Caos [Ian]

Recuerdo del primer mensaje :

Respiro profundo, los recuerdos de la platica con mi madre; aun no sé de que otra manera referirme a ella. Porque tal vez fui todo lo mala que pudo ser, pero sigue siendo la persona que veo como madre. Pero hoy me ha buscado y no pude negarme a hablar con ella. Al final, en el fondo tengo mucho de esa niña que desea complacer a esa mujer.
Me dijo que debo regresar a la casa, que estoy manchando el nombre de la familia, mucho más al vivir con un hombre. Me ha querido mostrar cosas sobre Ian, lo ha investigado. Fue una sorpresa saber que justo fue su ex... lo que sea que fuera ese chico de la otra vez. Él fue quien habló con ella para decirle donde y con quien estaba.
Obviamente ni me molesté en abrir aquel folder con cosas sobre Ian. No me interesa saber, lo que hizo no cambiará la manera en que ha sido conmigo.
Pero ella no se detuvo en eso, no, claro que no. Ella es la clase de mujer que obtiene lo que desea, y ha hecho lo único que podría hacerme aceptar. Ha usado a Ian, no puedo ni decir que me sorprende.
Está tan segura de que ha salido victoriosa que ni se ha quedado a esperar mi respuesta.

He llegado a casa, y busco en mi mochila aquel pequeño paquete que he comprado antes de encontrarme con... la madre de Kajsa.
-Solo es una falsa alamar- me digo sin convicción. Entro al baño y comienzo a leer como diablos se hace el maldito test. Con algo de desagrado sigo las instrucciones y no salgo del baño, solo me quedo esperando ver el resultad.
-No, no...- digo cuando al final aparece y casi como si no creyera, pese a saber ya el resultado, vuelvo a leer como esperando haber confundido el positivo con el negativo, pero no es así, no importa cuantas veces revise, el resultado no va a cambiar.

Karin:

Le sonreí coqueto, pero en cuanto preguntó por si el sexo me había ido tan mal con otra chica comencé a reír. ¿Por qué pregunta eso ahora? Sería más fácil decir que sí, pero la verdad es el primer sexo desastroso de mi vida.
-No… vaya, debiste estar tan emocionada que te pusiste un poco torpe -evadí la respuesta y mejor di una respuesta sarcástica ante su seguro “yo no”.

-JA, sí bueno… ya sabes… -no me gusta que le llame así, me hace sentir incómodo pero a estas alturas ya debería aceptar esa parte de mi vida. Y lo había hecho pero se le ocurrió meter de nuevo sus narices y por eso solo escuchar de él me resulta un fastidio- wooow, oye -solté una pequeña risa y me sentí avergonzado, ¿acaso no le molesta decir eso?- tú también tuviste uno mejor con el niño bonito… es más, me siento ofendido que alguien así te hiciera sentir mejor -esas ideas ya las había pensado, en cómo sus ex parejas tuvieron mejor técnica o control de sí mismos para hacerle pasar un momento placentero, y no la horrible experiencia que tuvimos nosotros.

Cuando escuché la noticia no me fue grato escucharlo, inmediatamente pensé que tenía demasiada mala suerte al estar en esta posición, pero ahora estoy nervioso y emocionado. Ella ya dijo que quiere tenerlo y yo también, y esa idea de formar una familia… una verdadera familia con ella, mejora mucho mi humor.
-¿Nunca pensabas ese tipo de cosas? Mmm supongo que eso va más con tu hermana -su hermana es de esas chicas que fantasean con el amor verdadero y eso, o lo hacía hasta donde sabía, pero Karin… ¿nunca le pasó la idea aunque sea un poquito?- Ja ja ja, andas muy graciosa el día de hoy, veo que te sientes un poco mejor -me reí molesto por escuchar ese nombre, pero al menos no se siente tan mal, no se compara con la imagen que tenía cuando llegué del trabajo.
La miré a los ojos y mi mano acarició su cabello.
-Debe tener tu cara, y definitivamente tu carácter. Aunque siendo tan hermoso como seguramente saldrá, creo que podría darse el lujo de ser un amargado o amargada -bajé mi mano por su mejilla y la acerqué para besarla- de cualquier forma me encargaré de que sea un bebé muy amado -ahora fui a besar su cuello, y mis manos bajaron a sus caderas para comenzar a acariciarla- hablar de bebés me han dado ganas de hacer otro -bromeé y me reí, pero creo que por ahora debería dejarla descansar, aunque mis manos siguen moviéndose por su espalda.

Me río por lo que me dice, y bueno si, eso me pasó, pero él tampoco fue muy diestro que digamos, no es como que yo lo arruinara todo.
-Vaya, señor, suena a que yo lo hice mal. Obviamente tu estuviste impecable en cada uno de tus movimientos- digo con sarcasmo. Pero bueno, al menos ya podemos bromear sobre esto, lo evitamos tanto y así de simple ahora solo nos molestamos con lo que pasó.

Resoplo porque si, tuvo mejor sexo con un adolescente, un hombre que conmigo.
-Oh vaya, que fiasco- me quejo un poco -¿Aaren? bueno si. Bueno, es que él es muy natural para eso- comento como haciendo una comparación. Aaren era bueno, pese a ser la única mujer con la que estuvo, pues no creo que influyera mucho, se notaba que tenía algo de experiencia -Era muy pasional, se encendía muy rápido, y bueno, creo que no estás interesado en su técnica- me río al ver su expresión.

-¿Yo? amm, no lo sé, cuando era pequeña tal vez. Ya sabes, una crece con la idea de que debe ser madre, porque es mujer, pero pasando no sé, los 13, solo empecé a pensar diferente, y no me lo imaginaba- admito -Mi hermana me hacía jugar con ella a que se casaba. Ella sueña más con eso, pero no creo que piense mucho en lo que viene después- me encojo de hombros porque no imagino a Kajsa de madre.
-Ahora me siento de maravilla- le digo con una sonrisa traviesa por la pequeña broma que le acabo de hacer -No digas eso o tendrás una pequeña Kajsa- le digo riendo porque sé que la idea no le gustaría nada.
Recibo su beso con gusto y sonrío por sus palabras, claro que me siento mejor, porque no me siento sola, no siento que tenga que cargar con todo yo sola. Suspiro cuando sus labios pasan por mi cuello.
-¿Acaso te quieres arriesgar?- muerdo mi labio para no dejar escapar un sonido de mi boca, ¿como nos pudo ir tan mal si él me pone de esta manera solo con un par de besos y sus manos acariciando un poco -no lo sé, creo que me pondré muy nerviosa de nuevo y lo arruinaré- me voz tiene un toque lascivo en cada palabra.

Me reí y asentí, como negando que yo también me puse tan nervioso que de repente me convertí en un chico virgen que no sabía cómo darle placer a una mujer, de verdad necesito que borre esa imagen de mí en su cabeza.
-Es porque eres tan hermosa que me dejaste completamente… tieso -solté una carcajada, al menos este tiempo sin hablar sobre lo mal que nos fue se arregló fácilmente, y así podremos volver a tener intimidad, porque aunque la amo y la esperaría el tiempo necesario, eso no quita que sea una tortura el no poder tocarla.

Me quedé sonriendo con evidente enojo para que parara de hablar. Me siento inferior a un mocoso como diez años menor y eso no me gusta, porque realmente sé que no soy tan malo. Con Sora tenía una compatibilidad increíble, Karin tiene experiencia, entonces, ¿por qué somos tan desastrosos?
-Lástima que le gustaba más el… ya sabes -hice una seña con mis manos y me reí… okey, esa fue una broma pesadísima, pero es porque comenzaba a ponerme celoso.

Me gusta escucharla hablar sobre ella y sonrío mientras me va contando los sueños típicos de una adolescente. Incluso alguien como yo tuvo ese tipo de anhelos, pero claro, creces y te vas dando cuenta de tu realidad y a ello adaptas tus aspiraciones.
-Ella parece de esas que quiere una boda de novela, ¿no es así? Con su apuesto príncipe que la amará por siempre y vivirán en una casa junto al mar… -empecé a reírme, me gusta burlarme de su hermana aunque a veces sea un poco pesado- wow, cielos -me río- tal vez, estaría rodeada de tanto amor que al final se convertiría en una pequeña Kajsa… ¿y si le ponemos Kajsa a la niña? -eso es obviamente una mentira, pero es gracioso imaginar diferentes escenarios para nuestra futura familia. Creo que es la primera vez que lo hago desde el incidente, porque yo tenía un rotundo no a la idea de formar una familia o siquiera vvivir con alguien, pero Karin llegó a volcar mi mundo y mis planes de vida de soltero amargado.

Deslicé mis manos bajo su falda y di pequeños besos cerca de su cuello. Solté una risita pegada a su oreja y mis dedos comenzaron a formar círculos en sus muslos.
-No puede salir peor, ¿no crees? -mi mano rozó su piel despacio hasta llegar entre sus dos piernas, y con la otra la sostuve de la espalda- además te ves demasiado linda en uniforme -eso… sonó totalmente espantoso, es como si me excitara hacer algo ilegal y honestamente no me hace sentir nada bien, pero el tenerla cerca me hace reaccionar, y aunque tenga puesto lo que sea, ella siempre se encarga de hacer que malos pensamientos vengan a mi cabeza.
Subí mi mano a su rostro para poder besarla, mientras mi mano bajo su falda comenzó a acariciar uno de sus muslos. Me gusta tocar su cuello con delicadeza, su clavícula y sus hombros, y comencé a deshacer el nudo de su corbata.

Me río por como lo describe.
-Eres un idiota- aun sigo riendo y doy un pequeño golpecito en su hombro.

-Oh vaya, golpe bajo. Te cuento un secreto- comienzo a bajar mi voz -Existen juguetes que puede ayudar a esas cosas- Aaren y yo jamás llegamos a hacer ese tipo de cosas, pero Ian no lo sabe, así que solo es gracioso molestarlo -Además, ¿tu hablando de las preferencias de otros? lo siento ¿como se llamaba ese chico? - me quedo pensativa como tratando de recordar el nombre de su anterior pareja -Podríamos usar esos juguetes, tal vez ayuden- digo como si hablara muy enserio sobre ello.

Hago un gesto de reproche por como se ríe luego de decir aquello sobre Kajsa.
-Si, eso quiere- digo pero no en el mismo tono que él ha usado -o quería, creo que empieza a entender que la vida no es como en los cuentos- comento por los cambios que ella está teniendo -Kajsa segunda- digo como si fuera un titulo de esos que usaba la realiza.

-Bueno, dada las noticias recientes, no creo que ya pueda pasar algo que nos pueda sorprender- digo cerrando los ojos al sentir sus caricias -pervertido- digo aquello pero termino la palabra con un jadeo.
Mis labios se entregan en ese beso, mientras sus manos siguen robándome jadeos. Mis manos bajan por su pecho, y siguen bajando hasta ir debajo de su camisa. Todo su
abdomen. Mis dedos se deslizan por sus costados hasta llegar a su espalda baja. Él tiene razón, no puede ser tan malo como aquella vez.

Solté una carcajada y la miré, ¿en serio llegó a hacer eso? Me da curiosidad qué tanto hizo, me hace pensar que el mocoso era muy pervertido y caprichoso.
-Qué considerado de tu parte -ambos hemos lidiado con eso, me parece- wooh wooh, solo para aclararlo nadie ha profanado mi precioso trasero -comencé a reír, es verdad que estuve con un chico pero nunca llegamos a cambiar roles, y ahora me alegro por eso, creo que si dejara que alguien me hiciera eso definitivamente debe ser una persona en la que confíe. Es un pensamiento anticuado y tal vez bobo- no es mala idea, ¿sabes? Sería interesante amarrarte a la cama y probar un montón de esas cosas -y es que ella no mencionó el probarlos en mí, y puede que sea broma pero no lo sé, suena interesante si es con ella.

Creo que la hice enojar un poquito con el tema de su hermana, la sobreprotege demasiado y a veces yo soy muy rudo.
-Es un lindo nombre -dije riendo- ya, no te enojes conmigo, sabes que es una broma -bueno, no siempre, pero al menos su hermana ya no me cae tan mal como al inicio y ahora solo me gusta molestar.

Sonreí al escuchar sus jadeos, he comenzado a desabrochar su camisa y a dejar cortos besos en su clavícula y pecho mientras dejo que la prenda se deslice por sus brazos. El nerviosismo que tengo está más controlado que en aquella ocasión, y aunque no puedo dejar peor impresión que esa vez, quiero que hoy salga todo bien. Quiero que ella me recuerde con deseo, sé que me ama pero también anhelo que nuestros cuerpos puedan entenderse.
Al dejar su pecho descubierto la miré y entrelacé nuestras manos, besé ambas y mis dedos trazaron un camino desde sus palmas, acariciando sus brazos y finalmente llegando a sus hombros. Estoy tomándome demasiado tiempo ya que en aquella ocasión pensaba demasiado e hice todo mal. Pensaba en besarla por todos lados y entraba en conflicto conmigo mismo sobre por dónde empezar o dónde se sentiría mejor. Pero ahora no lo estoy meditando tanto, si lo hago seguramente comenzaré a estropearlo.
Dejé una leve mordida en su cuello y mis manos comenzaron a acariciar por encima de su sostén, bajé el tirante lentamente, mis dedos a su paso van rozando su piel y aprieto un poco sus pechos a un ritmo lento. El verla, tocarla y olerla provoca reacciones en mí. No quiero separarme de ella ni siquiera de manera temporal, no quiero dejar apertura a que dude de lo nuestro. Incluso si ahora me estoy ahogando en el placer por acariciarla y besarla, todavía tengo miedo de perderla.

-Pues siempre puede haber una primera vez… dicen que soy muy gentil - comento con una sonrisa picara -¿En serio quieres amarrarme? no imaginé que te iban esas cosas, pero viendo lo vivido, tal ves nos iría mejor si uno de los dos está amarrado- suelto una risa traviesa.

¿En serio pasará? ¿está vez saldrá bien? Bueno el parece más ¿tranquilo? ¿yo lo estoy? bueno, ya lo hicimos una vez, y no es que fuera mal del todo y ya estoy embarazada, así que no puedo asustarme de eso.

Desabotona mi blusa, y mi respiración es pesada, aun me siento expectante por esto, temo que lo volvamos a arruinar. Oh dios, me comienzo a poner nerviosa, ¿lo voy a arruinar? Ni siquiera estoy haciendo nada, es él quien me acaricia, yo solo, se supone que debería disfrutar del momento. ¿Y si simplemente no somos compatible? ¿Sé puede tener una relación con alguien sin que el sexo sea un punto primordial? quiero decir, para personas como nosotros. Digo un asexual seguro que puede hacerlo pero ¿nosotros podríamos? Por lo que sé ambos le damos mucho peso a esa parte en cuanto a estar con alguien.
-Ian… no quiero que sea un desastre de nuevo- confieso dejando aquello juegos de hace un rato, y dejando que se note que en verdad estoy nerviosa -No sé que me pasa, yo nunca he sido insegura para esto, o sea yo… prefería tener sexo que platicar con alguien, pero contigo no sé que me pasa- el descaro y coqueteo han desaparecido de mi voz, dejo de ocultar lo nerviosa que estoy -No quiero ser tu peor experiencia.

Mis caricias se detienen y la miro, luce nerviosa y alejo mis manos de su piel. Esperé a que hablara y rasqué mi cabeza, mi corazón está muy acelerado. ¿Tal vez hice algo mal? ¿La puse muy incómoda por tocarla de repente? Pero ella misma dice que siempre ha preferido tener sexo que entablar una conversación, solo es conmigo que se siente diferente. No sé si eso es algo desalentador o me hace sentir tremendamente especial.
-Lo siento, me dejé llevar fácilmente -desvié la mirada por lo avergonzado que estoy. Estoy un poco ansioso porque no hemos sido capaces de hacerlo apropiadamente, y también presionado porque bajo las circunstancias de ahora estará lejos de mí por un tiempo. Temo que debido a eso ella cambie de parecer respecto a nosotros, porque a decir verdad, ¿qué tengo para ofrecerle? Ella podría conseguir la felicidad con cualquier persona. Es guapa, inteligente y muy independiente- si te refieres al sexo, ya hemos hecho un desastre antes -me reí nervioso, y comencé a abotonar un poco su blusa- perdón. Estoy asustado, sabes. Creo que no solo porque he sido tu experiencia más patética, sino por el hecho de no tener de nuevo la oportunidad de hacerlo. Y no solo eso, tengo miedo de que el tiempo haga que tus sentimientos cambien. No puedo hacerte el amor de manera decente, tampoco puedo protegerte de esa mujer… en realidad soy bastante inútil -la abracé por la cintura y recargué mi cabeza en su pecho- no puedo pedirte que no te vayas ni cometer una locura. Así que me sentí ansioso. Al menos quería darte un mejor recuerdo que esa primera vez. Soy patético por pensar que eso haría que te plantearas dos veces antes de dejarme si es que quisieras hacerlo… lo siento -la tomé del rostro y le sonreí apenas, esta situación que supuestamente estaba solucionada por el momento no está para nada arreglada. Tengo miedo y estoy molesto, e impulsivamente quise ahogar mis miedos en el deseo. La amo y quiero hacerlo con ella de una forma que le sea inolvidable, pero ahora… mis razones para hacerlo son muy egoístas.

Al final lo hice, he arruinado el momento. Suelto un suspiro muy pesado, un poco molesta conmigo misma. Me quiero disculpar por arruinar el momento, decirle que podemos intentarlo, que ya no estaré nerviosa. Si claro, como si uno dejara de estar nervioso solo por proponérselo.
Pero el comienza a hablar y mucho. Es demasiada información la que el comienza a soltar, digo son sus sentimientos, pero no esperaba que por haber dicho que me sentía un poco nerviosa, él me vendría a contar todo esto.
Rodeo su cuello con mis brazos y acaricio su cabello.
-Oh Ian…- se me hace un nudo en la garganta, estaba por intentar decirle algo para que se sienta mejor, pero no me han salido las palabras. Nuestro futuro es bastante incierto, tal vez he sido un poco crédula en creer que podemos con esto.
-Bien, hagámoslo- digo de pronto, es lo primero que me sale. No palabras de aliento o algo para mostrarme comprensiva, no… yo digo que lo hagamos -Pero no en el sillón, no quiero tener un encuentro salvaje y frenético… - me levanto y le ofrezco mi mano -Quiero algo cursi… meloso, de lo que me burlaría si me lo contaran. Quiero decirte que te amo a cada momento que pueda, y que tu me lo digas a mi, quiero música, quiero la luz tenue, y no pido pétalos en la cama porque no tenemos- aunque digo todo esto, la verdad es que tengo ganas de llorar, porque me da miedo irme, y que como él dice, no regrese, por lo que sea, porque la madre de Kajsa se esforzó en separarnos, porque él se dio cuenta de que no quiere a un niña molesta a su lado… no sé cualquier cosa.

Suspiré y cerré los ojos mientras acariciaba mi cabeza. Supongo que nos sentimos de manera similar, no debo ser el único que tiene miedo a todo esto. El amor en sí es bastante temible, principalmente porque nuestras circunstancias nos impiden vivir tranquilamente y sin preocuparnos más que por nosotros mismos. Ahora incluso habrá una tercera persona involucrada, suena maravilloso pero a la vez da mucho miedo lo que nos depara el futuro o si realmente hay algo allí para nosotros.

No comprendo su cambio peor presto atención y una sonrisa se va formando en mi cara. Ella está dispuesta a hacerlo, pero de ese modo, ¿de verdad? Mi sonrisa ya es muy grande, esas cosas cursis no van conmigo pero a Karin decirle que “no” no es opcional.
-Me parece perfecto -ni siquiera sé si con eso las cosas podrán salir bien, tal vez al final no seamos capaces de olvidar nuestras preocupaciones recientes y se arruine todo, y seguido de ello venga más desesperanza. Pero quiero intentarlo por ella, por nosotros- entonces… ¿qué te parece buscar algo lindo mientras preparo la recámara? -dejé un beso en sus labios y le indiqué se levantara para yo hacerlo también- lo más sexy que tengas -doy unos pasitos hacia atrás para dirigirme a mi recámara y al entrar cierro la puerta.
Esto es algo muy raro, sin embargo ya estoy recogiendo la ropa del suelo y la aviento al cesto de ropa sucia. También tomé los papeles de mi trabajo y en un intento desesperado solo los metí bajo la sábana.
-Sábanas limpias… música, velas… ¿de dónde saco las velas? -miré en todas direcciones y quité las sábanas para cambiarlas, y luego de tender la cama salí corriendo a la cocina para ver si en algunos cajones tenía algunas velas- quí están -recuerdo esa ocasión que me quedé sin energía y en lugar de una lámpara con baterías compré un par de velas.
Regresé a la recámara no solo con ese par de velas nada lindas, sino también el desodorante de ambiente. Eché un poco en la habitación y puse una vela en cada buró al lado de la cama, y acomodé las arrugas de la cama. Me quedé de pie con las manos en la cintura. Me apresuré tanto y no quedó tan mal.
-Oh sí, la música -salí por mi computadora y regresé, la conecté al sistema de sonido de mi recámara y busqué alguna lista de reproducción. A cada tanto me asomaba, pero parece que a ella le lleva su tiempo también- esto se siente muy extraño -al elegir la música me senté sobre la cama y miré la puerta. Dios, ¿qué es esto? Me estoy riendo solo y en cinco minutos o menos he preparado una noche mágica muy genérica, pero al menos ella estará un poco feliz, ¿no es así? Espero que lo esté. A decir verdad me habría gustado cumplir su fantasía tal como lo imaginó.

Él no dice que no a lo que he dicho y solo asiento y camino a mi recamara para buscar que ponerme. Saco varias cosas y aunque son sexis, no son lo que quiero.
- Estoy loca… esto será súper cursi- me quejo sentándome en mi cama.
Nunca he hecho algo como esto, siempre pensé que las chicas que querían este tipo de cosas eran medio tontas, pero ahora yo estoy pidiendo esta clase de cosas. Porque si es con Ian, yo quiero hacerlo, todas esas cosas melosas de las que suelo burlarme… comprar cosas de pareja, celebrar aniversarios, cenas románticas, ver el atardecer juntos -Estoy pensando como mi hermana- me río, pero de mi misma, de todo esto en lo que me he metido. De que al parecer enamorarse si puede tener algo mágico y algo que no había conocido hasta ahora.

Me levanto de la cama, y comienzo a buscar de nuevo. No quiero verme solo sexy, quiero que él me vea y piense que soy hermosa…
-Ay que boba debo parecer ahora- me digo sacando un poco más de ropa, al final elijo un babydoll, no es de esos mega sexis, es uno que casi podría pasar por vestido y elijo algunos accesorios que me gustan. Me veo en el espejo, me siento nerviosa, ¿y si no le gusta? Tal vez él esperaba algo más revelador y sensual.

¿Debería ir ya? ¿o debería buscar otra cosa para usar? Me siento demasiado nerviosa. Si tal vez debería buscar algo más atrevido, después de todo mi cuerpo no tarará en cambiar, debería usar algo que lo deje al menos con un buen recuerdo… Escucho que ha puesto música, y respiro profundo. Creo que he perdido mucho de mi tiempo pensando, así que camino por el pasillo para ir a su habitación, pero no entro, solo me asomo.
Hay poca luz, ¿de donde sacó velas? Hasta parece que ha cambiado las cosas de la cama.
-Tal vez no es lo que esperabas y si no te gusta puedo ir a cambiarme- le digo aun asomada por la puerta. Intento armarme de valor y entro por fin, aunque solo he dado un par de pasos dentro y me detengo. Cierro mis ojos porque no quiero ver su reacción, no quiero ver que se sienta decepcionado o algo así -No te gusta ¿cierto?- digo abriendo mis ojos poco a poco.
Sigo muy nerviosa, no entiendo como es que con él me vuelvo una persona insegura. La opinión de otros nunca suele afectarme, pero con él pierdo toda mi seguridad, porque realmente me importa lo que piense, sienta o vea sobre mi.

karin:

Ella no entra y me levanto para mirar mi atuendo, le dije que se pusiera algo lindo pero yo traigo esta ropa puesta. Me quito la camisa y el cinturón por lo menos, me iba a poner un poco de colonia pero sería raro si ni siquiera tomé un baño. Suelto un suspiro y vuelvo a la cama a esperar sentado, esto me está poniendo más nervioso de lo que pensé, y de saber que ocurriría algo así, ¿no habría sido mejor rentar una habitación? No, deja de pensar eso, no porque sea espontáneo saldrá mal.

Escucho su voz y miro nervioso hacia la puerta de mi recámara, me he quedado unos segundos embobado y después sonrío. Los dos estamos muertos de nervios, me siento un poco tonto pero a la vez creo que esta clase de cosas no son para nada malas.
-Te ves preciosa -me levanté y al llegar a ella tomé una de sus manos. Le hice dar una vuelta para mí, estoy sonriendo porque me siento hipnotizado por su belleza, y también por ver cómo se preocupa como si realmente ella no tuviese la capacidad de dejarme atónito con ese atuendo tan sexy. Antes no le incomodó moverse por la casa con mis playeras puestas, pero ahora, incluso con unos lindos accesorios que se colocó se siente insegura- me encanta -cerré la puerta y caminé a la cama tomando su mano. ¿Ahora qué sigue? Nunca hice esta clase de cosas, la luz es muy tenue y la música… me está poniendo nervioso. Pero respiro profundo y al estar de pie junto a la cama, llevo mi mano a su cara para acercarme y besarla. No debo pensar, por muy complicado que sea esta situación debo tratar de controlar mis pensamientos.
Mirarla con la poca luz es complicado, pero mis manos pasan por su rostro para acariciar su mejilla y noto el detalle de su collar. La imagino eligiendo el atuendo perfecto, y saber que hizo todo eso por mí me da cierta seguridad.
-Incluso estás usando accesorios, me aseguraré de que sean lo único que te cubra -solté una risita, mi frase seductora fue mala, pero no me detuve allí y con cuidado le hice recostar en la cama. Me coloqué sobre ella y fui hasta sus labios. Es sencillo volver a excitarme con su piel parcialmente descubierta- ¿por qué nunca te habías puesto esto? Se volverá mi prenda favorita -dejé algunos besos en su cuello y con una de mis manos acaricié su brazo de arriba a abajo, sus hombros y su cuello, y luego su abdomen por encima de la tela delgada.

Me río nerviosa cuando dice eso sobre como luzco, eso me hace sentir bien, pero aun me siento nerviosa. ¿Por que me pasa así? creo que no debí pedir que lo hiciéramos así, solo estoy muy nerviosa. Debimos emborracharnos y solo hacerlo.
Me siento tonta al dar esa vuelta que el me hace dar, pero si, también se siente bien sentir que él está admirando lo bien que puedo lucir.
-Que bien- caminamos ala cama y solo me quedo sin saber que hacer, por suerte el me besa, y así no tengo que ser la que de el primer paso -Pervertido- río al igual que él.
Me recuesto en la cama y él se pone encima de mi y me besa. Me siento algo tensa, pero sus labios ayudan a que eso se me olvide un poco.
-Una de las cosas que mi hermana me hace comprar- tengo mucha ropa que mi hermana me ha diseñado y otras muchas que me obliga a comprar. Supongo que en su mente cuando una mujer va a tener sexo, tiene tiempo de ir a ponerse un babydoll.
El me besa el cuello, y suelto un suspiro por las sensaciones. Pese a que la luz es poca, yo permanezco con los ojos cerrados. Trato de respirar para calmarme y solo concentrarme en sus manos y labios. Pero no puedo, yo no soy así de sumisa y tímida.
Quería algo romántico, pero creo que es algo que no puedo manejar, así que con otro suspiro decido dejar de preocuparme, lo amo, y me ama, solo deberíamos de poder disfrutar del otro.
Mis manos se colocan en su cuello y lo halo con cuidado para que regrese a mis labios. Lo beso profundamente, necesitada de ese placer que me dan sus besos, lo necesito para dejar de estar nerviosa. Una de mis manos abandona su cuello para bajar por su torso y la llevo hasta su cintura, mis dedos presionan un poco al halarlo y hacer que sus caderas bajen más hasta pegarse a mi y poder sentirlo.
-Lo siento, creo que no puedo ser tan cursi- le digo al tomar un respiro.

Al besarla puedo sentir que está un poco tensa, pero la situación actual aunque es algo linda, también es extraña, repentina y para nada acorde a nosotros, no solo como pareja, no somos del tipo que suele gustar de cosas cursis ni detalles tan trabajosos. No pienso que esté mal, creo que con ella podría realizar cualquier cosa que antes no intenté con nadie, pero tal vez no es tan sencillo adaptarse a estas situaciones cuando no estás acostumbrado. No es como en las películas que automáticamente la magia surge y las dudas se van, no en ella por lo menos. Por eso trato de ir más lento y ser cuidadoso. Además si me tomo mi tiempo no está tan mal, ¿o sí? Tal vez la haga dudar.

Su actitud cambia de repente y correspondo con la misma intensidad a ese beso, una pequeña sonrisa se forma en mis labios porque parece que su confianza ha vuelto. Me siento bien porque creo ser el único que ha visto ese lado tímido de ella, pero también amo esta parte suya, esa chica coqueta y atrevida que conocí y de la que me enamoré. Creo que ambas partes de ella son lindas.
-Wow, okey -vuelvo a sonreír una vez se separa de mí, tomé aire y tragué saliva al sentir sus manos moverse sobre mi cadera- eso es perfecto -cualquier cosa de ella me gusta, suena muy trillado que hasta sus defectos formen parte de las cosas que amo, pero debido a ello es que nosotros estamos juntos. Tal vez fuimos un desastre antes, pero esos fracasos también conducen a cosas buenas.
Dejé que moviera sus manos a su antojo y solté un par de suspiros al sentir cómo comenzó a tocarme. Mis manos dejaron esos toques delicados y tenues para colarse bajo su ropa y tocar su piel. Me quité la camisa al sentir que el calor iba aumentando, y al volver a besarla llevé una de mis manos a sus pechos. Los sonidos que provienen de su boca y la mía hacen que comience a sentirme más excitado, tal vez ella tiene razón y soy un pervertido, pero después de tanto tiempo es difícil ser el amante ideal y controlado.

Si, en definitiva eso de ser linda y romántica no va conmigo, aunque debo admitir que me gusta el agregado de la música. Así que ahora con más deseo, dejo que los nervios sean lo último que pasa por mi mente. Solo quiero besarlo, quiero estar con él, si es malo o bueno, que importa, lo amo, y no podría pensar en mi vida si lo llego a peder. Vamos a estar lejos y eso me asusta, por eso al menos en este momento quiero que cada recuerdo se quede en mi mente y en mi cuerpo. Quiero recordar cada caricia, como mueve sus manos sobre mi piel, como suelta esos jadeos por culpa de lo que yo hago a su cuerpo. Quiero tener el recuerdo de como nuestros labios se mueven, incluso de como nuestra saliva se mezcla al besarnos.
No es que ya no tenga nervios, pero creo que he alcanzado un punto diferente, que es el del miedo de que esto no se pueda repetir, de que la vida logre separarnos, así que con desesperación deseo tener este momento y que se vuelva algo que nos deje marcados a ambos.
Mis manos recorren su espalda, suben hasta jugar un poco con su cabello y bajan de nuevo dejando que mis uñas dejen caminos rojizos marcados en su piel.
La ropa luego de un rato ya deja de ser un problema, y como él lo dijo, yo ahora solo tengo aquellos accesorios que me puse. Siento un golpe de nervios por estar tan expuesta, deseo gustarle, y odio sentirme insegura sobre esas cosas cuando se trata de él.
-Te amo- es lo único que puedo decir en este momento.

Solté una risita al sentir su cuerpo responder a las caricias que hago, me gusta pasar mis manos por su piel. Tengo ese pensamiento infantil y posesivo de querer tocar cada parte de ella para sentir que es mía completamente. Hace tiempo que salimos, es agradable pensar que pese a nuestra falta de sexo, nuestro amor es tan grande que aún con esas fallas importantes permanecemos juntos, me hace sentir que podemos superar cualquier cosa. Pero también la inseguridad está presente, puedo sentir que es por parte de ambos. Se refleja en el ligero temblor en mis manos, en sus jadeos o ese rostro tímido que aún con la falta de luz puedo visualizar. Estamos desnudos, la música y los sonidos que provienen del roce de nuestros cuerpos y nuestras manos explorando la piel del otro me hacen sentir excitado, pero también puedo sentir el miedo. No deseo alejarme de ella ni perderla por alguien más, es un pensamiento constante en mi cabeza que en ocasiones siento me hará decaer. El haber esperado tanto no es solo porque soy alguien sumamente paciente, es también mi temor aguardando. Quise disfrazar eso de prudencia y ahora que por fin la tengo conmigo por completo, ese miedo fluye y se transforma en deseo. Cada parte que toco no es una nueva experiencia por completo, pero ella es diferente al resto. Es ilógico, cursi y para nada compatible con mi usual manera de pensar, pero ¿acaso importa? Con ella puedo explorar cada faceta de mí mismo, las que conocía y aquellas que no pensé poseía.
-Te amo -me dirigí a su boca al mismo tiempo que mis manos dejaban de tocar esa zona húmeda. Mi pulso está tan acelerado que los besos tienen un ritmo inestable y torpe, para nada digno de un hombre seductor y experimentado. Y no tengo mis emociones controladas, siento que todo está a punto de explotar desde dentro.
Muerdo despacio su hombro y separo sus piernas, abriendo paso con lentitud pero sin preocuparme ya por colocar el preservativo. Debería estar considerando la responsabilidad tan grande que nos espera, entonces, ¿por qué deseo nuevamente entrar en ella sin tomar las precauciones a las que siempre me aferré? Tal vez porque dentro de mi pensamiento inmaduro esto es lo único que puedo hacer- te amo -sentí la presión y solté un gemido, estoy mirando su cara ahora y a diferencia de la primera vez, no percibo esa expresión de derrota o vergüenza.