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Lust for life [privado]
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Lust for life [privado]
Recuerdo del primer mensaje :
Contacté a Emi para salir este fin de semana, pero su respuesta fue la misma que he recibido desde hace algunas semanas atrás. La paciencia se me está acabando, y la sensación de ser desplazado ha hecho que deje el orgullo a un lado y me decida ir a buscarla. Pensaba dejar de molestarle un tiempo y después volver a buscarla, pero últimamente solo recibo negativas, es como si todo el mundo se decidiera a hacerme enojar. Inclusive Dasha se ha mostrado distraída últimamente.
Aplacé una junta por la tarde para el día de mañana y conduje hasta la casa de Emi, a esta hora debe estar ya allí, quería emboscarla en el colegio pero no pude salir más temprano de la oficina.
Compré un aperitivo para los dos, tengo planeado sacarla de esa casa donde su padre la tiene enclaustrada, porque dudo que por voluntad ella decida dejar de verme de un día a otro. Además y como le prometí, en el último viaje que hice le compré unas cuantas prendas, es increíble que recién vaya a recibirlas por culpa de las negativas de su padre.
Bajé las bolsas del auto y sonriente caminé hasta el frente de la pequeña casa, el coche de ese hombre no está, seguramente ni siquiera llegará a dormir, a veces él la deja sola por dos o más días, es un idiota.
-¡Hola linda! -apenas un par de timbrazos después, ella salió a abrir. Sentí algo cálido en el pecho al verla, creo que después de tanto la extrañé más de lo que pensé. Me lancé a ella y le di un apretado abrazo, y después de alejarme levanté las bolsas que tenía en las manos- como parece que tú ya no quieres verme, vine al menos a dejarte tus obsequios -le regalé una expresión triste y bajé los brazos, dejando las bolsas sobre el suelo y nuevamente abrazándola, pero esta vez de manera más sutil- te extrañé -me separé de ella y acaricié su cabello, y luego tomé la bolsa del aperitivo y se la di- traje esto para ti, sé que te gusta... ¿puedo pasar? -la miré de manera inocente y luego entré a la casa. Huele a comida, ¿está cocinando? Supongo que sí, después de todo pasa la mayor parte del tiempo sola, pero honestamente es algo inesperado.
Contacté a Emi para salir este fin de semana, pero su respuesta fue la misma que he recibido desde hace algunas semanas atrás. La paciencia se me está acabando, y la sensación de ser desplazado ha hecho que deje el orgullo a un lado y me decida ir a buscarla. Pensaba dejar de molestarle un tiempo y después volver a buscarla, pero últimamente solo recibo negativas, es como si todo el mundo se decidiera a hacerme enojar. Inclusive Dasha se ha mostrado distraída últimamente.
Aplacé una junta por la tarde para el día de mañana y conduje hasta la casa de Emi, a esta hora debe estar ya allí, quería emboscarla en el colegio pero no pude salir más temprano de la oficina.
Compré un aperitivo para los dos, tengo planeado sacarla de esa casa donde su padre la tiene enclaustrada, porque dudo que por voluntad ella decida dejar de verme de un día a otro. Además y como le prometí, en el último viaje que hice le compré unas cuantas prendas, es increíble que recién vaya a recibirlas por culpa de las negativas de su padre.
Bajé las bolsas del auto y sonriente caminé hasta el frente de la pequeña casa, el coche de ese hombre no está, seguramente ni siquiera llegará a dormir, a veces él la deja sola por dos o más días, es un idiota.
-¡Hola linda! -apenas un par de timbrazos después, ella salió a abrir. Sentí algo cálido en el pecho al verla, creo que después de tanto la extrañé más de lo que pensé. Me lancé a ella y le di un apretado abrazo, y después de alejarme levanté las bolsas que tenía en las manos- como parece que tú ya no quieres verme, vine al menos a dejarte tus obsequios -le regalé una expresión triste y bajé los brazos, dejando las bolsas sobre el suelo y nuevamente abrazándola, pero esta vez de manera más sutil- te extrañé -me separé de ella y acaricié su cabello, y luego tomé la bolsa del aperitivo y se la di- traje esto para ti, sé que te gusta... ¿puedo pasar? -la miré de manera inocente y luego entré a la casa. Huele a comida, ¿está cocinando? Supongo que sí, después de todo pasa la mayor parte del tiempo sola, pero honestamente es algo inesperado.
- Mitya:
- Casa Takumi-Emi:
Mitya Y. Kozlov- Puntos : 94
Fecha de inscripción : 05/10/2016
Edad : 43
Re: Lust for life [privado]
Lo miro, me siento confundida, creo que estaba tan decepcionada que no me di cuenta de eso. Soy observadora, siempre me siento orgullosa de los detalles que puedo notar con casi nada, pero ahora, estaba tan enfocada en mi decepción que algo que al parecer era obvio, me ha pasado desapercibido.
-No me di cuenta - mi voz no oculta mi sorpresa ante mi error -¿Pero por que iba a cocinar para él?- es un esfuerzo innecesario, con Mitya solo basta sonreír para tener sus atenciones.
-¿No se puede tener sexo en esta casa?- no sabía que eso fuera una regla, pero supongo que ahora entiendo porque se ha molestado tanto -No sabía, perdón- niego con la cabeza a lo que dijo -No, él solo apareció de repente, justamente porque ya no me ha visto- verlo a escondidas y traerlo a la casa, eso es tonto, y sé que tal vez a veces soy un poco despistada pero no soy tan idiota para hacer algo en lo que seré descubierta tan fácilmente.
Desvío mi mirada de él, me siento culpable por haberle dicho esa mentira.
-Perdón, mentí porque… tampoco sé porqué mentí- admito suspirando, pero es que él no dejaba de hablar solo de Mitya y de mi, y yo me sentía mal, no sabía que hacer, creo que quería molestarlo más -si me gusta, pero un juguete debe de gustarte ¿o no?- aun ahora con todo el tiempo que llevo conociendo el mundo, sigo sin entender muchas cosas, lo veo todo con un cristal de simplicidad que casi nadie parece comprender -Está bien- digo aceptando que Mitya no vuelva a venir a la casa.
Me levanto, y comienzo a ayudarlo con lo que me indica. Lavo la carne, es divertido, su textura es graciosa. Seguí sus instrucciones, pero lo hago mal y termina ayudándome.
-Lo siento- fui una tonta al pensar que podría cocinar, simplemente no puedo.
Cuando la comida estuvo lista, me puse a servir, al menos eso si lo se hacer sin problemas.
-¿Vino?- digo inexpresiva, pero me levanto y voy a donde están algunas botellas de vino -¿Cual quieres?- le pregunto y tomo la que me indica, busco el destapa corchos y regreso, le entrego la botella y luego vuelvo a la cocina por las copas -¿Para mi también?- pregunto mirando a través del cristal.
Odio el alcohol, odio las drogas, muchas veces me obligaron a consumir cosas solo porque era lo que él cliente quería. No eran muchos, pero poco a poco esos pocos iban subiendo de nivel. Odio esas sustancias por la manera en que perdía el control de mi misma. Pero si papá lo pide, supongo que puedo volver a tomar, él no me hará lo que esas personas. Si alguna vez pude sentir algún sentimiento en ese lugar, fue odio por esas personas.
Regreso con las copas y me siento en mi lugar. Miro como sirve el vino, y siento nauseas, estiro mi mano para tomar mi copa y veo como estoy temblando, pero en cuanto lo noto, dejo de hacerlo. Tomo la copa y doy el primer trago, pero realmente solo mojo mis labios.
-No me di cuenta - mi voz no oculta mi sorpresa ante mi error -¿Pero por que iba a cocinar para él?- es un esfuerzo innecesario, con Mitya solo basta sonreír para tener sus atenciones.
-¿No se puede tener sexo en esta casa?- no sabía que eso fuera una regla, pero supongo que ahora entiendo porque se ha molestado tanto -No sabía, perdón- niego con la cabeza a lo que dijo -No, él solo apareció de repente, justamente porque ya no me ha visto- verlo a escondidas y traerlo a la casa, eso es tonto, y sé que tal vez a veces soy un poco despistada pero no soy tan idiota para hacer algo en lo que seré descubierta tan fácilmente.
Desvío mi mirada de él, me siento culpable por haberle dicho esa mentira.
-Perdón, mentí porque… tampoco sé porqué mentí- admito suspirando, pero es que él no dejaba de hablar solo de Mitya y de mi, y yo me sentía mal, no sabía que hacer, creo que quería molestarlo más -si me gusta, pero un juguete debe de gustarte ¿o no?- aun ahora con todo el tiempo que llevo conociendo el mundo, sigo sin entender muchas cosas, lo veo todo con un cristal de simplicidad que casi nadie parece comprender -Está bien- digo aceptando que Mitya no vuelva a venir a la casa.
Me levanto, y comienzo a ayudarlo con lo que me indica. Lavo la carne, es divertido, su textura es graciosa. Seguí sus instrucciones, pero lo hago mal y termina ayudándome.
-Lo siento- fui una tonta al pensar que podría cocinar, simplemente no puedo.
Cuando la comida estuvo lista, me puse a servir, al menos eso si lo se hacer sin problemas.
-¿Vino?- digo inexpresiva, pero me levanto y voy a donde están algunas botellas de vino -¿Cual quieres?- le pregunto y tomo la que me indica, busco el destapa corchos y regreso, le entrego la botella y luego vuelvo a la cocina por las copas -¿Para mi también?- pregunto mirando a través del cristal.
Odio el alcohol, odio las drogas, muchas veces me obligaron a consumir cosas solo porque era lo que él cliente quería. No eran muchos, pero poco a poco esos pocos iban subiendo de nivel. Odio esas sustancias por la manera en que perdía el control de mi misma. Pero si papá lo pide, supongo que puedo volver a tomar, él no me hará lo que esas personas. Si alguna vez pude sentir algún sentimiento en ese lugar, fue odio por esas personas.
Regreso con las copas y me siento en mi lugar. Miro como sirve el vino, y siento nauseas, estiro mi mano para tomar mi copa y veo como estoy temblando, pero en cuanto lo noto, dejo de hacerlo. Tomo la copa y doy el primer trago, pero realmente solo mojo mis labios.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: Lust for life [privado]
Esa pregunta hace que note más mi exagerada reacción, aunque yo no soy de preguntar por qué y para qué hace las cosas. Probablemente si la hubiera encontrado sola en casa,, entonces sí lo hubiera hecho, pero en su lugar saqué conclusiones, me molesté y me aparté de su vista, porque la imagen de ella haciendo algo tan soso por él, me molestó.
-Porque te gusta.
Creo que ella no entiende el significado de lo que dije, no se trata de “respetar nuestra casa” o esas estupideces, creo que ponerlo de ese modo va más con la idea de ser una familia, pero no es mi punto. Ella no puede traer a nadie, así de simple.
-No puedes meter a cualquier persona a casa, Emi, y por supuesto eso implica hacer ese tipo de cosas. Pero si no entiendes el porqué, no tiene caso, porque probablemente buscarás otro sitio dónde hacerlo -si ella fuese más lista seguro entendería lo que intento decir, pero me alegro que no sea así, porque una vez lo descubra seguramente tendrá el control sobre mí. No puedo permitir eso, porque sin darse cuenta hay ocasiones que ya lo tiene, que hace que actúe de forma irracional y ridícula.
Dije que dejaríamos el tema de lado y así lo hice, porque sino comenzarán a salir más de esos sentimientos y comportamientos irracionales, y por hoy tuve suficiente.
-No estoy regañándote -me recargué a un lado a observar cómo lo hacía- es para que lo tomes en cuenta la próxima vez -no me siento enfadado, sorprendentemente estoy tomándome su actitud con mucha calma.
Asentí y señalé una botella a su izquierda, y me senté en la mesa a esperarla.
-Como quieras -no me interesa prohibirle el alcohol o las drogas, aunque hasta ahora no ha mostrado interés por eso. Destapé la botella y serví para ambos, la comida no se ve tan sencilla, pero definitivamente no es adecuada para tomar con vino. Llevé la copa a mis labios y la observé, no lo quiere, ¿no es así? Y dejé la copa en la mesa, nuevamente hace algo contra su voluntad. Antes disfrutaba de estas cosas, el tener tanto control sobre ella que mirarla actuar con miedo o desagrado en consecuencia de eso, para mí era placentero. ¿Cuándo fue que eso cambió?- tal vez es demasiado fuerte para ti -me levanté y tomé su copa, abrí el refrigerador y saqué una caja con jugo de fruta que dejé cerca de ella- está sellado, como es tu favorito yo siempre tomo el de manzana -en general odio las cosas dulces, pero en casa compramos solo esos dos sabores y noté que ella solo consume uno, así que me quedaba terminar el otro, no me gusta desperdiciar la comida, ya se ha vuelto costumbre.
Comenzamos a comer, la carne no sabe mal y tomé primero el contenido de su copa.
-Hace rato que no hacía algo de comer -las tareas del hogar son un problema, pero no me gusta tener alguien en casa que haga esas cosas, por eso ella y yo nos turnamos las tareas del hogar.
-Porque te gusta.
Creo que ella no entiende el significado de lo que dije, no se trata de “respetar nuestra casa” o esas estupideces, creo que ponerlo de ese modo va más con la idea de ser una familia, pero no es mi punto. Ella no puede traer a nadie, así de simple.
-No puedes meter a cualquier persona a casa, Emi, y por supuesto eso implica hacer ese tipo de cosas. Pero si no entiendes el porqué, no tiene caso, porque probablemente buscarás otro sitio dónde hacerlo -si ella fuese más lista seguro entendería lo que intento decir, pero me alegro que no sea así, porque una vez lo descubra seguramente tendrá el control sobre mí. No puedo permitir eso, porque sin darse cuenta hay ocasiones que ya lo tiene, que hace que actúe de forma irracional y ridícula.
Dije que dejaríamos el tema de lado y así lo hice, porque sino comenzarán a salir más de esos sentimientos y comportamientos irracionales, y por hoy tuve suficiente.
-No estoy regañándote -me recargué a un lado a observar cómo lo hacía- es para que lo tomes en cuenta la próxima vez -no me siento enfadado, sorprendentemente estoy tomándome su actitud con mucha calma.
Asentí y señalé una botella a su izquierda, y me senté en la mesa a esperarla.
-Como quieras -no me interesa prohibirle el alcohol o las drogas, aunque hasta ahora no ha mostrado interés por eso. Destapé la botella y serví para ambos, la comida no se ve tan sencilla, pero definitivamente no es adecuada para tomar con vino. Llevé la copa a mis labios y la observé, no lo quiere, ¿no es así? Y dejé la copa en la mesa, nuevamente hace algo contra su voluntad. Antes disfrutaba de estas cosas, el tener tanto control sobre ella que mirarla actuar con miedo o desagrado en consecuencia de eso, para mí era placentero. ¿Cuándo fue que eso cambió?- tal vez es demasiado fuerte para ti -me levanté y tomé su copa, abrí el refrigerador y saqué una caja con jugo de fruta que dejé cerca de ella- está sellado, como es tu favorito yo siempre tomo el de manzana -en general odio las cosas dulces, pero en casa compramos solo esos dos sabores y noté que ella solo consume uno, así que me quedaba terminar el otro, no me gusta desperdiciar la comida, ya se ha vuelto costumbre.
Comenzamos a comer, la carne no sabe mal y tomé primero el contenido de su copa.
-Hace rato que no hacía algo de comer -las tareas del hogar son un problema, pero no me gusta tener alguien en casa que haga esas cosas, por eso ella y yo nos turnamos las tareas del hogar.
Takumi Fukui- Puntos : 111
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Re: Lust for life [privado]
-Ah, no sabía- no pensaba que por algo tan simple pudiera cocinar para él, no veo que ventaja puedo sacar de eso, lo que sea que quiera, lo puedo tener sin tener que esforzarme demasiado en eso.
No puedo meter a cualquiera, eso lo comprendo, pero luego dice que no puedo hacer “ese tipo de cosas”.
-¿No puedo tener sexo?- suspiro resignada -Está bien- cada vez aparecen más reglas, y puedo cumplirlas, aunque no imaginaba que esa sería una de las reglas.
Dudo volver a cocinar, luego de el tremendo fracaso de este día, no quiero volver a hacerlo, tampoco quiero volver a sentirme como hoy me sentí. Puedo buscar otra cosa… no ta vez debería dejar de hacerlo. Eso me ayudaría a reprimir estos deseos que a veces se despiertan. Creo que ese será el camino más fácil.
No me ha dicho que tengo que tomar, pero supongo que eso es lo que él espera.
El sabor me da igual, y mis recuerdos ni siquiera pueden ser precisos, todo es tan borroso, incluso hay cosas que no recuerdo. Dejo mis ideas a un lado cuando lo veo levantarse y tomar mi copa y en su lugar me da un jugo. Sonrío feliz de no tener que tomar el vino y agarro el jugo con emoción.
-Gracias- comienzo a comer, papá cocina muy rico -está delicioso me encanta- sé que por mi culpa se tuvo que poner a trabajar, pero me siento feliz de poder probar su comida.
Me he servido una ración pequeña, no me gusta comer demasiado, estoy acostumbrada a cuidarme, otra de las cosas que aprendí desde que tengo memoria.
-Ahora es mi comida favorita- declaro al ponerme de pie y llevar el plato al fregadero -¿Te sirvo más vino?- pregunto al ver su copa casi vacía. Tomo la botella y sirvo con cuidado, ahora que se que no debo tomarlo, ya no me siento mal -tus labios se mancharon- comento riendo un poquito, pero mi sonrisa no dura mucho porque siento de nuevo esas ganas por besarlo. Así que bajo la mirada y me vuelvo a sentar para tomar un poco de mi jugo.
-¿Como te fue en el trabajo?- pregunto, aunque a veces no me gusta escuchar su día cuando hay alguna mujer implicada.
No puedo meter a cualquiera, eso lo comprendo, pero luego dice que no puedo hacer “ese tipo de cosas”.
-¿No puedo tener sexo?- suspiro resignada -Está bien- cada vez aparecen más reglas, y puedo cumplirlas, aunque no imaginaba que esa sería una de las reglas.
Dudo volver a cocinar, luego de el tremendo fracaso de este día, no quiero volver a hacerlo, tampoco quiero volver a sentirme como hoy me sentí. Puedo buscar otra cosa… no ta vez debería dejar de hacerlo. Eso me ayudaría a reprimir estos deseos que a veces se despiertan. Creo que ese será el camino más fácil.
No me ha dicho que tengo que tomar, pero supongo que eso es lo que él espera.
El sabor me da igual, y mis recuerdos ni siquiera pueden ser precisos, todo es tan borroso, incluso hay cosas que no recuerdo. Dejo mis ideas a un lado cuando lo veo levantarse y tomar mi copa y en su lugar me da un jugo. Sonrío feliz de no tener que tomar el vino y agarro el jugo con emoción.
-Gracias- comienzo a comer, papá cocina muy rico -está delicioso me encanta- sé que por mi culpa se tuvo que poner a trabajar, pero me siento feliz de poder probar su comida.
Me he servido una ración pequeña, no me gusta comer demasiado, estoy acostumbrada a cuidarme, otra de las cosas que aprendí desde que tengo memoria.
-Ahora es mi comida favorita- declaro al ponerme de pie y llevar el plato al fregadero -¿Te sirvo más vino?- pregunto al ver su copa casi vacía. Tomo la botella y sirvo con cuidado, ahora que se que no debo tomarlo, ya no me siento mal -tus labios se mancharon- comento riendo un poquito, pero mi sonrisa no dura mucho porque siento de nuevo esas ganas por besarlo. Así que bajo la mirada y me vuelvo a sentar para tomar un poco de mi jugo.
-¿Como te fue en el trabajo?- pregunto, aunque a veces no me gusta escuchar su día cuando hay alguna mujer implicada.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: Lust for life [privado]
La miré y sonreí, pero luego volví la vista al plato. La comida no tiene nada de especial, nunca me ha parecido que sea algo que deba elogiarse porque el gusto de cada uno es diferente.
-Qué bueno que te gustó -comimos en un silencio agradable, mi enojo de hace un rato se ha ido y ella no tocó más el tema, además ahora luce feliz, el color ha vuelto a su cara. En el momento en que noté cómo se encontraba me asusté, su piel nunca había lucido tan pálida, creo que ni cuando llegó y tenía esas ojeras bajo sus ojos.
¿Cómo algo tan simple puede declararlo como favorito? Pero me sentí superior por eso, tal vez no es la comida sino el hecho de que fui quien lo hizo. Cuando llegó aquí todo lo que yo hacía tenía demasiada importancia para Emi, pero con el tiempo fue disminuyendo y entonces comenzó este sentimiento dentro de mí, era inexplicablemente molesto que la importancia de mis acciones se fuese haciendo menor, pero por otra parte, el aprecio a las cosas se hacía auténtico. Ya no era simplemente porque así tenía que ser, sino porque ella lo disfrutaba.
-Por favor -dejé que sirviera más vino, limpié mi boca por su comentario y dejé la copa a un lado- como siempre -hoy no hubo nada interesante, casi nunca lo hay. Terminé y me levanté, ella está muy callada- ¿qué sucede? ¿Te sientes mal? -dejé el plato en la mesa y me acerqué, y me agaché para estar a su altura- lo que te pasó no fue por un problema físico, pero podemos llevarte a la clínica después para hacerte análisis. Además no te vendrían mal unos estudios de rutina -fui a dejar el plato en el fregadero y después de lavarlo, regresé al lado de Emi- vamos arriba -nuestros días tienen una rutina. Comemos, subimos a mi recámara y estamos juntos viendo televisión o hablando, y esa rutina se vuelve confortante. No quiero acostumbrarme, que Emi se vuelva cada día más importante en mi vida no es para nada bueno, incluso por mi posición es una desventaja. Pero cada vez que estamos juntos siento una inexplicable calma y me dejo llevar por la sensación relajante de hacer cosas sencillas. No he buscado sexo hace tiempo, ni he salido con mujeres últimamente. Sé cuál es la razón y me incomoda a estas alturas desarrollar ese tipo de sentimientos molestos.
Me senté en la cama y estiré mi mano para que viniera a mí, la abracé por la cintura y recargué mi cabeza en su pecho. Antes he hecho esto como parte de la actuación de novio romántico, pero por primera vez me siento satisfecho.
-¿Por qué querías cocinar para mí? -no me moví, quiero escuchar los latidos de su corazón.
-Qué bueno que te gustó -comimos en un silencio agradable, mi enojo de hace un rato se ha ido y ella no tocó más el tema, además ahora luce feliz, el color ha vuelto a su cara. En el momento en que noté cómo se encontraba me asusté, su piel nunca había lucido tan pálida, creo que ni cuando llegó y tenía esas ojeras bajo sus ojos.
¿Cómo algo tan simple puede declararlo como favorito? Pero me sentí superior por eso, tal vez no es la comida sino el hecho de que fui quien lo hizo. Cuando llegó aquí todo lo que yo hacía tenía demasiada importancia para Emi, pero con el tiempo fue disminuyendo y entonces comenzó este sentimiento dentro de mí, era inexplicablemente molesto que la importancia de mis acciones se fuese haciendo menor, pero por otra parte, el aprecio a las cosas se hacía auténtico. Ya no era simplemente porque así tenía que ser, sino porque ella lo disfrutaba.
-Por favor -dejé que sirviera más vino, limpié mi boca por su comentario y dejé la copa a un lado- como siempre -hoy no hubo nada interesante, casi nunca lo hay. Terminé y me levanté, ella está muy callada- ¿qué sucede? ¿Te sientes mal? -dejé el plato en la mesa y me acerqué, y me agaché para estar a su altura- lo que te pasó no fue por un problema físico, pero podemos llevarte a la clínica después para hacerte análisis. Además no te vendrían mal unos estudios de rutina -fui a dejar el plato en el fregadero y después de lavarlo, regresé al lado de Emi- vamos arriba -nuestros días tienen una rutina. Comemos, subimos a mi recámara y estamos juntos viendo televisión o hablando, y esa rutina se vuelve confortante. No quiero acostumbrarme, que Emi se vuelva cada día más importante en mi vida no es para nada bueno, incluso por mi posición es una desventaja. Pero cada vez que estamos juntos siento una inexplicable calma y me dejo llevar por la sensación relajante de hacer cosas sencillas. No he buscado sexo hace tiempo, ni he salido con mujeres últimamente. Sé cuál es la razón y me incomoda a estas alturas desarrollar ese tipo de sentimientos molestos.
Me senté en la cama y estiré mi mano para que viniera a mí, la abracé por la cintura y recargué mi cabeza en su pecho. Antes he hecho esto como parte de la actuación de novio romántico, pero por primera vez me siento satisfecho.
-¿Por qué querías cocinar para mí? -no me moví, quiero escuchar los latidos de su corazón.
Takumi Fukui- Puntos : 111
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Re: Lust for life [privado]
Levanto la mirada y le sonrío, no quiero que piense que me siento mal, porque no es eso. Así que niego.
-¿Estudios? está bien- no me fascina esa idea, pero a él le gusta que haga ese tipo de cosas periódicamente, no solo conmigo, con el tío Shinya también lo hace.
Escucho como lava en el fregadero y yo me quedo sentada. Podría ayudarlo, pero a veces él se encarga de eso y yo lo hago al siguiente día, así que mañana yo lo haré sin falta. Solo me quedo sentada jugando con las puntas de mi cabello.
Me levanto cuando se acerca y sonrío.
-Si- acepto lo de subir. Creo que es de mis partes favoritas del día.
Subimos las escaleras para ir a su habitación. Me alegra que ya no esté enojado, porque de ser así, hoy seguro que no querría que pasáramos más tiempo juntos.
Estaba por sentarme en la cama al otro lado, pero el estira su mano, la tomo y me acerco. Él me abraza y yo también lo hice rodeando su hombros. No esperaba esa pregunta, me avergüenza confesarlo, porque luego de lo que ha pasado hoy… y con estas nuevas reglas.
Respiro pausadamente para tratar de que mi corazón no se vaya a acelerar mientras hablo.
-Quería ganarme un beso- mi intento por mantener mi ritmo no ha funcionado, siento como se a acelerado en cuanto lo he dicho -lo siento- lo digo por exponer de nuevo que tengo esa clase de deseos, parece que eso a él no le gusta -practiqué mucho en casa del tío, pero no soy buena- lo admito con decepción por mi gran fracaso.
-¿Estudios? está bien- no me fascina esa idea, pero a él le gusta que haga ese tipo de cosas periódicamente, no solo conmigo, con el tío Shinya también lo hace.
Escucho como lava en el fregadero y yo me quedo sentada. Podría ayudarlo, pero a veces él se encarga de eso y yo lo hago al siguiente día, así que mañana yo lo haré sin falta. Solo me quedo sentada jugando con las puntas de mi cabello.
Me levanto cuando se acerca y sonrío.
-Si- acepto lo de subir. Creo que es de mis partes favoritas del día.
Subimos las escaleras para ir a su habitación. Me alegra que ya no esté enojado, porque de ser así, hoy seguro que no querría que pasáramos más tiempo juntos.
Estaba por sentarme en la cama al otro lado, pero el estira su mano, la tomo y me acerco. Él me abraza y yo también lo hice rodeando su hombros. No esperaba esa pregunta, me avergüenza confesarlo, porque luego de lo que ha pasado hoy… y con estas nuevas reglas.
Respiro pausadamente para tratar de que mi corazón no se vaya a acelerar mientras hablo.
-Quería ganarme un beso- mi intento por mantener mi ritmo no ha funcionado, siento como se a acelerado en cuanto lo he dicho -lo siento- lo digo por exponer de nuevo que tengo esa clase de deseos, parece que eso a él no le gusta -practiqué mucho en casa del tío, pero no soy buena- lo admito con decepción por mi gran fracaso.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: Lust for life [privado]
Su ritmo cardiaco aceleró y sonreí, no puedo creer que por esa pequeña cosa haya hecho todo el desastre. Aunque ahora se está disculpando, no estoy molesto, me ha dado gusto saber que por tan poco estuvo dispuesta a hacer un gran esfuerzo. ¿Tanto así significa para ella?
-Espero que no les hayas dado problemas -me separé de ella y palmeé en la cama junto a mí para que se sentara. Giré ligeramente mi cuerpo y envolví mi brazo en su cintura- ahora estoy sorprendido, no pensé que te gustara la idea de cocinar, pude enseñarte yo -tal vez la madre de Touji es más adecuada, pero nadie conoce a Emi mejor que yo, sé el modo en que debo explicarle- pero te esforzaste, supongo que solo por eso mereces una recompensa -le sonreí pero no hice nada, solo me quedé viendo su cara, está nerviosa. Se ve linda cuando se pone nerviosa, no tenía estos gestos antes, era una niña muy salvaje cuando llegó que directamente me proponía toda clase de cosas- ¿qué te gustaría? Esta vez te daré un deseo libre de reglas, así que piénsalo bien -acaricié su cabello y toqué sus puntas. Ella se ha vuelto más linda, ya no parece una niña, entiendo por qué el viejo y más hombres están atrás de ella, y lo peor es que Emi podría hacerles caso solo por estar aburrida.
Besé su mejilla solo porque sí, porque me dieron ganas de hacerlo. Pero estando tan cerca percibí que mi ritmo también incrementaba, y acaricié su mejilla para luego acercarme a sus labios. Me olvidé de la excusa que siempre necesito, mi mano se deslizó a su cuello y por sus hombros. Metí suavemente mi lengua a su boca, pero solo fue un jugueteo rápido para después separarme. Llevé mi dedo a su labio y lo delineé.
-¿Te conformas con eso? Es lo que buscabas después de todo -quiero que decida, y también es la manera de mantenerme en mi zona de confort, para así no ser quien deseé todo. Puede que ella lo acepte porque está acostumbrada a conformarse con lo poco que le dé, pero me gustaría por primera vez, que ella pidiera a su antojo, que tuviera la iniciativa. Es raro, yo odio ese tipo de impulsos porque no soy quien tiene el control, pero con Emi a veces mis pensamientos y tácticas cambian, y ya solo importa lo bien que me hace sentir.
-Espero que no les hayas dado problemas -me separé de ella y palmeé en la cama junto a mí para que se sentara. Giré ligeramente mi cuerpo y envolví mi brazo en su cintura- ahora estoy sorprendido, no pensé que te gustara la idea de cocinar, pude enseñarte yo -tal vez la madre de Touji es más adecuada, pero nadie conoce a Emi mejor que yo, sé el modo en que debo explicarle- pero te esforzaste, supongo que solo por eso mereces una recompensa -le sonreí pero no hice nada, solo me quedé viendo su cara, está nerviosa. Se ve linda cuando se pone nerviosa, no tenía estos gestos antes, era una niña muy salvaje cuando llegó que directamente me proponía toda clase de cosas- ¿qué te gustaría? Esta vez te daré un deseo libre de reglas, así que piénsalo bien -acaricié su cabello y toqué sus puntas. Ella se ha vuelto más linda, ya no parece una niña, entiendo por qué el viejo y más hombres están atrás de ella, y lo peor es que Emi podría hacerles caso solo por estar aburrida.
Besé su mejilla solo porque sí, porque me dieron ganas de hacerlo. Pero estando tan cerca percibí que mi ritmo también incrementaba, y acaricié su mejilla para luego acercarme a sus labios. Me olvidé de la excusa que siempre necesito, mi mano se deslizó a su cuello y por sus hombros. Metí suavemente mi lengua a su boca, pero solo fue un jugueteo rápido para después separarme. Llevé mi dedo a su labio y lo delineé.
-¿Te conformas con eso? Es lo que buscabas después de todo -quiero que decida, y también es la manera de mantenerme en mi zona de confort, para así no ser quien deseé todo. Puede que ella lo acepte porque está acostumbrada a conformarse con lo poco que le dé, pero me gustaría por primera vez, que ella pidiera a su antojo, que tuviera la iniciativa. Es raro, yo odio ese tipo de impulsos porque no soy quien tiene el control, pero con Emi a veces mis pensamientos y tácticas cambian, y ya solo importa lo bien que me hace sentir.
Takumi Fukui- Puntos : 111
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Re: Lust for life [privado]
-No, no lo hice- aseguro, realmente me esforcé y no fui grosera, así que supongo que no fui una molestia, creo. Él deshace el abrazado y me hace sentar en la cama junto a él -No, no me gusta, pero quería sorprenderte, por eso no te dije- sería lindo que el me enseñara, pero si lo hacía, entonces ya no habría sorpresa para poder darle.
-¿De verdad?- abro mis ojos con sorpresa y felicidad, la idea de haber ganado una recompensa me hace emocionar. Respiro pesadamente cuando dice que esta vez será un beso libre de reglas.
Pero creo que me decepciono cuando ese beso es en la mejilla, pero entonces él se acerca a mis labios. Cierro mis ojos, mis manos suben hasta llegar a su pecho y me aferro a su camisa. Su lengua entra en mi boca, y la mía hace lo mismo, percibo el sabor alcohólico del vino, pero no me importa, incluso hasta lo disfruto. Pero el beso dura tan poco.
-No- aun sigo bajo el efecto de sus labios y no he pensando en lo que he respondido. Abro los ojos al darme cuenta y suspiro -perdón- respiro profundo para tratar de calmar lo agitada que me siento -es que- mis manos sueltan su camisa y me abrazo a mi misma -Está bien así, solo es por mi esfuerzo- supongo que no merezco más, pero quiero más. Entonces levanto la mirada, con decisión y me inclino hacia él apoyando mis manos en el colchón -¿Que debo hacer? yo trato de pensar que hacer para merecer una recompensa, dime que puedo hacer, yo lo haré- es mejor si le pregunto, ¿no? el puede decirme y así ya no pierdo el tiempo en tonterías como aprender a cocinar -Por favor, dime- recargo mi frente en su pecho, me siento frustrada.
-¿De verdad?- abro mis ojos con sorpresa y felicidad, la idea de haber ganado una recompensa me hace emocionar. Respiro pesadamente cuando dice que esta vez será un beso libre de reglas.
Pero creo que me decepciono cuando ese beso es en la mejilla, pero entonces él se acerca a mis labios. Cierro mis ojos, mis manos suben hasta llegar a su pecho y me aferro a su camisa. Su lengua entra en mi boca, y la mía hace lo mismo, percibo el sabor alcohólico del vino, pero no me importa, incluso hasta lo disfruto. Pero el beso dura tan poco.
-No- aun sigo bajo el efecto de sus labios y no he pensando en lo que he respondido. Abro los ojos al darme cuenta y suspiro -perdón- respiro profundo para tratar de calmar lo agitada que me siento -es que- mis manos sueltan su camisa y me abrazo a mi misma -Está bien así, solo es por mi esfuerzo- supongo que no merezco más, pero quiero más. Entonces levanto la mirada, con decisión y me inclino hacia él apoyando mis manos en el colchón -¿Que debo hacer? yo trato de pensar que hacer para merecer una recompensa, dime que puedo hacer, yo lo haré- es mejor si le pregunto, ¿no? el puede decirme y así ya no pierdo el tiempo en tonterías como aprender a cocinar -Por favor, dime- recargo mi frente en su pecho, me siento frustrada.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: Lust for life [privado]
Hizo algo que no le gusta solo por sorprenderme, tal vez debería explicarle por qué, pero ella no preguntó, y es más interesante si se da cuenta sola.
-La próxima vez intenta con algo que nos guste a ambos -no me interesa que se haga una experta en la cocina, por eso no le animo a mejorar.
La miré esperando que luego de ese “no”, tuviera uno de esos impulsos de antes, pero después de algunos segundos ella se disculpó y yo suspiré. Me quedé callado, no lo hizo y me siento frustrado. Puedo besarla de nuevo, puedo también decirle que no debe preocuparse y actúe libremente, pero no, yo quiero que ella lo haga por sí misma.
-Descuida -supuse que entonces volveríamos a nuestra rutina, pero ella puso una mirada seria en su rostro e hizo esa pregunta. Sonreí, está desesperada porque la bese y eso me trae más seguridad. En este momento podría aprovechar y jugar un poco con ella, darle pequeñas probadas para al final dejarla con más ganas, pero no es igual, no será ella la única insatisfecha- Emi -tomé su mejilla con una de mis manos para alejarla y así observar su cara de nuevo- ¿qué clase de recompensa quieres? -bajé hasta su hombro y deslicé con dos de mis dedos un poco de su blusa- ¿te conformarás si te beso? -me incliné hacia su cuello y dejé un beso, eso me ayudó a empujarla sobre la cama y quedar parcialmente sobre ella. Acaricié su cara con una de mis manos, toqué sus labios y abrí ligeramente su boca- te dije que podías pedir un deseo libre de reglas -mis dedos recorrieron su barbilla, su cuello y luego su pecho, y llegaron hasta su ombligo. Mi mirada se posó en cada parte de su cuerpo que mis dedos tocaron- ¿o prefieres ganarlo? Si quieres hacer algo a cambio, está bien, aunque podrías solo pedirlo -le sonreí y besé la punta de su nariz, para luego rozarla con la mía y mirarla a los ojos.[/color]
-La próxima vez intenta con algo que nos guste a ambos -no me interesa que se haga una experta en la cocina, por eso no le animo a mejorar.
La miré esperando que luego de ese “no”, tuviera uno de esos impulsos de antes, pero después de algunos segundos ella se disculpó y yo suspiré. Me quedé callado, no lo hizo y me siento frustrado. Puedo besarla de nuevo, puedo también decirle que no debe preocuparse y actúe libremente, pero no, yo quiero que ella lo haga por sí misma.
-Descuida -supuse que entonces volveríamos a nuestra rutina, pero ella puso una mirada seria en su rostro e hizo esa pregunta. Sonreí, está desesperada porque la bese y eso me trae más seguridad. En este momento podría aprovechar y jugar un poco con ella, darle pequeñas probadas para al final dejarla con más ganas, pero no es igual, no será ella la única insatisfecha- Emi -tomé su mejilla con una de mis manos para alejarla y así observar su cara de nuevo- ¿qué clase de recompensa quieres? -bajé hasta su hombro y deslicé con dos de mis dedos un poco de su blusa- ¿te conformarás si te beso? -me incliné hacia su cuello y dejé un beso, eso me ayudó a empujarla sobre la cama y quedar parcialmente sobre ella. Acaricié su cara con una de mis manos, toqué sus labios y abrí ligeramente su boca- te dije que podías pedir un deseo libre de reglas -mis dedos recorrieron su barbilla, su cuello y luego su pecho, y llegaron hasta su ombligo. Mi mirada se posó en cada parte de su cuerpo que mis dedos tocaron- ¿o prefieres ganarlo? Si quieres hacer algo a cambio, está bien, aunque podrías solo pedirlo -le sonreí y besé la punta de su nariz, para luego rozarla con la mía y mirarla a los ojos.[/color]
Takumi Fukui- Puntos : 111
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Re: Lust for life [privado]
Muevo mi cabeza, para aceptar la indicación que me da. Pero no sé que podría intentar para la próxima, yo, no tengo cosas en especial que me gusten. Me gusta leer, eso lo descubrí cuando Mia se fue, yo comencé a leer y me di cuenta de que era algo que no odiaba, pero eso no es algo que me sirva para sorprenderlo.
Lo miro expectante, deseando que me diga con claridad cuales son las cosas que me pueden hacer ganar una recompensa.
-¿Si?- pregunto cuando dice mi nombre. Siento como va creciendo mi curiosidad por saber que me dirá. Toca mi mejilla, y confundida me muevo un poco -¿Qué clase?- no entiendo su pregunta, porque es obvio lo que quiero de premio -un beso- respondo, aunque con algo de duda en mi voz. Estoy por decir con decisión que si, que con eso me conformaré, pero muerdo mi labio, porque creo que eso solo me hará desear más. Justo como ahora que sus labios han tocado mi cuello, siento como una sensación de cosquilleo se ha extendido por mi piel y mis poros se erizan. Cierro los ojos cuando siento que caigo a la cama, y los vuelvo a abrir a los pocos segundos.
Cuando siento sus dedos en mis labios, mi boca se abre un poco en un reflejo.
-¿De verdad puedo? - no sé que pensar, eso iría en contra de lo que me ha dicho abajo.
Respiro profundo ante el recorrido de sus dedos. Se acerca y mi corazón se acelera al pensar que va a besarme, pero solo toca mi nariz, pero no se aleja, sigue tan cerca que puedo sentir su aliento.
Levanto un poco mi cabeza para buscar sus labios, mis manos de nuevo están estrujando su camisa para buscar que estemos aun más cerca. Tal se vaya a enojar por esto, pero no me importa, ahora eso me da igual. Mis labios se sienten tan necesitados de los suyos, si por mi fuera lo besaría hasta que mis labios dolieran y aun así, creo que no me gustaría detenerme.
Lo miro expectante, deseando que me diga con claridad cuales son las cosas que me pueden hacer ganar una recompensa.
-¿Si?- pregunto cuando dice mi nombre. Siento como va creciendo mi curiosidad por saber que me dirá. Toca mi mejilla, y confundida me muevo un poco -¿Qué clase?- no entiendo su pregunta, porque es obvio lo que quiero de premio -un beso- respondo, aunque con algo de duda en mi voz. Estoy por decir con decisión que si, que con eso me conformaré, pero muerdo mi labio, porque creo que eso solo me hará desear más. Justo como ahora que sus labios han tocado mi cuello, siento como una sensación de cosquilleo se ha extendido por mi piel y mis poros se erizan. Cierro los ojos cuando siento que caigo a la cama, y los vuelvo a abrir a los pocos segundos.
Cuando siento sus dedos en mis labios, mi boca se abre un poco en un reflejo.
-¿De verdad puedo? - no sé que pensar, eso iría en contra de lo que me ha dicho abajo.
Respiro profundo ante el recorrido de sus dedos. Se acerca y mi corazón se acelera al pensar que va a besarme, pero solo toca mi nariz, pero no se aleja, sigue tan cerca que puedo sentir su aliento.
Levanto un poco mi cabeza para buscar sus labios, mis manos de nuevo están estrujando su camisa para buscar que estemos aun más cerca. Tal se vaya a enojar por esto, pero no me importa, ahora eso me da igual. Mis labios se sienten tan necesitados de los suyos, si por mi fuera lo besaría hasta que mis labios dolieran y aun así, creo que no me gustaría detenerme.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: Lust for life [privado]
Empiezo a desesperarme, Emi es demasiado obediente. ¿Por qué no tiene los mismos impulsos que con otros? La paciencia siempre fue una virtud de la que me sentí orgulloso, soy de los que trabajan a largo plazo y disfruta el resultado, pero con Emi se desmorona todo. Mi paciencia, mi orgullo, las cosas que suelo manejar con mucha calma con ella se vuelven un impulso. No debería ser yo quien actúe así, ni estar tan consciente de sus reacciones o peor aún, de las mías.
-Es lo que dije -ni siquiera sé porqué lucho conmigo mismo para no mandarla al diablo y ceder a esta necesidad por ella. ¿Es porque no querré botarla después? Sí, seguro, porque también me importa no arruinar la imagen que tiene de mí.
Sentí sus labios sobre los míos, la sensación cálida en mi pecho se extendió y cerré los ojos, dejándome guiar por ella en este beso que por primera vez no he iniciado yo. Me separé de ella y otra vez fui yo quien se acercó. Quisiera no saber a qué se deben las reacciones de mi cuerpo, convertirlo en un placer sin nada de especial y actuar hasta que esté satisfecho. Pero mientras más se prolonga el contacto entre nosotros me doy cuenta que ni esto, ni llegando más lejos me sentiré así. Tengo miedo de no cansarme, ¿cuándo fue la última vez que algo me asustó? O la última persona que me resultó indispensable, no lo recuerdo, no ha sucedido mas que una vez.
La miré desde arriba con la respiración agitada. Percibir mis latidos acelerados me hacen cerrar la boca para mantenerme calmado, al menos tengo que guardar para mí mismo estas reacciones. Pero mirar sus ojos directamente me distrae de todo lo que planeo para enterrar estas sensaciones, y en un acto impulsivo, me recosté junto a ella solo para poder abrazarla. Respiré hondo disfrutando el aroma de su champú, y con una de mis manos fui hasta su camisa y la jalé hacia abajo para poder besar su piel.
-Puedo darte besos donde quieras -hice una sugerencia a propósito, a este paso pareciera que el desesperado por tener contacto con ella, soy yo.
Me alejé lentamente de ella y me acosté boca arriba, llevé mi antebrazo a mi cara y cerré los ojos. Mi cuerpo ha reaccionado, pero eso no es lo preocupante de toda esta situación, no es como si una erección me dé vergüenza. En realidad, preferiría que notase esa parte y no mi inestable carácter cuando estoy con ella.
-Es lo que dije -ni siquiera sé porqué lucho conmigo mismo para no mandarla al diablo y ceder a esta necesidad por ella. ¿Es porque no querré botarla después? Sí, seguro, porque también me importa no arruinar la imagen que tiene de mí.
Sentí sus labios sobre los míos, la sensación cálida en mi pecho se extendió y cerré los ojos, dejándome guiar por ella en este beso que por primera vez no he iniciado yo. Me separé de ella y otra vez fui yo quien se acercó. Quisiera no saber a qué se deben las reacciones de mi cuerpo, convertirlo en un placer sin nada de especial y actuar hasta que esté satisfecho. Pero mientras más se prolonga el contacto entre nosotros me doy cuenta que ni esto, ni llegando más lejos me sentiré así. Tengo miedo de no cansarme, ¿cuándo fue la última vez que algo me asustó? O la última persona que me resultó indispensable, no lo recuerdo, no ha sucedido mas que una vez.
La miré desde arriba con la respiración agitada. Percibir mis latidos acelerados me hacen cerrar la boca para mantenerme calmado, al menos tengo que guardar para mí mismo estas reacciones. Pero mirar sus ojos directamente me distrae de todo lo que planeo para enterrar estas sensaciones, y en un acto impulsivo, me recosté junto a ella solo para poder abrazarla. Respiré hondo disfrutando el aroma de su champú, y con una de mis manos fui hasta su camisa y la jalé hacia abajo para poder besar su piel.
-Puedo darte besos donde quieras -hice una sugerencia a propósito, a este paso pareciera que el desesperado por tener contacto con ella, soy yo.
Me alejé lentamente de ella y me acosté boca arriba, llevé mi antebrazo a mi cara y cerré los ojos. Mi cuerpo ha reaccionado, pero eso no es lo preocupante de toda esta situación, no es como si una erección me dé vergüenza. En realidad, preferiría que notase esa parte y no mi inestable carácter cuando estoy con ella.
Takumi Fukui- Puntos : 111
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Re: Lust for life [privado]
La posibilidad de que me rechace, de que se enoje conmigo por besarlo, todo eso se me olvidó, no pensé en nada de eso. Siempre cuido mis acciones para que no se enoje, porque cuando recién llegué a vivir con él, lo hacía enojar mucho. Poco a poco me he esforzado para hacer todo como a él le gusta, pero en este momento he perdido toda mi fuerza para poder seguir cumpliendo y acatando lo que pide. Yo quiero besarlo, quiero todo lo que no puedo tener.
Al separarse de mi, pensé que tal vez me diría algo, que eso era todo lo que podría tener, pero en cambio se volvió a acercar y se inició el contacto de nuestros labios de nuevo. Me siento feliz, demasiado feliz.
Cuando nos volvemos a separar le sonrío, porque no puedo evitarlo, creo que es la única expresión que ahora puede haber en mi rostro.
Siento un cosquilleo en mi estomago que se va a todo mi cuerpo cuando dice que puede besar donde yo quiera.
-Yo… me gustaría- jadeo un poco por solo pensar en sus labios tocando cada parte de mi cuerpo -no puedo elegir- admito mordiendo mi labio para controlar mi reacción. En parte porque deseo sentir sus labios en cada espacio de mi piel y en parte porque por alguna razón decir lo que me gustaría, me avergüenza. Es un sentimiento bastante extraño, porque aunque deseo decir algo, al final no me atrevo.
Me muevo para acercarme a él, porque ahora es él quien está recostado sobre la cama. Mi mano toca su pierna moviéndose para rozar su ingle. Recuesto mi cabeza en su pecho, puesto escuchar su corazón, está tan agitado como el mío y eso me hace feliz. Mi mano se mueve un poco más a su erección. Es casi irreal lo nerviosa que me siento, esto debería ser lo más normal para mi, pero me siento nerviosa y emocionada. Mi mano lo toca por fin, hace mucho que no lo hacía, aunque sea por encima de la ropa. Levanto mi cabeza y busco de nuevo sus labios.
Al separarse de mi, pensé que tal vez me diría algo, que eso era todo lo que podría tener, pero en cambio se volvió a acercar y se inició el contacto de nuestros labios de nuevo. Me siento feliz, demasiado feliz.
Cuando nos volvemos a separar le sonrío, porque no puedo evitarlo, creo que es la única expresión que ahora puede haber en mi rostro.
Siento un cosquilleo en mi estomago que se va a todo mi cuerpo cuando dice que puede besar donde yo quiera.
-Yo… me gustaría- jadeo un poco por solo pensar en sus labios tocando cada parte de mi cuerpo -no puedo elegir- admito mordiendo mi labio para controlar mi reacción. En parte porque deseo sentir sus labios en cada espacio de mi piel y en parte porque por alguna razón decir lo que me gustaría, me avergüenza. Es un sentimiento bastante extraño, porque aunque deseo decir algo, al final no me atrevo.
Me muevo para acercarme a él, porque ahora es él quien está recostado sobre la cama. Mi mano toca su pierna moviéndose para rozar su ingle. Recuesto mi cabeza en su pecho, puesto escuchar su corazón, está tan agitado como el mío y eso me hace feliz. Mi mano se mueve un poco más a su erección. Es casi irreal lo nerviosa que me siento, esto debería ser lo más normal para mi, pero me siento nerviosa y emocionada. Mi mano lo toca por fin, hace mucho que no lo hacía, aunque sea por encima de la ropa. Levanto mi cabeza y busco de nuevo sus labios.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: Lust for life [privado]
Solté una risita, ella se ve linda ahora, tímida. No creí posible que Emi alguna vez se pudiera comportar así, ella es una buena actriz pero conmigo no necesita actuar, y sé cuando lo está haciendo y lo de ahora es auténtico.
-Qué mal, estaba dispuesto a besar más de un sitio -pasé la punta de mi lengua por su barbilla para terminar besando suavemente sus labios. El tiempo corre lento, es imposible teóricamente pero el latir de mi corazón va tan rápido que hace todo lo demás insignificante. Este tipo de pensamientos me avergüenzan, no es algo típico de mí, incluso puedo apostar que es nuevo. Pero tampoco puedo detener el flujo de ideas y sensaciones, todo ocurre por sí mismo y por más que intento concentrarme y enfriar la cabeza, ella lo hace imposible con sus palabras, sus movimientos y sus expresiones.
Tragué saliva al sentir su mano sobre mi pantalón, ella está pegada a mí y seguramente nota este gran cambio en mis latidos. Pero intentar regularlos es imposible, y bueno, es una reacción natural. Si pienso que esto se debe a la notoria reacción de mi cuerpo no necesito darle una excusa del porqué mis latidos van tan rápido. Pero ¿qué hay conmigo? Imposible mentirme, sé que esto no es producto de un deseo sexual. Si quisiera solo sexo lo haría, pero hasta eso lo he limitado estos meses, ¿es por ella?
Retiré mi brazo y al sentir que se acercaba acorté la distancia y correspondí a su beso. Mis manos se posaron en su rostro, y la intensidad del beso fue creciendo. Me despegué de ella y la contemplé unos segundos, es ahora ella quien está ligeramente sobre mí.
-Eres preciosa, Emi -una presión extraña se sintió en mi pecho, un simple elogio provocó un placer pasajero. Mi mano fue hasta su abdomen y subió despacio, trayendo consigo la blusa hasta pasarla por encima de su cabeza y lanzarla a un lado de la cama. Mi respiración está más agitada. ¿Es así como se siente el sexo? No recordaba a mi cuerpo tan sensible y atento a las reacciones de la otra persona, tan ansioso y a la vez temeroso. Pero omití lo segundo, porque a estas alturas a mi orgullo solo le queda protegerse con eso, y si estoy sumergido dentro de este nuevo sentimiento, al menos por ahora será sin miedo.
De nuevo mis dedos recorrieron sus labios, un ligero rastro de saliva quedó impregnado en su barbilla y su cuello, y delineé el contorno de sus hombros lentamente. Lento, yo odio las cosas así, no soy considerado a detalle y nunca me importó ser llamado el amante excelente, y tampoco ahora, va más allá de dejar una buena impresión.
-Quiero saberlo, ¿qué estás pensado? -coloqué mi mano tras su cabeza y la atraje hacia mis labios- ¿lo sientes? -susurré muy bajo y cerré los ojos, su aroma es suficiente para excitarme.
-Qué mal, estaba dispuesto a besar más de un sitio -pasé la punta de mi lengua por su barbilla para terminar besando suavemente sus labios. El tiempo corre lento, es imposible teóricamente pero el latir de mi corazón va tan rápido que hace todo lo demás insignificante. Este tipo de pensamientos me avergüenzan, no es algo típico de mí, incluso puedo apostar que es nuevo. Pero tampoco puedo detener el flujo de ideas y sensaciones, todo ocurre por sí mismo y por más que intento concentrarme y enfriar la cabeza, ella lo hace imposible con sus palabras, sus movimientos y sus expresiones.
Tragué saliva al sentir su mano sobre mi pantalón, ella está pegada a mí y seguramente nota este gran cambio en mis latidos. Pero intentar regularlos es imposible, y bueno, es una reacción natural. Si pienso que esto se debe a la notoria reacción de mi cuerpo no necesito darle una excusa del porqué mis latidos van tan rápido. Pero ¿qué hay conmigo? Imposible mentirme, sé que esto no es producto de un deseo sexual. Si quisiera solo sexo lo haría, pero hasta eso lo he limitado estos meses, ¿es por ella?
Retiré mi brazo y al sentir que se acercaba acorté la distancia y correspondí a su beso. Mis manos se posaron en su rostro, y la intensidad del beso fue creciendo. Me despegué de ella y la contemplé unos segundos, es ahora ella quien está ligeramente sobre mí.
-Eres preciosa, Emi -una presión extraña se sintió en mi pecho, un simple elogio provocó un placer pasajero. Mi mano fue hasta su abdomen y subió despacio, trayendo consigo la blusa hasta pasarla por encima de su cabeza y lanzarla a un lado de la cama. Mi respiración está más agitada. ¿Es así como se siente el sexo? No recordaba a mi cuerpo tan sensible y atento a las reacciones de la otra persona, tan ansioso y a la vez temeroso. Pero omití lo segundo, porque a estas alturas a mi orgullo solo le queda protegerse con eso, y si estoy sumergido dentro de este nuevo sentimiento, al menos por ahora será sin miedo.
De nuevo mis dedos recorrieron sus labios, un ligero rastro de saliva quedó impregnado en su barbilla y su cuello, y delineé el contorno de sus hombros lentamente. Lento, yo odio las cosas así, no soy considerado a detalle y nunca me importó ser llamado el amante excelente, y tampoco ahora, va más allá de dejar una buena impresión.
-Quiero saberlo, ¿qué estás pensado? -coloqué mi mano tras su cabeza y la atraje hacia mis labios- ¿lo sientes? -susurré muy bajo y cerré los ojos, su aroma es suficiente para excitarme.
Takumi Fukui- Puntos : 111
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Re: Lust for life [privado]
Mi respiración se acelera en cuando dice esas palabras, me siento una tonta, por no haber dado una respuesta, y ahora he perdido mi oportunidad. Pero cuando siento su lengua que se mueve y llega hasta mis labios y de nuevo me está besando, entonces me olvido un poco de eso, o más bien de todo. Cuando me besa, yo ya no puedo pensar en nada más, mi mente se quedan completamente en blanco, solo puedo reaccionar a sus labios.
Pensé que tal vez me diría algo, que me detuviera, o que ya había recibido mi premio y que ya no podría tener nada más. Pero no me rechaza, y eso da un poco más de seguridad a mis acciones.
Él muchas veces me ha mencionado mi belleza, pero esta vez se siente diferente, la forma en que me mira cuando lo ha dicho. Mi impulso fue buscar sus labios de nuevo, pero su mano subiendo mi blusa me hizo detenerme. Lo miro por un momento cuando me quita la prenda. Su gusto en mujeres siempre me ha quedado muy claro, por eso odiaba cuando mi cuerpo parecía tanto el de una niña, pero ya no me veo de esa manera.
Me quedo quieta, expectante de cada movimiento de su mano, ¿que es esto? no es normal, solo recorre mi piel con su dedo y eso mucho placer en mi,
-No quiero que se detenga, por favor que no se detenga- suelto mis pensamientos en voz alta, Muerdo mi labio un poco apenada -Siento demasiadas cosas- llevo mi mano hasta mi pecho - mi corazón late mucho, y es diferente, siempre late así por ti, y me pongo nerviosa, y confundida, pero muy feliz- giro mi mano y la pongo en el pecho de él, puedo sentir su corazón, se siente tan parecido al mío.
Me atrevo a buscar sus labios de nuevo, hoy aprovecharé tanto como pueda de besarlos, porque no sé cuando será la próxima vez que pueda tener esto. Pero comienzo a sentirme un poco desesperada de tocarlo y solo poder sentir las fibras de la tela y no su piel. Mi mano, que estaba en su pecho, se desliza hasta buscar un camino para colarse debajo de su camisa. Acaricio su vientre, y supo un poco recorriendo su torso, y luego bajo otro poco metiendo un poco mis dedos dentro de su pantalón, pero no demasiado, pero realmente comienza a desesperarme su ropa.
-Odio tu ropa- me quejo levantándome para quitarle el cinturón y abrir su pantalón, me coloco encima de él y busco quitarle la playera también.
Pensé que tal vez me diría algo, que me detuviera, o que ya había recibido mi premio y que ya no podría tener nada más. Pero no me rechaza, y eso da un poco más de seguridad a mis acciones.
Él muchas veces me ha mencionado mi belleza, pero esta vez se siente diferente, la forma en que me mira cuando lo ha dicho. Mi impulso fue buscar sus labios de nuevo, pero su mano subiendo mi blusa me hizo detenerme. Lo miro por un momento cuando me quita la prenda. Su gusto en mujeres siempre me ha quedado muy claro, por eso odiaba cuando mi cuerpo parecía tanto el de una niña, pero ya no me veo de esa manera.
Me quedo quieta, expectante de cada movimiento de su mano, ¿que es esto? no es normal, solo recorre mi piel con su dedo y eso mucho placer en mi,
-No quiero que se detenga, por favor que no se detenga- suelto mis pensamientos en voz alta, Muerdo mi labio un poco apenada -Siento demasiadas cosas- llevo mi mano hasta mi pecho - mi corazón late mucho, y es diferente, siempre late así por ti, y me pongo nerviosa, y confundida, pero muy feliz- giro mi mano y la pongo en el pecho de él, puedo sentir su corazón, se siente tan parecido al mío.
Me atrevo a buscar sus labios de nuevo, hoy aprovecharé tanto como pueda de besarlos, porque no sé cuando será la próxima vez que pueda tener esto. Pero comienzo a sentirme un poco desesperada de tocarlo y solo poder sentir las fibras de la tela y no su piel. Mi mano, que estaba en su pecho, se desliza hasta buscar un camino para colarse debajo de su camisa. Acaricio su vientre, y supo un poco recorriendo su torso, y luego bajo otro poco metiendo un poco mis dedos dentro de su pantalón, pero no demasiado, pero realmente comienza a desesperarme su ropa.
-Odio tu ropa- me quejo levantándome para quitarle el cinturón y abrir su pantalón, me coloco encima de él y busco quitarle la playera también.
Emi Fukui- Puntos : 129
Fecha de inscripción : 01/06/2016
Edad : 24
Re: Lust for life [privado]
Esta imagen de Emi no debería ser nueva para mí, pero no es como la chica que vino por primera vez a mi casa e inmediatamente me ofreció su cuerpo. Ella actúa como cualquier chica, ¿no era lo que quería evitar? Siempre me agradó la idea de que fuese diferente, más civilizada pero diferente, pero ahora actúa como una chica enamorada y que la idea no me incomode resulta extraño.
-¿Tanto así te gusto? -sonreí, pero me puse nervioso cuando tocó mi pecho. No pude controlar mis latidos antes, menos lo haré ahora, pero por lo menos mi rostro debe lucir calmado.
Me quedé quieto mirando su comportamiento, los besos se han hecho frecuentes que ya no me preocupo por detenerla, ni siquiera cuando parece que comenzará a tocarme- vaya manera de decirlo -solté una risa, creo que arruinó el ambiente, aunque mi cuerpo podría no pensar lo mismo. Levanté los brazos para que la camisa quedara fuera. No perdí de vista sus movimientos, ha regresado su confianza, ¿qué pasó con la timidez?- -¿quién dijo que podías desnudarme? -me ha quitado el pantalón y la camisa, no me da vergüenza, y me reí para yo también desabrochar su short y comenzar a deslizarlo para que ella se lo quitara. Mi reclamo pareció más bien una inocente burla, y al ser consciente de ello hubiese preferido usar un tono de voz más severo.
Nunca me gustó mucho besar, lo encuentro innecesario a la hora de tener sexo, pero casualmente es lo que más hago ahora con Emi. La atraje a mis labios mientras mi mano tocó su abdomen, presioné con mis dedos sobre su estómago y me separé de ella por aire. No volví a besarla, pero mi mano continuó el sutil tacto en su vientre y bajó hasta tocar sobre su ropa interior. Sonreí inmediatamente, la tela es delgada y pude sentir lo húmedo inmediatamente.
-Estás ansiosa -comenté con superioridad y continué tocando sobre su ropa. Mi pecho está más agitado, su cara es más expresiva de lo que imaginé. Moví con dos de mis dedos su ropa interior y el tercero acarició su piel, es la primera vez que la toco allí- Emi -mis ojos quedaron fijos en los suyos mientras comencé a introducir uno de mis dedos, su cara me hizo olvidar casi todo, y solo pienso en las muchas formas que podré molestarla mientras se retuerce de placer.
-¿Tanto así te gusto? -sonreí, pero me puse nervioso cuando tocó mi pecho. No pude controlar mis latidos antes, menos lo haré ahora, pero por lo menos mi rostro debe lucir calmado.
Me quedé quieto mirando su comportamiento, los besos se han hecho frecuentes que ya no me preocupo por detenerla, ni siquiera cuando parece que comenzará a tocarme- vaya manera de decirlo -solté una risa, creo que arruinó el ambiente, aunque mi cuerpo podría no pensar lo mismo. Levanté los brazos para que la camisa quedara fuera. No perdí de vista sus movimientos, ha regresado su confianza, ¿qué pasó con la timidez?- -¿quién dijo que podías desnudarme? -me ha quitado el pantalón y la camisa, no me da vergüenza, y me reí para yo también desabrochar su short y comenzar a deslizarlo para que ella se lo quitara. Mi reclamo pareció más bien una inocente burla, y al ser consciente de ello hubiese preferido usar un tono de voz más severo.
Nunca me gustó mucho besar, lo encuentro innecesario a la hora de tener sexo, pero casualmente es lo que más hago ahora con Emi. La atraje a mis labios mientras mi mano tocó su abdomen, presioné con mis dedos sobre su estómago y me separé de ella por aire. No volví a besarla, pero mi mano continuó el sutil tacto en su vientre y bajó hasta tocar sobre su ropa interior. Sonreí inmediatamente, la tela es delgada y pude sentir lo húmedo inmediatamente.
-Estás ansiosa -comenté con superioridad y continué tocando sobre su ropa. Mi pecho está más agitado, su cara es más expresiva de lo que imaginé. Moví con dos de mis dedos su ropa interior y el tercero acarició su piel, es la primera vez que la toco allí- Emi -mis ojos quedaron fijos en los suyos mientras comencé a introducir uno de mis dedos, su cara me hizo olvidar casi todo, y solo pienso en las muchas formas que podré molestarla mientras se retuerce de placer.
Takumi Fukui- Puntos : 111
Fecha de inscripción : 20/06/2016
Re: Lust for life [privado]
Su pregunta me toma por sorpresa, porque realmente, aunque pienso mucho en él y lo que siento, no llego jamás a clasificar de manera cuantitativa lo que me provoca, solo sé que lo hace y ya, pero si me pongo a comprarlos, entonces me doy cuenta que es la persona que más me gusta y mas me hace sentir.
-Si- contesto sin dudar.
Quito la camisa que tan molesta me parece, porque ni siquiera sus brazos me dejaba tocar con libertad y ya que he quitado esa primera prenda, termino por también quitar su pantalón.
Detengo mis movimientos cuando hace aquella pregunta, ¿Se ha molestado? no, no suena como cuando está molesto.
-Dijiste que tengo un deseo sin restricciones- digo para justificar mis actos, pero entonces el desabotona mi short y termina siendo otra prenda más en el suelo.
De nuevo comenzamos un beso, me siento mareada, un poco perdida y lo único que puedo hacer es reaccionar de manera natural a lo que mis deseos buscan. Esta ves no hago nada solo por buscar complacer a la persona con quien estoy, solo estoy respondiendo ante lo que de alguna manera mi cuerpo parece querer.
Cuando el beso se vuelve a romper, lo miro algo perdida, y aunque planeaba iniciar el beso de nuevo, el movimiento de su mano me hace quedar quiera.
Solo jadeo cuando hace aquel comentario y lo hago de nuevo cuando siento sus dedos tocarme son la barrera que era la tela.
Solo es un dedo lo que introduce en mi, y aun así, mi cuerpo responde mucho más de lo que debería. Muerdo mi labio y cierro mis ojos disfrutando por completo de lo que él me nace sentir. Es demasiado intentos y me dejo caer encima de él y lo abrazo con fuerza, de esa manera.
-Yo también quiero tocarte- mi mente está por completo nublada, pero mi mano logra buscar camino, entrando en su ropa interior, lo envuelvo con mi mano y comienzo a moverla. Se siente tan duro y caliente en mi mano, y hace que mi deseo solo se vuelva aun mayor. ¿Por qué el me hace sentir así? realmente me hace desear cosas que antes me eran insignificantes.
Me dejo caer encima de él, no puedo concentrarme ni siquiera poder besarlo, solo puedo soltar jadeos y mover mi mano buscando que él sienta algo como lo que me está haciendo sentir.
Medio bajo su ropa interior, pero ni siquiera me molesto en quitarla y me acomodo encima de él.
-Este es mi deseo- le digo, para que sepa que esto es lo que quiero, como esperando que termine de aprobar lo que deseo que pase entre nosotros.
-Si- contesto sin dudar.
Quito la camisa que tan molesta me parece, porque ni siquiera sus brazos me dejaba tocar con libertad y ya que he quitado esa primera prenda, termino por también quitar su pantalón.
Detengo mis movimientos cuando hace aquella pregunta, ¿Se ha molestado? no, no suena como cuando está molesto.
-Dijiste que tengo un deseo sin restricciones- digo para justificar mis actos, pero entonces el desabotona mi short y termina siendo otra prenda más en el suelo.
De nuevo comenzamos un beso, me siento mareada, un poco perdida y lo único que puedo hacer es reaccionar de manera natural a lo que mis deseos buscan. Esta ves no hago nada solo por buscar complacer a la persona con quien estoy, solo estoy respondiendo ante lo que de alguna manera mi cuerpo parece querer.
Cuando el beso se vuelve a romper, lo miro algo perdida, y aunque planeaba iniciar el beso de nuevo, el movimiento de su mano me hace quedar quiera.
Solo jadeo cuando hace aquel comentario y lo hago de nuevo cuando siento sus dedos tocarme son la barrera que era la tela.
Solo es un dedo lo que introduce en mi, y aun así, mi cuerpo responde mucho más de lo que debería. Muerdo mi labio y cierro mis ojos disfrutando por completo de lo que él me nace sentir. Es demasiado intentos y me dejo caer encima de él y lo abrazo con fuerza, de esa manera.
-Yo también quiero tocarte- mi mente está por completo nublada, pero mi mano logra buscar camino, entrando en su ropa interior, lo envuelvo con mi mano y comienzo a moverla. Se siente tan duro y caliente en mi mano, y hace que mi deseo solo se vuelva aun mayor. ¿Por qué el me hace sentir así? realmente me hace desear cosas que antes me eran insignificantes.
Me dejo caer encima de él, no puedo concentrarme ni siquiera poder besarlo, solo puedo soltar jadeos y mover mi mano buscando que él sienta algo como lo que me está haciendo sentir.
Medio bajo su ropa interior, pero ni siquiera me molesto en quitarla y me acomodo encima de él.
-Este es mi deseo- le digo, para que sepa que esto es lo que quiero, como esperando que termine de aprobar lo que deseo que pase entre nosotros.
Emi Fukui- Puntos : 129
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