Encuentros [Privado]

Recuerdo del primer mensaje :

Me encantan las fiestas de disfraces, es cuando más puedo echar a volar la imaginación y ponerme lo que quiera sin tener que ser juzgado. Pero esta vez dejé un poco de lado eso para centrarme en lo importante. Y es que Kajsa ha estado decaída estos días, y obviamente la razón solo puede ser una. Además, ahora que comencé algo con Sora, aunque solo somos amigos, pero… pero aún así, ya no puedo ser esa otra persona que la ayuda a olvidarse del inútil de Takabe. Incluso Hana y ella han comenzado a llevarse un poco, pero parece que para Kajsa no es suficiente.
Le he dejado a Ziba un par de boletos para que lleve a ese idiota y al menos Kajsa pueda tener una noche especial. Sé que puede resultar contraproducente, de hecho es lo más probable, pero me gustaría que estuviera feliz al menos hoy. Y según Ziba, a ese imbécil no le es tan indiferente, y si ella mismo casi lo confirmó, mi plan no puede resultar tan malo.
Terminé de arreglar mi cabello y esperé sentado a que Hana terminara de cambiarse. Pedimos prestado uno de los camerinos ya que no podemos usar mi casa, y también algunos accesorios, cosa que me costará después algunos favores. Obviamente Ziba no sabe que ella va, porque seguro comenzaría a negarse y todo se iría al diablo. Son unos idiotas, no entiendo cómo puede negar algo tan obvio, pero bueno, yo les haré un pequeño favor.

-Tardaste mucho -crucé mis brazos y me puse de pie, luego sonreí- oh… -la miré de arriba a abajo, se ve muy bien. Hice que las tres llevaran el mismo atuendo, y como esperé esto dará buenos resultados- ven, te acomodaré la peluca -me acerqué a ella y acomode el cabello color miel. Así Ziba no se irá antes de tiempo, porque si la reconoce, creo que podría salir corriendo- bien, te ves guapisima -sonreí- ahora, toma tus cosas y vamonos, que aún debemos ir por Kajsa y su hermana.

Salimos y tomamos un taxi para ir a la casa de ellas. Seguramente Kajsa se enojará porque soy la única que no va a juego, pero eso está fuera de mis posibilidades. Ya me inventaré alguna excusa.
Cuando llegamos, esperamos en la sala. Hana parece nerviosa, ¿tal vez esa ropa es demasiado? Pero no es la clase de chica puritana. Y eso que no sabe que Ziba irá con nosotros.

Aine:

-Pues no, creo que solo soy una persona con buena genética- doy muy descuidado en esas cosas, si lo poco que me cuido es porque Dima me obliga, pero con él solo se trata de tener buen cuerpo, aunque él si sé cuida bastante.
-¿Eres modelo?- pregunto por lo que dice, no lo había pensado, aunque claro es guapa, pero no todas las personas guapas son modelos, así que no lo pensé. Vuelvo a tocar mi cara cuando lo menciona y sonrío ampliamente cuando dice que es bonito. Ya estoy acostumbrado se ser “lindo, tierno, bonito”, así que no me molesta que me lo digan. Claro, un día me gustaría escuchar un “ooh Luciel, eres tan apuesto y sensual” pero supongo que solo son fantasias que pueden pasar en mi cabeza
-Claro que si- aseguro con orgullo por el trabajo de la señora -Si, acaloran, más en un lugar tan concurrido como este- hablo muy identificado con ella, seguro suena raro que entienda tan bien lo que es llevar una peluca, pero nadie elige que cosas tener en común con los demás.
-Si- sonrío mucho mostrando mis dientes -jeje, no es para tanto- me apena un poco que diga esas cosas, solo me vestí de chica, no debería recibir halagos por eso y yo no debería reaccionar como una colegiala tímida -Soy como un camaleón- aseguro llevando una de las papas a mi boca -¿eh?- eso si que no lo vi venir, creo que hasta mis mejillas deben tener un poco del color de mi cabello -No, no, está bien. Yo sé que quieres sentir este rostro delicado- comento ya recompuesto. Tomo una servilleta para limpiar mis dedos y luego me quito los lentes, me inclino hacia enfrente para acortar la distancia y solo espero a que ella satisfaga su curiosidad -vamos toca, toca- le ánimo para que no se sienta apenada por algo tan simple.

Ahora que estoy más cerca evito mirar su cara, ella es muy bonita, si fuera un poco más atrevido, o seguro, o lo que sea, tal vez intentaría algo, pero no tiene caso. Ella acaba de ser rechazada o casi… como ella lo dijo y yo también. Para nada es un buen momento para intentar algo. Y ni para pensar en eso, porque obviamente no lo haría. Así que decido solo cerrar mis ojos para toque mi rostro. No es que su belleza me vaya a hacer perder el control, para nada, solo que me siento un poquito apenada y trato de que no se me note tanto, solo espero que mi rostro ya no tenga ese tono sus mejillas, pero con suerte ni lo notorá.

Eso no lo dudo, se ve que es extranjero, pero aún no pregunté de dónde.
-No, me encargo de maquillarlos y peinarlos -a pesar de que no soy tan tímida, creo que modelar es más que pararse y sonreír, y yo no puedo con esa presión. Me gusta el lugar donde estoy, ver los cambios que puedo crear y las miles de cosas que aprendo son suficientes para mí.
Él parece comprender bien, así que las explicaciones sobran. Me siento demasiado cómoda hablando con él, no tengo que tener cuidado por lo que digo o cómo lo hago, ¿será igual de amigable estando sobrio? No sé si es la clase de chico que tiene un cambio radical de carácter.
-Es en serio, no cualquiera puede verse bien del sexo contrario. además tu no utilizaste un maquillaje tan pesado, ¿cierto? -hice un poco grande la fotografía, en serio tiene buena genética, qué suerte- ¿e-en serio? Bueno -agaché la mirada avergonzada. No puedo creer lo que propuse, él sigue siendo un chico y un desconocido.
Esperé que limpiara su cara y se quitara las gafas, me quedé un poco distraída al notar la gran diferencia con y sin gafas. Estas cosas son un cliché de la televisión, y sé que los accesorios ayudan a mejorar o empeorar la imagen, pero lo de él es bastante. Creo que es por el peculiar diseño de sus anteojos.
-Oh, sí, amm disculpa por esto -llevé mis manos a su cara. Tuve que inclinarme un poco para tocar bien. Está suave como pensé, pero he dejado de observar detalles como una maquillista y comienzo a notar otras cosas, como sus pestañas  o sus labios- eres muy guapo -eso salió sin pensarlo.
El mesero llegó y giré mi cara para agradecerle, y volví la vista a él. Sigo con las manos en sus mejillas, y al notar el tiempo que llevaba haciendo eso, las bajé.
-Perdón, me lo tomé muy enserio, jeje -miré al plato y comí más- está bueno -dije una vez que pasé la comida. Limpié mi boca, mi cara está roja por la vergüenza y porque él es muy guapo- tienes una piel bonita -intenté restar importancia al hecho de que mi cara arde- hace calor, ¿no crees? -llevé la bebida a mi boca y di un gran trago. Sentí cómo quemó mi garganta, no había probado ya que la anterior quedó intacta- esto está muy fuerte -me quejé mientras reí, porque usualmente yo no tomo las bebidas tan concentradas. Debe ser la marca, o que yo las tomo rebajadas.

-Ooooh, ya veo, debe ser divertido trabajar con tanta gente. ¿Y haces de esos trabajos de fantasia? - nunca había conocido a alguien que trabajara en eso, y bueno, si sabe sobre ese tipo de trabajos tal vez podría enseñarme alguna cosa, como para hacer algo muy de miedo para el próximo año.
-Pues no, supongo que no. Fueron un par de chicas las que se encargaron de eso, yo me quedé sentado y dejé que me pusieran todas esas cosas- no sé si lucir bien como mujer sea algo para presumir, seguro que no es la mejor técnica de seducción, pero yo no tengo ninguna así que creo que no importa.

-Jeje, no te preocupes- le aseguro. Solo mantengo mis ojos cerrados mientras ella toca, no sé, supongo que mi mirada podría incomodarla -¿qué?- no esperaba que me fuera a decir guapo, realmente eso no… -Gracias- digo apenado. Ni le hice caso al mesero cuando llego, yo sigo sorprendido. No me pasa todos los días que una chica me diga que soy guapo, de hecho nunca me había pasado.
-jeje, está bien- al igual que ella retomo lo de comer. Porque no había comido desde antes de llegar aquí, solo tomé. Pero más que nada es porque ella me puso un poquito nervioso. Levanto mi pulgar para indicar que igual pienso que está buena la comida, pero como tengo la boca llena, no puedo hablar. Trago rápido para poder contestar -exageras, es una piel normal, no la cuido ni nada- y vuelvo a llenar mi boca con comida -Bastante- contesto luego de tragar mi bocado. Yo ya no he pedido alcohol, solo refresco porque no quiero seguir tomando, quiero bajar un poco mi borrachera -pues el mío tiene mucha azúcar, pero de algo tiene que morir uno- digo mirando mi refresco y como el gas burbujea.
No termino mi hamburguesa porque termino comiendo más papas, saben realmente bien. Ya me siento un poco mejor y la compañía de Hana es muy entretenida.
-oye ¿y tu cuantos años tienes? no te pregunté- la verdad es que hay un silencio entre nosotros, y para mi los silencios son muy incomodos, siempre no importa con quien sea, no los soporto.

Comencé a hablar sobre mi trabajo. Creo que cuando se trata de este tema me emociono mucho, aún cuando la otra persona no muestre interés, parece que es difícil hacerme callar. Pero él no parece esa clase de persona, tal vez sí le estoy aburriendo, pero no me corta la plática ni pone una expresión aburrida con tal de que me detenga.
-Oh, entiendo. Bueno, era un halago en realidad -no quisiera que tomara a mal mi comentario, porque no estaba menospreciando el trabajo de otros, sino admirando cómo su cara cambió con tan poco.

-No exagero. Sé reconocer una piel bonita -me señalo orgullosa, porque es verdad que reconozco cuando una persona tiene buen cuidado y cuando otra no. Tal vez él solo tiene demasiada suerte que con tan poco puede tener su piel libre de impurezas, y también tiene que ver su alimentación, pero, bueno, hoy seguro es una excepción- no morirás por ello a menos que lo consumas mucho. Pero esto podría resultar peor -levanté mi copa y di otro trago, acompañado de una mueca menos exagerada que la anterior- tengo 20. ¿Me veo más joven? ¿Más grande? Anda, sé honesto, eso de la edad en realidad no me preocupa mucho -me gusta mi aspecto tal cual es, incluso si me viera mayor o muy pequeña.

Continuamos platicando, él es una persona divertida, incluso me siento mejor por lo que sucedió con Ziba. Tal vez cuando llegue a casa me sentiré como idiota, pero mientras tanto, disfrutaré de una buena cena en compañía de este agradable desconocido.
Terminamos nuestra comida, pedí otras tres copas y noté cómo mi risa salía con mayor facilidad.
-Es bastante tarde -miré mi teléfono, no hay ninguna llamada de alguno de ellos, y pensé en llamar de nuevo a Ziba, pero en este estado no sé qué otra tontería podría soltar- debo volver a casa. ¿Quieres que caminemos juntos al taxi? -le sonreí y me levanté de golpe, y sentí una punzada en mi cabeza y un mareo. Puse con fuerza mis palmas sobre la mesa. Creo que tomé más de la cuenta, pero solo fueron 3, 4 copas, no lo entiendo- ¿como te sientes? -es una tontería que ahora yo pida ayuda, por eso me moví despacio para comenzar a caminar a la salida. Mis piernas se sintieron débiles y di un paso en falso, y me colgué de su brazo para no tropezar- lo siento, creo que estoy un poco mareada -agaché la mirada avergonzada, no quiero ser una molestia.
Estando fuera nos percatamos de la poca gente que quedaba, y que no había muchos taxis. De hecho y con suerte, agarramos el último. Al final decidimos que primero me llevaría a mí y luego a él, así no tendríamos problema para conseguir otro y ninguno se quedaría solo. Pero unos minutos ya avanzado y luego de darle la dirección, me sentí somnolienta y cerré los ojos. Ni siquiera me preocupó recargarme en él, yo solo me puse cómoda.

-Si, no te preocupes, no lo tomé como algo malo- rasco mi cabeza apenad porque tal vez ella notó algo en mi, pero realmente no me molesté -Es solo que, hoy fui rechazado, así que escuchar de una chica linda que soy una chica linda… creo que, no, nada no importa- mejor dejo de sacar mis complejos por mi reciente rechazo.

-Bueno, tu eres la experta, así que no discutiré- me río y le doy la razón, dando unos golpecitos en mis mejillas -Supongo que te ves de tu edad- digo luego de unos segundos mirándola fijamente.
-Oh, ni sentí el tiempo, si vamos- parece que haber comido me ha ayudado a sentirme mejor, aun sigo mareado pero me siento con mas estabilidad -Mejor- aseguro. Comenzamos a avanzar y de alguna manera ella ha terminado tomando mi brazo. No me quejo, ella me ayudó hace rato -jeje, si, como yo hace rato- comento con una risita.
Mientras esperamos el taxi, hemos acordado irnos juntos. Al ser la noche está un poco fresco y ella no está muy abrigada pero no sé como ofrecerle mi ropa para que la use, a mi mente viene las veces que he visto a Dima hacer ese tipo de cosas y solo imaginarme haciendo algo así, ya me siento apenado.
-Oye cambiemos de accesorios- comento juguetón tomando sus orejas para ponerla en mi cabeza y me quito el saco para ponérselo sobre los hombros.
Subimos al taxi y ella da su dirección, y no pasa mucho tiempo para que ella se quede dormida, si creo que se ha dormido. No la molesto, ya la despertaré cuando lleguemos. Pero al final hasta yo me quedo dormido también.

Me despierto al sentir que alguien me mueve, veo a un hombre extraño.
-Chico ya llegamos- me dice y saco algunos billetes para pagarle, entonces noto a ammm ¡Hana!
-Hana- le llamo pero el hombre me mira desesperado, así que hago lo mejor que se me ocurre, la tomo en brazos para salir y así solo veo como el sujeto se va -Hana, despierta- le pido moviéndola un poco -¿Cual es tu casa?- le pregunto cuando reacciona un poco.

Al final mi comentario sí fue muy imprudente. Pero me había olvidado completamente de su rechazo, porque actúa tan alegre. Incluso olvidé  mi tristeza un poco.
-Lo lamento -me disculpé de nuevo. Mi intención no era herirlo, solo elogiar su físico. Esto es tan incómodo.

La noche está fresca, mi hermana y su esposo seguramente están durmiendo ya, es un alivio no tener que atravesar su casa porque me daría vergüenza llegar en este estado. Con ella no tengo ningún problema, pero él es un poco conservador.
-Ah -dejé que me pusiera la capa, pero lo que más me preocupó fueron las orejas. No creo que Ziba las quiera de vuelta,pero tienen un significado especial para mí -muchas gracias -pero hace frío, creo que su intención fue darme algo para cubrirme de la baja temperatura. Su método fue algo lindo.

Abrí los ojos al escuchar mi nombre, arden un poco y siento la cabeza pesada.
-¿Qué? -parpadee un par de veces hasta abrirlos por completo. Quedé impresionada al ver la cara de Luciel tan cerca de la mía, y luego sentir que me llevaba en sus brazos. ¿Qué? ¿Por qué?- ¿eh? ah, ahh… Es esa -señalé mi casa y luego lo miré de nuevo- puedes bajarme, debo pesar -mi cara está roja, creo que me quedé dormida. Espera, ¿dónde está el taxi? Él me bajó con cuidado y me quedé un momento colgada de su cuello para recobrar el equilibrio, wow, se mueve todo- ¿qué pasó con el taxi? Lo lamento mucho, creo que te di problemas -me soltó suavemente de él pero seguí agarrada de su brazo- uhm, si quieres puedes entrar, llamaré otro auto para ti -le sonreí agradecida. Es la primera vez que traigo un hombre aquí. Es la casa de mi hermana, así que no me siento con la confianza de invitar personas, aunque ha venido Aine, pero siempre nos quedamos en el salón y no en mi recamara.

Subimos por las escaleras laterales, las luces de la recámara de mi hermana están apagadas.
-Déjame sacar… -con lentitud saqué las llaves de mi pequeña bolsita, pero está demasiado oscuro- ¿puedes encender la linterna de mi teléfono? -le señalé mi bolso donde estaba. Me siento tan mal, le estoy dando demasiadas molestias.
Cuando al fin abrí, le dejé que pasara primero, encendí las luces y puse el seguro por dentro. Afortunadamente limpié por la mañana.
-Siéntate donde quieras. Mmm, ¿quieres que llame el taxi? -miré mi teléfono y me acosté sobre la cama, estoy mareada- ¿no prefieres quedarte a dormir? -dejé el celular a un lado y me acomode para poder mirarlo- tengo un futón… como te hice pasar por mucho, tú dormirás en la casa, ¿qué opinas? -cerré un momento mis ojos, siento cómo el cansancio comienza a vencerme, también sigo sintiéndome afectada por el alcohol, creo que hablo muchas tonterías.

Casa:

-Jeje, creo que ando un poco sentimental, no me hagas caso- rasco mi cabeza apenado, no estoy acostumbrado a ser el que se ponga así, o el que necesita consuelo. Siempre soy de “bien, esto salió mal, pues tengo que seguir adelante” y ya, pero creo que haber cometido ese error con Dasha de exponer mis sentimientos de una manera tan estúpida y luego intentar seguir adelante como siempre y querer intentar algo con la otra persona de quien me he enamora. Solo recordar su cara cuando sospechaba que me iba a declarar me siento tan patético.

Miro a donde señala y comienzo a caminar, al menos hasta que dice que puedo bajarla, pero es que no estoy tan sobrio aun, así que ella es como mi punto de apoyo.
-Si, creo que puedo hacerlo- pongo cuidado en mis movimientos porque no quiero que por mi culpa terminemos en el suelo. Me pongo un poco nervioso por la posición en la que estamos, ella es muy guapa, y puede que no sea un galán como Dima, pero sigo notando cuando una mujer es hermosa y me siento atraído -Se fue- ella se acomoda para tomarme del brazo, y eso es bueno, así ya no me pongo tan nervioso, con una minima distancia puedo recuperar el control y no ser como un adolescente que se emociona por una chica hermosa.

Subimos unas escaleras y espero a que saque sus llaves.
-Ah, si, si claro- busco alumbrar con la linterna del celular, y al ver la pantalla me doy cuenta que he dejado mis lentes en la fiesta. No es que no vea nada, pero si que veo un poquito borroso ciertas cosas. No estuve seguro de soltarla para pasar, pero aun así lo hago.
Me senté en un banquito frente al espejo, ella sugiere lo del taxi pero antes de poder aceptar ella ¿sugiere que me quede aquí? no lo esperaba, pero es que se ve tan cansada y creo que yo también lo estoy -Bueno ya tengo bastante sueño y es algo tarde para que un chico lindo como yo ande solo por la calle- comento bromeando como siempre.

Acomodamos el futón, y solo me acosté sobre él e intenté dormir, pero aunque me siento cansado no lo consigo.
-Hana, ¿Que es lo que tiene que hacer un chico como yo, para gustarle a las mujeres?- de nuevo sigo con eso, pero es que en el silencio no logro sacar de mi cabeza mis fracasos. No solo lo de Dasha y Niki, sino con otras chicas a lo largo de mi vida, también de la vez pasada cuando Niki mi dejó, ¿que es lo que hay mal en mi?

Él es muy amable y paciente conmigo, incluso se ha quedado quieto para que yo llamara al taxi. En la fiesta pensé que su personalidad podría ser así por el alcohol, pero no lo creo, nosotros no cambiamos tanto, solo somos más honestos porque tenemos algo para justificarnos después. Al menos él tiene una personalidad buena.
-Sí, sí -abrí los ojos y me senté en la cama. Aún tengo puesta su prenda, y él las orejas de gato de Ziba- tus lentes -no los trae puestos- te ves muy bien sin ellos -me levanté con dificultad y le pedí ayuda para sacar el futon. Movimos un poco los muebles porque mi recámara es pequeña, y luego de ofrecerle almohada y algo para cubrirse, saqué una ropa para dormir y me metí al baño. Tal vez debería bañarme para quitarme este malestar, pero tengo mucha pereza.
Al salir dejé mi traje junto a su prenda sobre el banquito, y me subí a la cama, apagando las luces.
Me cubrí hasta la cabeza para poder mirar mi teléfono. No tengo llamadas de vuelta ni un solo mensaje. No soy tan egoísta como para pensar que mis amigas me olvidaron, cada una iba con un propósito esa noche. Pero Ziba no respondió nunca, supongo que esa es su respuesta.
Mordí mi labio, me siento muy triste, ni siquiera debería porque nosotros no somos nada, pero, me duele. De verdad soy tan tonta que me ilusiono rápido.
Me destapé y dejé mi teléfono bajo la almohada, pensé que Luciel ya dormía, pero parece que con el silencio y la oscuridad, se siente más el peso de los problemas.
-No creo que tengas algo malo -lo conozco nada, casi nada. Pero es amable, respetuoso y agradable. Y por supuesto guapo- ¿de verdad no hay alguna mujer a la que le gustes? -no, me cuesta mucho creer eso.

Rodé a la orilla y lo miré desde la cama. Ahora recuerdo que se supone que él usaría la cama y yo el futon.
-¿Qué clase de chica es de la que te has enamorado? -él luce como alguien dedicado y serio a su pareja. También da un aire de ser amable y paciente. Si un chico así se fijara en mí seriamente, no me lo pensaría dos veces. Ahora mismo tengo a Ziba en la cabeza, pero él también llama mi atención. Pero con Ziba sentí esa conexión especial, unilateralmente. ¿Por qué no te apareciste dos meses atrás?- muévete un poco -le dije con la mano. Me levanté y cogí mi almohada, y me metí en el futón junto a él, poniendo la almohada como división. No debería pensar raro, pero lo cierto es que saber que está cerca me pone nerviosa- ¿quieres contarle algo a esta desconocida? Al parecer ninguno puede dormir, así que suéltalo.

Parece que ella también nota la ausencia de los lentes.
-Si, parece que los olvidé- despeino mi cabello al rascarme por mi torpe descuido. Siento una pequeña punzada en mi pecho cuando dice eso sobre mi apariencia -tal vez debería usar contactos- comento un poco en broma, pero la verdad lo estoy comenzando a pensar, pero es algo tonto a final de cuentas, no es como que unos lentes vayan a cambiar mi vida.
Trabajamos juntos para arreglar el lugar, hay que hacer espacio para el futón, así que la ayudo con todo eso. Luego ella desaparece, supongo que al baño, yo solo me tiro y miro mi celular y me tomo algunas fotos fotos graciosas ya que traigo las orejas de gato.

Veo la luz de su celular y eso fue lo que me confirmó que estaba despierta. Tal vez hubiera sido mejor que solo estuviera dormida, porque es un poco raro andar contando estas cosas a una persona.
-Bueno, no lo sé, no le he preguntado a muchas… pero supongo que tal vez me fijo en mujeres fuera de mi alcance- suelto un jeje, luego de esas palabras pero me siento bastante herido.

-Bueno aquí entre nos, me he enamorado dos veces. Soy todo un hombre de mundo- digo con tono exagerado de soberbia y me río -Está la que es mi crush de toda la vida, desde pequeño ella siempre ha sido importante, ella es una persona muy noble, tiene un corazón de oro, siempre se preocupaba hasta por lo que comía- rio pensando en esos tiempo, luego llevo mi mano a mi rostro pues recuerdo como lo arruiné todo y me siento patético -La otra, fue mi novia hace unos años, ella es menor que yo, pero siempre ha sido muy divertida, tenemos muchas cosas en común y aunque aparenta ser muy segura y toda una mujer fatal yo sé que en el fondo es una persona llena de inocencia- odio sonreír al recordarla, quisiera estar enojado pero no puedo.
Ella ahora está conmigo en el suelo, supongo que soy esa clase de chico, el que ni siquiera representa un peligro, eso es bueno, pero aun así hoy creo que me hace sentir mal.
-Debe ser porque dormimos en el taxi- digo jugando -¿Qué podría contarte? ¿Mi problema con las mujeres? bueno supongo que más tonto no puedo parecer- es obvio que traigo conmigo ese toque de perdedor, así que ya da igual -es muy frustrante, quiero decir. Soy el chico que se vuelve siempre el amigo. Hoy fue horrible cuando Niki me empezó a contar de su nuevo novio, y yo tenía que estar ahí sonriéndole. Pero no la culpo a ella, no es como que me obligue a seguir siendo su amigo, yo soy él que se autoimpone en ese lugar, porque no sé ser de otra manera, no soy un galán, no sé coquetear porque me pongo nervioso, así que así que soy de los que prefiere hacer reir. Las mujeres siempre dice que quieren a un chico gracioso. Sabes, eso es mentira, si fuera cierto yo estaría rodeado de chicas, pero solo soy el amigo lindo y gracioso- tomo algo de aire, me he desahogado un poco, he hablado sin parar y creo que podría seguir igual dando vueltas y diciendo lo mismo todo el rato aunque con otras palabras. Me giro hacia ella y oculto mi rostro en la almohada que está colocada entre nosotros.

No creo que haya una mujer fuera del alcance de otro, a menos que se trate de una chica interesada o esas cosas complicadas, pero, todo recae en la compatibilidad. Y él siendo tan agradable y atractivo… es dificil creer que ninguna mujer se fija en él.

Cuando describe la primera persona pienso que tal vez él si ha sido correspondido, porque si alguien se preocupa tanto por ti es porque eres importante en su vida, no solo porque sea un altruista. Es decir, hay niveles hasta para esas cosas. A menos que lo vea como su hermano o algo así. La segunda persona suena como una chica muy tierna, creo que le gustan las personas un poco como él. Pero no comprendo cómo es que antes estuvieron juntos y ahora las cosas ya no le funcionaron. Ah, bueno, es que solo conozco su versión, pero dudo que sea uno de esos patanes exigentes y obsesivos.

-Es verdad, como tomar una siesta corta y sentirte satisfecho -no, seguro es porque ambos tenemos mucho en qué pensar- no creo que seas tonto por eso. Así que vamos, cuéntame, siempre es bueno desahogarse un poco -tal vez así pueda olvidar un poco a Ziba y mi fracaso. Me frustra haber sentido que avancé y al final una frase lo arruinara todo. Sé que no es mi culpa, tampoco la de él. Pero se siente horrible.
Luciel comienza a hablar y yo me cubro con la sábana, pasando uno de mis brazos por la almohada entre nosotros. De la forma en que lo narra, entiendo un poco por qué ellas podrían no tomarlo en cuenta. Pero me hace sentir, no sé, ¿aliviada?, que él admita que no es culpa de ellas. La mayoría de los hombres siempre culpan a las chicas diciendo cosas como… “hice todo por ella y prefirió a otro”... o esas cosas. Él tiene una preocupación auténtica en su persona, no siento que caiga en el victimismo.
-Mmm -me quedé unos segundos en silencio. Tal vez solo debería darle la razón y decir que ellas tienen la culpa, que ya llegará una mujer que lo quiera, pero ese no es el problema- es cierto, lo de los hombres graciosos es cierto. ¿A quién no le gusta una persona que te hace reír? -bajé un poco la almohada para hacer que me mirara, aunque es algo complicado en la oscuridad- pero si siempre te muestras como el amigo, ¿cómo esperas que ellas sepan que estás interesado? Te pondré un ejemplo. Hoy que te vi pensé que eras un tipo atractivo, y conforme pasaba la noche me di cuenta que eras agradable y es fácil hablar contigo. Imagina que nace un interés en mí por ti, y que regularmente comenzamos a charlar y hablar. Pero si todo el tiempo te comportas como mi amigo, si nunca me das una señal que yo te gusto o te intereso para algo más, entonces pensaré que no tengo oportunidad, y eventualmente el interés irá disminuyendo hasta desaparecer -luego de unos minutos comienzo a ver más claramente su rostro. Me pone nerviosa, pero también me hace sentir cómoda- no digo que debas ser ese tipo de galán que trata a las mujeres como objetos o muñecas de colección. Pero, en el caso de la chica de hoy, ¿por qué no te mostraste celoso? O al menos un poco molesto. Es mejor ser honesto, no tienes que ser su amigo si tu interés es otro, eso… eso no es bueno -a mí no me gustan esa clase de cosas, no podría ser amigo de una persona que está enamorado de mí, porque de algún modo busca algo que no puedo darle, y sentiría desconfianza y culpa- ¿te sientes inseguro de tu físico? Yo creo que no tienes nada que envidiarle a otros chicos -la mayoría de los hombres acomplejados son feos físicamente, es la primera vez que conozco un chico guapo con problemas para ligar.

Ella es amable, se nota como intenta hacerme sentir en confianza para poder contarle mis tonterías.
-Pues supongo que tienes razón -somos desconocidos, probablemente no nos volveremos a ver después de esto, es casi ideal contárselo a ella y no a uno de mis amigos. Ella reafirma lo de los hombres graciosos, pero yo solo creo que se trata de algo meramente visual, si alguien te parece atractivo, te gusta y siempre no importa cuan idiota pueda ser, siempre habrá alguna manera en que te haga reir, así que realmente no tiene que ser alguien gracioso.

Mueve un poco la almohada para dejar mi rostro libre y la miro, a penas y noto su silueta, pero aun así la miro.
Aha- suelto una risa cuando dice lo de interesarse por mi -perdón- me disculpo por haberla interrumpido con mi risa incrédula, porque aunque sea un supuesto, a mi me parece tan imposible -¿Por qué que caso tiene? Ella… agg- me siento mal de solo recordar -Ella me dejó la primera vez… cosas con su familia. Y yo la quería mucho, así que cuando apareció de nuevo la verdad me asusté un poco, no sabía que tanto pudo cambiar en el tiempo que no nos vimos. Pero ella dijo con tanta seguridad que iba a recuperarme, ¿entonces se supone que fueron palabras vacías? ¿Era yo el que se tenía que esforzar? Es una tontería- no puedo evitar cierto enojo en mis palabras -Me lastimó mucho la primera vez, ¿esperaba que solo corriera a sus brazos? Pero debiste ver su cara cuando estuve a punto de declararme, todo su rostro me gritaba “no lo hagas”. Actuar celoso o molesto… no quiero ni siquiera que sepa que me creía que podíamos volver, no quiero sentirme tan patético cuando me mire con lastima- suelto un suspiro y muevo mi mano para abrazar la almohada, al menos con la oscuridad creo que mis ojos llorosos no se verán.

-Bueno, no es que sea el más seguro del mundo. Pero seamos sincero, yo nunca seré la primera opción. Además estamos en el siglo veintiuno, ¿por que tiene que seguir siendo el hombre el de la iniciativa? A mi me aterra tomarla, porque pasan este tipo de cosas, sale todo mal- resoplo cansando, mis bromas son una manera muy útil de ocultar todos los miedos que siempre cargo conmigo.

No entiendo por qué ha soltado esa risa, y hago una mueca confundida.
Él comienza a hablar con más fuerza, incluso se expresa enojado de su ex novia. Voy entendiendo más cómo está eso entre ellos, y en serio no entiendo por qué se empeña en ser su amigo.
-Entonces, ¿para qué actúas como su amigo? Eso no es honesto. No se trata de humillarte, ella te mintió en primer lugar, ¿qué hay de malo en haberle creído? Además si antes te lastimó, ¿para qué quieres volver con ella? Y déjame darte un consejo, nada bueno viene de volver con personas que te hirieron. Solamente se triplicarán los momentos difíciles y terminarán odiándose -me expresé un poco molesta, porque me vi a mí misma reflejada en su situación. No la yo de ahora, sino la del pasado- deberías alejarte de ella. Si te dijo que te recuperaria pero en su lugar se buscó a otro, entonces no tienes que seguir con ese papel de amigo -no puedo evitar sentirme miserable, he recordado algunas de mis actitudes, y otras de las suyas que solía reprocharme cuando volvíamos.

Fruncí el ceño cuando respondió mi pregunta, no comprendo cómo es que se menosprecia tanto.
-¿Y qué pasa si te fijas en una persona que piensa igual que tú? Que se conforma con ser tu amiga. No dije que hicieras todo por tu cuenta, señales, señales -me senté en el futon y quité la almohada que nos separaba- tienes un serio problema de autoestima. Olvida a tu exnovia la maldita y céntrate en ti mismo primero -me levanté y encendí la luz. Busqué mi caja de maquillaje y la puse sobre el futon. Luego volví por un espejo de mano, gel, crema, un par de pinzitas también- dame tus manos -le estiré ambas manos para que se sentara correctamente sobre el futon, y me puse frente a él con todas las cosas a un lado- vamos a hacer que te consideres la primera… no, no, la única opción -creo que todavía estoy borracha, porque sigo parloteando e incluso comencé a ponerle algunas pinzas en el cabello para apartar su fleco- primero, deja de cubrir tu cara con tu cabello, tienes lindos ojos, con los lentes tan anchos y ese cabello es difícil apreciarlo -tomé una de las toallas húmedas para limpiar mis manos y luego puse crema humectante en su cara y comencé a esparcirla con cuidado- si tu aspecto no te gusta, solo cámbialo, no tiene nada de malo. ¿Crees que yo nací con el pelo rosa? Pff… -una vez humecte su cara, sonreí. Se ve gracioso con las pinzas sosteniendo su fleco, pero este hombre podría romper miles de corazones si tuviera más confianza- bien, ahora -saqué las pinzas para depilar- tienes algo dispareja tu ceja -las abrí y cerré un par de veces- apenas vas a sentirlo -apoyé mi mano a un lado y me incliné hacia delante- cierra los ojos -le susurre bajo. Creo que me estoy dejando llevar por mi apasionada forma de trabajar.

Ella es muy dura con las palabras que dice, no se si lo que más me causa impacto son sus palabras o ver que ella esté actuando de esta manera, apenas y la conozco pero no imaginaba que tuviera un lado tan… no sé ni como definirla.
-Porque ¿la quiero?- contesto más que nada temeroso de como vaya a reaccionar a mi respuesta, no quiero que se enojé aun más conmigo -Ok, ok, no lo haré, no seré el amigo- no sé porque ella me da miedo, siento como si todo lo que dije estuviera mal y tuviera que pedirle perdón. Tiene un carácter muy fuerte.
Sus palabras duelen y son duras, pero no son cosas que no haya pensado, pero hacer lo que ella dice, es dejar de ser el simpático, la persona a la que nunca le afecta nada.

Me cubro con mis manos cuando ella se levanta, me ha asustado.
-Woo, oye tranquila- si este era el precio por desahogarme creo que no debí hacerlo. La luz de la habitación me deslumbra por un momento, pero cuando me acostumbro la observo. En cuanto pidió mis manos, se las di y me ayudó a sentarme -o, ok- ella pone esas cosas en mi cabello para despejar mi frente -bien- probablemente luego de esto no haré nada de lo que me diga, pero supongo que puedo seguirle el juego. Está borracha, así que supongo es lo mejor.

Comienza a poner una cosa en mi cara y cierro los ojos mientras lo hace, es agradable, no precisamente que me ponga esa crema, sino el pequeño masaje que hace mientras la coloca.
¿Qué? No, eso no- me recargo en mi mano para hacerme hacia atrás y la miro negando con mi cabeza -Hana, das miedo, eso debe doler mucho- dice que apenas voy a sentirlo, ¡es una vil mentirosa! Cuando me disfracé intentaron hacer lo mismo, dijeron exactamente lo mismo y duele, duele y mucho -Si duele, yo sé que si- a penas y dejé que me sacaran un diminuto cabello y no dejé que me volvieran a tocar, pero ella parece tan terca -Estas loca. ¡Ya, hazlo rápido!- exclamo cerrando mis ojos con fuerza para que empiece con la tortura.
Toda esta caótica escena me ha hecho olvidar que hace un momento estaba queriendo llorar por Niki, al menos Hana a logrado sacar de mi cabeza todo... y ahora solo ando preocupado por esa pinza que se acerca a mi rostro.

Entiendo que es difícil, pero, aghh, me desespera, me siento demasiado identificada con eso. Esa chica ni la conozco, pero fue cruel lo que hizo, ¿o él es el malo? No, ¿verdad? Creo que su problema es que peca de amigable, yo no me siento insegura con él, ni en la fiesta, o el taxi, hasta lo he metido a mi cuarto a dormir. No haría eso con cualquier chico a menos que tuviera un interés romántico o fuera algún amigo, pero él no es ninguna de esas dos.
-Bueno, pero… igual estás molesto, ¿no? Entonces no tiene sentido -al menos ha aceptado no ser el amigo, y no sé pero sonrío, y suelto un suspiro de alivio muy evidente- bueno. No debes ser el amigo si lo que quieres es ser el novio -ahora sueno un poco motivada. Y como eso me ha dado algo así como energía, me decidí cambiarle un poco la imagen a esta hora.

-¿Qué? ¿Miedo por que? -pregunté confundida con las pinzas en la mano- ¿esto? Claro que no, es solo un jalonsito, te acostumbras, y además quedarás más guapo de lo que ya eres -le sonrío y me muevo hacia delante, pero él no quiere, y eso me desanima- no, te prometo que duele muy poquito -hago una seña con mis dedos. ¿Esto duele? No, no es cierto, yo lo hago muy seguido, no se siente nada.
Sonrío triunfadora y doy un saltito por mi victoria. Él me dijo loca, supongo que sí, es de madrugada y yo estoy pensando en depilarle la ceja.
-No te muevas -pero apenas me acerco, él se hace para atrás. Y mi pulso no ayuda para nada- no te muevas -me acerco más, es difícil enfocar si él está temblando o moviéndose. La primera sale con dificultad y él se queja, y espero que deje de moverse para sacar el resto. He puesto una crema para humectar y que no quede tan enrojecida la zona- ¿ves? Te dije que era apenas un jalonsito, terminé con una. No abras los ojos -hice el mismo procedimiento del lado contrario pero un poco más rápido, aunque comparado con el tiempo que me hago normalmente, voy lenta- listo -metí las pinzas en mi cajita, tomé crema en mis pulgares e hice un masaje bajo su ceja- también deberías cortarte el cabello… -tiene el fleco muy largo- pero no podré hacerlo ahora, será luego -comencé a pasar el peine por su cabello, es suave- ¿es natura? Tienes un bonito color, qué envidia -su piel, sus ojos y su cabello. Él podría ser modelo, estoy segura. Puse un poco de agua y comencé a echar el pelo a un lado, también le aplique gel, aunque poco, generalmente uso spray pero creo que me lo he dejado en el trabajo- un poco acá… -terminé de peinarlo y sonreí. Wow, él en verdad…- ah, tus labios -eché todo a un lado fuera del futon y solo quedó en mi mano ese lápiz humectante para labios- es como un tipo de crema, no tiene pintura -lo puse sobre mi muñeca como muestra, los hombres fuera del modelaje le tienen miedo a los cosméticos- servirá para dar un poco de brillo a tus labios y mantenerlos lindos -me acerqué a él, mis ojos están en sus labios, y pasé con cuidado la crema. Al separarme hice un movimiento con mis labios para que lo imitara, y le pasé el espejo- si te hubiera cortado el cabello lucirías todavía mejor, incluso puedes teñirlo, ¿blanco, o tal vez negro? O también un rubio, aunque tu color natural me gusta -me quedé esperando que dijera algo, nerviosa por si iba o no a gustarle el resultado- ¿qué piensas? Yo creo que esa chica se arrepentiría de no elegirte -me quedé un poco embobada viéndolo. Trato con muchos chicos guapos en el trabajo, pero a ellos los he visto tantas veces en revistas que ya no es impresionante el cambio. Sin embargo, Luciel no necesitó de mucho, solo algo de crema, quitarse los anteojos y una peinada.

solo el peinado:

Ella dice las cosas como si fuera demasiado simples, bueno si, la vida es simple, somos las personas quienes haces que se vuelva compleja, para muestra Dima y Andy, se aman, se necesitan, tienen una necesidad él uno del otro que les lastima, pero aun así ellos mismos buscan ponerse obstáculos. Claro que no es que yo haya puesto un hombre frente a Niki para que se hiciera su novia, pero si soy suficientemente idiota como para actuar como su amigo, igual con Dasha, ahora que me he alejado de ella creo que vivo un poco mas tranquilo, tal vez la distancia me ayude a dejar de tenerla en ese pedestal donde siempre la he colocado y pase a ser solo la madre de mis amigos.
-Bueno si, ya entendí- le digo para que ya deje ese tema, me hace sentir mal, como un idiota.

La miro con escepticismo, pero al final termino aceptando. Soy un idiota, se que va a doler, pero aun así he aceptado, supongo que es similar a permanecer siendo el amigo de Niki… solo debería decirle “no quiero”, pero si no puedo hacerlo con una chica que apenas acabo de conocer, ¿como voy a lograrlo con alguien que es tan importante para mi?
-No me muevo- digo pero apenas la siento un poco cerca intento alejarme -Ok, esta vez, si no me muevo- aseguro pero en cuanto siento ha quitado ese pelo de mi ceja pongo mi mano sobre el lugar que duele y comienzo a tallar con fuerza, pero ella no me da mucho tiempo para quejarme y sigue con lo mismo hasta terminar con la tortura, la miro con recelo cuando dice que ha sido un jalonsito, si me la he pasado todo el rato sufriendo -No, no fue solo un jalonsito, fueron muchos y muy dolorosos- me quejo. Siento alivio cuando me pone esa crema, el frío hace que la sensación se calme un poco, lo peor de todo es que solo va un lado, y si no dejo que termine, solo me veré ridículo. Me esfuerzo para no moverme y que así terminé rápido con esto, quiero acabar ya -Así me gusta -contesto sobre mi cabello, si ella pudiera ya me lo estaría cortando, así que supongo debo agradecer que no pueda hacerlo ahora -es demasiado llamativo- comento como si no me agradara, pero cuando eres pelirrojos a veces es difícil no atraer las miradas, es como si mi cabello existiera solo para obligar a los demás a mirarme -¿Que? no, no quiero que brillen- comento cubriendo mi boca, pero verla me hace desviar la mirada y quitar mi mano -Bien, hazlo, se feliz- digo casi en reproche, pero aun así aceptando.
Me miro en el espejo, si, no me veo mal, pero me siento raro, incomodo.
-gracias- si ella dice esa cosas creo que mi cara se volverá del color de mi cabello -bien, entonces, ¿quieres tener una cita conmigo?- para que no me entienda, digamos que es mi manera de intentar tomar la iniciativa, obviamente no tengo realmente el valor para hacerlo, otro rechazo más sería demasiado.