, pero no pude hacerte caso -me siento muy mal, me siento arrepentido y con mucho miedo- sentí como si no te fuera a volver a ver -sería peor si dejara que las cosas corrieran por su cuenta sin involucrarme. No quiero esperar- no tienes que obligarte a estar solo -siento ganas de llorar, porque él luce muy devastado y también por inevitablemente haber asociado mi vida con la suya.

Poco a poco me voy dejando caer en el suelo, no sé como manejar lo que pasa, simplemente no puedo creerlo. Lo he perdido y solamente estoy lleno de dudas y un deseo desesperado porque esto sea solo un mal sueño. Mi llanto suena demasiado en este lugar, hay eco, pero no me importa, esta vez no tengo que ocultar lo que me pasa, estoy solo aquí y puedo dejar que mi dolor solo salga sin tener que controlarlo.
Estoy sentado en el suelo, se siente frío aun a través del pantalón, bajo mi cabeza y cierro mis puños en mi cabello.
Mi sollozo se detiene de golpe, he escuchado una voz. Levanto la cabeza y lo miro. No lo entiendo.
Tiene razón, de nuevo estaba en mis planes evitarlo, no me siento preparado para dejarlo entrar más a mi vida, no después de esto. Pero lo que me hace sentir confundido es lo siguiente que dice. ¿Como es que lo sabe?
-No deberías estar aquí- limpio mi cara para quitar el rastro de lágrimas, nunca he dejado que nadie me vea llorar. De pequeño siempre lloraba, por todo, mamá siempre acudía a mi y me hacía sentir mejor, y papá, aunque me decía que no debía llorar, también se preocupaba por mi. Pero luego de ellos no he vuelto a llorar frente a nadie.
-No debiste seguirme- trato de hablar calmado, pero lo lo logro del todo. Intento actuar normal, pero estoy en un punto donde me cuesta. Me pongo de pie sacudiendo mi ropa. Tengo que sacarlo de aquí, no quiero que vea las urnas, no quiero entregarle mi mayor secreto. Tomo su mano para que salgamos pero no avanzo más. Intentaba actuar con normalidad, pero debí evitar el contacto, aprieto un poco su mano, bajo la cabeza y con mi otra mano cubro mi cara, siento de nuevo las lágrimas saliendo -solo vete por favor- le pido, porque no deseo que me vea de esta manera. ¿Y si ahora se va y no lo vuelvo a ver? la idea me asusta demasiado, los escalofríos vuelven. Mi mano hace más presión sobre la suya, no quiero dejarlo ir, tengo mucho miedo de perderlo. Es una tontería, a penas y lo conozco, no debería importarme, pero la idea ya me lastima de solo pensarla. Lo Jalo con fuerza para abrazarlo -No te vayas, no me dejes- comienzo a pedirle en susurros y no puedo más, vuelvo a romper en llanto. Me siento débil, mis manos que lo abrazaban ahora van a su rostro lo toco como esperando algo, pero no se qué, con mis dedos lo voy atrayendo poco a poco hasta besarlo -no te vayas- le pido ahora entre besos cortos y rápidos.

Él me rechaza y me siento temeroso. No suena molesto, ni me ha gritado, aunque no estaba seguro de cómo reaccionaría. De nuevo agacho la cabeza, no quiero incomodarlo, solo que sepa que estoy aquí para él y no es necesario que lo soporte solo. No conozco a su amigo, y honestamente no me duele lo que le pasó, porque era un completo extraño. pero me duele verlo llorar, y saber el gran dolor que está atravesando, no quiero que sufra.
-No podía dejarte solo -lo miré por fin, no tiene que actuar conmigo.
Él se levanta y me levanto yo también, y siento el agarre en mi mano. Pensé que iría a algún lado, pero se queda de pie y lo miro confundido. De nuevo dice que me vaya, pero no me mira a los ojos.
-No -respondí. Mi voz no suena fría, porque tengo muchas ganas de llorar- no me iré -siento esa presión aún mayor en mi mano. Tragué saliva nervioso, y cuando sentí el jalón mi corazón comenzó a palpitar fuerte. Me duele el pecho, y mis brazos lo envolvieron de inmediato. Sentí cómo comenzaba a llorar también, aunque no es de una forma desesperada, solo son mis lágrimas escurriendo por mis mejillas. Lo apreté entre mis brazos y cerré los ojos con fuerza- no lo haré -mi voz suena un poco más fuerte- no voy a dejarte solo -tengo una mezcla de sentimientos de dolor y alivio. Me duele pensar que podría haber salido huyendo, pero me alegra que por fin sea honesto, y que no dude en buscar consuelo conmigo. No quiero soltarlo, no quiero que desaparezca de mi vida.
Abrí los ojos cuando tocó mi cara, mis manos están sobre su cintura ahora. Lo miré esperando, siento mi pecho pesado y cómo me falta el aire. Pero aún así lo beso. Siento que no tengo fuerza, pero me aferro a su camisa con una de mis manos y la otra sube a su rostro para hacer más profundo el beso. Gimo por la falta de aire, por el llanto, por los nervios y por no aguantar estas ganas de tenerlo cerca.
-No sé porqué -sigo tocando su mejilla, y poco a poco mi mano baja hasta su cuello- pero no quiero que te apartes. No huyas, yo no voy a huir, así que no me evites -le he casi suplicado.
Siempre he tenido un miedo inexplicable por perder a las personas. Aunque no es del todo algo extraño, sé que tiene que ver con la forma en que mi madre nos dejó, y después en cómo Mei olvidó todo. No soy bueno haciendo relaciones, tampoco aprecio a las personas tan fácilmente y probablemente no de la manera correcta. Pero él es especial, lo sé, y no me importa cuánto tiempo haya pasado conmigo. No quiero sentir algo y que se vaya.
De nuevo me acerqué y le di un beso muy corto en los labios, y lo abracé muy fuerte.
-Tú también puedes ser tan honesto como quieras -me separé de él y limpié sus lágrimas- yo sí me enojo fácilmente, pero nunca, nunca voy a dejarte atrás. No importa lo que hagas o lo que digas, te seguiré, justo como ahora. Soy persistente...-agaché la mirada, estoy aliviado de que él esté aquí conmigo.

Él no lo sabe, no puede asegurar que siempre se quedará conmigo, pero se siente bien escucharlo, aun si no puede ser algo seguro. Nunca había sido empujado a este punto, pero enfrentar la muerte de otra persona en mi vida, me ha puesto demasiado sensible. La idea siempre me causa problemas, soy muy consiente de mis miedos en ese tema, pero no había tenido que enfrentarlo de nuevo hasta ahora. Estoy tan asustado, me siento como ese niño que se quedó solo.
Pero Aaren está aquí,  ¿Por que me importa tanto? estoy sufriendo por la muerte de otra persona, por las muertes del pasado, pero ahora mirándolo a él, tengo mucho miedo de no volver a verlo.
No sé que contestar, ahora quiero decirle que no huiré, pero en el fondo sé que cuando recupere mi el control, buscaré alejarme. No puedo prometer algo que ya de antemano se que voy a fallar. Pero su voz, sus ojos, me hacen querer decirle que no lo haré.

¿Puedo ser honesto? no sé hace cuanto no lo hago. Souta ni siquiera sabía lo de mis padres, no se lo he contado a nadie. No quiero que nadie sepa de ello.
Siento de nuevo un escalofrío, pero no es como todos los que he tenido hasta ahora, es diferente, es una respuesta de mi cuerpo que se estremece al escucharlo. ¿Le puedo importar tanto? no tiene sentido. Pero no se trata solo de atracción sexual, hay algo más entre nosotros. No estoy loco, se que hay algo mas profundo y escuchar decir que me seguirá, que es persistente. Hace crecer dentro de mi eso que el ha despertado. No sé si puedo ser tan honesto como él quiere, tampoco si seré lo suficientemente fuerte para quererlo aun más. Soy demasiado frágil, por eso siempre evito estas cosas, porque todo se vuelve demasiado doloroso y me cuesta soportarlo.
-Demasiado persistente - digo ahora más tranquilo. No puedo creer que llorara frente a alguien, que esa persona limpiara mis lágrimas, que no quiera alejarme de esa persona. No voy a decir que no entiendo lo que siento, es demasiado claro como para ponerme a jugar al idiota.
-es tarde- no sé que hacer ahora. Pese a que me he abierto de alguna manera, no puedo solo comenzar a hablar de lo que siento con lo que ha pasado hoy y tampoco por lo que estoy sintiendo ahora. He pasado tanto tiempo obligándome a guardar siempre estas cosas que ahora no pueden salir, me he acostumbrado tanto a este estilo de vida que no sé como dejar salir las palabras.
-¿Y tú por qué lloras?- pregunto siendo yo el que limpia su rostro ahora. No puedo hablar sobre mis cosas, pero siempre soy bueno escuchando. Mi brazo rodea su cintura y la otra sigue abrazándolo por su cuello. Junto nuestras mejillas y permanezco así. Desde el primer momento noté lo especial que es. Debí estar más alerta, pero él es tan, especial, que no pude mantener freno a lo que despertaba en mi, y ahora lo quiero, tanto lo quiero que su sola compañía apacigua todo el demás dolor.

Sonreí y bajé la cabeza. No sé cuándo puede considerarse un defecto o una virtud el ser persistente, al menos no lo sé ahora. En ocasiones me causa problemas, soy una molestia. Y otras veces creo que funciona y hace que mi vida vaya cambiando poco a poco. Tal vez esta ocasión pertenece a la segunda, porque tuve la oportunidad de ver otra de sus caras.
-Uhm… sí… -debe sentirse cansado. Tuvo una pelea que le causó varias heridas, y luego recibió una mala noticia, además ya es de madrugada- pero -mire en dirección donde estaba llorando cuando llegué- ¿quieres volver? Puedo esperar si quieres -es la primera vez desde hace muchos años, que visito un lugar como este. No sé si él necesite hacer algo más, y quiero preguntar quién…- ¿yo? -cerré los ojos cuando limpió mi cara, y volví a abrirlos al sentir su abrazo- pasaron muchas cosas por mi cabeza. Te lo dije, ¿no es así? Tenía miedo de no volver a verte -me quedé unos segundos sintiéndolo. Él está aquí, pude alcanzarlo- siempre pensé que las personas debían lidiar con su dolor ellas mismas, porque es lo que siempre hice. No sabía cómo poder ayudar o confortar a alguien, así que simplemente huía porque era lo más sencillo. Aún no lo sé, pero, no quería perderte. No sé porqué, simplemente me pasó la idea de que también te irías lejos y mis pies se movieron solos. Además, creo que entiendo tu dolor. Tal vez las cosas no son iguales. Él está vivo, pero nosotros no. Lo que fuimos, incluso mi propio nombre, todo se había ido. Mi propia existencia fue borrada de su memoria, y sentí como si algo dentro de mí había muerto. Cuando la persona más importante para ti te olvida es casi como morir, eso pensaba -cerré los ojos y lo abrace con más fuerza- cuando te vi alejarte tuve miedo. Sentía que las cosas se repetirían, pero también entendí el dolor de tu pérdida. Era como verme a mí mismo. No quiero perderte, tampoco quiero que sufras solo. Es extraño, pero deseo estar contigo. Ni siquiera comprendo la magnitud de esto. ¿Te molesta eso? Que llore, o que ilógicamente te quiera tanto -me quedé pegado a él. Mis latidos se han normalizado, siento una tranquilidad extraña y acogedora.

-No, ya terminé- miro en la misma dirección -son mis padres- ni debería explicarlo, pero Aaren es una persona demasiado curiosa, no sé si es así con todo el mundo, pero cuando estamos juntos, incluso desde el primer momento en que no le gradaba, él demostró ser muy curioso y ahora mucho más. Siempre me refiero a mis tíos como mis padres, pues legalmente son mis padres, incluso me cambiaron el apellido. Pero si me refiero a ellos de esta manera es para evitar tener que dar explicaciones a gente que no necesita saber nada de mi.

No sé como tomar su respuesta, no quiero sentirme conmovido, quisiera no darle importancia, pero no puedo hacerlo. Sentir que le importo tanto como para seguirme por las calles y no dejarme solo.
Me sorprende que diga que huir es fácil, para mi es todo lo contrario. Es más difícil para mi quedarme en esta soledad. Todo el tiempo me la paso creando lazos con personas, lazos que se vuelven más profundos. Souta, Yuna, Salvatore, Hannu y ahora Aaren, es difícil alejarme de ellos. Tal vez me cuesta hablar, pero la soledad no es algo que yo prefiera porque es fácil. Duele, es cansado y complicado alejarte de las personas cuando en realidad sabes que no lo deseas hacer.
Cuando me platica de su hermano, suena a que fueron demasiado íntimos. No es para nada un buen momento, pero creo que siento un poco de celos.
-No, no me molesta- de nuevo me siento conmovido por sus palabras, no sé como podré alejarme porque cada momento deseo hacerlo menos. Pero ahora no pienso con claridad, debo enfriar mi cabeza, y entonces tal vez encontraré fuerza y voluntad, pero ahora no tengo nada de eso.
-¿Nos vamos?- le pregunto, porque ahora siento que es un poco extraño estar tan abrazados en un lugar lleno de restos de personas. Aunque si pienso de una forma mas sobrenatural, y las almas de mis padres estuvieran ligadas a este lugar, entonces sería la primera vez que me ven venir con alguien. Como si la vida hubiera planeado que Aaren se convirtiera cada vez en una persona más especial en mi vida.

De nuevo fue a él a quien miré, no esperaba que me lo dijera. No dije nada más porque recordar esas cosas deben ser dolorosas para él, y ha tenido suficiente por hoy. Pero que haya compartido eso conmigo me hace sentir un poco más cercano. No me doy cuenta, pero creo que tengo facilidad para contar las cosas cuando me siento en confianza, sin embargo las personas a mi alrededor son muy cerradas al respecto. Las cosas que sé son por el tiempo que hemos convivido, y tal vez porque por algún acontecimiento salió esa información. Él y yo nos conocemos de tan poco, siento envidia de aquellos que han podido estar más tiempo con él. Me pregunto si hubiera sido realmente malo conocerlo en aquella época, si me habría deslumbrado como ahora, y cómo sería mi vida en este momento.
-Gracias -suspiré de alivio cuando dijo que no le molestaba. Estaba dispuesto a cargar con eso con tal de verlo, pero realmente esperaba que él no se enojara- mm, sí -me separé de él para comenzar a caminar. Está realmente oscuro, nunca me habría metido en un lugar que incluso podría ser peligroso, o que yo me viera aquí como alguna amenaza, no creo que la gente acostumbre a visitar a sus difuntos de madrugada. Pero la adrenalina me mantuvo en pie, y ahora vamos juntos, así que está bien- te quedarás en casa -tomé su mano- ¿cierto? -agaché la mirada. Debería dejar de ser tan mandón como el me llama.
Todavía caminamos un poco más para tomar un taxi. No quise soltar su mano, y en cuanto nos sentamos en el asiento trasero del taxi, sentí cómo el cansancio venía de repente. Pero me mantuve derecho para no dormirme, y al final pudimos volver al departamento y dormir apropiadamente. Nos metimos entre las cobijas inmediatamente, lo abracé y casi de inmediato me quedé dormido.