Amigos - Privado-

Recuerdo del primer mensaje :

Hoy hemos acordado vernos Ilya y yo después de mucho tiempo. . Se suponía que tendríamos una cita desde que nos conocimos, pero al final cambió de opinión y también ya que acordamos quedar como amigos, tener una cita sería un poco extraño. Al menos aunque parece ya no estar interesado en mí de esa manera, no ha dejado de hablar conmigo ni me trata diferente. Creo que sin contar a Hannu, él es la persona con quien más he hablado estas últimas semanas y me di cuenta que es muy agradable, tenemos muchos gustos en común.

Me alisté y salí antes de tiempo hacia el café donde acordamos vernos. Tiene algo de rato que no he salido, pues después de lo que sucedió con Mei decidí concentrarme solo en mis obligaciones para no pensarlo demasiado, además al parecer había flojeado en meses pasados, pues tenía muchas cosas acumulándose y este tiempo me ha servido para ponerme al corriente en algunas cosas. Solo he visto a Hannu de vez en cuando pero tampoco hacemos la gran cosa, y a Ivan algunas veces, ni siquiera le he invitado a salir porque presiento cuál será su respuesta, y últimamente no me siento muy seguro de cómo reaccionaré  a su rechazo ni quisiera afrontar esa posibilidad.

Cuando llegué fui a una de las mesas con sofá y al sentarme le escribí a Ilya, creo que llegué temprano, debería ordenar algo mientras espero. Pero para mi suerte él no tardó en aparecer, aunque ya había pedido un té y un pastelillo.
-Hola -le sonreí y cuando se sentó, le extendí lo que había traído para él- es el juego que me pediste prestado -aclaré, pues tal vez no lo recuerda- te ves lindo -bueno, él lo es casi siempre, pero tenía ganas de hacer el cumplido.

Aaren:

Miré a Ilya haciendo una cara extraña, es incómodo que él sea quien lo diga, y me molesta que no haya ni un poco de celos en sus palabras. Claro que no lo habrá, soy idiota por esperar una reacción de alguien que solo me ve como su amigo.

Ilya no me rechaza y me tomo el tiempo de disfrutar el tocar y besar su piel. Ha reaccionado a la pequeña travesura que hice, aunque para mí significa más que eso, y no es tampoco porque me sienta excitado que quiero hacer toda clase de cosas. Es él, aún con su cuerpo pequeño y su inexperiencia despierta muchos pensamientos sucios en mí. No es algo que haya descubierto hoy gracias a estos juegos, yo desde hace un tiempo he deseado una oportunidad como esta. Pero no estoy seguro de si es lo correcto, no quiero ver arrepentimiento después como aquella vez, no quiero forzarlo, pero…
Su beso hace que un cosquilleo se sienta en mi estómago y suelto una risita, y lo siguiente no solo despeja mis dudas, también hace que salga un jadeo y cierro los ojos para disfrutar de lo que hace.
-Eso es un poco injusto -digo sonriéndole, estoy feliz porque por este breve momento me siento correspondido- estamos solos ahora… -tomé su rostro con una de mis manos para atrapar sus labios e inicié un beso profundo. Recorrer su boca con mi lengua hace que los recuerdos regresen. Se ha vuelto un poco mejor haciéndolo pero sigue sin ser un experto, sin embargo para mí es más satisfactorio que hacerlo con un amante experimentado. Lo que siento por él está más que claro, es imposible mentirme si con tan poco estoy sintiendo que mi cuerpo se vuelve más sensible.
Bajé mis manos para meterlas bajo su camisa y acariciar su espalda con mis dedos. He dejado de besarlo porque deseo mirarlo, quiero confirmar si lo que hago le gusta.
-¿Te digo un secreto? -digo riendo, al mismo tiempo mis manos suben y bajan por su espalda- te ves muy sensual en este momento. No quiero que nadie más vea este lado tuyo -en realidad no era eso lo que iba a decir, aunque tampoco estoy mintiendo, solo cambié de parecer por miedo.

Me reí por el comentario de Ilya sin querer,y asentí cuando Ivan preguntó si lo había hecho en esa zona, imagino que los demás empiezan de una manera más íntima.
-Ni siquiera recuerdo por qué fue que lo hizo, pero podría considerar ese como mi primer contacto íntimo con alguien… -eso es… algo extraño, aunque no importa, tuve muchos otros momentos mejores después de ese, pero al ser el primero se quedará como algo lindo.

Miré a Ivan, debes ser una buena persona para tener esos pensamientos, al igual que él Hannu también lo es. Fue lo suficientemente maduro como para confrontar a Min después y ser honesto con ambos, es algo admirable de su parte. Pero creo que si me cuesta pensarlo de manera positiva es porque yo no soy tan buena persona como ellos dos, a pesar de apoyar a Mei, no sé si realmente quiero desearles felicidad con Evan. Aunque mucho tiene que ver que la persona con la que está le hace mucho daño, si se trata de alguien más, ¿cómo me sentiría? Tal vez solo son excusas de mi parte, es confuso.
-Es verdad, Hannu es esa clase de persona -suspiré y los volví a mirar, ellos están ahora demasiado íntimos.

Cuando bajamos tomé el vaso que Ivan me ofreció y tan pronto como llené el vaso lo llevé a mi boca. Me quedé quieto y sonreí al sentir los labios de Ivan en mi nuca.
-Lo soy, lo siento -me disculpé y estiré mi brazo para dejar el vaso- sí, estaba celoso, temía que nuevamente me alejaran de mi mejor amigo -he intentado no ser posesivo pero son cosas que hago sin querer- además me molestaste mucho aquella vez, parecía que de verdad te interesaba Hannu de esa forma… ¿te interesaba? -ellos son amigos, pero no tengo claro si el algún momento Ivan sintió algo más por él.
Me giré hacia él y puse mis manos alrededor de su cuello, lo miré a los ojos y le sonreí. Me gusta mucho el color, y también me gustan sus piezas aunque ahora no las tenga puestas.
-Tú en cambio no eres celoso -expresé eso con un poco de decepción- debe ser porque tú y yo no sentimos lo mismo -agaché la mirada. Sentirse enamorado no es mágico como muchos lo describen metafóricamente. O tal vez solo para personas como Hannu y Saki lo es, ellos se aman mucho y pareciera que nada podrá separarlos- eres muy amable con todas las personas, incluso lo fuiste con Min e Ilya a quienes apenas conoces. Me gusta eso de ti, pero también me gustaría recibir  un trato especial. Soy egoísta, siempre me lo han dicho y no es que me sienta orgulloso de eso, pero no me disculparé por desear algo más de ti -mi cara comenzó a sentirse caliente y puse mis manos en sus ojos- pero eso lo sabes, ¿cierto? Estoy seguro que te has dado cuenta de cómo me siento por ti -tragué saliva y retiré mis manos. Siento un nudo raro en el pecho, lo abracé de nuevo y me recargué en su pecho.

Aaren no tiene problemas en aceptar que es celoso, al menos admite que lo es, porque tal vez si no lo hiciera, no me gustaría. Si fuera de esas personas que solo se niegan a aceptar hasta lo más obvio en ellos.
-Nunca me ha interesado, no es mi tipo- me río un poco, sé que lo pensaba, pero no miento, aunque es lindo y algo tierno, no es mi tipo -Pero fue divertido molestarte un rato- admito mi razón para haber hecho todo aquello aquel día. Mi interés por Aaren se demostró desde entonces, de hecho yo debí notar que fui atrapado por él desde entonces. No soy de solo jugar con alguien porque si y ya, fue obvio lo mucho que me gustó desde el primer momento.

Pongo una sonrisa de medio lado en mis labios, claro que soy celoso, pero que no lo demuestre es otra cosa. Eso me ha ayudado en muchas ocasiones a mantener a las personas alejadas.
Muerdo la pieza de mi labio por sus palabras. Si yo siento lo mismo, sentimos lo mismo. Pero esas palabras no salen de mi boca, solo se quedan los pensamientos en mi cabeza.
Por suerte el cubre mis ojos y así no puede verlo, y es bueno, así también me ayuda a cubrir el efecto que tienen sus palabras en mi. Ese deseo por decirle que es especial, que en este momento y desde hace tiempo es la persona más especial para mi lo puedo contener al no poder mirarlo.

-Si, lo sé- admito a eso que ha preguntado. Esta vez no sonrío, mi expresión es seria y suspiro -Aaren, me gustas y mucho, pero no soy una persona de relaciones serias- porque luego el me dejará, se irá de mi lado, como todos lo hacen, prefiero cargar con el negarme a un momento de felicidad que pensar en todo ese sufrimiento que vendrá cuando lo pierda.
-No puedo ofrecerte nada, más que toda mi atención siempre que estoy contigo. Lo siento si no es suficiente- soy un cobarde, no puedo cambiar eso, ya he perdido a demasiadas personas, no podría soportar algo así de nuevo.

Miro a la sala notando que, como dice, estamos solos. ¿Cuando se fueron? ¿a donde? no lo noté. Pero no me queda mucho tiempo para pensar en eso, o para buscar a Ivan y Aaren, porque Min, él, bueno, ahora él y yo nos besamos. Es un beso apasionado, y no puedo negarme a corresponder porque es tan agradable.
Sus labios me gustan mucho y no me importa como se siente su lengua entrando a mi boca, de hecho, eso también se siente bien. Yo como puedo le correspondo, mi mente se ha desconectado por completo y es mi cuerpo el que solo reacciona de manera voluntaria.
Sus manos se meten entre mi ropa, mi piel está ardorosa, pero no es ese calor que a veces me da por la pena, no, esta vez es otra cosa. Aunque deja de besarme yo sigo con los ojos cerrados.
-¿Qué?- pregunto sobre aquel secreto y comienzo a abrir mis ojos para verlo y respiro profundo al sentir el movimiento de sus manos en mi espalda -¿De verdad crees que lo soy?- si dice eso, es que no me ve como un niño ¿verdad? ni siquiera espero a su respuesta a mi pregunta, porque me he lanzado a sus labios.
¿Qué hago? ¿Por qué? ay, eso ahora no importa, no me importa nada más que besarlo, no me interesa nada más, y es así como intento hacer eso que él ha hecho con su lengua en mi boca. Mis manos se posan en su pecho y bajan por su abdomen. Él es tan sensual, su cuerpo es perfecto, no quiero dejar de tocarlo así que sigo con mis dedos cada uno de sus músculos.

-Ah, tu tipo -me quedo pensando en las características de Hannu qué podrían no ser del gusto de Ivan, pero es demasiado amplio como para adivinarlo- ¿cómo es tu tipo? -siento curiosidad, yo no soy la clase de persona que elija por algo en particular así que me resulta interesante, además es algo más que quiero saber de él, y por muy insignificante que parezca para mí es importante- y eso hacía que me enojara, pero resultaste tener una linda personalidad -aunque en ese momento no me causaba nada de gracia, ahora es un lindo recuerdo que sonreír es inevitable.

Agaché la mirada y mordí mi labio, siento de nuevo esa punzada desagradable en el pecho que va creciendo cada vez que su rechazo es más evidente. Esperaba una respuesta diferente pero creo que no sería realista, aunque dice que le gusto mucho tampoco es lo que deseo porque así podría sentirse por cualquier otra persona, porque no es suficiente como para querer una relación seria.
-Entiendo -no tengo fuerza para decirle algo más, aunque por un momento pensé en pedir más explicaciones, temo que su siguiente respuesta solo haga que esto duela más. Entre quedarme con la intriga y salir más herido no sé cuál es peor, ambas opciones las detesto- no, no es suficiente. Pero está bien, es mejor que nada -solté un suspiro y me recargué en su pecho. Quiero hacer lo mismo y disfrutar el momento tal como dijo antes, pero soy alguien que también visualiza cosas a futuro y… ah, es verdad. Supongo que esto está bien, de todos modos no es como si él y yo pudiésemos estar juntos para siempre. En algún momento encontrarán una nueva mujer para que me case y las cosas retomaran su curso, creo que me confié demasiado solo porque el compromiso con Kajsa se rompió, y también es que él hace que me olvide de la realidad en que vivo. No soy una persona completamente libre, es anticuado pero nuestro entorno es diferente.

Me separé para poder ver su cara y sonreí, es difícil disfrutar porque me mantengo pensando, no quiero que esté con nadie más pero ya me ha dicho que eso es imposible, y dejarlo es algo que ahora me resulta imposible.
-Entonces cuando estemos juntos eres todo mío, al menos ahora -desvié la mirada y después me acerqué a sus labios, me duele el pecho. No hay algo tan fuerte que me permita borrar lo que siento. Creí que el día que llegara a enamorarme estaba lejano y cuando sucediera tendría suficiente madurez para manejarlo correctamente y preservar buenas experiencias, pero no imaginé que pudiera tener algo no correspondido. He sufrido rupturas antes pero… ¿por qué ahora se siente peor? No es como si anteriormente mis relaciones terminaran bien, ¿entonces por qué continúo anhelando tanto la compañía de alguien que se niega completamente a darme lo que quiero?- quiero hacerlo -quiero llorar, pero si lloro ahora entonces él terminará compadeciéndome. No deseo eso, así que debería adaptar mis sentimientos a la situación y después buscar una manera de llenar ese hueco.

Él no se niega a ningún tipo de contacto, incluso con su torpeza corresponde y para mí es como obtener su consentimiento. No es porque antes haya hecho algo que él no quería, claro que lo deseaba pero debido a sus conflictos respecto a su pasado es que siempre termina arrepentido. Detesto que tenga una sensación de arrepentimiento cuando sucede algo con nosotros, e inclusive si es con alguien más. Debería alegrarme pero no puedo, no soporto verle llorar o avergonzarse tanto por quien es.

No tuve el tiempo de responder, apenas esbocé una ligera sonrisa que se vio atrapada por sus labios. Por dentro siento ese calor inexplicable pero con el que me he familiarizado. Está tomando la iniciativa de besarme, eso es mucho más importante que solo dejarse llevar.
Solté un jadeo y me reí avergonzado, sus manos provocan cosquilleo en mi cuerpo y las mías se detienen debido al placer. Él me besó y ahora está tocándome, tal vez solo es porque es más sencillo hacerlo ahora y está curioso por ver hasta dónde puede llevarlo el placer, probablemente no tenga nada que ver con lo que siente, pero por lo menos sé que ahora mi imagen frente a él ha cambiado y es capaz de verme no solo como el amigo que estará siempre a su lado, sino como un hombre al que también puede llegar a desear.
-Tu camisa -mis manos se movieron para levantar su camisa y dejar su torso desnudo. De nuevo lo besé con cierto grado de desesperación. Esto podría arruinar todo, pero también puede que sea mi única oportunidad. No pensaré en él después, soy bueno justificando así que ya se me ocurrirá algo en caso de que salga mal. Pero también podría salir bien, y eso además de su entusiasmo, es lo que me impulsa- quiero tocarte -tragué saliva y miré su entrepierna, estoy dejando apertura al arrepentimiento ahora, ¿no soy contradictorio?- no pienses, hoy no pienses, Ilya -sus labios se sienten un poco hinchados por besarlo tanto, y mientras le atrapo en ellos llevo una de mis manos a su erección. Dentro de mí es como si algo se disparara pero pese a ello mis caricias comienzan de manera sutil.

Me siento algo mareado pero mi piel se siente tan bien, todo mi cuerpo de hecho disfruta de esto. Hasta es algo muy agradable tocarlo. Me gusta mucho su cuerpo. ¿Por qué no sabía que tenía tan buen cuerpo? quiero tocarlo y sentir sus músculos. Es que Min es tan guapo. Su sonrisa esa que pone de lado a veces, esa me gusta mucho, aunque suele ponerla cuando me molesta a veces, pero me gusta ver ese gesto en su cara. Aunque ahora me ve diferente, y me gusta esa mirada, me siento perdido ante su intensidad.

Levanto mis brazos de manera automática, aunque con algo de torpeza, pero me abrazo para cubrirme.
-Mi cuerpo no es como el tuyo- digo apenado porque seguro que no le gustará mi cuerpo, soy pequeño y flaco, no hay nada especial en mi -¿eh?- respiro profundo cuando me dice aquello. Trago un poco de mi saliva, porque yo quiero, yo quiero que lo haga, pero… la sola idea ya hace que me emocione. Pero antes de poder decir algo, o a eso de que no debería pensar, él me vuelve a besar y yo dejo de pensar, solo siento sus labios, nuestra saliva que se mezcla. Jadeo cuando me toca y tengo un poco mis piernas.

Ser tocado por otra persona es diferente, muerdo mi labio sin poder corresponder mas a sus besos, pero es que necesito controlar los sonidos que se están escapando de mi boca por el placer, pero me cuesta se siente demasiado bien.
Jadeo sintiendo todo ese calor mezclado con muchas sensaciones que recorren mi cuerpo. Me echo hacia atrás colocando mis manos en el piso para apoyarme, dejo caer mi cabeza y solo puedo mirar el techo, pero ya no puedo contener los sonidos, solo se escapan esos jadeos.

-Amm, cabello oscuro, delgados. Me gustan sus ojos, pero su cuerpo no es muy de mi tipo- comento repasando en mi cabeza mas o menos el tipo de personas que suelo elegir y predominan más o menos ese tipo -por ejemplo, Saki es moreno, pero también es demasiado musculoso para mi gusto. Tu amigo Ilia, es rubio, no me gustan los rubios por lo general, y tiene un toque algo infantil, eso tampoco me gusta- creo que tengo un tipo demasiado definido, y si lo pienso un poco mas o menos todos tienen ese patrón, aunque con mujeres creo que soy más diverso en gustos -Con mujeres, amm, creo que soy menos exigente- si hago memoria, creo que mientras fueran lindas y con cuerpo saludable me ha bastado.
-¿Tengo linda personalidad? exageras un poco- comento riendo un poco.

Lo acabo de lastimar, quiero decirle que no se sienta mal, que no es mi intención. Pero de nada sirven esas palabras, seguramente lo único que lo hará sentir mejor es decirle la verdad, pero no tengo la fuerza para eso.
Dice que no es suficiente, pero parece que aun así acepta. Aunque tal vez el mismo buscará alejarse de mi después, ¿lo hará cierto? sería lo normal.
Acaricio su cabeza cuando se recarga en mi pecho.

Sonrío y asiento asegurando que si, soy suyo cuando estemos juntos.
Nos besamos, pero no creo que para él sea el mejor de nuestros besos, lo he herido, lo he rechazado. ¿Qué estoy haciendo? ¡no basta! no puedo dudar, no puedo hacerme cargo de sus sentimientos, sé que mis palabras le han lastimado pero, aunque yo sienta lo mismo, si no estoy listo, si no puedo manejar lo que él quiero, no tengo que forzarme a hacerlo solo para evitarme el dolor. Muchos dirían que yo no lo amo porque lo estoy lastimando, estoy cuidándome a mi y no a él. Pero yo no amo de esa manera, yo no voy a sacrificar mi estabilidad por él, no puedo ponerme en ese punto tan riesgoso. Si algo sale mal, si lo pierdo, si me deja, si lo que sea… sé lo débil que soy y como voy a terminar, no creo poder soportar algo así de nuevo.
Tomo su mano y camino para subir a mi habitación, pero me detengo en las escaleras al escuchar a el otro par. Me asomo, no por querer verlos, sino que espero a que Song nos note y señalo la puerta de una recamara que pueden usar y sin entro a mi habitación, cierro la puerta. No he soltado la mano de Aaren y lo empujo contra mi cama, sin nada de cuidado. Me quito mi chamarra y camisa de inmediato y me coloco encima de él.
-En este momento, ¿También eres solo mío?- le pregunto necesitado de su respuesta, haciéndome consciente de que así como yo no le entrego todo de mi, él tampoco podrá ser para mi, solo puedo exigirle lo mismo que yo le ofrezco.

Al dejar la prenda en el suelo lo miré, nuestros cuerpos son muy distintos pero eso no me importa. Le sonreí y toqué su pecho con mis dedos. Tenía mucho tiempo queriendo hacer esto, ni siquiera pensé en que es delgado o pequeño porque es el Ilya que amo.
-Eso ya lo sabía, y aún así me gusta -estoy dejando muchas pistas sobre lo que siento, ojalá Ilya fuese más listo y se diera cuenta, pero… seguro que si le digo que me gusta después lo tomará como algo que dije por el momento.

No me dio un sí muy claro, pero parece dispuesto a que lo haga y sin esperar más comienzo a acariciarlo. Nuestro beso paró y rápido dirijo la mirada al lugar donde lo toco. He bajado su ropa interior  lo suficiente para poder acariciarlo, y lo miro de nuevo para observar sus reacciones. Sonreí más que satisfecho, no importa si es más delgado o pequeño, sus expresiones y su voz lo vuelven demasiado sexy.
Escuché pasos y miré hacia la puerta, Ivan hizo una seña y asentí, después pasaron rápidamente de largo. Podría ofrecerle a Ilya la cama y así estar más cómodo, pero si me detengo le daré tiempo para pensar. O tal vez eso sería bueno, aunque sé que solo es mi orgullo que desea una confirmación más.
-Debe dolerte la espalda -me acomodé para poder atraerlo hacia mí, tomándolo por la cintura- vamos a la cama, no quiero que te lastimes -antes de hacer otro movimiento comencé a besarlo, y abruptamente me levanté y tomé su mano para caminar hasta la recámara que señaló Ivan.
Es muy extraño hacer esto en la casa de una persona que apenas conozco, pero cerré la puerta para poder tomar a Ilya. Me senté en la orilla y lo abracé por la cintura, lo miré y le sonreí. Dejé un beso en su pecho y pasé mi lengua lentamente por este. Mis manos recorren su espalda baja con lentitud y toco el borde de su ropa interior con mis manos para poder bajarlo, pero antes de hacerlo me detengo y lo miro.
-Quiero esto, Ilya, pero haré solo lo que tú quieras -tomé su mano y la besé- me gustas mucho -me acerqué a dejar una marca en su torso y luego me reí. Una de mis manos volvió a tocar su entrepierna, y de nuevo lo hice muy suavemente.

Cabello oscuro, delgados, no rubios ni con un cuerpo tan trabajado… es una descripción sencilla para alguien tan atractivo como Ivan, él es muy guapo pero su tipo parece ser algo simple.
-Entiendo -al vez no es tan malo que sea tan delgado, aunque aquella vez me avergoncé mucho por ver la diferencia de mi cuerpo con el de ellos, probablemente a él le guste... - oh, ¿entonces cualquier chica está bien? Creo que yo con las chicas me vuelvo más exigente -y es que antes de Karin no tenía ningún interés en ellas, y además solo ha sido Kajsa además de ella quien ha llamado mi atención más allá de aceptar que es hermosa, y mucho tiene que ver las cosas que tenemos en común y que de alguna manera nos entendemos. Creo que cuando se trata de chicas me inclino más por su personalidad.

Esbocé una pequeña sonrisa por su afirmación, no debe estar mintiendo, después de todo lo que dijo, mentir a estas alturas no tendría lógica.
Comencé a caminar cuando me tomó de la mano, mi corazón está muy acelerado pero no es solo por lo que vamos a hacer, sino por todo lo que ha dicho. Soy una persona que le gusta acariciar y ser acariciada, pero ahora me siento un poco vacío y con ganas de salir corriendo. Pero también deseo aferrarme a él tanto como pueda y hacerle cambiar de parecer, aunque eso parece tan imposible.
Nos detuvimos en la escalera y pude escuchar algunos sonidos, pero no miré cuando pasamos cerca de aquella sala, voy mirando la espalda de Ivan todo este rato, quiero saber por qué no puede ser una imagen solo para mí y cuando yo quiera. Las personas no son objetos que puedan pertenecerme y eso lo sé, principalmente porque no hay una sola cosa en este mundo que me pertenezca.

Sentí un poco brusco su jaloneo pero lo miré a los ojos cuando se colocó sobre mí. Me quedé mirando sus ojos, no esperaba que dijera esa frase tan complicada. Yo dije lo mismo antes pero ya que mi vida nunca la he sentido de mi total pertenencia, es extraño escucharla de alguien más.
-Lo soy. Siempre que estemos juntos, seré solo tuyo -estiré mis brazos hacia su cuello y lo atraje a mí. Siento la incomodidad crecer, se mezcla con frustración y desesperación, anhelo, ¿cuántos tipos de sentimientos puedo reconocer en este momento? No creí que pudiera sentir tantas cosas a la vez pero él hace que todo lo vea de diferente manera. El deseo se incrementa pero aunque sé que podremos hacer toda clase de cosas, aún así no es suficiente. Es la segunda vez que estaremos juntos y eso daría pie a una tercera, quizás más, pero por increíble que suene de mi parte no quiero solo eso. No quiero ser otro compañero de cama, quiero al menos ser alguien un poco más especial que el resto.
Me separé por falta de aire, siento que de mis ojos escurren un par de lágrimas pero no le tomo importancia y con mis manos acerco su rostro para besarlo más. Mi cuerpo empieza a reaccionar, el placer mezclado con el dolor es algo muy extraño y nuevo para mí. Con Mei pasaron muchas cosas, pero la resignación fue desde el inicio y gracias a ello pude mantener mis sentimientos controlados. Con Ivan debería hacer lo mismo, conformarme con compartir un poco de tiempo y caricias, atenciones… todo lo que quiera aunque sea por un corto tiempo. Todo menos el estar juntos. Somos amigos sexuales nada más.

Sonrío un poco tímido porque ha dicho que mi cuerpo le gusta. Sé siente bien que diga esas cosas. Siempre he pensado que yo no podría gustarle a las personas porque soy pequeño y flaco, y pienso que no podría resultar atractivo para nadie de esta manera. Pero el dice que le gusta mi cuerpo aun así.

Cierro los ojos con fuerza cuando baja mi ropa interior y me toca, es la primera vez que otra persona me toca así, mi pecho va a explotar de lo rápido que mi corazón late. Los sonidos que hago se vuelven más fuertes, debería controlarlos, debería estar avergonzado, pero eso no me importa ni un poquito ahora.
-¿Mi espalda?- pregunto confundido, la verdad es que ni pensaba en eso, pero no, mi espalda no me duele, nada me duele. Min habla sobre la cama y yo antes de poder decir algo, de pensar que pasa, el me besa de nuevo.
Me dejo llevar a una habitación.
-¿Podemos entrar aquí?- digo mirando hacia atrás, pues no vaya a ser que Ivan se moleste por esto. No me acordaba ni que estábamos en casa de Ivan hasta ahora.
Min me abraza y yo acaricio su cabello, debería estar avergonzado porque mi cuerpo aun tiene esa erección y que me abrace de esa manera es algo vergonzoso. Mis dedos bajaron por su espalda y se entierran un poco cuando siento su lengua, y de nuevo un poco más cuando sus manos llegan a la única prenda que aun me queda.
Mi pecho va a explotar ante la espera, porque no hace nada, solo habla y yo lo miro, pero lo que acaba de decir se me vuelve a olvidar porque me estremezco ante su toque, casi siento que mis piernas se quedan sin fuerza.
-Min- digo su nombre, aunque no sé porque solo termino jadeando, mis manos se han aferrado a sus hombros porque necesito sostenerme y mis uñas se entierran un poco en su piel. No quiero hacerle daño, yo solo no pienso mucho ahora. Solo sé que me siento bien, que mi cabeza se siente muy ligera y que toda mi piel se estremece por las sensaciones que recorren mi cuerpo. Tomo la mano de Min para que se detenga, y me dejo caer en la cama y muevo la piernas para terminar de quitarme mi boxer. Miro a Min y suelto su mano, estiro mis brazos como reclamando que se acerque a mi para rodear su cuello.
-No sabía que se podía sentir todo esto- lo halo buscando sus labios, aunque no lo beso técnicamente solo meto mi lengua a su boca buscando jugar un poco con la suya y la saco riendo como si fuera muy divertido hacerlo -Eres muy guapo- mis manos dejan de rodear su cuello y comienzan de nuevo a tocarlo, me fascina su cuerpo -¿qué más cosas se sienten bien?- le pregunto mientras mis dedos juegan con sus pezones.

-Bueno, no es que toda chica esté bien, me gustan obviamente lindas, con curvas- comento pero en general no tengo un tipo tan definido como para los hombres.

Dice que será mío, así como yo de él. Es egoísta de mi parte desear que me pertenezca, sé que no puedo tenerlo, pero desearía que así fuera. ¿Ser racional? no, no lo soy, toda mi madures y entendimiento sobre el comportamiento natural de las personas ahora mismo no me importa. Deseo que sea mío, solo mío. No quiero que nadie más lo bese, ni lo toque, no quiero que otra persona pueda disfrutar de su cuerpo, de ver sus expresiones o escuchar sus jadeos. Quiero que todo eso sea solo para mi. Soy egoísta, celoso, y hasta controlador. Son cosas que no conocía de mi hasta ahora.
Necesito sus labios con desesperación, así que lo beso cuando me atrae hacia él. Nos separamos apenas un poco y lo miro, quiero saber que aun puede amarme pese al daño que le hago, pero sus ojos cristalinos brillan con la poca luz de la habitación y me siento desarmado, aunque el vuelve a besarme, pero yo solo no puedo sacar sus ojos de mi mente.
Me separo de él y tomo su rostro con mis manos limpio ese rastro húmedo.
-Deberías odiarme- digo aferrándome a él en un abrazo -No llores, no puedo soportar verte así- le pido, no, yo le suplico. Realmente soy despreciable, no quiero responsabilizarme de sus sentimientos, pero le exijo que los oculte porque me siento mal por eso.
Apoyo mis manos en la cama y estiro mis brazos para marcar una distancia entre nosotros.
-Dime, ¿que te dicen mis ojos en este momento? ¿puedes notar lo que siento?- no, no me atrevo a decirlo, pero me siento desesperado, quiero que lo descubra, que vea lo que siento -Eres un idiota si no entiendes- vuelvo a doblar mis brazos y me recuesto encima de su cuerpo, dejando mi cabeza en su pecho -¿Si te doy todo lo que quieres de mi? ¿que me darás a cambio?- pregunto cerrando mis ojos centrándome en el sonido de su corazón.

Antes de entrar lo miré y le sonreí, hice un ligero movimiento de cabeza afirmando y abrí la puerta de la habitación. Esto no es nada mi estilo, es la casa no solo de un desconocido, sino de alguien que no me agradaba. Pero prácticamente obtuve su permiso, y quiero que Ilya esté lo mayor cómodo posible. Quiero hacerlo disfrutar de tantas formas me permita y por eso agradezco que Ivan sea bastante permisivo.

Mientras permanecemos dentro él no muestra arrepentimiento y me relajo. He continuado tocando esa parte de su cuerpo, su cabello hace un poco de cosquillas y sonrío por escuchar cada jadeo salir de su boca. No necesito que me toque para sentir que el placer va aumentando. Esta cara de él es nueva y nadie aparte de mí la ha visto, por eso no me interesa si él siquiera me toca. Pero me detiene y al ver cómo se acomoda en la cama relamo mis labios.
-Dios… -me reí ansioso y me coloqué sobre él para poder besarlo, siento la desesperación al hacerlo, y de nuevo mis manos buscan por dónde tocarlo. Su cuerpo ahora está desnudo y pasar mis manos por sus piernas se siente bien- tú también eres muy guapo -me hace muy feliz esa frase. ¿Qué lo soy? Por supuesto, pero es diferente que alguien más lo diga a que Ilya lo reconozca.
Solté una risita, me gusta cuando me toca y muerdo mi labio observando su expresión divertida por estar tocándome, creo que le gusta.
-Eso se siente bien -digo mirando de reojo sus manos- pero también… -lo beso para luego tomar sus manos y separarme de sus labios, he llevado ambos brazos a los costados de su cabeza y comencé a lamer su cuello y luego su pecho. Dejé un camino de pequeñas mordidas hasta sus pezones y succioné  y solté uno de sus brazos para poder acariciar su abdomen y bajar hasta su muslo. Voy moviendo su pierna lentamente hacia un lado y suelto otro de sus brazos para poder bajar por su pecho y delinear el contorno de su cintura. Mis dedos se entierran en su cadera y mi lengua recorre uno de sus muslos. Es delgado, pero su piel es muy suave, me gusta lamerla- ¿te gusta esto? -di una mordida ligera en su muslo y comencé a masturbarlo con una de mis manos. Pensaba ponerlo en mi boca pero antes de eso, lo miré y le sonreí- ¿quieres más? -lentamente lo introduje en mi boca. No Me gusta mucho el sexo oral pero Ilya es especial, y pensar en alguien más tocando y lamiendo esta parte de su cuerpo hace que se vuelva placentero. Mirar su reacción y escuchar su voz, además que sus piernas se mueven y me dan libertad para poder acariciar sus muslos y dar ligeros rasguños.

Me separó de él y lo miré confundido, siento el pecho pesado y su abrazo me toma aún más por sorpresa. Mordí mi labio tratando de contener más lágrimas, no quería que se diera cuenta pero creo que para una persona como él, hacer esto mientras me siento miserable debe parecer cruel. No es como si él me haya hecho algo malo, pero es inevitable sentirme mal por haber sido rechazado.
-No, no quiero odiarte -no entiendo por qué dice eso. Es seguro que sabe sobre lo que siento pero no imaginé que mis sentimientos fueran un peso para él. Aún así lo abracé por el corto tiempo que me lo permitió, y luego hice mis brazos a un lado para poder mirarlo. Observé sus ojos con mucha confusión, su expresión luce… triste, y eso hace que sienta punzadas continuas en el pecho. Pero apenas puedo procesar todo lo que está diciendo porque él se recuesta sobre mí. Mis latidos van muy rápido, se me han cruzado algunas ideas por la cabeza y esa ligera esperanza hace que la mezcla de emociones provoque una sensación intensa en mi estómago- ¿qué? -otra pregunta confusa llega y solo lo abrazo a mí. ¿Qué… darle? Nunca pensé en eso, porque desde el inicio creí que él no esperaba nada de mí, siempre era yo quien esperaba obtener más de él- ¿me darás todo de ti? ¿Por… qué? -mi cabeza es un lío, y si hace un momento me contuve de preguntar ahora no puedo hacerlo.
Le hago a un lado y me siento sobre la cama para poder mirarlo, mi respiración es pesada y aunque es difícil, no dejo de observar sus ojos.
-Yo te amo -me tiemblan un poco los labios, también las manos pero… no importa, lo dije porque lo siento. Él podría no haber dicho eso, ya todo estaba claro y si yo continuaba deseando era bajo esa premisa de que él no me daría nada a cambio, pero ahora han cambiado sus palabras- ¿tú… me amas? -tragué saliva, siento que el aire se me escapa pero no quiero perder de vista su reacción. Es difícil de leer, pero sus expresiones no son iguales a las de hace un momento- si tú eres solo mío aunque sea por este momento, entonces también por este momento seré todo tuyo. Pero si tú eres mío todo el tiempo… yo… voy a ser solo tuyo todo el tiempo -mi cara arde. Esta clase de promesa la hice antes, pero era distinto, no tenía estos sentimientos tan fuertes de por medio, tampoco siento alguna clase de atadura- lo que sea que quieras yo te lo daré -agaché la mirada porque es complicado soportar la vergüenza, mi cara debe lucir extraña.
Busqué sus manos para juntarlas con las mías. Estoy haciendo una promesa complicada, pero también… ¿no es esta mi única oportunidad? No quiero casarme con una desconocida, no quiero seguir perdiendo la persona que quiero por cumplir ese deber. Puedo hacer todo lo demás pero… no quiero estar lejos de Ivan.

Parece que no habrá problema con Ivan, pero ya es algo tarde ¿y si llegan sus padres? aquella salita en la que estábamos tiene prácticamente toda la ropa de Min y mía, ¿y de quien es esta habitación? hay tanto por lo que debería preocuparme, y aunque pienso en todo eso, no me siento para nada preocupado. Como que no me importa.
Min se acerca luego de que he extendido mis brazos para que se colocara encima de mi.
-Lo soy, ¿cierto? - digo con una gran sonrisa de que me diga que soy guapo.
Me vuelve a besar y toma mis manos. Lo miro sin saber que piensa hacer, pero no pongo resistencia en como acomoda mis brazos. Jadeo en cuanto lame mi cuello, y como va bajando hasta mis pezones. Aunque me suelta un brazo, yo me quedo quieto, como esforzándome por no distraerlo de lo que me hace. Aunque pongo tensas mis piernas cuando su mano me toca, y así como hizo con mis brazos, dejo que mi pierna se mueva a donde él quiere.
-Si- contesto entre jadeos y vuelve a tomar mi pene con su mano. Esto se siente demasiado bien, yo no quiero que se detenga -Si- vuelvo a decir con voz débil, tengo mis ojos cerrados con fuerza, y mi manos se aferran a la colcha.
Ahogo un sonido de mi boca, y abro mis ojos para mirar lo que hace. No esperaba que fuera a hacer eso, pero no solo se trata de lo que me hace sentir, verlo a él, hacer eso con su boca -Me…- quería avisarle, pero ni siquiera he podido, mis palabras se interrumpen en un gemido, por un par de segundos mi mente está completamente nublada, trato de respirar para calmarme y me levanto de golpe -Min, lo siento- digo cuando mi mente se despeja un poco, he terminado en su boca, seguro que se enojará conmigo.