Agua de rosas {Privado}

Aunque he preguntado, no espero realmente que acepte, yo solo me impongo ante ellos, porque sé que si les doy tiempo a pensar, alguno terminará diciendo que no y arruinando tal vez la ultima oportunidad que les queda. Entiendo esos miedos al futuro, a saber que no existe realmente un futuro para ellos, se muy bien lo que se siente, yo no sé cuando deberé soltar a Aaren para verlo casarse con Kajsa o cualquier otra persona adecuada para él, y aunque odio la idea, prefiero un día más a su lado, si tengo al menos un día más, quiero sentir esa felicidad de nuevo.

En en el taxi doy la dirección de Ian, no creo que haya salido a buscar una conquista, él es un poco aburrido para esas cosas.
-A casa de un amigo- contesto un poco molesta y me giro para mirarlo -Nico, te gusta mi hermana ¿cierto? - lo interrogo bastante seria -¿al menos una vez, puedes solo hacer lo que quieres hacer  y dejar de pensar en si está bien o mal? sin pensar en finales feliz o tristes. Si lo de ustedes ya está condenado a fracasar, al menos solo sean felices un día- me acomodo de nuevo en mi lugar y veo mi celuar cuando suena de nuevo, otro mensaje de nana que pregunta donde estamos, que el empleado a llamado para avisar que no nos encuentra -al menos es una ventaja que te quitaran el celular- le comento divertida porque al mío ya están llamando.
-Hola... no, ella me parece que se quedó a dormir con su amiga, no lo sé, ¿yo? me fui a una fiesta. No. No. No tengo el contacto de la amiga. Es Kajsa, no haría una tontería, tal vez solo se le olvidó avisar. Trataré de conseguir el número - suspiro cansada cuando cuelgo, en cuanto dije que no estaba con Kajsa, el tono de esa mujer cambió -está vez yo voy a cuidar de ti- le digo a Kajsa por la mentira que he dicho de no estar juntas.
Saco unos billetes para pagar y subo al edificio y doy unos golpes en la puerta.
-¿alguien ordenó una conejita?- le digo con una gran sonrisa coqueta a Ian cuando abre la puerta.

-¿Tu quieres volver?- quiero decir que no, todo es tan perfecto aquí que no quiero que se arruine, ni separarme de su abrazo. Suspiro cuando nuestro ultimo beso termina, y quiero besarlo de nuevo, pero siento una mano sobre mi.
-Karin- mi hermana está aquí y habla sobre hacer una locura, todo parece absurdo, pero Nico dice que no le gustan las locuras y pienso entonces en decirle a Karin que no. Pero ella ya nos ha sacado del lugar y hemos terminado en un taxi. Así es ella, a veces aunque uno lo deteste no hay manera de decirle que no, ella no da tiempo a que uno pueda reaccionar -Lo siento- me disculpo con él cuando estamos en el taxi.

No me gustan las cosas tan pesimistas que dice Karin a Takabe, quiero decirle que se detenga, que no le diga esas cosas, pero incluso yo en el fondo se que es verdad que es bastante complicado poder lograr algo fuera de la locura que está siendo esta noche.
Escucho la voz de mamá, está gritando, pero Karin actúa como si eso no importara, y luego dice que no estamos juntas. De inmediato sé que yo ya estoy exenta de regaños.
-No, pero yo vine para evitar que mamá se enoje tanto contigo- al final no podré ayudarla, ella misma se ha encargado de poner la soga en su cuello. Bajo la mirada por lo inútil que me siento en este momento. Ella solo intenta ayudarme con Takabe, así que no sé como, pero voy a cancelar mi compromiso no me importa nada más, no seré yo quien la aleje de la persona que quiere.

Su hermana y ella son todo lo contrario, y no me gusta mucho lidiar con gente como Karin, porque por más que me niegue no hará caso a mis palabras. Al final terminé en el taxi, pero es solo para asegurarme que Kajsa llegue con bien.
Asentí cuando se disculpó, ni yo soy tan idiota como para culpar a Kajsa de las decisiones de su hermana, y si realmente quisiera negarme lo habría hecho, no es como si ella tuviera mucha fuerza.
-Sí -me sorprendió su pregunta, más aun el tono de voz con que habla. Y me molestó eso que dijo, pero no tuve nada por responder. Me enojó saber que ciertamente es algo destinado a fallar, que a pesar de haber juntado un poco de valor, los esfuerzos serán en vano, y eso no es algo que me agrade mucho. Pero puede que tenga razón. Fui feliz al verla, y al besarla.
Fije la vista al frente mientras escuchaba la conversación de ella y alguien más al teléfono, debe ser alguno de sus padres. No puedo creer que luego de eso siga pensando en esa tontería de “¿y por qué no solo hoy?”. Esa lógica no funciona para mí, pero ya que me dejé arrastrar a no sé dónde, no tiene caso poner mala cara todo el tiempo.
Su llamada termina y Kajsa se ve decaída por eso. Siempre pensé que mis padres eran unos pesados, pero comienzo a pensar que no me fue tan mal como a ellas.

Llegamos a la casa de su amigo y no dejé de tomar la mano de Kajsa. Saqué mi teléfono y miré la hora, ¿de verdad está bien venir tan tarde?
Abre la puerta un chico más grande que nosotros, no parece feliz, y nos escanea con la mirada a Kajsa y a mí.
-Buenas noches -saludé. Miré a Kajsa incómodo, no me gusta dar molestias y menos a extraños. Pero al final pasamos y nos sentamos en la sala. Entonces, ¿es esta su tan anhelada locura?

Como los sábados no trabajo, es común que me quede hasta tarde mirando tele o salga de copas. Esto último no es tan frecuente, pero lo que coincide es que no logro dormir temprano, y para qué preocuparme, mañana puedo dormir hasta el mediodía. Desde que terminé con Sora no debo preocuparme por verla o ajustar nuestros tiempo, fue un poco difícil saber la verdad, pero al menos fue honesta conmigo. Pero no quise saber más de ella, eso de ser amigos luego de romper no funciona para mí.
Me reí a causa de la película y luego me levanté para sacar una cerveza del refri. No he cenado a pesar de ser tan tarde, puede que por ser fin de semana no se molesten en traerme algo de comer… o mejor salgo al minisuper cercano a comprar algo instantáneo. Pero la pereza me venció y terminé de nuevo en el sofá mirando la tele. Mis risas se apagan cuando escucho golpeteos en la puerta. Tomé el control y pausé la película, y de nuevo golpearon. Me asomé al celular para ver si alguien había llamado, aunque no tengo una gran lista de gente que pueda venir a esta hora, es muy tarde.
Me levanté con pereza y al abrir mi cara se mostró seria. Ya imaginaba que podría ser ella, pero…
-Mmm, la verdad no, debería preguntar al vecino -fingí cerrar la puerta y luego la abrí para dejarlos pasar. Viene acompañada. No me molesta, pero tampoco me emociona tener extraños en mi casa, pero desgraciadamente a Karin le perdono todo- adelante, tomen asiento -cerré la puerta y quité algunas revistas del sofá mediano y las puse en uno de los muebles cercanos. Con verlos puedes adivinar que vienen de alguna fiesta de disfraces- te trajiste la fiesta para acá, eh -me tiré de nuevo en el sofá- tú debes ser la hermana -dije mirando a la chica- y… -me acerqué a Karin para susurrarle- ¿también te trajiste al prometido contigo? -la miré confundido. Sé que más o menos todo se arregló, Karin no ha hablado mucho de ello porque sabe que la regañaré un poco, pero no me gusta verla sufriendo por nadie.

Ian:

Ian reacciona como de costumbre, a veces me hace sentir realmente como una niña, pero está bien, así puedo comportarme tan infantil y él solo se queja pero realmente no me reclama.
-Ja, ja, ja- me rio falsamente por su broma. Entramos y él les pide que se sienten. Yo de inmediato me deshago de los tacones y solo camino descalza hasta la sala -eres realmente aburrido si consideras que este par son material para una fiesta- comento mirando a la pareja y solo niego un poco.
-¿Qué? Noooo- digo un poco escandalizada, no es que Nico sea feo, pero nunca podría fijarme en el chico de mi hermana y creo que no somos nada pero nada compatibles -él es Nicolas y él es Ian, hoy dormiremos aquí- digo informando a todos de mis decisiones.
No me sorprendería que Nico solo decida irse, creo que es casi un milagro que esté aquí. Así que me pongo de pie y le ofrezco mi mano.
-Pero antes necesito hablar contigo- no espero a que tome mi mano, seguro no lo hará, solo me inclino para tomar de nuevo su mano y lo arrastro conmigo a una habitación y cierro la puerta detrás de nosotros. Lo miro por unos instantes, por primera vez me pongo seria ante él.
-Sé que soy molesta, y que esto puede resultar incomodo y desagradable por mi actitud. Te puedes ir cuando quieras. Quiero que Kajsa sepa lo que es estar con la persona que ama. Tal vez no se casará con Aaren, pero la obligarán a casarse con alguien más, no quiero que nunca sepa lo que es estar contigo. Les quiero regalar tiempo juntos hasta el amanecer ¿Lo aceptarías?- ya no he hablado de manera autoritaria, de hecho estoy siendo mas bien suplicante. Sonrío un poco y suelto una pequeña sonrisa -No lo sé tal vez esto los ayude a armarse de valor y sino, al menos podrían tener un bello recuerdo para atesorar- aunque sonrío mis ojos se ponen cristalinos porque yo realmente deseo ver a Kajsa feliz -Ella es realmente una buena persona, siempre intenta protegerme, así que ahora quiero pagar un poco de todo lo que siempre hace por mi, pero yo solo puedo crear esta pequeña oportunidad, porque no puedo obligarte a nada, así que te lo pido, por favor... - siento un nudo en mi garganta, pero me estoy esforzando por no dejar escapar esas lágrimas que quieren salir.

Entramos a la casa de su amigo, no me sorprendo de que sea mayor, Karin tiene todo tipo de amistades, por eso a veces la envidio un poco. Me siento en la sala, es bastante pequeña, todo el lugar lo es.
Lanzo una mirada molesta a Karin cuando dice eso de nosotros, me siento apenada de causar molestias y luego ella habla así con él.
-Mucho gusto, mi nombre es Kajsa- digo al rubio cuando pregunta quien soy, me levanto para ofrecer mi mano en un saludo un poco más formal. Ya que él es mayor, en automático lo trato con mayor respeto.
Me sorprendo al ver que esta persona sabe, debe confiar demasiado en él, Karin aunque tiene muchas amistades, siempre es muy discreta, es algo que nos enseñaron desde pequeñas, nunca hablar de los asuntos familiares con nadie. Por eso nadie sabe que Karin es una bastarda de papá, o lo que ha pasado con Aaren. Nuestra familia es demasiado hermética. Bueno yo he contado un par de cosas a Aine, y Takabe se ha enterado de otras, pero no hablo de las cosas que considero mas delicadas.
-¿la noche? ¿pero que tontería dices?- me exalto de inmediato, esto es demasiado, desaparecer toda la noche, eso es una locura.
Veo a Karin y Takabe alejarse y me siento confundida de como ha terminado así.
-Amm, lamento las molestias, Karin debe estar bromeando- me disculpo con el amigo de ella, pero no se de que más podría hablar con él. Llevo mis manos a mi cabeza para quitar la diadema con las orejas y comienzo a jugar con ellas.

Al menos su amigo no se ha molestado, creo… y nos invitó a pasar amablemente. Es bueno que no sea yo el único confundido, porque Kajsa también parece no entender cuál es el propósito de venir aquí.
Fruncí el ceño por su comentario. Ella no me conoce bien, pero creo que tiene una imagen muy marcada de cómo soy.
-¿Cómo? -no, yo me iré a casa. Parece que Karin confía en él y seguro cuidará muy bien a Kajsa, por eso no me preocupa dejarlas. Pero no planeo dormir en casa de un extraño. No seré tan grosero como para irme ahora, pero su propuesta no me gusta- mucho gusto -dije a su amigo.
Miré a Karin confundido, y luego su mano. No la tomé, pero ella me jaló y la seguí de mala gana hasta una de las recámaras, sospecho que dirá algo similar a lo de hace un rato.

Me crucé de brazos una vez estando dentro de la habitación, ella parece seria y me pone nervioso todo esto.
Todo lo que empieza a soltar es muy molesto pero cierto. Me iría aunque no de inmediato, porque también soy consciente que, aunque hoy pueda olvidarme de todo y tener un “buen recuerdo”, las cosas no son tan simples y terminaremos separados. Eso duele más de lo que alguna vez me llegó a lastimar cualquier tema relacionado con el amor.
Ella continúa hablando, y esta vez me sentí un poco mal por ser tan rudo con mi forma de actuar. Había olvidado la forma en que su madre le gritó aquella vez, ella tampoco la está pasando bien. Suspiré resignado y me senté en la cama, luego miré al suelo.
-Sé que Kajsa es una buena persona, y también que es muy ingenua para comprender lo complicado de la situación. ¿No te parece que esto solo elevaría sus expectativas? -no la miré de mala gana como hace un rato- no soy la clase de persona que vive los momentos, no me gusta meterme en situaciones que a la larga serán un problema. Soy alguien que ante todo espera llevar sus relaciones de la manera menos problemática posible, porque tengo otras cosas en que pensar -no sé qué hacer. No haría nada de lo que ella dice solo porque se pusiera a llorar, lo que me mantiene indeciso es que quiero creer en esa ilusión y dejarme llevar. Estos días no he pensado en otra cosa que no sea ella y lo que pasó. ¿Cómo me sentiré a partir de ahora si decido crear más hermosos recuerdos? Mi frustración aumentará- tú y tu hermana son un problema -sonreí y me levanté de la cama- honestamente no sé qué hacer. Kajsa es como un torbellino en mi vida, y las cosas casuales no son lo mío, no soy la clase de persona que intenta disfrutar sabiendo que más adelante las cosas irán mal. A mí de verdad me gustaría estar con ella, y eso es lo que me hace sentir tan frustrado, porque es imposible -ni siquiera sé cómo es que logró sacarme todo esto, tal vez porque Karin no aborda el tema como la ilusión que puede llegar a suceder. Llevé mi mano a su cabeza e hice una caricia- lamento todo esto. No tuve la oportunidad de disculparme, pero quien le dijo a Kajsa sobre su prometido y tú, fui yo -eso seguramente ya lo sabe- no me quedaré solo para hacerte un favor. Aunque sí, influiste porque hoy tengo una voluntad débil -le sonreí triste y abrí la puerta. No quiero hablar más con ella. Es más fácil convencerme de lo que prometí para obligarme a permanecer aquí, y así tengo con qué protegerme.

Me presenté con su hermana y sonreí, es muy guapa, más que en fotografías.
-¿Ah no? Me hice ideas erróneas -me sentí aliviado cuando lo negó. No me gusta sentir estas cosas como celos o alivio cuando sé que ellos no están juntos. Pero entonces, ¿este chico es novio de su hermana? Ellas sí que se complican la vida, pero dije que ya no juzgaría a su familia, bueno, no frente a ella, en mi cabeza es inevitable.
Le di un saludo al chico cuando se presentó y luego los seguí con la mirada hasta la recámara. Karin se mueve en mi casa con mucha familiaridad, por eso el que diga que se queden no es gran problema, ya lo imaginaba.
-¿En serio crees que bromea? -me reí- no te preocupes, ella prácticamente vive aquí, no dudes en ponerte cómoda -ah, pero espera, ¿tal vez dije demasiado? Bueno, ella y su hermana son cercanas, casi me siento ofendido porque no me reconozca como yo a ella. La observo y noto que está algo nerviosa, ellas no se parecen en nada- ¿el chico es tu novio? -pregunté de repente para hacer un poco de plática y relajar el ambiente. Agarré el control de la TV y la apagué, es obvio que no veré más la película- eres mayor que Karin, ¿verdad? Ella me ha hablado un poco de ti. Te adora -la verdad al principio cuando la vi en la puerta, la reconocí, y sentí un poco de desagrado porque por ella Karin ha sufrido mucho. Pero no es desagradable, además es mucho más educada que esa niña, y casi me siento mal por haberla juzgado tanto. Comprendo mejor que nadie que el origen del problema es la ideología de sus padres- oh, disculpa, no te ofrecí nada. ¿Quieres agua? O alguna otra cosa. Déjame ver -caminé a la cocina y abrí el refrigerador- tengo jugo de naranja, coca cola, cerveza… uhm. Agua simple -miré en dirección a ella para ver si se le ofrecía algo. Esta muy rígida. Ya me acostumbré a que a Karin no tengo que darle excesivas atenciones para que se sienta en confianza, pero bueno, sería muy raro que ella hiciera lo mismo, Karin es única.
Cuando regresé al sofá vi al chico salir, y le ofrecí también algo de tomar. Pero Karin no viene. No sé si ellos pelearon, y también a mí me gustaría hacerle un par de preguntas.
-Puedes coger lo que quieras del frigo -le dije a él, y me levanté para ir a la recámara. No me molesté en tocar, y cerré la puerta tras de mí- debiste enviarme un mensaje, así habría limpiado un poco -mis palabras no fueron reclamo. Caminé hacia ella y la abracé- no te saludé apropiadamente -pero esto es una excusa.

Niego con la cabeza a lo que dice, tal vez no existe otra persona que la conozca tan bien. Todos ven su lado ingenuo y eso está bien, sé que parece una soñadora e ilusa, pero no vive exactamente en una burbuja de ensueño.
-¿Te parece que tiene expectativas?- puede que las tuviera al comienzo, pero justamente él se encargo de decirle que lo de ellos es imposible. Ella puede estar feliz por lo que está pasando pero no es tan tonta como para creer que todo se solucionará si ellos se aman, al menos ya no lo es.
Bajo la cabeza cuando el dice esas cosas, no puedo hacer milagros, esperaba correr con suerte para Kajsa, es triste porque puede que esta sea la ultima vez. No puedo entender como alguien prefiere solo negarse a un poco de felicidad solo por lo que vendrá después -está bien, entiendo. Lamento haberte arrastrado a esto- tenía demasiada esperanza en que funcionaría. Aunque yo soy una persona de entregarse a los momentos, siempre intenté huir de sentimientos profundos por otras personas, pero al final caí en la misma trampa que mamá. Sé que no habrá un final feliz y que es todo un problema por nuestras familias, todo un mundo en contra, pero prefiero tomaré esos momentos porque no quiero arrepentirme por no haber hecho nada. Me río por lo que dice y una lágrima termina escapando -Lo sé, nos gusta causar una gran impresión- vuelvo a reír mientras limpio mi rostro -puedes estar con ella hoy… - se que no ofrezco demasiada esperanza, pero creo que no estamos en un momento para ser ingenuos -¿Tú? no, ella no me dijo como se enteró- supongo que para ella era más importante arreglar mi corazón herido que decirme como lo supo -gracias- digo cuando sale de la habitación. Sé que estoy siendo egoísta pensando en Kajsa y no tanto en lo que él siente, pero no puedo ser imparcial en esta situación.
Me siento sobre la cama, no puedo salir ahora porque mis ojos siguen llorosos y no quiero preocupar a Kajsa. Levanto la cabeza para mirar a Ian.
-Ni siquiera había notado todo este desorden- contesto bromeando pero no logró hacerlo con mi mejor sonrisa. En cuanto me abraza, yo correspondo con necesidad -Es porque eres una persona muy grosera- le reclamo ocultando mi rostro en su pecho. Sus abrazos siempre me hacen sentir más tranquila y poco a poco me siento con más fuerza -con suerte hoy mi hermana pierde la virginidad- digo eso retomando mi acostumbrado sentido del humor, pero no me alejo de su abrazo.

Me río nerviosa por su comentario, y luego solo niego con resignación. Es obvio que ella no bromea, siempre parece que todo es un juego, pero no significa que no vaya en serio.
-¿En serio?- no lo imaginaba. Ella a veces desaparece por días, pero nunca había sabido de que pasara tanto tiempo con una persona, suele pasar los días en lugares diferentes y también con diferentes amistades, no es de pasar mas de un día con alguien -Eres especial para ella- digo con una sonrisa porque aunque ella tiene muchos amigos, no parece volverse intima con nadie, pero me alegra saber que tiene a una persona.
Cuando pregunta por Takabe, miro hacia la puerta por donde desaparecieron.
-No, él es la persona que quiero, pero no somos novios- bajo la cabeza y aprieto mis manos en puño un poco frustrada -¿en serio? yo la adoro a ella- me olvido un poco de mis nervios, porque me hace feliz escuchar eso, pues hace tiempo que siento que nos hemos distanciado, pero me alegra saber lo que él me cuenta.
Ni siquiera había pensando en eso, pero ahora que lo ofrece me siento un poco sedienta.
-Cerveza- comento recordando a Takabe tomando una hace rato. No me gustan pero no importa -A Takabe le gusta la cerveza, yo como que la odio un poco, pero no importa porque estaré pensando en él- comento con una sonrisa mientras abro la lata y doy un gran trago y luego hago un gesto por el sabor -jeje, lo siento- me río apenada por las cosas que he dicho en voz alta. De hecho ya tengo dos copas de vino encima y me siento bastante bien, así que supongo que tengo una gran tolerancia al alcohol.
-¡Takabe! hay cerveza- comento cuando aparece e Ian le ofrece algo para tomar -¿y Karin? dijo cosas de nuevo ¿cierto? ella es un poco… ammm ¿alocada? pero no es mala- no se como explicarlo para que él no la mal interprete -¿Te irás?- tomo de nuevo de la lata, ahora son varios tragos, porque me siento ansiosa y si, vuelvo a hacer gesto por el sabor -antes de que te vayas ¿puedo besarte una ultima vez?- pregunto un poco asustada por lo rápido que esto va a terminar.

-Un poco. Incluso yo las tengo. Tanto en ella, como en esto -es imposible no tenerlas, y no me refiero al momento en particular, sino esperar que algo suceda y las cosas puedan funcionar con nosotros. Desde el momento en que decidí quedarme con ella en la fiesta, estaba esperando que algo cambiara.
Lo poco que la conozco me hace notar la gran diferencia entre nuestras personalidades. Pensé que pondría caprichosa sobre cómo debo aprovechar “los últimos momentos” con Kajsa, tal como lo dijo en el auto. Pero está siendo prudente.
-No te disculpes. No podrías haberme obligado -no soy directo, pero entenderá lo que quiero decir con eso y cómo a pesar de mi mala cara, quería continuar al lado de ella otro rato. Inconscientemente también quiero aprovechar el tiempo, pero tengo muchos debates internos.

Me reí por el comentario. Es verdad, ellas causan gran impresión en muchos aspectos, pero Kajsa aún más, porque Karin no es del tipo de chica que me fije, incluso si se hubiera metido en mi vida como lo hizo Kasa, sería más fácil rechazarla completamente.
-¿No? Ah, yo pensé… bueno, entonces no se lo menciones, lo siento -entonces cargó ella sola con todo- no entiendo porqué me agradeces, al final ese día me di cuenta que había hecho algo malo y no me siento orgulloso de eso. Y ahora mi decisión no ha sido por ti -meterme en un problema ajeno o imponer mis ideas a Kajsa, todo ese día salió mal. Lo único bueno fue por fin poder decirle cómo me siento, pero bueno, eso desencadenó otra clase de complicaciones.
Salí de la habitación pensando en todo. Quiero dejar de hacerlo, pero no tengo idea de qué podría funcionar.
-Muchas gracias -en tan poco tiempo Kajsa ya se ha puesto cómoda. Miré al tipo entrar en la recámara y me fui a sentar donde Kajsa- pensé que no te gustaba -señalé la lata, parece muy feliz, ¿acaso él le dijo algo?- está con su amigo -no quiero que pregunte más, pero la conoce mejor que yo, ha dado en el clavo.
No dije si me iba o no, me quedé mirando su apresurada forma de beber. ¿Está borracha? ¿Por eso es que dijo eso tan vergonzoso? Es demasiado directa, no puedo contra ella.
-No me iré -puse su cabello tras su oreja- iré por una cerveza -me levante rápido hasta el refrigerador. Dudé antes de abrirlo, y miré a la puerta de la recámara. Nadie sale, así que la tomé rápido. Hay bastante alcohol ahí dentro.
Regresé donde Kajsa y abrí la lata. Ella dijo que si queríamos hacer una locura, y aunque no quiero, vine, y ya dije que me quedaría.
Llevé la lata a mi boca y tomé continuamente. Quiero apagar mis pensamientos, quiero disfrutar el tiempo. Todavía escucho su molesta voz en mi cabeza,y recuerdo el beso en la pista de baile.
Me incliné hacia delante y comencé a toser, un poco de cerveza se ha regado en mi ropa.
-Lo siento -limpié mi boca con mi antebrazo y miré a Kajsa. Me siento ligero, pero no es el alcohol, es lo mismo que hace una hora.

Asentí, la he delatado así que da igual si lo afirmo, no tengo ganas de excusarme.
-¿Especial? -mi corazón se aceleró un poco. Desvié la mirada y sonreí- pues los amigos siempre son especiales -intenté restarle importancia. Sé que ella y yo tenemos una relación estrecha, eso debe significar especial para su hermana, pero no pude evitar darle otro significado, aún si soy consciente de la realidad.
Lo bueno es que ella comenzó a hablar de ese chico, y medio recuerdo que Karin mencionó esa situación.
-Ah, entiendo -pero solo porque Karin me ha dicho el contexto de la situación- a veces así pasa, sabes. Quieres a alguien pero no pueden estar juntos -suspiré y sonreí cuando se puso feliz por lo que dije sobre Karin. De verdad se ve tan inocente como la describió, por eso es tan sobre protectora con ella.

Me pareció extraño que pidiera cerveza, pero saqué una para ella y se la llevé. Ah, con razón. Qué linda.
-Puedes ponerle un poco de sal y limón, tal vez te sepa mejor -todo depende de los sabores a los que ella esté acostumbrada- están en la cocina -debería hacerlo para ella para matar el tiempo, pero el chico ya salió, puede hacerlo él. Y me dio curiosidad cómo ella se puso tan feliz cuando él salió, hace dos segundos se veía muy tensa. Pero los dejé solos y entré a ver a Karin, lo de ellos no me interesa y no son niños para requerir supervisión.
Me quedé en silencio, es uno de esos momentos donde no sé qué decir porque puede que termine enfadándose, suelo ser muy rudo con mis palabras.
-¿Pero qué dices? Si hasta dejé que trajeras a tus niños a mi casa -le reclamé y una sonrisa se apareció en mi cara No se escucha tan mal como esperaba, y cuando soltó su bromita me despegué de ella para verla mal- en una de mis camas -la miré disque molesto- bien, bien, pero tendrán que limpiar antes de que se vayan -solté un chasquido y miré su traje completo. Sí había notado todo este atuendo, pero por la presencia de ellos me resultó un poco irrelevante. Ahora que estamos solos comienzo a pensar cosas que no debería- te prestaré ropa -comencé a recoger algunas cosas de la habitación y las guardé en el closet- ellos dormirán en la otra -es obvio, y por eso no tiene sentido arreglar este lugar. Tomé una camisa y unas bermudas, y me giré para entregárselas. Le quité las orejas y las puse sobre la cama, y me quedé de pie mirándola. No se ve como una niña para nada- no sé si tu hermana quiera también, o su novio -dijo que no lo es, pero para mí es más sencillo llamarle así.

Oh, eso no lo esperaba, no pasó por mi cabeza que el tuviera esa clase de ideas, supongo que lo he malinterpretado un poco, pero es que suelo ser dura con las personas que pueden lastimar a mi hermana.
-No es tan ingenua, al menos no en ese tema- ella era realmente una soñadora, pensaba que sería feliz con él y que todo sería perfecto, pero poco a poco va comprendiendo que las cosas no son como en esas historias que nos venden por todos lados. No siempre uno se queda con la persona que ama, no siempre todos aceptan ese amor y mucho menos conseguimos todos un final feliz.
-Lo sé, pero al menos quiero intentar que no seas tan duro con ella esta vez- quien más ha tenido que estar ahí cuando sufre por lo que he dijo, he sido yo, así que solo espero que esta vez solo tenga algo mejor de él.
-Descuida, te sorprendería lo discretas que somos- digo para que no se preocupe por eso, de hecho dudo que a Kajsa le pase por la cabeza si yo sé o no -Si no se lo hubieras dicho, ella no se habría enterado porque yo no le habría contado. Yo no podría tener un solo día más con Aaren y ella se estaría esforzando por que lo de ellos funcionara, así que ambos, tu y yo, solo estaríamos a un lado- río por un momento, hay algo de amargura en ella, pero es parte del precio a pagar.

-Bueno, bueno, eres amable- acepto como si no creyera en eso -bueno, sino quieres, tal vez en la sala- sonreí ampliamente, pero con ese par dudo que algo así pueda pasar -si, lavaré las sabanas y todo lo que quieras- giro los ojos por lo exigente que supuestamente está siendo con el tema.
-¿No te gusta mi ropa?- pregunto juguetona -está bien, les diré- solo me acomodo arriba de la cama mientras lo veo recoger un poco y saca ropa para darme -no, para ellos no, es mejor si ella sigue con ese traje ajustado y revelador, con suerte hace que el deje de ser tan controlado- me giro para darle la espalda -Si quieres que me lo quite ayudame- comento esperando a que me ayude a bajar el cierre del traje.

Siempre dicen eso de los amigos, si lo pienso, yo puedo asegurar que mis amigas son especiales, todas mis amigas son mujeres, pero si pienso en Karin, es diferente.
-No para ella, las únicas personas en quien la he visto confiar tanto es en mi, obviamente, en nana, una empleada de la casa y ahora tú. Ni siquiera con Aaren es así- no sé porque tengo la lengua un poco suelta, pero si ella confía en él seguro que ya sabe esto que le estoy contando.
Asiento por lo que dice, simplemente así son las cosas, querer a alguien y no poder estar juntos.

-Oh, eso no lo sabía- comento y miro a la cocina por lo que me dice, ¿lo tengo que hacer yo? bueno su cocina no se ve tan grande, y no debe ser un problema, pero la llegada de Takabe me distrae.
-Y no me gusta, pero pienso en ti cuando la tomo, así que aunque no me gusta soy feliz- le explico con una sonrisa en mi rostro -Oh, él parece buena persona- solo dejo el tema de lado, porque si está con su amigo -¿De verdad?- pregunto emocionada, no puedo ocultar la sonrisa de felicidad porque haya dicho eso -¿estás bien?- pregunto cuando tose y estiro mi mano para dar unas palmadas en su espalda.

-¡Cierto! el amigo de Karin dijo algo de limón y sal, que así sabrá mejor- me pongo de pie pero no avanzo, siento como todo se mueve un poquito y me vuelvo a sentar -¿hacemos lo del limón?- le pregunto ignorando el mareo que he sentido, porque no me siento mal, de hecho me siento bastante bien -Hagamos- digo animada tomando su mano y me vuelvo a poner de pie y camino hacia la cocina. Dejo mi lata en la barra y comienzo a abrir estantes en la cocina -ammm no sé donde buscar las cosas- digo luego de un rato de estar buscando.

Tal vez hubiese sido mejor no decir nada, porque después de ese día las cosas han sido difíciles y no creo que solo para mí, pero si luce feliz y cree que vale la pena, entonces más disculpas no son necesarias.
-Entiendo. Y trataré de no ser duro con ella. Lo siento, soy muy duro con las personas y tiendo a prejuzgarlas con facilidad -no sabía si dar las gracias por lo que hizo, porque fue molesto. Pero admiro lo mucho que se esfuerzan por la otra incluso si será en vano.

Kajsa es muy simple a veces, quería decirle que no amo la cerveza, pero ella luce feliz y prometí no ser tan rudo con ella.
-Es mejor elegir algo que te guste -pero no estamos en un lugar donde debamos ponernos quisquillosos, así que está bien. Me quedaré aquí, no tengo que preocuparme incluso si he pensado en tomar más de la cuenta- estoy bien, solo se fue… me ahogaba -desvié la vista. La bata no cubre lo suficiente- ¿sal y limón? -la miré levantarse y sentarse en un cuestión de segundos- ¿estás bien? -parece mareada, no debería dejarle tomar más. Pero ella dijo otra cosa y me llevó hasta la cocina. ¿De verdad se pondrá a buscar limón y sal?- no creo que debamos meter en la cocina de alguien que no conocemos -pero ella parece quererlo, y se ha puesto a abrir todo en la cocina. Miro nervioso a la puerta de la recámara, a pesar de que él parece alguien informal, no me gusta tomarme demasiadas confianzas con alguien que apenas conozco- yo lo busco -abrí el refrigerador, pero no hay nada. Luego busqué en uno de los sitios donde ella ya había visto, no sé para qué- no hay -miré en la esquina de la barra un frutero, y había dos pequeños limones- ahí -le señalé y los tomé, y luego se los entregué. La sal fue fácil de localizar- amm, espera -sin querer me sumergí en esa idea y tomé un cuchillo, un vaso de cristal y una tabla para cortar- lo pones así -unte el limón alrededor del vaso, y luego puse un poco de sal. A mí no me gusta así, pero tal vez ella lo disfrute- listo, toma -extendí el vaso y miré atento su rostro. Pero mi vista bajó un poco más- vamos al sofá -puse las cosas en el fregadero y las lavé rápidamente. Siento un ligero el cosquilleo en el estómago, es porque ella se ve demasiado bien hoy.
Me senté de nuevo donde estábamos. Aflojé mi corbata para quitarla y algunos accesorios del traje. Hace calor.
-Si dormiremos aquí, ¿no estarás incómoda? -señalé su ropa, porque se ve demasiado apretado como para dormir.