Dust to dust[Privado]

Recuerdo del primer mensaje :

Mei ha estado algo distante últimamente. Desde que comenzó el club en su universidad, su tiempo libre es muy poco y se la pasa la mayor parte en la escuela. Al principio me dio muchísimo gusto saber que había buscado un pasatiempo, sobre todo eso en lo que él es muy bueno. Pero las cosas fueron cambiando. De repente sentí que me evitaba, y después simplemente se encontraba ocupado. Aún nos hemos visto, creo que me mal acostumbré a tenerlo muy seguido en casa y ahora su ausencia se siente demasiado. Ha salido varias veces con su grupo de compañeros a competencias incluso fuera de la ciudad. Me siento feliz por él, pero también un poco solo. Y para colmo, el trabajo me absorbe tanto que ni siquiera he podido asistir a uno de sus torneos.
Por eso hoy he pedido permiso para salir antes. Dije que tenía una emergencia familiar, y como luego del accidente fui muy accesible con los favores, no fue difícil que me concedieran esta tarde. Él me avisó sobre su competencia, y sé que no me hizo una invitación formal porque está dentro de mi horario de trabajo, pero se llevará una sorpresa.
Ni siquiera tuve tiempo para ir a casa a cambiarme, y salí rápidamente hacia la universidad privada donde estarán compitiendo. Tenía un folleto de ello, pero Mei se lo llevó, apenas si me dejó mirar los horarios.
Estoy feliz, si gana entonces lo llevaré a cenar, me siento un poco ansioso y de repente malas ideas atraviesan mi cabeza.
-Bueno, incluso si él no gana, ya he reservado el lugar -sonreí mirando mi teléfono. Voy un poco tarde, pero espero llegar al menos en los primeros minutos.

Al llegar al campus pedí ayuda para encontrar el punto de reunión. Hay más personas de las que imaginé, y ya han comenzado a jugar. No entiendo muy bien cómo funciona, pero al mirarlo a lo lejos sonreí. Está sentado con otros cinco chicos.
Pero luego de un rato ha llegado alguien más a su lado, supongo que es su asesor. Y me sentí extrañamente nervioso. No sabía que Jiro era su profesor.
Miré el resto de la competencia. No puedo evitar sentir nervios, mi corazón late muy rápido.
El tiempo terminó y bajé hasta donde ellos estaban. No parece haber ningún tipo de restricción, pero igual me acerqué con cuidado a su grupo, aunque no es esa la razón.

Evan:

Parece bien con los planes que hice, eso creo. Pero intentaré no ponerme muy a la defensiva, porque si mi humor empeora, entonces él se dará cuenta y haré que nuestra noche sea un fracaso.
-¿En serio? -pregunté un poco asombrado, pero es algo bueno de escuchar- ¿entonces qué opinas sobre pasar ese día juntos? -no quiero ir a la casa de mis padres, y es un poco deprimente pasarla solo en el departamento. El año pasado estuve con Asb ya que él no visita a sus padres tampoco, pero por obvias razones no estaremos juntos este año, además me encantaría estar con Mei- ¿o ya tienes planes con tus amigos? -si esa es su costumbre, aunque no hable más con los chicos de su pasado, ahora tiene nuevos amigos con los que parece llevarse muy bien, pudo haber hecho planes ya- entonces supongo que está bien si esta vez no le avisas que llegarás tarde. O como prefieras -usualmente le diría sobre pasarla juntos hasta el amanecer, pero me siento inseguro. Él está extraño. Generalmente es alegre o coqueto al responder, pero ahora… no lo sé, puede que solo sean mis miedos.

Cuando entramos caminé directo al restaurante del hotel. Él viene callado, y pienso si realmente debería pedir la habitación o ir a cenar y regresar a casa. Esperaré que terminemos la cena para ver si él se siente de humor.
Dije que había reservado una mesa para dos e inmediatamente nos hicieron ir al fondo, no hay mucha gente hoy. Apenas nos sentamos, nos llevaron rápidamente la carta y luego el mesero se alejó. Pero no presté atención a la comida, me preocupa más él. Tal vez debería decirle, solo de ese modo estaré tranquilo y las cosas quedarán claras entre los dos. Si él no lo sabe, evitaré crear un malentendido más grande. Y si lo sabe entonces dejará de haber secretos entre ambos.
-Mei, ¿ocurre algo? -dejé la carta a un lado y lo miré preocupado- ¿sucedió algo últimamente? Sabes que puedes decirme lo que sea que te preocupe -era así desde unos meses para acá, al menos eso sentía- ¿te sientes cansado? Si es así, te llevaré a casa después -egoístamente quiero que me pida quedarnos, porque si no lo hace, entonces algo anda mal, o al menos las cosas están cambiando. Ya sea por eso, o porque ocurre algo más, pero me gustaría saberlo.

-¿Pasar ese día juntos?- su pregunta ha sido muy clara, pero aun así la he repetido. Ahora que he recuperado la memoria parece que mis recuerdos no dejan de venir, en todo momento, cualquier momento. Pasar esas fechas con mis amigos, entre ellos Khaled, fueron días increíbles, y ahora estoy aquí, con Evan, pensando en pasar esos días juntos -¿eh? pues no… no tengo planes. Está bien- no, para nada lo está. Pero supongo que luego puedo buscar alguna excusa para no salir.
-si, ella no se preocupará, seguro piensa que estoy con los chicos- la yema de mi dedo medio acaricio el borde de mi párpado, siento mis pestañas.

Vamos al restaurante, no puedo sacar de mi mente su pregunta para navidad, me siento un poco extraño con eso. Está bien pasarlo con la persona que amas, pero siento que no debo, yo no tengo derecho a cosas como esa.
He ordenado la comida y algo para tomar. No me concentro demasiado en la platica. La culpa que siento ahora hace que ni siquiera el enojo que tengo contra Evan importe.
-¿Que? no, no. Solo estoy un poco cansado- soy demasiado obvio, hoy estoy demasiado disperso como para mantener la fachada -Si, lo estoy, pero tu planeaste esta velada. No quiero arruinarla- la verdad creo que hoy arruinaré cualquier cosa. Él ha traído a Khaled a mi mente y ahora no puedo sacarlo -Terminemos de cenar y subamos a descansar juntos- digo con una sonrisa dulce. Lo bueno de no tener recuerdos es que me volví un poco tonto y aburrido. Él Meier con quien sale Evan es uno medio inocente que apenas y sabe como coquetear, así que no me tengo que esforzar demasiado, solo ser lindo.
-Sabes, hoy no dejo de pensar en el pasado. Yo tenía un amigo, no sé que será de él, pero siento que lo extraño mucho. Hoy lo extraño mucho. ¿Crees que debería buscarlo?- no he terminado ni la mitad de mi comida, no tengo nada de apetito, solo miro el plato sin ganas de comer más, ni siquiera quiero esforzarme en hacerlo.

Ordené pasta y algo ligero para tomar. Hoy no tuve tiempo de comer, pero ahora mi apetito no es tanto.
-No te preocupes por eso. No pensé en que estarías cansado luego del torneo aunque fuera algo obvio -no sé qué pensar. Él ya accedió a pasar la navidad conmigo, también dice que está bien estar hoy juntos sin que le haya dicho a su madre. Con tantas oportunidades para alejarlo es como si lo estuviera probando. Me siento mal por eso, pero, no siento que esté tan cómodo como de costumbre- me parece buena idea -puede ser eso, el cansancio por las actividades de hoy, y puede que en la escuela la lleve difícil. Hace mucho que no pregunto porque sabía que no era algo de lo que quisiera hablar, ya que no había podido estar de nuevo con sus viejos amigos, parecía incomodarle y preferí descartar ese tema de nuestras conversaciones.

Sentí una punzada en el pecho y lo miré fijamente. Mi cuerpo reaccionó con esa pequeña frase, pero él habla de un amigo del pasado. No recuerdo que haya mencionado a alguien antes… ah, sí, está ese chico. Antes que decidiéramos salir juntos, él solía sacar el tema de él. Es la única persona ajena a su familia de la que ha hablado.
-Un amigo -dije bajito mientras miraba mi comida- no lo sé -si fuese alguien vivo entonces le diría que sí. A pesar de que siento celos, le animaría a buscar a las personas que quiere. Pero si lo niego, ¿no será demasiado extraño? No quiero que salga lastimado- entonces búscalo -alcé la vista- si lo extrañas, entonces inténtalo -de nuevo miré mi comida para tomar un bocado.
Esto se siente pesado. Lo último que dijo, ¿qué pasará si lo descubre? ¿Debería decirle todo? No quiero que sufra al descubrirlo, pero entonces, si sabe que nunca le dije nada a pesar de que conocía su pasado, ¿cómo se sentirá?
-Mei -lo miré y sonreí- tengo algo que decirte -tomé el vaso con agua de fruta y lo llevé a mi boca- cuando subamos, tengo algo que contarte -quisiera hacer mi comía más lenta. Tengo tanto miedo, y a la vez quiero saltarme ya esa parte. Hace tiempo que dejó de ser algo que me preocupara, pero hoy lo he recordado una y otra vez. Creo que no estaré tranquilo.

-Es más un cansancio mental que físico- explico porque debe sonar una exageración decir que estoy cansado por estar sentado y estar moviendo unas piezas que apenas pesan unos gramos.  Aunque no solo me ha cansado el torneo, sino todo lo que me pongo a pensar cuando estoy con él. Tengo que actuar de esta manera que ya no se siente natural para mi, tengo que guardar tantas cosas y no entiendo porque lo hago. Debería solo terminar esto, acabar con la mentira, pero soy una persona egoísta y de alguna tonta manera he intentado prolongar lo que tenía con Evan. He fingido ser ese chico con el que ha estado saliendo, pero no soy más esa persona, no soy alguien que pueda ser feliz, al menos no ahora que recuerdo todo. Solo intento mantener algo que no merezco.

Mis dedos hacen mayor presión en los cubiertos, y no lo he mirado porque no quiero ser obvio. Pero no puedo evitar sentir sorpresa cuando me dice que lo busque, ¿Que es lo que pretende? ¿no debería protegerme de ese pasado que me hace daño? perdí la memoria por todo el dolor que me causa mi pasado, ¿por que entonces me anima a buscarlo?
-Me asusta buscarlo, él no apareció, ni llamó cuando tuve mi accidente…- soy despreciable, me siento tan culpable por las cosas que pensé cuando no vi a Khaled a mi lado. Fui un tonto que quería a la persona que ama a su lado, y al no tenerlo lo culpé de cosas que no debí, ahora me siento tan mal y odio un poco mi debilidad -Temo que no hayamos acabado en buenos términos y por eso no sé nada de él- no, no acabamos bien, él murió por mi culpa, y yo soy tan egoísta que lo culpé por no estar a mi lado. Siento una punzada en mi cabeza, debo calmarme, no puedo perder el control. Me concentro en mi respiración y he soltado los cubiertos para cubrir mi ojo con mi mano.

Levanto la mirada cuando me llama, también retiré mi mano de mim cara y solo acaricio mi párpado intentando aliviar un poco mi dolor de cabeza.
-¿Que cosa?- pregunto pero solo dice que lo dirá cuando subamos -¿Quieres terminar conmigo?- empujo un poco mi plato para alejarlo, pues no estoy comiendo y no lo haré más. No entiendo que es eso que quiere decirme, no se me ocurre que cosas importantes tiene él para contarme ahora.

Es difícil escuchar sobre ese chico. Me pregunto si antes su madre le hubiera contado sobre él, ¿cómo estaría ahora? Si supiera qué y quién fui yo en su vida, ¿las cosas hubieran sido más fáciles para él? Pero ahora es tarde para pensar en tiempo pasado. Lo que no hice hace poco, o hace un par de años, ya no importa. Solo acumulo arrepentimiento y al final las cosas van empeorando.
-Entiendo, es normal tener miedo -mi respuesta salió casi en automático. No lo estoy mirando, así que no me pongo tan nervioso. Me siento culpable porque imagino el dolor que debe estar atravesando, peor no puede ser mayor que el que sentirá si se entera.
Levanté la mirada cuando respondió. ¿Por qué es eso lo primero que viene a su cabeza? No creo haber insinuado algo así, y además, esta cena no tendría sentido, ni el haberlo buscado desde hace tiempo.
-No, para nada -¿está molesto?- ¿por qué piensas eso? Lo que menos quiero es alejarme de ti -miré su plato, yo estoy a punto de terminar, pero con esto no hay manera que siga tan tranquilo aquí sentado.
He llamado al mesero para que nos retire y traiga la cuenta. Me siento muy nervioso, quisiera decirle que no es nada, y empiezo a inventarme excusas en mi cabeza. Pero sigo huyendo, y no creo que se trague cualquier cuento ahora.

Luego de pagar, nos levantamos y caminamos hacia la recepción. Todo se siente tenso, tengo que actuar como siempre. Pedí nuestra llave y luego fui al elevador. Mientras esperaba lo miré.
-Mei -pero la puerta se abrió y entramos- lo siento, no quería hacer nuestra cena incómoda -tomé su mano y busqué su mirada. No quiero que dude de lo que siento por él, pero tampoco sé por dónde comenzar sin que parezca lo peor. En el pasado él quedó muy molesto conmigo. Incluso cuando nos volvimos a ver, als cosas entre nosotros no fueron bien.

Creo que preferiría el miedo, la incertidumbre de si estamos bien o mal sería mucho mejor a la certeza de su muerte.
-Si, supongo- no sé que más podría decir, temo delatarme con una palabra mal usada, ahora no tengo tanto interés en cuidar todas y cada una de mis acciones y palabras.
-Pues no lo sé- río nervioso -dijiste que querías contarme algo, y me acordé de ese cliché de las parejas, pensé que era como ese “tenemos que hablar” y luego tal vez empezarías a decir eso de “no eres tu, soy yo”- vuelvo a reír. La verdad siento alivio porque ha dicho que no es eso, pero solo me doy cuenta de lo mucho que deseo que esto no acabe. No puedo hacerlo feliz, pero no quiero alejarme de él. No puedo perdonar lo que ha hecho, ni siquiera lo que hizo en el pasado, pero aun así intento permanecer dentro de esta mentira donde puedo ignorar nuestro pasado porque se supone que no existe y donde lo que ha hecho no tiene importancia porque somos dos personas que se conocieron en el hospital.

Al terminar con la cena, vamos al elevador, debí decir que estaba cansado, que quería ir  casa, pero supongo que de alguna manera intento arruinar las cosas para mi mismo.
-¿No?- miro sus ojos, y siento ese enojo que despierta en mi -Hoy te has portado muy extraño- si, es verdad que yo no estoy lo más “normal”, pero en mi siempre es difícil encontrar mucha calma, un día puede atormentarme algo que pasó con mi familia, o en la universidad, cualquier cosa suele ponerme mal, pero creo que hoy estoy un poco más distante.
Suelto su mano de manera brusca cuando escucho que las puestas se abren, alguien más sube, pero nosotros bajamos en el siguiente piso.
-Lo siento- me disculpo cuando el elevar cierra sus puertas a nuestras espaldas. Sé que Evan entiende que soy bastante inseguro con esto de mi sexualidad, aunque en realidad solo quería poner distancia entre nosotros y esa persona fue la excusa perfecta.
Entramos al habitación y camino directo al baño para enjuagar mi boca pues aun siento el sabor de la comida. Pero de nuevo no se trata mas que de un pretexto para evitarlo un poco. Al salir me quito mi chamarra y la dejo sobre la cama, aun lado de donde me siento.
-Entonces, ¿Que quieres contarme?- pregunto con tono dulce.

Ahora que lo menciona, puede ser el caso, solo que no se me ocurrió porque estoy demasiado a la defensiva.
-No, no es para nada eso -me reí. Lo que menos quiero es que él se vaya de mi lado. Ha sido tan complicado entendernos y lograr lo que somos. Pero también está construido sobre mentiras. No todo lo es. Lo cierto es que lo amo, y haría cualquier cosa por él. Pero en el pasado no fui tan firme con mis sentimientos, y no sé cómo eso influirá a su yo de ahora.

-¿Pareciera que sí? Lo siento mucho -sí, solo estoy poniendo las cosas tensas, pero que lo diga directamente me hace sentir mal, porque no era el plan de esta noche. No dije ya nada sobre mi comportamiento, podría justificarlo por el cansancio del trabajo o alguna cosa que ocurra fuera, pero él sabe que no suelo desquitarme por esas cosas, incluso le he platicado alguno de mis problemas y realmente me hace sentir mejor.
Dentro del elevador siento cómo suelta mi mano y miro a una persona entrar. Hoy estoy un poco más susceptible que de costumbre, pero también lo hubiera soltado, porque no deseo causarle un problema y sino, el contexto sería bastante obvio.
-Descuida, era lo más prudente -le sonreí y seguí caminando.
Al entrar a la habitación, me quité el saco y lo dejé sobre un pequeño sofá que está cerca de la cama. También saqué mis pertenencias allí mismo. Esperé de pie que él saliera del baño. No sé cómo comenzar esto, estoy incluso buscándome una excusa. Fue un impulso el decirle que necesitaba hablar con él, y ahora no sé cómo debería comenzar.
-Pues... -me senté junto a él en la cama. Miré mis manos por unos segundos, necesito hacerlo ahora. Podría esperar luego de navidad, y después vendrá otra fecha que me haga posponerlo- hace un momento que dijiste sobre que estabas pensando en el pasado… me preguntaba si has recordado algo más -comencé a aflojarme la corbata. Debería comenzar por preguntar sobre lo que dijo Jiro- ¿no te lo dijo? Jiro y yo no solo fuimos compañeros en la universidad, también trabajamos juntos un tiempo -le miré esperando que respondiera. No sé si esté listo para esto, tanto él, como yo.

Se sienta a mi lado, parece inseguro, de hecho pareciera que no tiene prisa por hablar eso que mencionó. Vuelve a preguntar por mis recuerdos, parece que Jiro lo ha puesto demasiado nervioso.
-De nuevo preguntas si Jiro me dijo algo Oh Evan, eres tan obvio, incluso si yo no tuviera mis recuerdos, creo que notaría lo raro que estas solo por haber visto a Jiro -¿Es que no son amigos?- pregunto preocupado como su lo de trabajar juntos fuera insignificantes, porque para darle importancia tendría que saber que Jiro fue mi profesor en la escuela, y hasta donde Evan sabe, Jiro no me ha dicho nada.

Estiro mi mano a su corbata, comienzo a deshacer el nudo de esta y luego la dejo deslizarse entre mis dedos para tirarla al suelo. Lo empujo para que caiga sobre el colchón y me acomodo sobre él, con mis piernas a cada lado de sus caderas.
-¿acaso sigues celoso?- pregunto ahora con tono sugerente. Me inclino sobre él buscando sus labios y lo beso con pasión, tanta que es casi imposible separarme de él, pero lo hago para recuperar un poco de aire.
-Casi pareces asustado- miro fijamente sus ojos, y tomo si cara entre mis manos. Acaricio con mis pulgares sus pómulos y me acerco a sus labios, dejando sobre ellos un muy suave beso -¿Acaso te has cansado de mentir?- pregunto con una sonrisa dulce mientras me levanto para quedar sentado sobre él mientras él permanece acosatado -que aburrido- suelto ahora con un tono mas indiferente - Pensé que si ya estabas haciendo todo este teatrito, te esforzarías más por mantenerlo- suspiro con pesadez, pues esto ha llegado a su fin y dejo de ocultarme tras esa mascara de falsa inocencia -¿Qué esperas diciéndolo ahora? - pregunto con voz cantarina inclinándome de nuevo sobre él, pero solo para apoyar mi cabeza en su pecho. Puedo escuchar su corazón.

-Sí, lo somos -o eso creo. Él no es mala persona, y nosotros nos llevábamos muy bien en ese tiempo. Pero no es el tipo de amigos que frecuente, tampoco nos esforzamos por mantenernos en contacto luego de que se retirara del colegio. Ni siquiera supe la razón- bueno, tiene que ver con eso -a Mei no parece preocuparle. No sé ya qué pensar, porque comienza a actuar con normalidad y mi arrepentimiento se hace mayor.
Me sorprendió cuando comenzó a quitar mi corbata, estamos en medio de una plática importante, pero creo que él  ahora tiene humor de algo más. Para mí siempre será grato recibir este tipo de insinuaciones de su parte, pero en este momento me encuentro nervioso y con un debate interno. Aún así, me recuesto en la cama y correspondo su beso. Y olvido un poco el tema, solo por los segundos que este dura es y me dedico a disfrutar de sus labios.
-No -lo miré un poco embelesado cuando se separó de mí, pero luego, como si me hubieran golpeado fuerte en la cara, ese estado en que me metió por un instante, se escapó. Lo miré sorprendido y fijamente, no pude decir nada porque si no me sentía asustado antes, ahora lo estoy. Sus ojos me miran fijamente, y con sus manos en mi rostro, me siento atrapado.
Siento cómo mi corazón se detiene por un instante. Aunque eso es imposible, seguramente  lo percibo así porque mis latidos van mucho más rápido. Más que al besarlo, o que el momento en que lo vi con ese viejo amigo mío. No sé ni siquiera lo que siento ahora.
Me quedé mirando el techo con los ojos bien abiertos. Escucho claramente lo que dice, y el tono de voz que usa. Es él, es tal como lo recuerdo. Ese tono sarcástico que hace mucho no escuchaba. Estoy intentando procesar todo, pero es ridículo ya que esto lo presentía. Aún así esperaba que no fuera verdad, quería decirle por mí mismo pero… ya no importa. Ni quién, o cómo, ya no importa, lo sabe y esto… esto no es bueno.
-¿Desde cuándo? -mi voz suena apagada, no puedo ni siquiera mirarlo, por eso no aparto la vista del techo. Mis brazos están pegados a mi costado. Hace un momento los tenía sobre su cintura, pero cayeron a la cama en algún punto. Quiero recordar el momento. Alguna pequeña señal. ¿Desde cuándo nos distanciamos? Puede parecer estúpido desde el punto de vista de cualquiera, porque no pasamos tanto tiempo sin llamarnos o escribirnos. Pero ya era normal verlo seguido, quedarnos juntos, cocinar para  ambos. Todo eso ya no… se irá, ¿verdad?- así que lo sabes -esto ocurriría tarde o temprano, no sé qué me sorprende.
Es incómodo estar acostados de este modo, porque tengo unas enormes ganas de abrazarlo y pedirle que no se vaya.
-Lo siento -no sé qué más decir. Tengo muchas dudas, como el porqué sostuvo la mentira- otra vez lo hice, lo siento -aparté mi vista del techo por fin, tengo miedo, pero necesito ver su rostro.

El cambio en su expresión ha sido tan claro, y no puedo evitar esa sonrisa maliciosa.
Al estar en su pecho puedo escuchar su corazón, ahora suena tan lento y calmado, pensaba que esto lo pondría nervioso o ansioso, pero parece que puede mantener la calma incluso al verse descubierto.
La palma de mi mano se posa sobre su pecho y comienza a bajar lentamente hasta sentir el borde de su pantalón. Levanto mi mano dejando solo mis dedos índice y medio sobre su cuerpo, para simular que mis dedos dan pasitos, y comienzan un recorrido hacia su pecho, los pasitos son lentos, pero al llegar a su pecho vuelvo a apoyar mi palma completa y luego en una caricia vuelvo a bajar mi mano para repetir el mismo recorrido.
-¿Importa?- pregunto cuando mis dedos van dando esos pasitos por sus costillas y se detienen para dejar que mi mano se deslice por el costado de su cuerpo -¿desde cuando? ¿desde cuando Evan? ¿realmente quieres saberlo? piensa un poco en ello, es tan claro que hasta un ciego lo vería. Piensa en mis cambios, ¿Lo notaste? yo dejé de ser tan inestable, ¿o es que ni siquiera notaste eso? -no solo comencé a pasar menos tiempo con él, sino que dejé de tener esos momentos de confusión, ya no tenía razones para estar para luchar con lo que había en mi cabeza, al menos no por conflictos de recordar lo que había olvidado.
-Siempre has sido el maestro de la obviedad- digo riendo como si me acabara de decir un chiste, pero ya es obvio que lo sé -pero si necesitas que lo diga. Claro que lo sé-
-Shh- le digo cuando comienza a disculparse, no quiero escuchar sus disculpas porque no sé que pueda hacer, tal vez me conmueva y perdone todo pero no puedo pensar de esa manera, ¿qué es lo que me ocurrió? es como si ahora deseara aceptar ese tipo de cosas, ¿desde cuando tengo esta libertad para desear ser feliz? no, yo no puedo, no lo merezco.
Separo mi oido de su pecho para dejar de oír su corazón y mirar sus ojos.
-la verdad es que no pensaba que alguien como tú, sería capaz de algo como esto- de nuevo río -Quiero decir. Tus palabras y tus acciones nunca concuerdan. Dijiste que no querías ser un sustituto de Khaled, pero de repente un día despierto de mi ensueño y descubro que has sido tan vil y mentiroso. Realmente me sorprendes- de nuevo tomo su rostro con mis manos y me acerco un poco a él dejando que mi nariz roce con la suya -dime Evan, ¿A quién deseas más? al niño ingenuo del que te pudiste aprovechar o a la persona a la que dejaste de lado en el pasado- mi voz suena un poco melosa, mis dedos se meten entre su cabello. Cierro mis ojos y apoyo mi frente en la de él.

Claro que noté sus cambios. Al principio me decía que era por esa nueva actividad que realizaba. Me creía que estaba demasiado ocupado, pero luego fue más y más obvio. Pero era más cómodo pretender que no me daba cuenta, no quería pensar en que algo malo pudiera estar pasando entre nosotros. Quería confiar en él y en que todo estaba bien, pero sabía que no, y por eso hoy llegué sin avisarte. Temía que si lo hacía me pidiera que no fuera.
-Claro que sí -respondí tranquilo. A diferencia de hace un rato, ya no me siento ansioso. Creo que tengo una especie de shock. Estoy esperando a despertar de la pesadilla. Es imposible, es él, es exactamente como hace unos años atrás.
Comprendo su enojo, y todo lo que dice es solo por el rencor que me debe tener. Decepción y odio, seguramente siente mucho de eso. Es lo mínimo que imaginaba de su parte, honestamente no me extraña nada su sarcasmo, o su tono de voz. A veces salía un poco ese lado suyo, era casi inevitable.
Lo miré sorprendido, el cómo dice que soy un sustituto, eso sí que no me lo esperaba. He sentido cómo mi pecho duele. Siempre he sabido que superar a ese chico sería algo complicado. Que hacerlo sanar de su pasado era tal vez imposible., pero confié en él, en mí y en lo que teníamos. Fui tan ingenuo que por un momento creí que eso sería suficiente para que me perdonara y se perdonara a sí mismo, fui ingenuo e impulsivo. Y vil, mentiroso y todo lo que él piensa de mí.
-Un sustituto -sonreí- sí, creo que me volví conformista -duele saberlo. Es verdad. Él lo extrañaba demasiado, lo mencionaba varias veces. Tal vez yo era alguien que podría sustituir a esa persona a quien deseaba darle su afecto. Pero no tengo derecho a culparlo. Llegué en el momento preciso, hice lo que quise, actué como él quiso. Fui tan complaciente sin darme cuenta que solo lo estaba dañando. Encerrarlo en una burbuja no era precisamente la mejor forma de cuidarlo, sabía que en algún momento esta se rompería y el golpe sería aún más duro.
No cerré los ojos, y sentirlo tan cerca, duele. Puse mis manos en su cintura desde hace un rato. Lo que podría ser un momento cálido, se siente tan denso. Y sus palabras hirientes, esas que dice solo por estar completamente enojado y decepcionado, tengo que aguantarlas, es lo mínimo. Porque solo así me mostrará cómo se siente realmente, no es capaz de ser honesto.
-Tu yo inocente… sí, también me gusta -hice una pausa, él tiene los ojos cerrados- pero la persona que abandoné, esa siempre ha sido la que más he amado -le sonreí triste. No tengo algún derecho de quejarme, molestarme o incluso llorar. No sé si aceptaré que se vaya. Probablemente no, y por eso envolví completamente mis brazos alrededor de su cuerpo.

Su voz suena diferente, parece que ha asimilado esto de una manera demasiado rápida, creo que estoy un poco decepcionado, pensaba que esto iba a ser un poco más dramático.
-¿Entonces para que preguntas?- mi voz a sonado un poco molesta, creo que me es imposible no hacerlo, pues esperaba alguna otra reacción, pero él está muy calmado, no me suelta mas preguntas, ni quiere saber más.

Siento un dolor en mi pecho cuando dice sustituto, me pregunto si realmente piensa que lo veo de esa manera. Es imposible, ¿acaso mi amor por él no fue claro? Fue el momento mas sincero de mis sentimientos. ¿Eso no le dice lo mucho que me importa? Pude olvidar a Khaled, perdí muchos recuerdos de él, no solo su muerte, sino de cosas que vivimos juntos, y aun lo extrañaba, no me interesé en buscarlo. Pero a Evan, no pude dejarlo de lado, lo que siento por él no pude olvidarlo.
-Ya veo- no, no le digas eso, dile que no es un sustituto. Pero por mas que desearía decirle eso, mis labios parecen sellados, esas palabras que podría aliviar su pena no salen. ¿Por qué soy esta clase de persona?
No lo entiendo ¿Por qué no se enoja? Debería alejarme, o tratar de dar alguna tonta excusa que yo podría invalidad de inmediato, pero no lo hace, me da la razón. Pero que me diga que me ama, que ama a una persona como yo, eso duele. Soy una persona horrible, no lo puedo evitar, así es más fácil alejar a las personas, cuando ven lo retorcido que puedo regar a ser. Incluso me abraza, y mis manos se cierran con cuidado entre su cabello.
No sé como reaccionar a todo esto, no se que decir que pueda herirlo, no sé como alejarlo. Siento un nudo en mi garganta, me siento tan débil y todo eso por lo que he estado enojado ahora parce tan insignificante.
-Suéltame- casi le estoy suplicando que lo haga, apenas he logrado que la voz me salga. Tengo que alejarme, esto está fuera de mi control, no ha reaccionado de ningún modo como yo esperaba.
¿Y si solo me rindo? ¿y si acepto esto? Ambos nos hemos hecho daño… no, no puedo, yo no lo merezco. Soy un maldito ambicioso, tengo una vida que no debería tener, alguien maravilloso dejó este mundo por mi culpa y quedé yo en su lugar.
-Perdón, yo no puedo- siento esas lágrimas comenzando a brotar y en un arrebato de frustración alejo mis manos de Evan, las pongo sobre la cama para empujarme y alejarme de él. Lo hago con tanta fuerza y tan repentino que caigo al suelo.

Quería que lo negara. Ya fuera un reproche o simplemente dijera que no, pero nada. Y esto también podría haberlo presentido, porque cuando se enoja él es así, quiere parecer desagradable. Pero de todos modos ha dolido demasiado, porque es mentira, no me conformaba con eso. Yo  de verdad creí en nuestros sentimientos, en la oportunidad, “el destino”. Pero es ridículo, ¿no? Era obvio que luego de mentirle y herirlo no me perdonaría simplemente porque me ama. En su subconsciente buscaba un refugio, y yo me aproveché de eso. Me lo dejó claro cuando nos vimos esas dos veces, no tenía más que rencor por mí.
No moví mis brazos cuando me pidió que lo soltara. Supuestamente respetaría su decisión, y haría lo que él quiere, pero no lo dejaré ir, todo acabará si nuevamente cedo.
-No -mi voz suena baja. Podría rogarle, pero eso no tendrá mucho efecto. Sabe cómo me siento por él, pero tal vez prefiere creer que lo estoy utilizando por alguna inimaginable razón. Pero sus disculpas hacen que me agite, y eso provocó que mis brazos perdieran fuerza y él terminara lejos de mí. ¿Por qué se disculpa? Soy yo quien debería hacerlo. Pero más importante, me va a dejar, ¿cierto?
Me levanté de golpe apenas se separó de mí y me agaché a ayudarlo.
-Mei -le llamé, agitado, lo miré asustado. No es por la caída, sino por cómo se encuentra- no quiero -puedo soportar su ira, verlo burlarse de mí o que me insulte, pero sus lágrimas no. Me duele nuevamente ser quien provoca su tristeza- lo siento, pero no quiero dejarte -le miré suplicante, mi voz ya no es tranquila- tampoco te disculpes. No hagas como si fueras a irte -tomé una de sus manos y con otra su rostro- lo siento. Soy despreciable, vil, y todo esto fue una gran mentira para poder estar contigo. Pero te amo, te amo, ¿lo sabes? Sé que lo sientes. No fue mentira todo lo que dije en este tiempo, ni esas cosas que hice, nada ha sido mentira. Pero esa vez… tenía miedo de no verte de nuevo, estaba aterrado cuando supe que no despertabas, sentí que iba a morir si jamás podría volver a escucharte -mi voz se quiebra, pero no lloro, no puedo. Es como si todo se hubiera acumulado, yendo en la misma dirección, provocando que sea imposible salir- estoy bien si te enojas, o reprochas. No importa lo que quieras decirme, está bien… incluso ser un sustituto -me reí triste, y entonces cayó una lágrima- está bien, pero -estoy siendo egoísta. No pienso en lo que siente, yo solo quiero que él esté conmigo. Incluso si me desprecia, lo estoy empujando hacia mi para que no se vaya.
Solté lentamente su rostro y miré al suelo, es tarde, debí ser claro desde el inicio.

-Odio que me digas así- trago la saliva de mi boca para tratar de quitar ese nudo en mi garganta. ¡No! él no debería decir eso, debería alejarse. ¿Por qué no funciona?
Lo miro sin saber que decir, o mejor dicho, sin poder decir nada, porque nada sale de mis labios, no puedo aceptar que yo no quiero alejarme.
¡No me toques! no lo hagas… tengo que ser fuerte, no puedo dejar que esto sea de esta manera.
Respiro con dificultad cuando dice que me ama, ¿Por qué es de esta manera? él prefiere lo seguro, lo estable, yo no soy nada de eso, yo no puedo hacerlo feliz.
Abro mis ojos cuando dice lo que sintió por mi estado luego del accidente, me duele saberlo, pero sé lo que es eso, se lo que es sentir que tu vida pierde sentido, que tu existencia ya no tiene importancia. No quiero hacerle algo así, pero yo ya perdí a una persona, yo ya supe lo que era sentir esa clase de muerte, que esa persona se lleva una parte de ti.
Niego con la cabeza por todo lo que dice y luego vuelve a decir lo de ser un sustituto.
-¡Callate!- grito y me empujo con las piernas para alejarme. Desvío la mirada para no ver sus rostro, tengo que ignorar esa lágrima y trato de limpiar las mías -eres un idiota. ¡Tenías que preguntar! ¡tenías que arruinarlo todo!- si tan solo hubiera ignorado los cambios, la mentira podría haber seguido -¿Tenías que hacer las cosas bien? ya habías mentido, ya habías hecho lo peor, lo más vil que podías hacer, ¿entonces por que necesitabas ahora ser sincero?- no puedo evitar el reclamo.
Me pongo de pie, y comienzo a caminar por la habitación para alejarlo. Constantemente limpio mi rostro por las lágrimas y luego tomo mi cabeza con mis manos.
-¡Necesitabas ser sincero! actuar de manera correcta- digo con sarcasmo - pero solo eres un hipócrita, lo hiciste por miedo- vuelvo a reclamar -Lo sabes, tu sabes como va a terminar esto. ¡No te me acerques!- levanto la voz para que no lo haga, no puedo permitirme ser débil de nuevo -Evan, ¿Dolió? ¿Te sentías culpable de mi estado?- lo miro a los ojos por fin - dices que sentías que morirías si jamas me volvías a escuchar- me siento en la cama, apoyo mis codos en mis piernas y atrapo mi cabeza en mis manos -¡Pues el murió por mi culpa! ya no lo puedo ver- levanto un poco mi cabeza para poder mirar a Evan -Ahora puedes entender un poco de lo que siento. Y soy tan despreciable que lo olvidé… como si su muerte no fuera nada- mis manos se cierran sobre mi cabello - él murió en mis brazos ¡y yo lo olvidé! - mi respiración está agitada, y revivo una y otra vez ese momento. El sonido del disparo, la sangre que incluso me salpico, como su cuerpo cae. Todo tan lento y tan doloroso que apenas puedo soportarlo.

Lo miré desconcertado cuando comenzó a gritar. Mi corazón va muy rápido, y no hay ni un rastro de calma en ninguno de los dos.
-¿Entonces qué es lo que quieres? -pregunté confuso- ¿por qué? Pues porque quiero estar contigo. No me importa si me gritas, de algún modo lo merezco. Pero si lo sabías no había forma de seguir ignorándolo. No puedo ignorar lo que tú haces, es demasiado complicado -¿por qué pareciera como si deseara seguir con eso? Entonces, eso quiere decir que estaba dispuesto a estar todavía conmigo- ¿por qué? -pregunté mientras me ponía de pie- ¿querías seguir conmigo aún cuando sabías que te mentía? ¿Es eso? -tengo una serie de sentimientos mezclados. Si es eso, entonces todavía siente algo por mí, no creo que fuera solo por venganza, ¿o sí? No estaría llorando y sufriendo tanto.
Lo seguí unos pasos y luego me detuve en seco. S, está bien. Dejaré que saque su enojo, no puedo razonar con él en este estado, ya lo sé, ha pasado varias veces, pero… hoy es distinto. Hoy todo ha explotado, no es solo otra de sus crisis, es una discusión auténtica.
-¡Por supuesto que tengo miedo! -alcé la voz- ¿qué otra razón tendría para querer estar contigo? ¿Por qué tendría que sostener una mentira si presentía que lo sabías? No quiero que esto continúe pareciendo falso. Porque no lo es, no lo… te amo, y… sé que tú sientes algo por mí. Llámame como quieras, pero es imposible que todo lo que me dijiste haya sido actuado o mentira -lo dijo antes y ahora, ¿no es así? Ya no me importa, ¿puedo ser más miserable y egoísta? Incluso si soy un sustituto de alguien con quien nunca terminará, lo acepto. De nuevo lo menciona a él, y siento que pierdo fuerza, pero me mantengo en pie. Debo ser el fuerte, soy quien necesita dar apoyo, ese ha sido mi papel siempre.
Me quedé unos segundos escuchando. Puedo entender ucómo se siente. Si algo le hubiese pasado, me hubiera vuelto loco, no podría vivir en paz ni darme la oportunidad de ser feliz. Sí, justamente eso que él hace ahora, lo entiendo, pero no puedo aceptarlo, ya no.
-Entonces -me agaché y lo miré- ¿qué hago? -sentí mis ojos llorosos- ¿también tengo que sufrir eso?  ¿Tengo que sentir tu pérdida? ¿Debo alejarme de ti? Ya no sé qué hacer -agaché la mirada y tomé aire- yo no puedo, Mei. Estás aquí frente a mí. Incluso si me odias, eso es mejor que no verte. Así que sí, soy egoísta y tengo miedo, y quiero que lo olvides -de nuevo levanté la mirada y puse mis manos sobre su cara- quiero que lo superes, quiero que seas egoísta, quiero ser feliz contigo. A mí aún me puedes ver, ¿sabes? Sé que no soy tan importante, pero me esforzaré, haré las cosas como tú digas, no te dejaré solo, no volveré a dudar, y si tengo que compartir tu dolor, lo haré, tenlo por seguro -la culpa es algo que no puedo quitarle fácilmente. Aunque yo lo sé, y probablemente ese chico lo comprendiera, la culpa que lleva es irremediablemente fuerte. Yo me sentía igual, aún ahora cada día me odio por eso. No fui quien lo ocasionó, pero sí quien lo puso allí ese día- no es tu culpa, nada de eso. Sé que no me creerás. Pero ya fue suficiente. Si solo lo recordarás de esa forma, entonces, ¿para qué? -sé que lo haré enojar, y llorar. Tal vez yo no soy lo que necesita en su vida, no soy más que otro recuerdo tormentoso.