Lust for life [privado]

Recuerdo del primer mensaje :

Contacté a Emi para salir este fin de semana, pero su respuesta fue la misma que he recibido desde hace algunas semanas atrás. La paciencia se me está acabando, y la sensación de ser desplazado ha hecho que deje el orgullo a un lado y me decida ir a buscarla. Pensaba dejar de molestarle un tiempo y después volver a buscarla, pero últimamente solo recibo negativas, es como si todo el mundo se decidiera a hacerme enojar. Inclusive Dasha se ha mostrado distraída últimamente.
Aplacé una junta por la tarde para el día de mañana y conduje hasta la casa de Emi, a esta hora debe estar ya allí, quería emboscarla en el colegio pero no pude salir más temprano de la oficina.
Compré un aperitivo para los dos, tengo planeado sacarla de esa casa donde su padre la tiene enclaustrada, porque dudo que por voluntad ella decida dejar de verme de un día a otro. Además y como le prometí, en el último viaje que hice le compré unas cuantas prendas, es increíble que recién vaya a recibirlas por culpa de las negativas de su padre.

Bajé las bolsas del auto y sonriente caminé hasta el frente de la pequeña casa, el coche de ese hombre no está, seguramente ni siquiera llegará a dormir, a veces él la deja sola por dos o más días, es un idiota.
-¡Hola linda! -apenas un par de timbrazos después, ella salió a abrir. Sentí algo cálido en el pecho al verla, creo que después de tanto la extrañé más de lo que pensé. Me lancé a ella y le di un apretado abrazo, y después de alejarme levanté las bolsas que tenía en las manos- como parece que tú ya no quieres verme, vine al menos a dejarte tus obsequios -le regalé una expresión triste y bajé los brazos, dejando las bolsas sobre el suelo y nuevamente abrazándola, pero esta vez de manera más sutil- te extrañé -me separé de ella y acaricié su cabello, y luego tomé la bolsa del aperitivo y se la di- traje esto para ti, sé que te gusta... ¿puedo pasar? -la miré de manera inocente y luego entré a la casa. Huele a comida, ¿está cocinando? Supongo que sí, después de todo pasa la mayor parte del tiempo sola, pero honestamente es algo inesperado.

Mitya:

Casa Takumi-Emi:

Al fin se decidió, y me molesta que fui quien presionó más para que ella pidiera lo que tan desesperadamente deseaba. No quería que se conformara con un beso, no esta vez, y le llevó un rato atreverse a ir más lejos.
-De acuerdo -ahora obtuve la excusa perfecta para no volver atrás, una que después podría darme la oportunidad de retroceder. No es solo por el sexo, si mi cuerpo no tuviera esas sensaciones entonces podría tener sexo con ella interminables veces, ni siquiera le daría tiempo de pensar en ningún otro hombre. Pero por desgracia, no es solo ella la que reacciona demasiado o de forma extraña, y estos sentimientos me tienen constantemente dudando.

Pasé mi mano por su espalda para desabrochar la prenda de arriba, y la tiré a un lado, llevando una de mis manos a su pecho y comenzando a acariciar despacio. Sus jadeos hacen que mis dedos se muevan con más ganas que de costumbre. Me abrazó y yo coloqué ahora mi mano sobre su cadera, lo inevitable está por ocurrir y me pregunto cómo es que me resistí a su cuerpo durante estos años, o más bien cómo es que terminé siendo un hombre tan típico cediendo a la sensualidad de una mujer.
-Hazlo, Emi -susurré su nombre cerca de su oído, por un par de segundos mi mano dejó de moverse por sentir cómo me tocaba de nuevo, y jalé su ropa interior hacia abajo para poder tocarla con mayor comodidad. Pero ella ya luce desesperada, y cuando expresó abiertamente lo que deseaba le sonreí y asentí. Pretendía dejarla hacerlo sola, pero no pude, y tomé sus caderas para presionarme más dentro de ella. Apoyé mi mano sobre el colchón y me impulsé hacia delante para quedar sentado, tomé su rostro con una de mis manos y comencé a besarla desesperadamente- llámame, Emi -solté un jadeo y sin pensar le pedí algo extraño. El movimiento de nuestros cuerpos aceleró el ritmo, no puedo pensar en nada, la sensación de ella apretándome es demasiado abrumadora, sin contar que su expresión es tan sensual que me quedé fijamente mirando su boca. Lamí su barbilla y terminé en sus labios, y me separé dejando una mordida en uno de ellos.

Él realmente me está dejando hacer lo que yo quiera, y tocarlo, poder escucharlo, eran cosas que deseaba poder hacer. Mi pecho va a explotar y mi excitación a penas la puedo controlar. Esto de no entender lo que me pasa, siempre me preocupa, las cosas que siento o que hago, como haber llorado, eso no me gusta, pero en este momento me pasa algo similar, estoy sintiendo cosas, y no hablo del placer por el estimulo que el me está dando, sino que tocarlo, eso también me da placer a mi, es extraño desear hacer esto y no solo hacerlo porque se supone que es lo que debo hacer.
Ya no queda ni una sola prenda de ropa en mi cuerpo, me siento emocionada, de que el no me rechace, de que mi cuerpo ahora le pueda gustar.
Sonrío cuando mueve su cabeza y no es una negativa lo que he ganado. El placer, no solo físico, sino mental, que siento cuando por fin soy penetrada por él, no se comprara con nada que haya sentido.
Me abrazo a él cuando se sienta y correspondí de inmediato a sus labios.
-Takumi- digo su nombre entre jadeos -Takumi- repito mientras mis caderas se mueven con más fuerza. Decir su nombre era algo que no había hecho, esta es la absoluta declaración, de que solo lo estoy mirando como un hombre en este momento, no como el padre que siempre me obligo a decir que es.
Mi cuerpo se estremece por todo esto, no quiero que termine, quiero disfrutar de su cuerpo aun más, pero parece que mi propio cuerpo, no puede mantener la calma que me gustaría. Me abrazo a él jadeando al sentir esas contracciones y como mi humedad se vuelve aun mayor, pero no dejo de moverme, porque quiero que él también lo haga, quiero tener la seguridad de que mi cuerpo puede darle tanto placer, como él me lo ha dado a mi.
No ha sido un encuentro con demasiadas posiciones… tampoco hemos hecho nada extraordinario, lo he disfrutado de una manera única. Pensar en todo lo que no hemos hecho, y no sé si podremos hacer. Tengo que ganar de nuevo otro deseo, no sé como, pero debo poder tener más de esto.

Es la primera vez que me llama por mi nombre, desde el inicio aclaré que tenía prohibido tutearme y comenzó ese juego de padre e hija. En ese entonces no lo hizo sino por molestarla, y porque no encontraba otro uso a tener una niña conmigo mas que simular una paternidad, también era un concepto que parecía interesante aunque lo odiara. Pero con el tiempo ella no intentó más nombrarme, y yo me acostumbré a escuchar de sus labios una sola palabra.
Mi cuerpo aceleró sus movimientos y se sincronizó con los de ella, mi pecho está muy agitado y el acto que parece completamente igual a cualquier otra ocasión, es más placentero esta vez. Mi excitación crece por cada detalle de ella, por escuchar sus jadeos, por sentir su interior húmedo y apretado y esa manera en que se aferra a mí.
Sentí cómo su cuerpo se contrajo y eso fue el último estímulo para que mis movimientos se intensificaran, la tomé fuerte de las caderas y solté jadeos cerca de su oído, sintiendo cómo el orgasmo llegaba lentamente. La sensación de terminar dentro de ella es incomparable, en primer lugar porque nunca fui tan estúpido como para venirme dentro de alguna mujer, y en segundo porque, por alguna razón, todo es más intenso cuando se trata de Emi.
Con la respiración entrecortada, ella se alejó de mí y dejé caer mi espalda en la cama. Miré el techo unos segundos tratando de asimilar lo que acabamos de hacer. Todavía siento mi ritmo cardiaco acelerado, mi cuerpo está manchado y el suyo está junto a mí, caliente. La miré y la abracé, no es normal que quiera contacto luego del sexo, pero ahora estoy mentalmente cansado, podría decir que mucho más que mi cuerpo, mi cabeza está hecha un caos.
-¿Estás satisfecha? -cerré los ojos y sentí incómodo. Creí que al tener sexo esas ansias por tocarla se irían, pero nada de eso disminuyo, ni mi necesidad por ella ni tampoco estos extraños pensamientos de querer monopolizarla- estoy cansado, durmamos un poco -en realidad podría levantarme y darme un baño, odio esta sensación pegajosa, pero quiero quedarme quieto y dejar de pensar de nuevo, quiero dejarme llevar otro poco.

Me acomodo a su lado, abrazando su brazo, mi respiración a penas se controla un poco, y aun siento este calor en mi piel. Lo que pensé que nunca podría tener, por fin ha pasado. El sexo no fue nada del otro mundo, no hubo algo extraordinario en lo que pasó, pero se siente como si fuera algo muy diferente. Pero se que es porque se trata de él, solo con él algo sucede en mi cabeza y no puedo evitar que las emociones me golpeen hasta dejarme completamente idiotizada por esto que causa en mi.
Se mueve en la cama y me abraza, yo me acomodo feliz en sus brazos.
-Si- cierro mis ojos porque sé que aunque ahora soy feliz porque esto ha pasado, la idea de que pueda pasar mucho tiempo antes de que se vuelva a repetir ya me comienza a frustrar.
-Está bien- nos acomodamos en la cama, siento entre mis piernas aquella humedad que comienza a salir. Es incomodo, pero no quiero separarme de él, así que solo me aguanto, no es como si antes no hubiera tenido que soportar algo así.

Lo abrazo, pero mi mano no se puede estar quita, nunca había podido tocarlo de esta manera, ni siquiera mirar su cuerpo, por eso mi mano sigue acariciando su torso. Él tiene un buen cuerpo.
-¿Nos podemos bañar juntos?- puede parecer algo imposible, pero eso es algo que jamás he hecho con alguien -¿y dormir esta noche juntos?- a veces me he quedado dormida aquí en su cama cuando vemos televisión, pero nunca he pasado toda la noche con él.

Cerré los ojos pero no logré concentrarme, quería descansar pero con ella a mi lado parece tarea imposible, sobretodo porque está inquieta, puedo sentirlo. Abrí nuevamente los ojos, debería pedirle que vaya a tomar un baño pero las palabras no salen.
La miré serio, mi idea era que lo hiciera sola, y de repente ya adquirió un montón de confianza.
-Hoy estás muy demandante -retiré su cabello de su cara con cuidado, tengo que negarme, no puedo seguir cediendo- ya has pedido algo irrazonable, ¿y ahora quieres que durmamos juntos? -sonreí y cerré los ojos, de nuevo la abracé y me quedé en silencio unos segundos- ve a preparar el baño -levanté mi brazo para que se moviera. Me quedé un rato recostado, tengo muchas cosas que meditar, estoy indeciso. La respuesta debería ser sencilla, pero le doy demasiado interés a las cosas que hago sobre Emi, o lo que siento cuando nos besamos y ahora con esto, me he sumergido otro poco. Me senté sobre la cama y la miré venir, levanté mis brazos y toqué su cara, ella me parece más hermosa de lo que me parecía al inicio. No suelo impresionarme por caras bonitas o cuerpos esbeltos, pero ella de nuevo es ajena a lo que comúnmente hago.- hoy dormiremos juntos, pero no te acostumbres a ello -la solté y me levanté para ir al baño. La ducha es pequeña, ahora me parece que tener una casa más grande... ¿qué estupideces estoy pensando? Mojé mi cara y le hice espacio a ella. Lavé mi cuerpo y después su espalda, creo que además de Shinya, nunca tuve estas atenciones por nadie más.
Al terminar la ducha que duró más de lo necesario, salí con la toalla envuelta en mi cintura. Emi quitó las sábanas sucias y yo puse las limpias, y noté que siempre somos así. Ella hace una cosa y yo otra, trabajamos en equipo y ni siquiera lo noté hasta ahora. Ya no es cuestión de democracia, es natural el complementar la actividad del otro dentro de nuestra casa.
Mee senté en la orilla y con la toalla en la mano comencé a secar mi cabello, hoy fue un día bastante extraño, si duermo seguramente se asentarán mis pensamientos.

Sonrío, porque no parece que me esté regañando por pedir bañarnos juntos.
-Si, eso quiero- sigue sin mostrar molestia o enojo, e incluso me vuelve a abrazar.
Me levanto con mucha energía cuando me dice que prepare el baño, así que me apresuro para hacerlo mientras tarareo una canción. Cuando el agua está lista, regreso para buscarlo.
Mi sonrisa si borra un poco cuando me dice eso sobre que solo será esta noche. Camino detrás de él para ir al baño y me metí cuando vi el espacio, me encanta, porque incluso aquí puedo estar muy cerquita de él. Incluso me ayuda a bañarme. Me seco al terminar de bañarnos, y me apresuro para quitar las sabanas. Él se encarga de poner unas limpias y subo a la cama mientras el seca su cabello. Me coloco a su espalda y pego mi cuerpo al de él.
-Te ayudo- pongo mis manos en la toalla y comienzo a hacer movimientos para secar su cabello -listo- mi cabello lo he secado también, y lo he peinado un poco con mis dedos. Tomo las toallas húmedas y las dejo en su lugar y de inmediato regreso a su cama y me metro entre la frescas sabanas limpias. Ni siquiera me he molestado en ir por ropa. Lo miro sonriendo, esperando que se acomodo a mi lado.
En cuanto lo hace, me acomodo a su lado.
No quiero dormirme, no quiero que este momento termine, pero poco a poco voy cediendo y comienzo a quedar dormida.
-¿Puedo ganar muchos muchos deseos más?- pregunto somnolienta.
No demoro ir siendo vencida por el sueño, pero es maravilloso como hasta eso es mucho mejor con él. Quiero repetir los momentos que hoy hemos compartido, incluso el estar en la cama, desnudos y solo abrazándonos.
-Takumi- digo su hombre apenas algo despierta, y sonrío para luego no se en que momento quedar dormida.

Dejé que secara mi cabello y por esos segundos cerré mis ojos, seguramente parecemos una tonta pareja de enamorados, y me reí por la idea absurda. He recibido atenciones antes, unas incluso van muy lejos al grado de verse patéticas, y nunca se me ocurrió pensar que eramos una pareja así, incluso si ellas ya salían conmigo.
-Gracias -me recosté en la cama y me cubrí con las sábanas, debería pararme por ropa pero estoy agotado. Debe ser por el día tan pesado en el trabajo, y luego esto. Tampoco me molesta estar desnudo, aunque siempre prefiero dormir con ropa,
Como ella se acurrucó junto a mí, pasé mi brazo a su alrededor y la miré, creo que tiene sueño, probablemente más que yo.
-No lo sé -no pude darle una respuesta clara, porque tal vez mañana me dé cuenta de que fue una estupidez, o tal vez ella se dé cuenta de cuánto control puede tener sobre mí, eso es lo peor que podría pasar- solo duerme -acaricié su cabello para ver si de ese modo me daba un poco de sueño, es raro cómo me siento cansado pero mi cabeza no me permite descansar a gusto.
Me quede jugando con su cabello, el silencio es confortante como incómodo, porque más claramente comienzo a analizar las cosas que hice. Detuve el movimiento de mi mano al escuchar mi nombre de sus labios, sonreí sin querer y me acerqué a besarla. La miré por un par de segundos y cerré los ojos. Debo dormir, mañana tengo trabajo que hacer, debo también ir a ver a Shinya y otros pendientes, son tantas cosas las que tengo que hacer, no debería preocuparme por mi vida personal.
Eventualmente todo eso ayudó a tranquilizar mi cabeza y quedé dormido.