Who are you? [privado]

Recuerdo del primer mensaje :

No es extraño que Dima llegue a la casa a comer o pasar el fin de semana entero, y este no es la excepción. Ilkin y Min ya no dicen nada al respecto, incluso Ilya se queda algunas ocasiones, aunque él siempre duerme en la recámara de Min, se hicieron buenos amigos. Y aunque Dima y yo dormimos juntos en incontables ocasiones, todavía no hemos avanzado más allá de tocarnos. Soy alguien que llevó una vida sexual activa y ahora estoy bastante frustrado. Sin embargo no lo presiono, entiendo que no es sencillo para él y la verdad, en el momento en que tenemos un poquito de intimidad se me olvida un rato. Me gustan nuestros besos, dormir juntos o que sea cariñoso conmigo. Al principio no era tan abierto con sus gestos amables, pero poco a poco comenzó a ser más amable y seguro, y en esta casa nos sentimos cómodos de ser nosotros mismos.

Hoy decidí prepararles algo de comer, Ilkin está en casa y no es bueno tampoco estar todo el tiempo en mi cuarto con Dima, por eso preferí mandarlos a comprar un buen vino y algunos ingredientes para la ensalada mientras yo preparaba la lasagna. Ya que Ilkin es un chico demasiado amable, fue fácil que Dima dejara sus celos de lado con él y con Min, aunque con Min no habla mucho pero al menos ya no se miran mal.
-¿Olvidaron las llaves? -resoplé molesto y me limpié las manos para ir a abrir la puerta- no puedo creer que de los dos, ninguno llevara llave -apenas abrí y me di la vuelta para volver a la cocina, pero su voz hizo que me girara rápido. Es inconfundible, y como hace tiempo que no me llama de esa forma, sentí una presión en el pecho- papá, hola-¿qué hace aquí? ¿Quién le dijo dónde vivía? Pensé que ya se había rendido con eso de averiguarlo. Mi estómago comenzó a dolerme, estamos solos, no puedo evitar ser consciente de eso y por inercia me abracé a mí mismo- [color:0c1b=0000cc] ah, lo siento, pasa -me moví para que entrara y tomé la perilla de la puerta, dudé, pero al final cerré, no puedo dejar abierto- siéntate. Amm, ¿sucedió algo en la empresa? ¿Me llamaste? -de mi maletín saqué mi teléfono, pero no hay llamadas perdidas. Mis manos están temblando, y apreté con fuerza una de la otra para tranquilizarme.
Sentí sus brazos rodearme por detrás y sentí que el aire me faltaba. No pude moverme, mi corazón comenzó a latir muy rápido. Tengo el teléfono en la mano, pero ni siquiera me sale la voz, no puedo mover mis dedos. Cerré los ojos con fuerza, no quiero que me diga nada de eso, quiero que se vaya, ¿por qué vino? Es demasiado difícil rechazarlo, pero aquí... no, Dima vendrá, tiene que irse.
-Tengo el horno prendido, necesito ir a la cocina -con dificultad fui quitando sus manos alrededor de mi cintura, pero me tomó de la mano, me acercó a él y nuevamente quedé inmóvil. Tengo miedo, Dima vendrá, él va a verme. Me odiará, estoy seguro de eso, pero no puedo moverme, siento que me quedo sin fuerza y ni siquiera entiendo de dónde proviene esta sensación, solo está allí en cuanto él se me acerca.

Andy:

Él se separa de mi, pensaba que se emocionaría por lo que he dicho, pero me confunde un poco su reacción.
-Yo también lo estoy- admitir que tengo nervios, o cualquier muestra de debilidad, nunca ha sido mi fuerte, pero aun así, con él, creo que puedo ser un poco más sincero en ese aspecto.
Lo seguí con la mirada, saca una caja, y no lo voy a negar, eso me provoca cierta curiosidad, pero al mismo tiempo al de inseguridad. Pero solo son condones y algo de lubricante… oh lubricante.
Se quita el pantalón, ¿ya? ¿será así de rápido? se acerca y también se encarga de mi pantalón. Respiro profundo, comienzo a sentirme cada vez mas nervioso.
-Andy, eso no me ayuda en nada- me quejo un poco por lo que ha dicho. Yo estoy realmente paralizado, no tengo idea de que hacer -Andy, en serio, no sé- le digo un poco frustrado. Suspiro y lo jalo, necesito calmar mis nervios y la mejor manera siempre es con sus besos. No tardo en sentir mi cabeza libre de todas esas dudas y miedos. Lo toco como ya he aprendido a hacerlo, no tanto porque lo hagamos mucho, si no porque repaso esos encuentros en mi cabeza siempre que puedo. La verdad es que ya estoy algo desesperado, no se cuanto tiempo llevo sin sexo, y lo deseo. Soy un poco tosco al encargarme de la poca ropa que queda y busco que quedemos desnudos. Me aprieto y me muevo buscando placer, lo quiero hacer ya.
-Bien, amm- me separo de él y tomo uno de los preservativos y me lo pongo, al menos en eso no he perdido practica y creo que tal vez demuestro un poco, demasiado… mi desesperación. Tomo el lubricante y lo miro a él -¿Solo lo pongo y ya?- no es que nunca haya usado, pero en general mis parejas no solían requerir mucho de esto.

Como me lo pide, muevo mis brazos para rodear su cuello, preferiría solo quedarme acostado, ocultarme entre las cobijas, pero si hago eso mamá se molestará conmigo.
Cuando siento el agua me quejo, pero escucho a mi madre, su voz. Ella me está cuidando, así que trato de aguantar. Siento agua caer por mi cabeza y mi respiración se agita un poco.
-Shh, tranquilo- me dice con ese cálido tono de voz -De pequeño era enfermaba mucho. Le hicieron tantos estudios al pobre, pero no encontraban nada. Así que siempre tenía que estar prevenida para cuando pasara.
Siento sus dedos pasar por mi cabeza.
-Es un buen chico ¿verdad? y ha crecido tanto, que ya no puedo hacerme cargo de él yo sola. Muchas gracias por todo esto.
Abro los ojos, porque ella suena apenada.
-Fatma- digo su nombre, solo suelo llamarle por su nombre cuando estamos solos. Tomo su mano y la bajo hasta mi rostro. Mi corazón se acelera mientras la miro.
-¿Que pasa?- me pregunta con tono cariñoso, y es como si mi corazón explotara de emoción.
-Estás preocupada por mi culpa, perdoname- le pido, su preocupación y cariño hacen que yo encuentre energía en no se donde. Aun tomo su mano y la acerco a mis labios y dejo un beso en su palma. Noto entonces su mirada. Mi mano la suelta y siento ahora esa mano que sostiene mi pecho.
-Señor… digo mirando al padre de mi amigo, él sigue aquí.
-Debes darle las gracias, él nos ha ayudado mucho- me dice mi madre. Mi mano sigue sobre la mano la mano de él. Aun sigo débil, pero creo que la fiebre ha comenzado a ceder.
-Gracias- mi mano sube poco a poco hasta mis labios y lo volteo a ver. ¿Ese beso fue real? no estoy seguro si fue producto de mi febril estado.

Creo que él también necesita relajarse, estando así de nervioso no lograremos nada. Tampoco tiene que pensar demasiado, solo dejarse llevar un poco y ser mínimamente cuidadoso, no soy una chica que llorará si llega a salir un poco mal, no creo que tenga cabeza para estar calificando su desempeño porque para mí con solo sentir sus manos es suficiente para excitarme.
-Tranquilo... -le sonreí, y él me atrajo a sus labios que gustosamente comencé a saborear. Me gusta mucho la manera en que besa, siento envidia de aquellas que probaron sus labios antes que yo, quisiera borrar eso de su memoria y que nunca nadie lo hubiera tocado, pero es imposible, debería conformarme con que ahora soy el único para él pero es difícil controlar mis celos e inseguridades cuando se trata de Dima.
Mi ropa interior dejó de ser un estorbo y empiezo a sentir cosquillas en la parte baja de mi abdomen, abro mis ojos y observo su figura, y muerdo mi labio deseoso. He comenzado a besarlo más desesperadamente, y también a frotar mi cuerpo con el suyo. Mi dedo sube hasta mi boca y lo muerdo despacio, ya no está nervioso, no es la primera vez que le miro hacer eso pero siempre será una escena que deseo grabar en mi cabeza.
Negué con la cabeza y sonreí, me senté sobre él, tomé un preservativo y luego una de sus manos. Separé dos dedos del resto y coloqué el condón, y puse un poco del lubricante encima.
-Debes prepararme primero -es vergonzoso, nunca tuve que guiar a nadie antes. Me incliné a él y lo empecé a besar para cambiar de posición, será más cómodo para ambos si él está arriba, en especial la primera vez- debes ir lento -no soy una chica, debe tener un poco más de cuidado. Soportaré lo que sea pero si quiere que le ayude, entonces lo haré bien esta vez.
Levanté mis rodillas y pegué la planta de mis pies a la cama, esta posición es demasiado vergonzosa.
-Primero tus dedos -mi cara arde, sostuve unos segundos la mirada con él y desvié la vista. Cubrí con una almohada mi rostro. Sentir que me observa hace que me sienta en el límite, pero también deseo que ya comience a tocarme.

Miré a Ilkin mientras me contaba eso y sentí una punzada en el pecho. Mis manos están mojadas, pero sino, seguramente estarían sudando ahora, o probablemente lo estén pero se mezcla con la humedad.
-Debió ser frustrante -estuve a punto de comentar algo respecto a mi familia, pero a tiempo me di cuenta que no son cosas que deba compartir con extraños. Tal vez ella me comprenda un poco, pero en general cualquier padre o madre lo haría, no necesito mostrarme cercano y comprensivo con ella- sí, es un joven magnífico -ella se está encargando del baño y yo de sostenerlo. Es amable y calmada, admiro que pueda mantenerse serena en esta situación. Pero nuevamente Ilkin es quien inunda mis pensamientos. La ha llamado por su nombre y observo cómo la ve ahora y esos gestos cariñosos que roba para él. Ella no cambia, solo le corresponde con una sonrisa cálida. La tutea, y entonces sonrío al mirar la escena. Es como si por fin pudiese ver a través de él, no imaginé que tuviese esa clase de afección por su madre.
Ahora es a mí a quien mira, y solo asentí sonriendo, ella le pide que agradezca, lo ha hecho muchas veces hoy así que otra la encuentro innecesaria.
-No te preocupes -su mirada se queda en mí, es extraño porque desde que su madre llegó, robó toda su atención- ¿qué pasa? ¿Te estoy lastimando? -está tocando sus labios, y la miré a ella para evitar que él, por su estado, soltase algún comentario.

Ella se levantó en busca de la toalla, y le dije que la había dejado sobre la cama. Me pidió que me quedara con él mientras cambiaba las sábanas y le dije que sí.
-¿Cómo te sientes? -moví mi mano a su frente, la fiebre ha bajado, el baño le sentará muy bien- pareces un poco más despejado que hace un rato -mi mano bajó un poco por su espalda, aunque la posición empieza a cansarme los brazos, y todavía debo cargarlo hasta la cama- ¿puedes sostenerte? Necesito sacar un momento mi brazo -después que se sostuvo de los laterales, quité mi brazo y los moví un poco, me levanté para estirarme y de nuevo me agaché, pero esta vez solo coloqué una de mis manos en su pecho y la otra empezó a acariciar detras de su cuello.
Cuando su madre volvió, nuevamente metí mis brazos tras de él y se puso de pie con dificultad, pero por el peso terminó pegado a mi cuerpo y lo abracé para que no cayera, estoy empapado. Le secó la espalda y las piernas, y después puso una toalla seca para poder envolverlo. Secó un poco su cabello y me pidió que por favor lo llevara a la cama, y fue lo que hice.
-Lo lamento, puede tomar un baño si quiere, aunque no sé si hay algo que pueda quedarle.  
-Descuide -pero ella insistio y comenzó a buscar una bata, y le dije que si solo me permitía meter mi camisa en su secadora era suficiente.

Dice que no y me quedo un poco confundido, o mejor dicho demasiado. Veo como toma mis manos y pone un condón y usa el lubricante.
-Prepa-rarte- repito esa palabra. No sabía que había que hacer algo como eso -o ok- digo un tanto avergonzado ante la idea -Lento, si, entiendo- digo como si aquello fuera una explicación super compleja y necesitara concentrarme del todo.

Se acomoda en la cama y yo, pues también. Es algo extraño, y no lo voy a negar, mi excitación de hace un momento se a apagado. Estaba tan deseoso de hacerlo y al final resulta que requiere algo más antes de.
-Ah, si, ok- acerco mi mano y mis dedos le rozan. Primero acaricio un poco alrededor, ¿a los hombres también les gusta así? Comienzo a introducirlos, como ha dicho, lo hago lento, me detengo casi de inmediato -¿No duele?- pregunto algo inseguro, no sé si hice algo mal, pero parece que solo exageré. Así que vuelvo a retomar la actividad de mis dedos. Sus reacciones no se hacen esperar.
Mientras mas lo escucho la incomodidad que sentía se va esfumando. Comienzo a tocarme mientras mis dedos se mueven un poco más rápido. Me gustaría per sus expresiones en este momento, pero esa almohada no me permite verlo.
-Andy- le llamo haciendo los movimientos un poco más lentos -¿Ya puedo?- he tenido que dejar de tocarme porque de ser así, no creo que terminaría en nada solo por estarlo mirando y escuchando.

La forma en que desvia la mirada no me hace confirmar nada, no se si tomar eso como que si pasó y ahora no quiere enfrentarlo o que simplemente no pasó y por eso no tiene que mantener un contacto conmigo.
-No, no me lastima- contesto, aunque aun no despejo las dudas de mi cabeza.

Me están cuidando entre ambos, no me gusta, ¿por qué está siendo tan familiar con él?
-Mejor- contesto mirando la puerta, pues ella ha salido para arreglar la cama -debió ser por la fiebre- no encuentro otra razón, y me molesta que cuando me pongo así, mi mente no es muy clara, ahora pienso con mayor claridad, pero no estoy seguro de cuanto de estas horas quedará claro y cuanto solo serán fragmentos borrosos.
-Si claro- me recargo de la tina, porque aun siento debilidad, no tanta, pero no estoy seguro de si podría caminar yo solo.
Cuando vuelve a poner sus manos en mi, una de ellas está en mi cuello. La forma en que lo toca se siente bien.
Mi madre regresa y parece que es hora de ir a la cama. Me levanto con la ayuda del señor Kozlov, pero pese a mi esfuerzo termino dejando caer mi peso sobre él. Mi madre aprovecha para comenzar a secarme y luego me cubrió con otra toalla.
Él me ayuda a regresar a la cama, la sabanas están limpias y me acomodo mientras ella me cubre con as cobijas, me obliga a tomar aquellas pastillas que hacía tanto no veía, tienen un sabor amargo que detesto, pero me la tomo mientras ella seca mejor mi cabello.

Los observo, como ella le dice que tome un baño, pero al final el solo pidió que le secara su camisa. Ella le ha dado mi bata y toma su camisa húmeda y sale para ir y ponerla a secar.
-Hace un rato- comienzo a preguntar, pero si es algo de mi imaginación, entonces el podría sentirse ofendido -esta vez estoy siendo una gran carga. Lo lamento- le digo al final porque no me atrevo a preguntar.

Tomé aire cuando sentí sus dedos en mi cuerpo, tengo que soportar, ya hemos llegado demasiado lejos como para venirme antes de siquiera lo meta.
-No duele -sus movimientos empiezan lento, hace mucho que no tengo sexo y se siente bien cuando no lo haces por ti mismo. Esto es casi una tortura, tengo demasiadas ganas de ir más rápido pero debo ser paciente, no quiero darle la peor imagen de mí o que piense que soy el amante más básico y horrible.
Cada vez siento más calor, y levanté un poco la almohada para poder respirar bien, también he comenzado a mover mis caderas y soltar algunos jadeos . Al final me rendí y tiré la almohada a un lado, no me perderé sus expresiones por la vergüenza y en este momento esta ya se ha ido.
Cuando dice mi nombre siento un escalofrío por todo mi cuerpo, necesito que se detenga un momento o siento que me vendré. Además su rostro luce muy erótico, y mordí mi labio mientras lo miraba, me encanta.
-Sí -le sonreí y abrí más mis piernas. Tomé aire, el ver cómo lo hace pone a mi corazón a latir como loco. Sentí apretado al inicio, y solté un gemido inevitablemente- no te detengas -no quiero que tenga miedo, no importa si al inicio duele, mi cabeza está tan abrumada que aún con ese ardor siento placer- Espe... ah -eché mi cabeza hacia atrás y estrujé la sábana entré mis dedos, mi espalda se encorvó por un momento y cerré los ojos, siento cómo va entrando y hace mucha presión, duele un poco, pero quiero más de eso- más -lo miré y estiré mis brazos. Su cara ya no denota temor, y la imagen frente a mí es totalmente distinta a aquellas veces que llegamos a tocarnos. No es ese Dima temeroso o avergonzado, y esa imagen tan dominante hace que me sienta más excitado y comencé a tocar mis pezones. No quiero cerrar los ojos, pero los movimientos y el placer me impiden concentrarme.

Me quité la camisa y se la entregué a la madre de Ilkin, y ella me dio una bata limpia de su hijo. Le sonreí y se retiró a lavar la camisa, al menos iré más seco de lo que pensé.
-Te disculpas constantemente, ya te dije que no te preocupes. Además, creo que empiezo a disfrutar esta rutina entre nosotros -terminé de colocarme la bata y abrochar los botones. Su cara luce mejor por el baño y también habla con mayor claridad, hace un momento jadeaba mucho, apenas si podía respirar.
Me senté a su lado y miré la hora en el reloj de mi muñeca. Me pregunto qué pasó con ellos, ni siquiera han venido a mirar a Ilkin mas que una vez. ¿Acaso pensaban dejarlo con fiebre y en cama?
-Hace un rato -no tiene caso pensar en esos dos si ni siquiera me permiten verlos- ¿qué querías decirme? Solo dejaste una frase incompleta -por un segundo creí que me preguntaría por el beso, pero se disculpó de nuevo conmigo aún cuando ya lo había hecho en el baño, y aquí en la cama unas dos veces- tu madre cuida muy bien de ti, es una madre muy dedicada -Dasha también era así, pero ahora que son grandes no los cuida de esa manera, menos ahora que apenas pasan tiempo en casa y casi no los vemos- me resultó curioso que la tutearas de repente -tomé un mechón de su cabello y comencé a jugar con él entre mis dedos- eres un chico interesante, me alegra que te sientas mejor -puedo percibir el aroma de su ropa, es ligeramente dulce, nada escandaloso. Pensé en ofrecerle agua nuevamente pero... el agua, ah... se acabó -queda una cantidad pequeña en la botella, y la moví de un lado a otro a la altura de mi rostro mirándola.

Al menos dice que no duele y eso me hace tener algo de tranquilidad, aunque, pensaba hacerlo sin esto de “prepararlo”, supongo que entonces si lo habría lastimado. Cuando comienza a moverse un poco, es extraño, pero creo que me gusta, pero todo se vuelve mejor cuando quita la almohada de su rostro, sus expresiones son demasiado irresistibles para mi. Me encanta ver como disfruta lo que hago.
Cuando me dice que si, quito el preservativo de mi mano y lo lanzo a no se donde. Me acomodo entra sus piernas y respiro profundo. Me acerco a él, pero me cuenta un poco entrar, así que uso mi mano para ayudarme y logro entrar por fin. Siento esa presión que me envuelve y jadeo. Me dice que no me detenga, así que me dejo caer hacia enfrente apoyando mis manos a los costados de su cabeza. Empujo y no puedo contener esos gemidos mientras busco entrar por completo. Antes de volver a moverme me quedo quieto, lo observo ¿Lo lastime? pero la siguiente palabra que me dice me regresa la confianza.
Comienzo a moverme, trato de no hacerlo muy rápido, porque si no de nuevo me pasará lo mismo de siempre y terminaré en nada. Trato de mantener la concentración pero Andy me encanta, mucho más que cualquier persona con la que haya estado. Comienzo a doblar mis brazos para acercarme un poco a sus labios, lo beso un poco, pero no puedo mantener un beso largo porque mis jadeos me lo impiden.
-No puedo más- comienzo a moverme con mayor velocidad y fuerza. Quería intentar ser un amante más considerado, pero no lo soy, no ahora, mi cuerpo me exige alcanzar tanto placer como sea posible.
Mis brazos lo envuelven con fuerza para así poder hacer mis movimientos con más fuerza, siento como el placer se incrementa, hasta que ya no lo resisto más. Siento esas contracciones y mis dedos se clavan en la piel de Andy y muerdo su hombro para acallar los sonidos de placer que me cuesta controlar.
Solo unos minutos, de nuevo no he podido hacer nada sobresaliente.
-Lo siento, es que tenía tantas ganas- le digo apenado ocultando mi rostro en su cuello -Debes pensar que soy el peor amante- me quejo un poco mientras sigo ocultando mi rostro por la vergüenza -Es tu culpa por ser tan sensual- me quejo como si lo regañara por eso.

Pedir disculpas no es algo que me cueste, mamá me enseñó a hacerlo siempre que hacía algo mal, así que suelo disculparme casi por cualquier cosa que considere he hecho mal.
-No diga eso, no veo como pueda ser algo para disfrutar todo lo que he le hecho pasar- imagino que solo intenta ser amable, pero he sido una carga para él en varias ocasiones ya. Solamente me queda ser mas cuidadoso al respecto, y no permitir que esto se repita de nuevo.

Parece que él notó que iba a preguntarle algo y no solo a disculparme, pero decirlo ahora, sería vergonzoso. Si no es verdad, quedaría muy mal, ¿que pensaría de mi? tal vez que soy un pervertido por imaginar algo como eso.
-¿Lo hice? no lo recuerdo- me justifico usando como excusa mi estado, pero seguro que hoy he dicho demasiadas cosas sin sentido, mamá siempre decía que lo hacía por culpa de la fiebre.
-Lo es- sonrío por las buenas palabras que tiene para hablar de ella, pero su siguiente comentario me hace mirarlo, no muestro duda o alguna expresión en particular, más bien trato de descifrar el por qué de sus palabras.
-Gracias- digo aun con mi mirada sobre él, mientras parece entretenerse con mi cabello.
Miro como toma botella, y de nuevo lo recuerdo. Solo me hace creer que realmente si pasó. Pero lo mejor es no preguntar, la duda era lo que me incomodaba, pero sus labios no tienen un significado para mi, así que no me afecta lo que ocurrió. Pero estaba tan sediento que no pensé en las formas correctas en que debieron ser las cosas. Miro sus labios, y tengo el recuerdo borroso de él dando el agua, lo que recuerdo con mayor claridad fue la maravillosa sensación del agua fresca entrando en mi boca. Sigo mirando los labios de él, pero en mi mente lo que viene a mi, es el recuerdo de ella. ¡Vamos no es hora de pensar en eso! me reprendo un poco acalorado por los recuerdos. Pero es que hace tanto que no la he besado, y no pasará tal vez nunca más la besaré. Ella tiene a su novio y yo a Mia.
-Señor, espero no haberlo incomodado por los cuidados que me ha tenido que dar -le digo aunque no precisamente por lo del agua, si no porque todo en general, si hasta me ha tenido que quitar la ropa. Supongo que será ella quien me ayude a vestir, aunque ta vez solo me quede así hasta mañana.
Mamá tarda, debe estar hablando por teléfono con su novio, al final lo de la camisa, debió ser solo un pretexto para salir a llamarle.

El me hace besarlo y creo que lo he hecho pésimo, apenas si puedo controlar mi respiración y sus besos me hacen sentir más presión en el pecho. Mi cabeza se siente abrumada, mi cuerpo está caliente, a cada presión voy sintiendo más placer y también comienzo a moverme. Ni siquiera pude responderle, comenzó a ir más rápido y por más que intenté contener mis jadeos, no pude. Lo abracé fuerte, de mis ojos escurren unas lágrimas por el esfuerzo y el placer, es un sentimiento demasiado nuevo para mí pero placentero. Lo único en lo que pienso ahora es en que no se detenga, porque sus movimientos hacen que mi cuerpo se contraiga y sienta el orgasmo cerca.
Enterré mis uñas en su espalda al sentir la mordida en mi hombro, mordí mi labio y después solté un gemido. Él calmó sus movimientos un poco antes de que lograra venirme, y utilicé mi mano para no apagar el calor de mi cuerpo. Sentí cómo comenzaba a mojar mi mano y cuando llegué al orgasmo, detuve mis movimientos, él parece que también se está recuperando, por eso no tuve cuidado al hacer mi mano a un lado.
Sonreí satisfecho, todavía no recupero el aliento y él ya está disculpándose.
-Basta ya -reí y busqué sus ojos- tenemos como veinte segundos de diferencia -me acerqué a sus labios y le di un beso corto- somos los peores amantes teniendo el mejor sexo.
Cuando salió de mí solté un pequeño quejido, siento un ardor ligero pero fue muy placentero, es casi como un sueño.
-Lo hicimos -dije emocionado- fue mejor que en mi imaginación -me reí apenado, y me acurruqué a su lado- te amo mucho, muchísimo. Amo todo de ti -me siento demasiado bien, y también demasiado cansado. Creo que recibí demasiadas emociones por hoy. Planee varias veces hacerlo y al final pasó cuando menos lo esperé- tú también te veías excitante. He conocido una nueva faceta tuya, me encanta -busqué sus labios y una de mis manos la llevé a su rostro.

Yo tampoco lo entiendo, cuidar enfermos no es uno de mis hobies. Pero Ilkin tiene unas reacciones interesantes, hace y dice cosas que las personas normalmente no expresan. Es como si tuviera alguien más dentro, un chico más dócil y mimado.
-Es porque me agradas -al inicio se lo dije, pero esa vez fue una formalidad, porque se trataba de un chico agradable que parecía un buen prospecto para amigo de mi hijo. Ahora es distinto, he visto cosas extrañas y malas de él, me corrió de su casa, me habló mal y hasta dejó que hiciera unas cuantas cosas. No rechaza mi contacto, alguien normalmente lo haría pero definitivamente él no es normal, por mucho que aparente.

Regresé la vista a él y dejé la botella en el buró. Le sonreí, si fue algo incómodo o no es algo que ya no sé, tal vez no debería pensarlo tanto y concluir con un no, pero es inevitable, él me da mucha curiosidad.
-Me incomoda más que luego de todo, me sigas llamando señor -me reí- ya te dije que suficientes disculpas, lo sucedido estuvo fuera de tu control y era la única persona cerca para ayudarte -no la única, pero sí la interesada.
Su madre volvió con mi camisa y le agradecí. Me cambié rápido y le entregué la bata, dando las gracias por tomarse la molestia de ofrecerme secarla. Ella también me agradeció por mi ayuda, y luego de intercambiar algunas palabras, supe que era tiempo de irme.
-Cuídate mucho, Ilkin -le di una caricia en el cabello, pero fue distinta a las demás, fue más un gesto que se le hace a un hijo- no se preocupe, puedo bajar solo -pero su madre insistió en acompañarme a la puerta y terminé por acceder.
Al pasar cerca de la recámara de Andy no pude escuchar nada, y tocar ahora sería involucrar a la madre de Ilkin, Dima no tiene modales y no deseo mostrarle una escena.
Me despedí y bajé hasta mi auto. Al abrocharme el cinturón noté que no traía mis gafas, pero le resté importancia, es demasiado tarde ya y además necesito un baño. Además, tal vez tenga la excusa para volver incluso si él no lo quiere.

Sonrío aliviado, al menos lo ha disfrutado, y so me hace sentir tranquilo.
-Está bien- me avergüenza lo que ha dicho. Nunca imaginé que el titulo de peor amante fuera a ir conmigo, pero parece que no se puede negar, y aun así el sexo con él ha sido el mejor.
Me muevo para salir de él, y se ha quejado, lo observo con algo preocupado.
-¿Te lastimé?- creo que esa pregunta la haré constantemente hasta que aprenda como debe ser.

Aun sigo encima de él y lo abrazo con fuerza, siento como me mojo un poco con su semen, pero no me importa.
-Lo hicimos- repito algo apenado -Fue mejor que cualquier cosa- me siento tan avergonzado.
Me dejo caer a un lado de él y siento como se acurruca.
-Yo a ti- cubro mi cara sonrojada con mi antebrazo que lo coloco encima de mis ojos. Siento como mi cara arde mucho más por lo que dice de mi. Quito mi bazo porque siento su mano y correspondo a sus labios.
-¿Qué faceta? muerdo mi labio, pero es que él me hace sentir tan apenado, pero es que creo que yo solo demostré la imagen de alguien desesperado por meterla. Ni cuando no tenía experiencia fue tan básico. Comienzo  quitar el condón y lo tiro a un lado. Me giro hacia él y lo abrazo.
-¿De verdad te gustó?- pregunto un poquito inseguro.
Me separo de él, me pongo mi pantalón nada más.
-Iré por un poco de agua- lo señalo -quédate como estás, ni siquiera se te ocurra vestirte- le advierto.
siento un poco débiles mis piernas, ¿en serio? que remedo de amante soy... Me asomo a la habitación de Ilkin. Él está dormido, al girarme para ir al a habitación me topo con una mujer rubia.
-Oh, hola, no sabía que Ilkin llamaría a su novia para que lo cuidara- ella sonríe y dice que es su madre. Se ve bastante joven y es hermosa, dice que se quedará un rato hasta que Ilkin esté mejor. Pensaba que tal vez me regañaría por no haber ayudado a su hijo, pero no lo hace, parece muy amable.
Bajo a la cocina y tomo de las bolsas algunas de las chucherías que Ilkin y yo compramos y unas botellas de agua, vuelvo a la habitación.
-Andy, ya preparé la comida- le digo dejando las cosas caer en la cama. me acomodo atrás de él rodeando su cintura y apoyando mi mentón en su hombro -después quiero que lo hagamos en le baño- creo que lo complicado ahora será no querer hacerlo a cada oportunidad que se presente.

¿Por qué no iba a llamarlo de esa manera? él no me ha pedido que le hable de otra forma.
-Es porque lo respeto mucho- le aclaro -de a cuerdo, pero creo que me cuesta no pedir disculpa- río un poco apenado pero es que él ha hecho demasiado por mi y no tengo manera de compensar todo esto.
-Usted también- sonrío cuando acaricia mi cabello en aquel gesto cariñoso.
Ahora que me quedo solo, siento que puedo descansar, debe ser por culpa de las pastillas.
Escucho el sonido de la puerta, debe ser ella. Lo confirmo cuando siento su mano pasar por mi torso para abrazarme.
-Vi a un chico salir de la otra habitación- me dice.
-Son los hijos del señor Kozlov- ya que no lo conoce, debe tratarse del menor, porque a Andy ya lo ha visto.
-Pensé que eran amantes.
-Creo que tal vez lo son- ese par son muy obvios, pero jamás los juzgaría por eso.
Me giro hacia ella y la envuelvo en mis brazos, como un niño que se aferra a su osito de peluche.
-¿Él te gustó?- se que le pareció atractivo Andy, así que no me sorprendería que le gustara el menor -son mis amigos- agrego. Ella acaricia mi espalda.
-Tranquilo, te prometo que jamás me acercaré a tus amigos.
Apoyo mi frente en la de ella, tengo tantas ganas de besarla así que me consuelo dando un beso en su mejilla. Poco a poco me voy quedando dormido al fin. Duermo muy tranquilo al tenerla en mis brazos, al poder percibir su aroma, al despertar estaré mejor por el simple hecho de tenerla cerca de mi.

Negué con la cabeza y sonreí, está tan preocupado por cada cosa que hace, es tan tierno. Siempre anhelé este tipo de cosas de él, y ahora que suceden se siente mejor de lo que pensé, hace que mis problemas se desvanezcan.
Correspondí el abrazo y solté una risa, él está muy feliz, me recuerda un poco a cuando éramos pequeños y hacíamos algo juntos. Es un poco raro pensar en nosotros en aquella época, me siento como un pervertido y no es correcto. Dima me gusta desde hace mucho, sabía que no estaba bien disfrutar de sus abrazos porque algo dentro se movía cada vez que él me tocaba de esa manera tan inocente.
-Tu cara al tener sexo, esas expresiones cuando sientes tanto placer que no puedes controlarte. Fue diferente a lo que ya había visto -me acerqué y le di un beso. Siento un cosquilleo al recordarlo, y sino estuviera tan agotado, creo que me iría encima para hacerlo de nuevo- ¡me encantó! -dije con un puchero- ¿qué hay de ti? ¿No sentiste asco? Soy más corpulento que una chica -debería saberlo con sus expresiones antes y ahora, pero tengo dudas, muchos hombres se arrepienten al final pero Dima no fue el caso.

Me quedé en la cama como él indicó, no me he movido ni siquiera para limpiar mi abdomen, tengo que hacer caso. Miré al techo y comencé a tararear una canción, soy demasiado feliz en este momento, no me creo que al fin lo hayamos hecho, se siente como si nunca antes hubiera tenido sexo. Pero es que nunca me había enamorado de nadie, el sexo siempre fue un escape para mí.
-Papá -me tapé con las sábanas y me hice bolita. Yo amo a papá, pero no es igual a lo que siento por Dima. Aún así no sé porqué cada vez que lo veo tengo miedo. ¿Es por la culpa de hacer estas cosas con Dima? Seguro que sí, aunque con mamá no me pasa.
Me destapé la cara cuando escuché a Dima y al sentir su abrazo, mis pensamientos se apagaron. Saqué unas golosinas de la bolsa y comencé a comerlas, ¿cuándo compró todo esto?
-¿el baño? -le ofrecí de mi golosina y asentí- lo que quieras y donde quieras. Recuerda que soy todo tuyo y puedes hacer conmigo lo que quieras -le di un beso y me senté sobre la cama para tomar agua, y dejé todo a un lado de la cama para volverme a acostar con él- estoy cansado -me abracé muy fuerte de él y cerré los ojos, sé que si permanezco a su lado estaré seguro, sé que si él está conmigo también lo estará. Nadie más puede amarlo como yo, por eso me gustaría permanecer siempre aquí aislados del mundo.