Who are you? [privado]

Recuerdo del primer mensaje :

No es extraño que Dima llegue a la casa a comer o pasar el fin de semana entero, y este no es la excepción. Ilkin y Min ya no dicen nada al respecto, incluso Ilya se queda algunas ocasiones, aunque él siempre duerme en la recámara de Min, se hicieron buenos amigos. Y aunque Dima y yo dormimos juntos en incontables ocasiones, todavía no hemos avanzado más allá de tocarnos. Soy alguien que llevó una vida sexual activa y ahora estoy bastante frustrado. Sin embargo no lo presiono, entiendo que no es sencillo para él y la verdad, en el momento en que tenemos un poquito de intimidad se me olvida un rato. Me gustan nuestros besos, dormir juntos o que sea cariñoso conmigo. Al principio no era tan abierto con sus gestos amables, pero poco a poco comenzó a ser más amable y seguro, y en esta casa nos sentimos cómodos de ser nosotros mismos.

Hoy decidí prepararles algo de comer, Ilkin está en casa y no es bueno tampoco estar todo el tiempo en mi cuarto con Dima, por eso preferí mandarlos a comprar un buen vino y algunos ingredientes para la ensalada mientras yo preparaba la lasagna. Ya que Ilkin es un chico demasiado amable, fue fácil que Dima dejara sus celos de lado con él y con Min, aunque con Min no habla mucho pero al menos ya no se miran mal.
-¿Olvidaron las llaves? -resoplé molesto y me limpié las manos para ir a abrir la puerta- no puedo creer que de los dos, ninguno llevara llave -apenas abrí y me di la vuelta para volver a la cocina, pero su voz hizo que me girara rápido. Es inconfundible, y como hace tiempo que no me llama de esa forma, sentí una presión en el pecho- papá, hola-¿qué hace aquí? ¿Quién le dijo dónde vivía? Pensé que ya se había rendido con eso de averiguarlo. Mi estómago comenzó a dolerme, estamos solos, no puedo evitar ser consciente de eso y por inercia me abracé a mí mismo- [color:0c1b=0000cc] ah, lo siento, pasa -me moví para que entrara y tomé la perilla de la puerta, dudé, pero al final cerré, no puedo dejar abierto- siéntate. Amm, ¿sucedió algo en la empresa? ¿Me llamaste? -de mi maletín saqué mi teléfono, pero no hay llamadas perdidas. Mis manos están temblando, y apreté con fuerza una de la otra para tranquilizarme.
Sentí sus brazos rodearme por detrás y sentí que el aire me faltaba. No pude moverme, mi corazón comenzó a latir muy rápido. Tengo el teléfono en la mano, pero ni siquiera me sale la voz, no puedo mover mis dedos. Cerré los ojos con fuerza, no quiero que me diga nada de eso, quiero que se vaya, ¿por qué vino? Es demasiado difícil rechazarlo, pero aquí... no, Dima vendrá, tiene que irse.
-Tengo el horno prendido, necesito ir a la cocina -con dificultad fui quitando sus manos alrededor de mi cintura, pero me tomó de la mano, me acercó a él y nuevamente quedé inmóvil. Tengo miedo, Dima vendrá, él va a verme. Me odiará, estoy seguro de eso, pero no puedo moverme, siento que me quedo sin fuerza y ni siquiera entiendo de dónde proviene esta sensación, solo está allí en cuanto él se me acerca.

Andy:

Antes de terminar por completo en el suelo, él me detiene. Respiro un poco acelerado por el susto de lo que me está pasando.
-Está bien- acepto su orden, y mi brazo rodea su cuello con su ayuda, porque hasta eso ahora parece algo complicado. Muevo mis piernas, pero si avanzo es porque él me está ayudando. Me siento tan débil, mareado y con esa nausea constante.
Prácticamente quedo en la cama como él me ha dejado, porque acomodarme, ahora parece una tarea demasiado compleja.
-¿Enfermo?- jalo algo de aire, mi voz ha salido apagada y cansada -No, no que yo sepa- tal vez debería ir a hacerme algunos estudios. Tal vez tengo algo que aun no sé, y de repente la idea de una enfermedad aparece acompañada de un lento y cansado final. ¿Por que eso no parece tan mala idea?
Comienzo a quitarme el cinturón como el ha dicho pero mis brazos reaccionan con torpeza y tardo un poco en conseguirlo.
-Lo siento- mi voz aun sigue lánguida.
Sale de la habitación y yo me esfuerzo para mantener los ojos abiertos, pero cuesta demasiado, no tengo sueño, pero es como si mi cuerpo deseara solo regresar a esa inconsciencia.
El menor de los Kozlov se asoma por la puerta.
-Mejor- contesto, trato de poner energía a mi voz y una sonrisa en mi rostro, pero no lo consigo -Estoy bien, ve con él.
Mis ojos de nuevo se cierran, y recuerdo que algunas veces me puse de esta manera, era pequeño. Un escalofrío me recorre y se siente doloroso, tal vez tengo un poco de fiebre.
Veo hacia la puerta cuando escucho esos toques, es de nuevo el señor Kozlov y siento de nuevo otro escalofrío y suelto un quejido por el dolor que me produce.
-gracias- tomo la botella con ambas manos, pero no la acerco a mi boca, temo que la voy a derramar si lo hago.
Él toca mi rostro y yo cierro los ojos e inclino un poco la cabeza hacia su mano buscando algo de consuelo.
-Perdón- no sé porque he dicho eso, pero al estar así, recuerdo un poco de lo mucho que mamá se molesta cuando no soy una persona amable. Otro escalofrío muy fuerte me hace retorcerme un poco. Suelto la botella y mi brazo, sube hasta su rostro. Mi movimiento es torpe, pero logro ponerla en su mejilla y mi dedo pulgar alcanza un poco su labio para acariciarlo. Quiero que mamá me perdone, ella a veces me puede perdonar si se lo pido. Seré bueno, lo juro. Saco un poco de fuerza de no se donde para acercarme a sus labios, ella me perdonará, lo hará porque me ama.
Abro los ojos mirando aquella silueta borrosa que comienza a tomar forma.
-Señor- digo al reconocerlo, bajo mi mirada y veo que la botella de agua se me cayó de la mano y me ha mojado, pero mis movimientos siguen siendo torpes como para reaccionar más rápido.

Las palabras de Dima me tranquilizaron un poco, más cuando aclaró que no me odia ni lo ha hecho antes. Mi respiración se va regularizando e intento detener mi llanto, pero todavía me cueta hacerlo y tener claras mis ideas. Definitivamente estoy muy raro y eso no me gusta, pero él está conmigo, y si Dima dice algo yo debo creerle.
-Gracias -él siempre fue mi todo, y en este momento siento como si fuese más importante de lo que ya era, y sus palabras de hace un momento hacen eco en mi cabeza- no iré, lo siento -casi hice algo que le disgustara, afortunadamente mi cuerpo no reaccionó, pero todavía sigo preocupado por Ilkin.
Me llevó a la cama y obediente permanecí sentado, no quiero que me deje solo, y tomé su mano mirándolo con miedo. Pero no puedo ser egoísta, Ilkin también necesita ayuda.
-No, no saldré -eso me hizo sentir una punzada en el pecho, y por ello me quedé quieto viendo cómo se iba. Hay mucho silencio, y de nuevo mi cabeza empieza a doler. Pero me mantuve mirando la puerta con un poco de miedo, dijo que estaría aquí rápido así que debo esperar. Y como prometió no tardó en llegar, y al ver cómo puso seguro en la puerta me dio tranquilidad. Lo miré con una sonrisa y esperé que se acercara, me alegra que se sienta mejor pero en verdad creo que debería ir a verlo- él... ¿está soplo? Necesita alguien que lo cuide -lo seguí con la mirada y me acerqué cuando estiró sus brazos. Me acurruqué junto a él y cerré los ojos, esto me hace sentir todavía más tranquilo, siento como si fuera recueprando mi fuerza gracias a él- perdón por arruinar nuestra comida -la comida, sí, nosotros íbamos a hacer eso y por mi culpa estamos así- Dima -me separé de él y tomé su rostro con mis manos- tengo muchas ganas de besarte. Ahora, todo el tiempo -me acerqué a sus labios y cerré los ojos en cuanto mi boca hizo contacto con la suya. Siento caliente en mi pecho, me siento excitado pero también tranquilo. Esa sensación de estar a salvo entumece rápido mi cabeza, y lo que comenzó como un beso acelerado, se fue haciendo más lento- gracias -de nuevo me acurruqué y cerré mis ojos, y busqué a tientas su mano para entrelazar nuestros dedos- te amo, quisiera no salir nunca de aquí para estar contigo siempre -es irracional, pero a veces pienso que no necesito nada ni a nadie.

Obviamente lo está, estos cambios de humor y la repentina debilidad de su cuerpo no es normal. No me corresponde presionarlo para que se haga exámenes médicos cuanto antes, es más, ni siquiera debería importarme su estado, pero extrañamente me siento así.
-Deberías ir al médico -al final hice la sugerencia, es algo que cualquiera diría por sentido común, peor en mi caso salió más porque de verdad espero que lo haga.
Mientras acomodaba sus piernas sobre el colchón él se disculpó, no sé exactamente porqué, pero le sonreí para que se sintiera un poco tranquilo.

En el pasillo cuando venía de regreso vi a Dima salir de la habitación de Ilkin. La forma en que me habló y me miró son algo nuevo, y lo miré preocupado. Así que notó lo de Emi, como se llevaba tan bien con ella pensé que no le importaba.
Me quedé de píe viendo a qué habitación entraba, y luego de ello seguí hasta la recámara de Ilkin. Ellos dos actúan extraño, siempre lo hicieron. No importan mis esfuerzos al final terminaron dependiendo uno del otro. No quiero que Dima sufra, pero parece tan aferrado a Andy que no se me ocurre algo más para distanciarlos de nuevo. Él es terco y de carácter fuerte, finalmente me ha dicho que me aleje de él con esa mirada de odio. No puedo hacerlo, las cosas que me perteneces, incluso si es a él, no pienso entregarlas.
-No te preocupes -aunque de nuevo creo que eso no es importante ahora, no hay forma de que pueda hacer algo si ellos están apartados y yo debo cuidar de este chico- ¿quieres que te ayude a tomar un poco? -estoy por tomar la botella y abrirla para ayudarle a dar un trago, pero omito eso por su disculpa, otra vez lo dijo- ¿por qué motivo? -no retiró mi mano y continué tocando su mejilla con la palma de mi mano, parece que le agrada que haga esto. Pero se alejó de nuevo, y miré cómo la botella se caía al mismo tiempo que él volvía a acercarse a mí, solo que esta ocasión fue diferente, y me quedé quieto mirando sus ojos. Es ahora su mano la que me toca y su dedo roza con mis labios. Mis latidos comenzaron a ir rápido e inexplicablemente perdí la fuerza para moverme. Fue como entrar en shock, aunque solo por algunos segundos. ¿Por qué actúa tan extraño? ¿Por qué parecía que iba a besarme?- eres un chico peligroso -tomé la botella y la enderecé, aunque se ha mojado la camisa, todavía tiene más de la mitad- tienes que hidratarte -llevé la botella a mi boca y tomé agua sin tragarla, y en menos de dos segundos, me agaché hasta su boca para dársela. El contacto solo fue de nuestros labios, y el agua terminó escurriendo por las comisuras de su boca- lo derramaste -agachado frente a su rostro, limpié con mis dedos sus labios y me levanté a poner la botella sobre el buró- tomaré una toalla de tu baño -caminé hasta el baño y busqué una toalla limpia. Miré mi reflejo en el espejo y toqué mis labios, y salí hacia la habitación- creo que es mejor si te cambias la camisa -me agaché para comenzar a secar lo derramado en la cama y en su ropa, y por algún motivo, de nuevo acaricié su cabello.

No sé porque, pero tenía miedo de que al regresar el no fuera a estar, que hubiera huido de todo esto, de mi.
Se preocupa por su amigo, seguro que sino fuera porque le he dicho que no salga, él iría a cuidar a su amigo y no se separaría de él hasta confirmar que todo está bien.
-Él está bien- le digo para que deje de preguntar por él, no quiero decirle que papá sigue en la casa, porque tal vez hasta eso lo ponga mal y no quiero verlo así de nuevo, o decida salir a ayudarlo a cuidar a su amigo, eso me dolería demasiado. No sé si podría soportar ver como lo prefiere a él y la verdad, creo que si ellos pasan más tiempo juntos, Andy regresaría a él, no creo que podría ganar al final.
-Da igual, pedimos algo al rato- no puedo creer que ahora se preocupe por esas tonterías, ni siquiera tengo hambre como para pensar en eso. Luego de lo que pasó, creo que la comida solo me caería mal.
Sonrío por lo que dice, tal vez otro día me avergonzaría, pero en este momento me siento feliz de que me diga esto. Moví mi cabeza para acercarme a él y nos besemos. Me siento tranquilo ahora que nos besamos, esto se siente más real, más seguro. Lo aprieto un poco con mis brazos, porque no deseo que se vaya nunca de mi lado.
Dejo un beso en su cabeza cuando da las gracias, creo que soy yo quien debería decir eso, pero solo me atrevo a decirlo con ese beso.
-Yo también- admito tener ese mismo deseo. Lo vuelvo a apretar entre mis brazos, quiero sentirlo tanto cerca de mi como sea posible, sentir que está aquí, conmigo y solo conmigo -Andy- digo su nombre para que levante la cabeza -¿me besas de nuevo? - siento como mis mejillas arden un poco por mi petición. Sé que podría besarlo, pero ahora quiero pedírselo, para que sepa que lo deseo. Generalmente me reprimo cuando estamos juntos, la verdad aun me asusta avanzar lo nuestro. No quiero hacer algo mal, no quiero volverme una persona como papá, por eso me asusta tanto ir más lejos.

-Si, debería- supongo que iré en los próximos días, aunque no me siento entusiasmado por la idea, tal vez lo vaya postergando, soy un poco descuidado con eso, es mamá la que siempre se encarga de eso, aunque desde que regresé, no pasamos tanto tiempo juntos.  

-Por fallarte- le contesto a mamá, y mi voz a temblado un poco al aceptar mi error frente a ella. Pero como toca mi rostro me hace pensar que no está tan enojada.
-¿Eh?- pregunto cuando dice que debo hidratarme. Abro los ojos ante la sorpresa, pero abro mis labios para dejar que el agua entre -lo siento- no sé si me ha regañado, pero aun así me disculpo mientras él limpia con sus dedos el agua.
Lo veo alejarse, ¿por que me cuida tanto? solo una persona ha sido así conmigo. Con los demás siempre soy yo el que busca estar en la posición de ser el protector.
-Ah, si- comencé a quitarme la camisa, y de nuevo, por la debilidad que siento, me cuesta mucho más de lo que debería -Lo siento, pero ¿me puede ayudar?- le pido algo avergonzado por tener que abusar de su buena voluntad.
Me vuelvo a recostar con su ayuda. Pienso en llamar a mi madre para que venga a cuidarme, pero si lo hago, si viene y se entera de lo que ocurrió, se va a enojar mucho conmigo.
-Ya he sido una molestia demasiado grande, creo que siempre lo soy con usted. Lo lamento- él no es una mala persona, me ha ayudado ahora y antes, pero cuando se trata de Andy, algo explota dentro de mi, no sé que es, y no lo puedo controlar -Pero, ¿me ayuda con algo más?- tal vez podría llamar a Mia, pero dudo que su padre esté muy feliz de dejarla venir, además solo sería darle molestias, al final me rindo, no puedo hacer más que enfrentar a mi madre. Ella me ama y me perdonará, lo hará y me cuidará -necesito llamar a mi madre, mi celular está allá- señalo el escritorio.
Cuando tengo el aparato, pulso el botón de marcado rápido.
-Madre, creo que estoy enfermo- ella está con su novio, lo puedo escuchar que le pregunta quien la llama -Gracias- ella me ha preferido a mi, dice que vendrá de inmediato y sonrío feliz de saber eso. Yo sigo siendo lo más importante para ella.

De nuevo me dijo que Ilkin se encuentra bien, debo creerle, más tarde iré a comprobar cómo está y si necesita algo. Aún pienso en la manera en que me miró, fue diferente a cómo lo hace, nunca hablamos de nuestros problemas pero viviendo juntos hay cosas que puedo notar y seguramente él también. Mi cabeza se ha enfriado un poco y es que empiezo a comprender lo que intentaba hacer por mí, y creo que indirectamente quise alejarlo de eso. No comprendo porqué mi rechazo a papá, seguramente porque no quiero que Dima se moleste conmigo, sé bien que no le agrada vernos juntos, pero es un miedo demasiado grande que no encaja tanto con los celos. Además la forma en que Ilkin actuó fue como si... como si él también lo sintiera.
-De acuerdo -quiero verlo y entender, pero no quiero apartarme de Dima- la madre de Ilkin... -ella es extraña. Es agradable y amable, a pesar de eso Min la odia. Ilkin se pone muy feliz cuando la ve o habla con ella y me recuerda a mí, tal vez por eso me incomodaba cuando hablaban o contestaba sus llamadas. Pero porqué... todavía no entiendo. Hay una parte que no está muy clara, pensarlo hace que me duela la cabeza- no, olvídalo -no quiero preocupar a Dima, tampoco pensar en lo que pasó. Él no se enojó y eso es lo más importante por ahora.

No está molesto por la comida, y me correspondió el beso más entusiasta que otras veces. En ocasiones me da miedo comenzar el contacto entre nosotros, aunque al final lo hago, siempre nos detenemos en un punto y me hace creer lo difícil que debe ser besarme.
-¿De verdad? -en mi respuesta se nota mi felicidad, poco a poco las cosas que ocurrieron afuera se van disolviendo. No necesito pensar en eso, en motivos o lo que sucederá después, solo lo necesito a él. Si Dima está conmigo, lo demás no importa- a veces tengo miedo que esto te disguste -apreté mis labios, no debí decir eso, ¿qué haré si responde que sí? Él está siendo muy amable, estos meses lo ha sido cada vez más y tengo miedo que eso cambie. Me siento constantemente colgando de un hilo, no quiero pensar así, ya no debería si él admitió antes que me ama.
Pero me abrazó más fuerte y no solo eso, también me pidió que yo lo besara, y me quedé mirándolo con mucha sorpresa. Esto no pasa muy seguido, solo lo hace a veces pero luego de que yo lo hice primero.
-Las veces que quieras -tomé su cara entre mis manos y comencé a besarlo. Siempre siento cómo un deseo desenfrenado sale de mi cuerpo, y aunque intento no presionar demasiado, sé que no soy bueno controlándome- me gustan tus besos -me pegue a él y por la intensidad del beso, solté un jadeo, tomé un poco de aire y volví a sus labios. Mis manos jugaron con su cabello y sentí que mi cuerpo comenzaba a reaccionar, pero no me detuve, solo aumentó la pasión a causa de la excitación. Mis manos no van más allá de su cuello, pero puedo sentir que él reacciona también y eso me impulsa a meter más profundamente mi lengua en su boca. Mi cabeza solo está llena de él, el sitio donde me está tocando se siente caliente- te amo, dime que me amas -pero no le dejé hablar, apenas terminé la frase y mi boca continuó devorando la suya con insistencia.

Lo miré en silencio, creo que fue maleducado e incluso malagradecido, pero no pienso que por ello me esté fallando. Y empiezo a pensar que tal vez no es a mí a quien le habla, porque la conversación de repente se inclina en otra dirección, vuelve, se va, y no sé cuál de sus palabras van dedicadas realmente a mi persona.
-En verdad estás débil -las veces anteriores se hacía el fuerte, pero creo que poco a poco empieza a ser más dócil.
Quité su camisa y al deslizarla por sus hombros, mis dedos hicieron una caricia muy discreta. Su piel es muy blanca, su cuerpo es grande y además tiene ese tatuaje en el brazo, no pega para nada con su imagen, creo que tiene mal gusto- no pareces el tipo de chico que ame los tatuajes -pasé mi dedo por su brazo. Alejé mi mano y sonreí, debería decirle que sí, siempre que lo encuentro termina siendo algo así como una molestia, pero en realidad no es tan malo, o tal vez me estoy acostumbrando- tenemos un patrón, ¿no te parece? -reí-aún así fuiste un poco cruel allá abajo. Debo admitir que tu rechazo me dolió -estoy acostumbrado a expresar mentiras por cortesía, pero esta vez no lo fue, y dos segundos después comencé a sentirme incómodo- ¿qué necesitas? -me pidió que por favor le pasara su teléfono para que pudiera llamar a su madre. Miré el teléfono y me levanté por él, ella es siempre su primera opción, a pesar de haberlo puesto mal aquella noche, sigue siendo la persona en la que más confía. Eso es natural entre madre e hijo, pero él da una sensación diferente, no luce normal- aquí tienes -le entregué el teléfono y comencé a dar vueltas por su recámara mientras llamaba. Ha sido muy corta y concisa- realmente eres muy cercano a ella -coloqué su teléfono en el buró y me senté en la orilla de la cama- te haré compañía hasta que ella llegue, ¿hay algo más que necesites? -mi mano fue a su cara, quité unos cabellos de su frente y deslicé mi mano por su mejilla para finalmente tocar sus labios- caliente -susurré, y puse mi palma de nuevo sobre su frente- tienes fiebre -me levanté a buscar algo con qué tomar su temperatura, pero ya que no puedo tocar sus cosas, no supe dónde hallar un termómetro. Por eso tomé una toalla de manos y la humedecí, y fui a ponerla sobre su frente- por eso tus labios se ven un poco secos -los toqué con mi pulgar- debería llevarte al médico -su madre vendrá pronto al parecer, solo tengo que esperar- ¿tienes sed? -me agaché para quedar cerca de su rostro- si quieres tomar agua solo pídela -mordí mi labio y lo miré. Él no es parecido a ella, su cabello es del mismo color pero ni siquiera sus personalidades se parecen. Debe ser por el estado en que se encuentra.

Parece calmarse un poco sobre lo de su amigo, tal vez estoy siendo egoísta por no dejarlo salir a verlo, pero no quiero, no me importa ser una mala persona con tal de que Andy esté seguro.
-¿Ella qué?- pregunto sin entender a que viene que ahora hable de la madre de su amigo -¿Le quieres llamar?- pregunto porque es lo único que se me ocurre.
Un gesto de confusión se apodera de mi expresión, pero como dice que lo olvide solo le hago caso. No porque sea tan obediente, si no porque así ya no seguiremos tocando ese tema.
-Ok

Asiento confirmando que de verdad quiero eso, no se porque le sorprende tanto, sé que a veces no soy tan demostrativo o soy algo tosco, pero… a mi manera creo que siempre le he demostrado que lo amo, tal vez debería ser más claro con eso.
-No me disgusta, la verdad me asusta un poco, yo no quiero hacerte daño…- confieso por primera vez, y mi mirada esquiva sus ojos pues me siento un tanto apenado y extraño de confesarme.
Él toma mi rostro, y comienza a besarme, siempre me cuesta resistirme a sus besos. Nunca he sentido esto. He besado a muchas mujeres, unas mejores otras peores, pero los besos con Andy son diferentes, por Andy tengo sentimientos de genuino amor, aun si fuera el peor besador del mundo, a mi me fascinaría, así que es mucho más complicado resistir ya que sus besos son increíbles.
Sonrío cuando dice eso de mis besos, me alegra que él sienta lo mismo que yo.
-Te- apenas puedo decir eso porque él ya me está besando de nuevo.
Mis brazos no han dejado de rodearlo y bajan un poco hasta la altura de su espalda baja y lo aprieto contra mi cuerpo. Creo que él ya me ha visto excitado tantas veces por sus besos que ya no tiene caso ocultarlo. Me vuelve loco en un instante y lo deseo tanto, pero en el fondo, sigo asustado de lo que podría pasar. Los recuerdos de cuando éramos pequeños, de verlo sufrir, es precisamente eso lo que me detiene. Y si también hay otros factores, como el no llegar a ser un buen amante, solo he estado con mujeres y nunca lo he hecho de otra manera. Pero cada vez, cuesta más poner un limite entre nosotros, todo lo que ha pasado entre nosotros, ha superado mis expectativas, así sea un simple toque.
Mis manos buscan moverse para quedar debajo de la te de su camisa y acaricio un poco de su torso.
-Te amo- le digo en un momento que nos hemos separado para recuperar el aliento, pero como es obvio, no pude permanecer lejos de sus labios.

Sonrío un podo desanimado, aceptando que si, realmente me siento muy débil, hasta mantenerme despierto parece una tarea difícil de lograr.
Miro de reojo mi brazo, siento una pequeña punzada de malestar.
-Supongo que fue una locura de adolescente- admito, aunque ese tatuaje siempre tendrá un significado especial.
Lo miro mientras expresa lo que sintió ante mi rechazo, pero no por eso puedo cambiar de parecer, ni siquiera por los cuidados que tiene conmigo, lo que me hizo actuar de esa manera, va más allá de si el me agrada o no.
-Lo siento- es lo que digo, pero nada más, porque no quiero que piense que me retracto de lo que dije.

Sonrío con la emoción que me permite mi débil estado.
-Lo somos- le doy la razón, pero mi emoción por pensar en ella, se ve turbada por esa incomodidad que no he dejado de sentir desde que vi a Andy -Estoy bien, ya ha hecho demasiado por mi- le sonrío con gratitud.
Cierro mis ojos mientras acaricia mi mejilla y llega a mis labios.
-Ah, pero no debe ser mucha- comento relamiendo mis labios para humedecerlos un poco -no, mi madre, seguro llamará, a alguno para que venga- suspiro con dificultad decir todas esas palabras me ha dejado un poco sin aliento.
Vuelvo a relamer mis labios cuando menciona lo del agua.
-Si, por favor- hago una pausa para respirar un poco -tengo sed- hago mi cabeza un poco hacia atrás y separo un poco mis labios. Esperando a que vuelva a darme un poco de agua. Cuando se acerca abro un poco más mi boca para que esta vez no se me escurra como hace rato, siento como el agua entra poco a poco en mi boca y luego la trago -Más- pido un tanto sediento.

No comprendo por qué tiene miedo de dañarme, no hay cosa que yo no le perdonaría. Además no hay forma de que sus caricias o besos puedan herirme, es algo que he anhelado tanto que cada vez que lo imagino siento todo ese calor recorrer mi cuerpo.
-No tengas miedo -le susurré- además yo también soy un hombre, no podrías herirme fácilmente -mordí su labio, eso fue vergonzoso de decir. A Dima originalmente no le gustaban los hombres, por eso siempre omito que también lo soy porque temo se arrepienta. En realidad, soy quien más miedo tiene de esto, no sé si soportaría su rechazo, que se diera cuenta que en realidad no le gusto tanto o mi cuerpo le diera asco. Muchas veces nos hemos tocado y cada vez lo hace con menos miedo, pero aún así.
Sus besos se van intensificando, y gracias al roce de nuestros cuerpos siento cómo su erección va creciendo, y mi cuerpo reacciona de la misma manera. Siempre fui exigente en el sexo, pero con Dima solo bastan algunos besos para sentir placer y comenzar a desear más, pero a la vez sentirme satisfecho con sus labios.
Sonreí cuando por fin lo dijo, y sin esperar me volví a entregar a sus labios. Sus manos han comenzado a moverse por mi torso y siento escalofríos en mi espalda.
-Quiero hacerlo -mi voz parece una suplica, tal vez de nuevo me rechace, y evité su mirada porque casi sabía la respuesta- al menos quiero tocarte -mientras volví a sus labios, una de mis manos comenzó a tocar su entrepierna por encima de su pantalón. Me separé para tomar aire, me encantan sus ojos y la manera en que me ven ahora. Puedo sentir que realmente le gusta, y sonreí apenado por su mirada. Tal vez por el tiempo que no he tenido sexo me he vuelto más sensible, aunque estoy seguro que también es el efecto que él tiene y siempre tuvo en mí- Dima -lo miré y tomé su rostro con mis manos- Dmitry -reí, mi cara arde, todo mi cuerpo- quiero estar contigo en un sitio donde nadie nos conozca -lo miré con un poco de tristeza. No quiero saber más de nada, o nadie. Soy injusto con mis padres, lo sé, pero cada vez es más difícil lidiar conmigo mismo y la culpa, y esos miedos que nacen de alguna parte que ni siquiera reconozco- escapa conmigo -sentí un par de lágrimas escurrir por mis ojos y atrapé sus labios con los míos. La presión en mi pecho y ese nudo en mi garganta crearon una fricción con el placer que me otorgaba su lengua y sus manos. Nuevamente todo se volvió blanco, y comencé a introducir mis manos bajo su camisa para poder deshacerme de ella.

Reí y desvié la mirada. Se disculpa porque no se arrepiente, ¿no es así? Como pensé es impredecible, pues ni siquiera estando tan débil cedió, y aunque apenas si se mantiene consiente, ha mantenido su palabra.
-¿Puedo preguntar por qué? Si te desagrado preferiría que me lo dijeras directamente, pero creo que no es el caso, ¿o sí? -ni siquiera porque se siente de alguna manera endeudado se ha retractado, ¿qué otra razón puede tener?Andy debió decirle algo, se nota que confía en él, pero... ese no es su asunto.

Él se niega a mi ayuda con el médico, y parece más razonable que alguien venga a su domicilio que transportarlo en este estado, y como dijo ya su madre va a solucionarlo.
-No deberías hablar mucho, estás débil y solo vas a agitarte -parece que respira con dificultad, y no es de extrañar pues hace un rato apenas pudo levantarse y quitarse su camisa- de acuerdo -aceptó el agua. Es increíble que no le resulte incómoda la manera en que se la di. Para mí fue extraño, pero si él no tiene inconveniente no hay porqué contenerse- [color:56e6=ff9900]abre bien tu boca -tomé la botella, puse el agua en mi boca y me incliné hasta sus labios. El agua escurrió hasta su boca y me separé un poco para mirarlo. Su cara luce erótica, y me reí por ese pensamiento- te daré tanta cuanta necesites -repetí el proceso anterior. Nuestros labios rozaron más que la primera vez pero  ya no me preocupó, y por tercera ocasión tomé agua para darle. Pero hubo algo distinto. Tomé su mentón con la excusa de hacer más preciso el trago, y junto con el agua, introduje mi lengua en su boca. Sentí inmediatamente la humedad de la suya, pero no hice ningún movimiento exagerado, solo fue un roce que me hizo sentir ligeramente agitado- ¿estás satisfecho o deseas más? -estoy a escasos centímetros de su cara, limpié su labio y llevé mi boca a la suya. No tomé agua esta vez, solo fue mi lengua la que entró y le obligó lentamente a tomar de la humedad de mi boca. La sensación fría del agua sigue en sus labios, y junto a lo caliente de su lengua hace una sensación agradable- me pregunto cuántas veces más a partir de ahora tendré que cuidarte -me enderecé y tomé un trago de la botella pero esta vez para mí. No creo que tenga un resfriado o algo contagioso, no me había preocupado por eso y aunque lo capté ahora, tampoco me importa mucho.

Entiendo lo que dice, ya no somos más esos niños, pero es difícil para mi borrar esos recuerdos. El impacto que tuvo en mi todo nuestro pasado. Ni siquiera entendía lo que ocurría. En mi mente sigue aun esa idea de que Andy sufría y yo debía cuidarlo. Luego me forcé a creer que Andy era malo, que lo que yo creía haber visto no era más que una ilusión y que simplemente era el amante de mi padre. Pero ver su reacción de hoy, me ha recordado mucho ese tiempo, su miedo y mi deseo por protegerlo. Al menos creo que ahora soy un poco más útil.
Con un movimiento de mi cabeza acepto eso de que no podré herirlo, aunque no sé si es lo que realmente creo.

Él ahora lo ha pedido directamente, ¿puedo decir que no? obviamente lo deseo, lo deseo tal vez desde antes de siquiera haberlo besado por primera vez. Siempre preguntándome como sería estar con él. Ponía como excusa que esas fantasías eran para intentar comprender a mi padre, pero era solo un pretexto para poder imaginar ciertas cosas.
-Yo- pero él cambia en lo que dice y dice que tocarme es suficiente. Él es muy impulsivo, a penas y me deja tiempo para tomar un respiro, pero no tiempo suficiente para dar alguna respuesta. Jadeo en cuanto siento su mano.
Es extraño que me diga por mi nombre, pero no me molesta, mi nombre me gusta mucho, aunque al final siempre terminan diciéndome Dima. La pasión y lujuria de unos instantes atrás se apagan al escuchar su petición.
-Si- digo aceptando esa idea de escapar. De nuevo me vuelve a besar, siento la humedad de sus lágrimas en mi cara. De inmediato la pasión vuelve a encenderse.  
La verdad, me gusta que me haya pedido algo así, escapar, ser solo nosotros. Que prefiera huir conmigo a tener que quedarse aquí, es como sentir que de verdad estoy ganando el primer lugar en su corazón.
-Andy, enséñame como hacerlo- siento algo de vergüenza por pedir algo así y de nuevo mostrar mi falta de experiencia -quiero hacerlo- repito la frase que el ha dicho hace un momento. Pero evito su mirada porque me siento tan avergonzado. Pero prefiero que él me enseñe, como lo ha hecho desde que todo esto inició.

Niego débilmente cuando pregunta si me desagrada.
-Pero… los asuntos que tengan que arreglar como familia, deben solucionarlos, y no en mi casa. Si un día, Andy, si él, lo invita, entonces es bienvenido- hago varias pausas porque el aliento me falta al decir tantas palabras.

Él me ayuda con el agua, su manera de hacerlo no es algo nuevo para mi. Pero la ultima es diferente, no hay agua en su boca que pase a la mía, solo siento su lengua que toca la mía. Eso fue un beso, ¿cierto?
-Lo siento- me disculpo, porque siento su comentario como una queja. Incluso me he olvidado de decir algo por ese beso. Cierro mis ojos y mi cabeza comienza a caer hacia un lado. No quiero dormir, pero cada vez me cuesta más. Quería esperarla despierto, porque sino se va a preocupar tanto -No quiero dormir- digo abriendo apenas unos milímetros mis ojos -madre- le llamo deseando que aparezca ya.
No sé si me he dormido, o si solo ha sido un parpadeo, pero escucho mi nombre, en esa voz que tanto necesito que lo diga.
-Ilkin- abro los ojos apenas un poco, puedo ver su silueta y sonrío. Ella rodea la cama para subir y acomodarse a un lado mío, se inclina sobre mi y apoya su frente en la mía.
-Viniste- digo apenas con un poco de aliento. Levanto mis manos para tomar su rostro y acariciarlo para asegurarme que no estoy soñando. Sonrío más, porque puedo tocar su suave piel y es real.
-Todo está bien, yo te cuidaré- me dice con voz cálida. Mis manos caen ante la debilidad -gracias por estar con él- escucho que le dice al padre de Andy -él pobre tiene mucha fiebre. Hace años que no se ponía así. Era más fácil cuando era un niño. Prepararé el baño, ¿podría ayudarme?- pide ella con suplica, me siento culpable de no poder hacerlo por mi mismo.
-Perdoname- le pido e intento levantarme sin demasiado excito.
-Shhh, no hables ahora- Siento como se baja de la cama y uno poco después escucho el sonido del agua llenando la tina.
Recuerdo haberme puesto así, cuando era pequeño me enfermaba mucho, era como si mi cuerpo reaccionara de esa manera ante el enojo de ella.
Siento como me comienza a quitar la ropa, no son las manos de mamá, no es como ella lo haría. Siento un escalofrío y luego varios mas.
-Tengo frío- como puedo, muevo mis brazos para abrazarme a mi mismo.

Respiré profundo y me tranquilicé. Dijo que sí, una respuesta inmediata tal vez consecuencia de la manera en la que nos encontramos, pero no importa, eso es una esperanza para mí y deseo aferrarme a ella.
Nuestro apasionado beso se detuvo y apenas puedo procesar lo que me pide. Sonreí emocionado, y cuando estaba por besarlo de nuevo, me detuve. Esto pasó antes, al final no supe cómo enseñarle porque me dejé guiar por mis impulsos y fue un poco desastroso. No quiero hacer eso de nuevo, pero me cuesta pensar claro si nos estamos besando o tocando.
[color:33eb=0000cc]-Sí, solo que... dame un segundo -me senté sobre la cama y respiré hondo. Estoy erecto, mi corazón late muy rápido y mi cuerpo entero se siente caliente de solo imaginarlo. Me he vuelto muy sensible, aunque con Dima siempre pierdo el control rápidamente. No quiero algo desastroso, quiero que nuestra primera vez sea inolvidable. Es un pensamiento demasiado cursi, pero deseo que él pueda recordarlo como algo hermoso y no solo a lo que nos condujo el deseo- estoy nervioso -me reí y tomé otro respiro llevando una de mis manos a mi pecho. No pienses, solo relájate y hazlo adecuadamente- de acuerdo -lo miré nuevamente y sonreí, mis mejillas están calientes.
Me bajé de la cama y abrí el closet, allí tengo una caja pequeña con... algunas cosas, entre ellas el lubricante que necesitaremos. También saqué unos preservativos, y casas lento que esto está arruinando el ambiente. Pero estoy nervioso, no sé siquiera si a él le gustará o si a la mitad decida que definitivamente lo es lo suyo.

Me quité el pantalón y volví a la cama, mi corazón late muy rápido y siento las piernas débiles. Tengo que vencer mis miedos, nunca sabré si él gozará de esto sino lo intento. Me coloqué encima suyo y desabroché su pantalón para también deshacerme de él, las cosas quedaron a un lado sobre la cama, me pone nervioso solo verlo en ropa interior, pareciera que volví a ser virgen.
-Puedes hacer lo que quieras -sé que dijo que le enseñara, y me contengo para no irme encima de él y hacer lo que quiera, no quiero solo disfrutarlo yo. Me senté a la altura de su cadera con la espalda recta, pasé mis dedos por su pecho hasta su ombligo y sonreí, no puedo creer que estemos dando ese paso- no tengas miedo, yo te diré dónde detenerte si es que resulta necesario -solté un jadeo al sentirlo duro, y mordí mi labio mientras cerraba los ojos. Creo que no me importa si llega a doler, tengo tantas ganas de hacerlo que no creo quejarme por eso.

Piensa mucho en Andy, y esa primera impresión que me dio vuelve. Pese a todo es alguien educado, y me gusta la manera en que se expresa. Es honesto a pesar de su estado, y además no quiere quedar bien conmigo solo por ser padre de su amigo.
-Entiendo -esa parte ha quedado más clara, peor no por ello dejo de pensar que es un chico extraño y hasta inestable.

Me quedé a un lado sentado en la cama, él cierra y abre los ojos, simplemente debería dormir y descansar.
-Pronto estará aquí -acaricié su cabeza, le tiene una devoción muy grande a su madre, pero solo se nota cuando se pone así, cuando nos conocimos tuvo una plática muy racional sobre ella pero en estos momentos la llama sin miedo, y me da la impresión que repentinamente cree que soy ella. ¿Por eso no se quejó del beso? No me parece que ella sea esa clase de mujer, es una persona muy coqueta y sociable, ¿es algo unilateral? Interesante.

Su madre llegó y me puse de pie, me incliné ligeramente para saludarla e inmediatamente ella revisó el estado de Ilkin, todo normal, y además parece acostumbrada a ello porque no entró tan preocupada a la recámara. Pero las reacciones de él siguen siendo sospechosas, o tal vez ya le pongo demasiada atención.
-Descuide -le sonreí amable, ella me cuenta un poco y entiendo porqué lo tomó con tanta calma. A pesar de todo es una mujer tranquila- por supuesto, ¿qué necesita? -me parece que ella tiene una manera muy sugerente de hablar, y hago caso a lo que me pide mientras ella camina a preparar el baño- te quitaré la ropa para que puedan darte un baño -antes de tocarlo le advertí, y comencé a desabrochar su pantalón para quitarlo, luego sus calcetines, él está temblando, debe ser por la fiebre.
-También la ropa interior, por favor -su madre se paró a mi lado y dejó una toalla sobre la cama, y comenzó a buscar un medicamento para bajar la fiebre, después lo dejó en el buró y volvió al baño.
Suspiré y bajé su boxer hasta dejarlo sobre la cama. Al terminar metí con cuidado mi brazo bajo su cabeza, e intenté sentarlo para poder cargarlo.
-Sostente de mí -está pesado, pero al final pude levantarlo y lo cargué hasta el baño. Siento su piel erizada por el frío, e intenté apretarlo un poco más contra mi cuerpo para protegerlo un poco de esa sensación.
-¿Podría ayudarme a sostenerlo? Me da muchísima vergüenza, pero tengo miedo que se me resbale mientras trato de bañarlo.
Esta mujer sí que se toma mucha confianza, y le sonreí asintiendo. ¿Por qué Ilkin se preocupa tanto por sus modales? Pienso que son mejores que los de ella, tiende a ser imprudente, lo mostró la primera vez que la conocí. Pero le ayudé y cuando lo pude sentar sobre la tina, mi brazo se mantuvo tras su espalda y mi otra mano lo sostuvo por el pecho para que no resbalara.
Ella comenzó a bañarlo y me platicó más sobre Ilkin, le gusta hablar sobre él y parece una madre muy dedicada.